Cofundador de la Escuela de Nueva York, junto a Kenneth
Koch y a John Ashbery, O'Hara nació en 1926 y murió en
1966. Para él la ciudad de Nueva York, a la que arribó en 1951
era una buena parte de su vida, y sus poemas la reflejan una y
otra vez desde los más diversos ángulos. "¡Y acá estoy, el/ cen-
tro de toda belleza!/ ¡Imagínense!" Curador, crítico, metido a
fondo en el arte -eran los tiempos del Expresionismo Abstrac-
to -, amante del jazz (especialmente el que tocaban Mingus y
Monk o el que cantaba Billie Holiday), y también de la Compa-
ñía de Ballet de la Ciudad de Nueva York, dirigida por George Balanchine, había sobradas razones para sentir que esa ciudad,
en los años '50 y '60 era la capital cultural del mundo.
EL DÍA QUE MURIÓ LA SEÑORA
Son las 12 y 20 en Nueva York un viernes
tres días después del día de la Bastilla, sí
es 1959 y voy a pegarme una lustrada
porque me bajo del de las 4 y 19 en Easthampton
a las 7 y 15 y de ahí me voy derechito a cenar
y no conozco a la gente que me va a dar de comer
subo por la húmeda calle comenzando a solear
y me como una hamburguesa con una malteada y compro
un feo ESCRITURA DEL NUEVO MUNDO para ver
lo que los poetas de Ghana están haciendo en este tiempo
voy hasta el banco
y la Señorita Stillwagon* (primer nombre Linda oí una vez)
ni siquiera mira mi resumen por primera vez en su vida
y en el GRIFFIN DE ORO consigo un pequeño Verlaine
para Patsy con dibujos de Bonnard aunque pienso
en Hesíodo, trad. Richmond Lattimore o
la nueva obra (teatral) de Brendan o Le Balcon o Les Négres
de Genet, pero no lo hago, me quedo con Verlaine
después de prácticamente irme a dormir con la disyuntiva
y para Mike simplemente paso por la Licorería
de PARK LANE y pido una botella de Strega y
después regreso por donde vine a la 6a. Avenida
y el tabaquero del teatro Ziegfeld y
pido de manera indiferente un cartón de Gauloises y
un cartón de Picayunes, y un NEW YORK POST
con su cara en él
y estoy sudando un montón para entonces y pensando en
reclinarme en la puerta del baño del SPOT 5
mientras ella susurraba una canción sobre el teclado
a Mal Waldron y todos y yo paramos de respirar
*Stillwagon: Traducción textual: carro detenido.
AUTOBIOGRAFÍA LITERARIA
Cuando era un chico
jugaba solo en un
rincón del patio escolar
completamente solo.
Odiaba las muñecas y
odiaba los juegos, los animales no
eran amistosos y los pájaros
se volaban.
Si alguien me
buscaba yo me escondía detrás de
un árbol y gritaba: "soy
huérfano".
¡Y acá estoy, el
centro de toda belleza!
¡escribiendo estos poemas!
¡Imagínense!
CANTO
estoy atascado en el tráfico en un taxi
lo cual es típico
y no sólo de la vida moderna
el barro trepa por el enrejado de mis nervios
¿deben los amantes de Eros terminar estando con Venus?
muss es sein? es muss nicht sein*, te digo
cómo odio la enfermedad, es como preocupaciones
que se vuelven reales
y simplemente no debe poder ocurrir
en un mundo donde vos sos posible
mi amor
nada puede salir mal para nosotros, decímelo
* muss es sein? transforma una frase usada por Beethoven:
"muss sein": "¡Tiene que ser!". En cambio muss nicht sein
significa "no hay necesidad", o "no tiene que ocurrir", o "No
necesito eso".
POEMA
Johnny y Alvin se van para casa, duermen ahora
están abanicando el aire con respiraciones desde la misma
cama.
La luna está cubierta de gasa y las risas
no están en ellos. Los barcos tocan la bocina y las gabarras
tiran un poco, así que el río es movido por una leve brisa.
¿Dónde están los buses que podrían llevarlos a otro estado?
parados en las esquinas; una enfermera aguarda con una cartera
y un asesino escapa de los detectives tomando un transporte
público a través de los verdes reflejos del verano.
Hay demasiada lima en el mundo y poco gin,
susurran ellos. Los amables son curiosos, pero los curiosos
no son amables. Así que las respiraciones vuelven a casa
y duermen.
AVE MARÍA
Madres de América
¡dejen a sus chicos ir al cine!
sáquenlos de la casa para que no sepan en qué estás
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
pero qué hay del alma
que crece en la oscuridad, repujada con imágenes plateadas
y cuando te ponés viejo porque tendrás que ponerte viejo
no te odiarán
no te criticarán no sabrán
estarán en algún
país encantador
que vieron por primera vez un sábado a la tarde o jugando
al hockey
hasta puede que te estén agradecidos
por su primera experiencia sexual
que sólo te ha costado un cuarto de dolar
y no alteró la paz del hogar
sabrán de dónde vienen los caramelos
y las bolsas gratuitas de
pochoclo
tan gratuitas como salir del cine antes de que termine
con un agradable extraño cuyo departamento está en el Cielo
en Earth Bldg (Edificio Tierra)
cerca del Puente Williamsburg
oh madres habrán hecho tan felices
a esos pequeños
que si nadie los pasa a buscar por el cine
ni se darán cuenta
y si alguien lo hace será puro
jugo
y se habrán entretenido de verdad de ambos modos
en lugar de dar vueltas por el patio
o en sus cuartos
odiándote
prematuramente ya que no les habrás hecho nada horriblemente
malo
todavía
excepto preservarlos de los placeres más oscuros
es imperdonable esto
último
así que no me culpes a mí si no querés tomar este consejo
y la familia
se rompe
y tus chicos crecen viejos y ciegos delante de un televisor
viendo
películas que no los dejaste ver cuando eran jóvenes
FUENTE (de AVE MARÍA)
Mark Strand and Eavan Boland. The Making of a Poem.
W.W. Norton & Company, 2000.
Kenneth Koch (1925-2002), un gran amigo de Frank, co-
menta acerca de la poesía de O'Hara: "Él también mencionaba
un montón de cosas sólo porque le gustaban- por ejemplo, las gominolas [en la Argentina, a esos caramelos masticables los llamamos "gomitas"]. Algunas de estas cosas no habían apare-
cido antes en la poesía. Su poesía contenía aspirinas, botones
de Dientes Sanos, y pistolas de agua. Sus poemas estaban lle-
nos de pasión y vida; no eran triviales porque las cosas peque-
ñas eran llamadas en ellos por sus nombres."
Koch escribió un largo libro-poema dedicado a Francis (Frank) O'Hara: Cuando el sol intenta encenderse, escrito en 1953. Y
la historia de ese poema tan extenso: resulta que cuando llevaba escritas unas 70 líneas, se lo dio a leer a su amigo, y este le dijo
"¿por qué no lo seguís hasta donde llegues?". Y eso hizo.
El poema terminó teniendo 2400 líneas, y entretanto Frank
decidió escribir uno largo también [que se llamó Second Ave-
nue]. Entonces escribían en paralelo y se hablaban por teléfo-
no cada día, leyéndose mutuamente los resultados. Y esto los
inspiró a ambos.
No es mi intención contradecir a Koch, sólo registrar lo que
la casualidad (de leerlo al día siguiente) y las esquirlas de ca-
da poema-granada producen.
Escribe Yorgos Seferis, en Cokinarás, el 5 de agosto de 1928,
en un poema que tituló "Carta de Matías Pascal" (el persona-
je de la novela de Pirandello):
Los rascacielos de Nueva York no conocerán jamás
el rocío que cae en Kifisiá
(...)
Cómo pelea, dioses, la vida por seguir adelante, como
un río crecido por el ojo de una aguja.
hasta de noche cerrada sigue el calor, las estrellas
despiden mosquitos, bebo ácidas gaseosas y sigo
con sed;
luna y cine, fantasmas y un viejo fondeadero agobiante.
FUENTE
The Collected Poems of Frank O'Hara. Alfred A. Knopf,
1970.
La foto de Frank y del manuscrito del último poema, junto
a los comentarios de Kenneth Koch, provienen del bellísimo
libro The Hand of the Poet. Poems and Papers in Manuscript.
By Rodney Phillips. The New York Public Library (¡qué lu-
gar!), 1997.
La experiencia neoyorkina de Seferis pertenece a "Poesía
completa". Alianza Tres, 1986. Kifisiá es un barrio rico de
Atenas.
Kenneth Koch (1925-2002), un gran amigo de Frank, co-
menta acerca de la poesía de O'Hara: "Él también mencionaba
un montón de cosas sólo porque le gustaban- por ejemplo, las gominolas [en la Argentina, a esos caramelos masticables los llamamos "gomitas"]. Algunas de estas cosas no habían apare-
cido antes en la poesía. Su poesía contenía aspirinas, botones
de Dientes Sanos, y pistolas de agua. Sus poemas estaban lle-
nos de pasión y vida; no eran triviales porque las cosas peque-
ñas eran llamadas en ellos por sus nombres."
Koch escribió un largo libro-poema dedicado a Francis (Frank) O'Hara: Cuando el sol intenta encenderse, escrito en 1953. Y
la historia de ese poema tan extenso: resulta que cuando llevaba escritas unas 70 líneas, se lo dio a leer a su amigo, y este le dijo
"¿por qué no lo seguís hasta donde llegues?". Y eso hizo.
El poema terminó teniendo 2400 líneas, y entretanto Frank
decidió escribir uno largo también [que se llamó Second Ave-
nue]. Entonces escribían en paralelo y se hablaban por teléfo-
no cada día, leyéndose mutuamente los resultados. Y esto los
inspiró a ambos.
No es mi intención contradecir a Koch, sólo registrar lo que
la casualidad (de leerlo al día siguiente) y las esquirlas de ca-
da poema-granada producen.
Escribe Yorgos Seferis, en Cokinarás, el 5 de agosto de 1928,
en un poema que tituló "Carta de Matías Pascal" (el persona-
je de la novela de Pirandello):
Los rascacielos de Nueva York no conocerán jamás
el rocío que cae en Kifisiá
(...)
Cómo pelea, dioses, la vida por seguir adelante, como
un río crecido por el ojo de una aguja.
hasta de noche cerrada sigue el calor, las estrellas
despiden mosquitos, bebo ácidas gaseosas y sigo
con sed;
luna y cine, fantasmas y un viejo fondeadero agobiante.
FUENTE
The Collected Poems of Frank O'Hara. Alfred A. Knopf,
1970.
La foto de Frank y del manuscrito del último poema, junto
a los comentarios de Kenneth Koch, provienen del bellísimo
libro The Hand of the Poet. Poems and Papers in Manuscript.
By Rodney Phillips. The New York Public Library (¡qué lu-
gar!), 1997.
La experiencia neoyorkina de Seferis pertenece a "Poesía
completa". Alianza Tres, 1986. Kifisiá es un barrio rico de
Atenas.
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
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