miércoles, 29 de abril de 2020

LA INTERESANTE POETA RUMANA IOANA CRACIUNESCU

   


  NAUFRAGIO

 Yo estaba en un campo de papas
    paisanos con azadas estaban desgarrando
    la vela de mi barco...

 Esas moscas zumbando constantes
    estaban creando para mí un mundo
    de huesos y de piel...

 Yo estaba en un campo de papas
     paisanos estaban rastrillando y juntando
     en pilas las sogas y el timón,
     popa y proa de mi barco;
     yo olía a papas,
     el naufragio parecía
     un error propio de navegar siempre por las estrellas...

 Hormigas rojas corrían a través de mi pelo
 ahorrativamente
 tomando y llevando a sus hormigueros
 el viento y la escarcha, el sabor y el aroma,
 el aire, la sal del mar...

 Yo estaba en un campo de papas
 los paisanos estaban bajando los mástiles
 la tierra volvía a oler como tierra.
 Granjero, carga mi barco, mi vida
 en vagones y envíalos desde el campo...



 CIUDAD SIN BIOGRAFÍA

 En esta ciudad
 los mudos se hacen declaraciones de amor uno al otro
 en diferentes palabras.

 En las vidrieras
 sobre alfombras persas, mujeres descoloridas
 aprenden el persa.

 Bajo máscaras de gas sostenemos entre los dientes
 billeteras de papeles
 (la foto de casas de ladrillos de barro
 en la niebla).

 Sobre mi cuerpo corre una nutria -tu boca
 perdida en la noche.



ABUNDANCIA EN EL SUFRIMIENTO

 Sin cabezas, sin tripas, sin corazones latiendo
 en una pila de basura, cada uno
 pelándose la piel en bañeras de sal,
 las anguilas todavía andan pataleando por ahí.

 La lágrima olfatea al ojo.

 El ojo en el agua en que las veo nadar,
 retorciéndose, anguilas tornando al pasto
 rojo-sangre.-

 Los cuchillos son una extensión de nuestras caricias;
 el amor es un recordar esta carnicería.



 LAS MIL Y UNA NOCHES

 Ella lloró con el hijo aprisionado en su vientre.
 Su piel estaba florecida por las mordeduras del rey,
 las paredes de su corazón revestidas con hielo.

                     La víbora.

 Ella hizo el amor con los criados sordomudos, luego
 jugó al backgammon con el verdugo -perdió
 camello tras camello, caravanas enteras.

 Ella durmió cubierta por largos fragmentos de espejo;
 de su lenta respiración fluía el sol;
 el planeta se dio vuelta los labios se rajaron por el calor.

                     La víbora. 

 Ella había amado: sofocó el aire con ese
 bien preservado sentimiento.

 Sobre las montañas de su país, las estrellas fueron alineadas.




 IOANA CRACIUNESCU es actriz de profesión. Ha traba-
jado tanto en cabarets, como en cine y en teatro. Nació en 
1950 en Bucarest. Es una prolífica poeta y ha ganado diver-
sos premios. Me gustan su originalidad y su desenfado.

FUENTE

Michael March (Ed.) Child of Europe. A New Anthology of
East European Poetry. Penguin Books, 1990.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

martes, 21 de abril de 2020

POESÍA MEDIEVAL PERSA



 Se considera "Período Clásico" de la literatura Persa el
comprendido entre los siglos 10 y 17. Originalmente se
inició en un ambiente secular, en las cortes provinciales.
Más que nada para alabar y entretener al príncipe y a sus
allegados. Pero pronto se ligó al misticismo, y a la devo-
ción religiosa. Un pasaje interesante. En buena medida
debida el sufismo. Otro camino que tomó esta literatura
fue el del amor secular. Son notorias las semejanzas con
el amor cortés de la Edad Media en Europa.


AGHAJI (s. X, nació en Bokhara -actualmente Uzbekistán,
y perteneció a la generación que revivió la cultura persa,
luego de los "dos siglos silenciosos", que siguieron a la
conquista árabe en el siglo VII.

SI UNO PUEDE...

Si uno puede construir una fortaleza en el corazón
Que ningún corazón sea tu fortaleza sino el mío-
Y que tus días sean tan incontables como
La incontable bondad que has tenido.


 MIRA CÓMO...

Mira cómo la avalancha de la nieve se apura en el aire
Como blancas palomas desbandándose aterradas por el halcón.



 ONSORI (se dice que nació en Balkh en 1039, y es conside-
rado uno de los máximos panegiristas en persa. El poema que
publicamos también le fue atribuido a Rudaki -Basil Bunting
lo tradujo en nombre de éste.)

 ¿Quién vino a mí? Ella vino. ¿Y cuándo? Al amanecer.
¿Asustada de quién? Un enemigo. ¿Que es...? Su padre.
La besé dos veces. ¿Dónde? En los labios. ¿Los labios?
Dí mejor rubíes. ¿Y eran? Dulces como el azúcar.



 ASHHARI (Nació en Nayshapour en el siglo 12. La mayor
parte de su obra se ha perdido, siendo un poeta muy recono-
cido en su tiempo.)

Todo el día, corazón mío, has estado alterado,
Y ustedes, ojos míos, están siempre húmedos-
Pero Paciencia (¡ayer hablaste 
Tan grande) todavía no has aparecido.



FAKHRADDIN MOBARAK SHAH (nació en Marvrud,
actualmente en Afganistán, en el siglo 12.)

Dije: ¿Eres consciente de cómo el amor ha quemado
Mi loco corazón? Y sonriendo ella respondió,
"Querido mío -¡vamos! ¿Qué sabe la vela
De cómo una polilla metió la pata, se resecó, murió?"



ANVARI (siglo 12. Ha escrito muchos poemas acerca de
la vida cortesana, que sufrió y disfrutó en igual medida.)

Toma lo que te dé, aún si es insignificante -
Para este señor insignificante es bastante;
Un regalo suyo es como ser circuncidado -
Una vez en la vida, ¡y listo!



 SIFADDIN (Un sufí de BAKHARZ -actual Irán- de fines
del siglo 12.)

Ahora que puedes, planta profunda la raíz
Cuyas ramas traen como fruto la buena fortuna;
La tarea le perteneció a otros antes que a ti,
Y habrá otros cuando ya no estés también.



LA HIJA DE SALAR (S. 13, vivió en Mosul (Irak) y en
Qonya (Turquía) y obtuvo bastante reconocimiento, aun-
que es notable que no se ha preservado su nombre.)

Cuanto más me busco a mí misma más veo
Que añorar tu amor me ha arruinado;
Busco en el espejo de mi corazón,
Y aunque soy yo quien mira es a ti a quien veo.



DAQIQI (s. 10. De Khorasan. Trabajó como poeta en la
corte. Su fama mayor la obtuvo por ser el autor de cerca
de mil versos de la épica nacional persa, el Shanameh.)

¡Espera! La Paciencia es recompensada, eso dicen;
Bueno, sí -cuando la Muerte te haya llevado en su carro.
Mi vida ha sido una paciente y larga demora:
La recompensa, parece, deberá esperar al Día del Juicio Final.



 RUDAKI (s. 10. Nació en un pueblito de Samarcanda, y
es considerado el mayor poeta 'moderno' de Persia, refi-
riéndose esta denominación a la poesía posterior al siglo
7.)

 ¿Qué sentido tiene postrarse
   ante la Meca cuando rezas
 Si las chicas lindas de Turkestán
   han atrapado tu corazón?
 Dios aceptará las tentaciones del amor,
   que desvían tu atención,
 Pero no aceptará las oraciones
    que rezas ritualmente.



 SHAHID (s. 10, nacido en Balkh. Son pocos los poemas
de su autoría que han llegado hasta nosotros.)

 Si el dolor ardiera como fuego su humo podría alzarse
 Oscureciendo para siempre toda la tierra y los cielos;
 Recorre el mundo, pero nunca podrías hallar
 Un hombre que es feliz y que también es sabio.


FUENTE




Dick Davis. Borrowed Ware. Medieval Persian Epigrams.
Anvil Press, 1996.
Davis es un poeta con obra propia, y esta antología recorre
la variedad temática del medioevo persa con gran fluidez.
Davis ha vivido y trabajado en Irán durante 8 años. Este 
libro es uno de los productos de su fértil tarea.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


Otros textos vinculados:

POESÍA PERSA CLÁSICA Y POESÍA SUFÍ

POESIA PERSA Y SUFI (2° PARTE)

POESÍA SUFÍ -ÚLTIMA PARTE


viernes, 17 de abril de 2020

SEMILLARES -EL CATÁLOGO DE TODAS LAS DEMÁS COSAS, SEGUNDA PARTE

  
 Estos textos podría decirse que van y vienen por los rieles 
de una vida. En muchos tramos son rieles que se pierden en
el barro o en la piedra, así como en la niebla. A esta clase
de recolección se la llamaba Hypomnémata, cuadernos de
compilación de las cosas leídas y oídas. Lo más sensible del
asunto, me parece ahora, es que se siguen agregando; quiere
decir, sin decirlo, que alguna vez serán lo que fueron, repitién-
dose a sí mismos en un aire quieto. 









 VOCES

Blasfemos, jactanciosos,
La voz de ustedes es sencilla y salvaje,
No es posible traducirlos 
A ningún idioma del mundo.
Ustedes ingresan al olvido
Como la gente entra al templo.
Anna AJMÁTOVA. Poemas escogidos.
(Justamente ayer leía a Nadiezhda: contaba cómo quedó
Osip después de los interrogatorios nocturnos de la cheka
durante su detención; las discusiones, porque Osip insistía
en que esas voces -sus alucinaciones post-traumáticas- eran
externas. Él decía que no podían ser suyas porque él no se
expresaba así. Que eran ellos quienes se expresaban así. No
se puede menos que admitir que no eran 'suyas' esas voces,
por más que fuesen alucinaciones, es decir que no era en el
momento en que las oía que eran pronunciadas, venían de
otro momento; pero el trauma había roto el panel que separa
al otro de mí y al pasado del presente. RR)

 En todas partes voces disidentes, contradictorias hablan...
...yo no busco una síntesis, sino una miscelánea.
Robert DUNCAN. En D. Allen. La nueva poesía america-
na.

Todos sus libros, todos sus relatos tienen lugar en esa habita-
ción esquinera. O sea: todo lo que escribió es una voz que 
viene de ese lugar. Como si hubiera tenido que instalarse allí
para transformarse de hombre en escritor.
Andrzej STASIUK. Una vaga sensación de pérdida.

Quien esconde a su loco, muere sin voz.
Henri MICHAUX. Puntos de referencia.

Por supuesto, su debilidad óptica no parecía interferir con la
capacidad de sus órganos de fonación (tal vez fuera incluso
al contrario) y hablaba casi siempre con una voz estridente
y aguda, aunque era perfectamente capaz de murmurar por
teléfono cuando quería disponer la entrada de su hijo en un
hospital psiquiátrico sin que él se enterara.
Louis WOLFSON. Cit. por P. Auster en 'Pista de despegue.
Poemas y ensayos 1970-1979'. Wolfson es un esquizofréni-
co genial, que combinaba las cinco lenguas que dominaba
para transfigurar la otra -que no quería ni hablar ni escuchar,
que era el inglés de la madre, el personaje al que se refiere
en la cita anterior. 
 Algo sorprendente ocurrió a continuación de transcribir lo
anterior. Leo uno de los poemas de Auster (que debo decir 
que no me gustan mucho), y aparecen estos versos:
 El ojo frío
 se abre al frío,
 mientras una imagen del fuego
 se abre paso a dentelladas
 en la palabra
 que se bate en tu boca.
 Lo sorprendente es que Wolfson hablaba de la 'debilidad óp-
tica de su madre, porque esta tenía un ojo protésico. También 
las palabras que queman y 'se abren paso a dentelladas en la
palabra', son totalmente pertinentes a la manera en la que Wolf-
son percibía el lenguaje materno. No sé si Auster estaba pen-
sando en Louis en el momento de escribir estas lineas. Se trata
de la forma más frecuente de la coincidencia, la inconsciente.

Incluso en el muelle, durante la conversación más trivial, la 
voz de Anne oscilaba como una bandera agitada por vientos
contrarios, como si su alma estuviera a merced de una furiosa
tempestad.
Stephen VIZINCZEY. En brazos de la mujer madura.

... o bien una voz viene a bramarnos en el corazón
Henri MICHAUX. Poemas.

de dónde
la voz que dice
vive/
de otra vida
Samuel BECKETT. Obra poética completa.

dicen tus labios sin sonido,
dice tu respiración
y tu sangre que circula
como la luz de un faro
Roberto BOLAÑO. Los perros románticos.

Hablábamos en portugués, recuerdo, y sus palabras surgían
frías y apagadas, como si entre ellas y su voz mediase una re-
mota distancia.
Antonio TABUCCHI. Nocturno hindú. (Es un diálogo ima-
ginario con Pessoa)

Los tokyotas tienen tendencia a hablar a una velocidad supersó-
nica, sobre todo cuando echan una bronca. No contento con ser originario de la capital, el vicepresidente era un obeso colérico, 
y eso recargaba su voz con desechos de grasiento furor: la consecuencia de aquellos múltiples factores fue que casi no en-
tendí nada de la interminable agresión verbal con que machacó 
a mi superiora.
Amelie NOTHOMB. Estupor y temblores.

Sólo he podido encontrar una grabación de su voz -la charla
que dio sobre la turbulencia hidrodinámica- que me llena de
nostalgia, porque en ella se pueden oír muchos de sus típicos
errores de pronunciación - grrrápido, entrreggnamiento, nú-
merro engterro-, que eran tan prevalentes en su discurso que
llegué a pensar que los cometía a propósito, porque en los
múltiples otros idiomas que hablaba no parecía tener siquie-
ra el rastro de un acento.
Benjamin LABATUT. Maniac. (Atribuido por el autor a Kla-
ra Dan, la segunda esposa, hablando de John von Neumann.)


¿Y qué es una Interferencia secreta? Es una cinta grabada ile-
galmente. Son voces que hablan y transmiten órdenes y contra-
órdenes el 11 de septiembre de 1973. Voces que uno ha oído vagamente en algún momento de su vida, pero que no consigue
corporizar, como si provinieran de imágenes vacías de sustan-
cia. Voces que son ecos de un miedo inconexo ubicado en algu-
na parte de nuestro cuerpo. Fantasmas imaginarios. Un miedo
real y, al mismo tiempo, vulgar.
Roberto BOLAÑO. Entre paréntesis.

Ando paseándome en la calle Clinton al sur de Polk y me
detengo a oír las voces de los niños italianos que discuten.
Es una catarata de coloratura
y podría dormirme al arrullo de sus musicales desafíos y
    acusaciones.
Wallace STEVENS. En Cardenal y Urtecho, 'Antología de
la poesía norteamericana'.

Los ciervos en montañas de pinos
Donde no hay hojas que caen
Conocen el advenimiento del otoño
Sólo por el sonido de su propia voz
Onokatomi no YOSHINOBU.

¡Que uno no se equivoque! A fuerza de decir y de volver a
decir las mismas palabras, la voz se vuelve blanca, reducida
finalmente a lo que ella no debería jamás debido osar cesar
de ser: ella misma.
Jacques IZOARD. Antología de la poesía belga.

Como salida de una altura inaccesible, su voz resonaba triun-
falmente, despertando en las tripas de los machos exasperados
unos ecos amenazadores de irritación sexual.
Stanislaw I. WITKIEWICZ. Insaciabilidad.

Los árboles quemados que gritan contra el viento
Marguerite DURAS. Escribir.

El capitán holandés Vesterloch descubre en Tierra del Fuego
unos indígenas de color azuleno que se comunican por medio
de esponjas capaces de retener "el sonido y la voz articulada".
"De modo que cuando quieren transmitir algo o conferenciar
desde lejos, hablan de cerca a una de esas esponjas, y luego
las envían a sus amigos, los cuales, al recibirlas, las aprietan
muy suavemente y hacen salir de ellas palabras como agua
y se enteran por este admirable procedimiento de todo lo que
sus amigos desean."
(Abril de 1632)
Jean COCTEAU. Opio.

Medianoche de invierno
Mi voz no suena
Como propia
OTSUJI. 100 More Poems from the Japanese.

¿Qué debo escuchar,
Oídos?/
¿El viento en las palmeras,
el mareo del mar, el estruendo mental
del movimiento de estrellas inaudibles/
o tu voz diciendo
"me das miedo"?
Mirta ROSENBERG. El árbol de las palabras.

ese "temblor modulado" del que habla Gerard De Nerval
cuando describe la voz de Sylvie.
Curzio MALAPARTE. Diario de un extranjero en París.

Su voz tenía un tono muy peculiar, chirriante, como el tañido
de una campana antigua y oxidada en lo alto de un campana-
rio cubierto de hiedra.
Flann O'BRIEN. El tercer policía.

Mallarmé va caminando por el campo, entre los trigales jó-
venes, dice, y escucha una vocecita sagrada, tan diferente a
la de una dama que camina delante de él y canta con una voz,
insiste, transparente de mil palabras entre las que ella vibra,
acribillada de nada...
Arturo CARRERA. Nacen los otros. (Se refiere a la voz de un
grillo)

¿Y qué decir de la lengua, que tenía su propia forma de 
pronunciar mi nombre, de la garganta amplificadora y to-
das las partes de esa caja de resonancia, de la cabeza -sus
fosas nasales y cavidades, el peso de sus huesos, su carne,
su cerebro- y cómo ésta alteraba el eco de aquella voz sua-
ve? ¿Cómo sonaría esa voz nueva, más vieja?
Hisham MATAR. El regreso.

El otoño ha venido invisiblemente
Sólo la voz del viento es ominosa.
FUJIWARA no TOSHIYUKI. En 'Japanese Court Poetry'.

La dulzura con la que el sacerdote recitaba el evangelio era
ya la prédica: la dulce lectura en voz alta bastaba.
Peter HANDKE. Historia del lápiz.

VOCES DE LAS CRIADAS
por la ventana abierta a la mañana de primavera
(se respira por fin un aire vivo)
las oigo llenar la jaula sonora con sus jóvenes voces...
(...)
Pero envejecen los refranes, y envejecerán también las voces,
las voces puras nacidas de esas gargantas encantadoras.
Valery LARBAUD. Obras escogidas de A.O. Barnabooth.

La oscuridad estaba poblada de cantos. Los africanos cantan
los sucesos y personajes del día.
Graham GREENE. En busca de un personaje. ("Recordar":
las innumerables preguntas que intercambian los africanos
en el camino, para luego proseguir en diferentes direcciones,
preguntando y contestando sin volver nunca la cabeza; tal es
la claridad con que se transmiten las voces.")

Simone Weil señala a la voz femenina como opuesta a la tra-
dición escrita: el archivo de la memoria se construía en el 
cuerpo de la mujer en contra de la escritura, ligada, desde su
origen, a las técnicas de estado, a la comunicación religiosa,
a los cálculos agrarios. El relato femenino (Scherezade) resis-
te los dictados del rey.
Ricardo PIGLIA. Crítica y ficción.

La tarde sobre el mar
Voz de pato
Vagamente blanca...
BASHÔ. Japanese Haikus.

Oh señora escúchame. Ya no
me queda
otra voz.
Robert CREELEY. Cit. por M. Ondaatje, "The Cynamon
Peeler".

Hablo como en mí se habla. No mi voz obstinada en pare-
cer una voz humana sino la otra que atestigua que no he 
cesado de morar en el bosque.
Alejandra PIZARNIK. Poemas.

por lo demás, sólo conmigo mismo me siento mejor durante
largo tiempo. Me basta con ir de vez en cuando al café para
escuchar hablar a los otros.
Thomas BERNHARD. Tinieblas.

El gemido era excesivamente hermoso, nacido de las profun-
didades de la noche, como si el mismo destino de la mucha-
cha gimiese, clamando en vano, socorro.
Witold GOMBROWICZ. Ferdydurke.

Ella iba vestida con una especie de traje de vaquera y habla-
ba con ese acento del profundo sur que suena como una cuer-
da de guitarra al romperse.
Nigel BARLEY. Bailando sobre la tumba.

Muda, la palabra hebrea se presenta como un cuerpo oscuro,
de significación oculta. Ésta sólo puede descubrirse en el fra-
gor de la voz. Para leer el Texto, hay que cantarlo, prestarle 
ese soplo que lo anima y que siglos de vocalización legitima-
ron.
Maurice OLENDER. Las lenguas del Paraíso.

Esta mujer cuyas voces la llevan al exilio.
(Exilio, exilio.)
La llevan al otro lado. 
Por tren y a pie y por barco, al otro lado.
Otro lado. De un mar angosto.
Adrienne RICH. Oscuros campos de la república.

Y tenía la voz acaramelada con ese borde arenoso que
tienen los buenos cantantes. Ya saben.
Claire KEEGAN. Antártida.
 (También: "La voz de la muchacha cambió cuando habló de 
su hogar. Habló como si pudiese alcanzar el pasado y tocarlo 
con las manos.")

El señor Lowell era formal a la manera de Nueva Inglaterra,
poco fluido. Tenía una voz suave y hablaba lentamente. Me
parece que la gente recuerda la voz del maestro que amaron
mucho tiempo después de haber olvidado lo que decía. 
Ann SEXTON. En Diario de Poesía N° 73., 2006. (Se refie-
re al poeta Robert Lowell cuyas Obras Completas en 2 tomos
acaban de aparecer en castellano -2020)

Ninguna voz 
supera el canto del defectuoso y eufórico siseo de la serpiente.
Robert LOWELL. Antología. (Visor)

Lo imagino recitando el alam con la misma voz que usaba
en casa, una voz que parecía abrir un paisaje tan mágicamen-
te incierto y sin límites definidos como un mar de calma sol-
dado al cielo.
Hisham MATAR. El regreso.

El desciframiento de las escrituras secretas y de las lenguas
perdidas como "revelación" psicótica y mística. Se cuenta
que después de trabajar durante meses, la tarde en que logró
por fin leer el fragmento de un texto escrito en sumerio (que
es la primera forma de escritura conocida) George Hughting-
ton, una de las glorias del departamento de arqueología del
Museo Británico, salió al pasillo y empezó a desnudarse y
dijo: "Luego de dos mil años de silencio, soy el primero que
escucha esa voz".
Ricardo PIGLIA. Crítica y ficción.


 SOLEDAD

 la soledad en un lugar extraño es la idea que ella tiene del
infierno.
Paul BOWLES. Cit. en Sawyer-Lausanno. "P.B. El especta-
dor invisible".

Desarraigarse una vez es seguir para siempre en la carretera.
Nirad CHAUDURI. Cit. por I. Buruma, 'Mientras se juega
el partido' (una novela magnífica).

La soledad verdadera, es decir sufrida, lleva consigo el de-
seo de matar.
Cesare PAVESE. El oficio de vivir.

La misantropía siempre ataca un poco al cerebro.
Robert WALSER. Jakob von Gunten . (Casi un comentario
a la entrada de Pavese.)

Toda persona sola está un poco loca.
Adolfo BIOY CASARES. En viaje.

Necesitaba su soledad a modo de desamparo.
Elías CANETTI. El otro proceso de Kafka.

después estábamos acostados juntos
jadeando, como a salvo de un desastre, y por segundos
interminables, pasó algo sobre lo que
he oído hablar, se me ocurrió
que no sabía que era ajena
a este hombre, no sabía que estaba sola.
Sharon OLDS. La habitación sin barrer.

Cuando vives solo, acabas obsesionándote por los detalles...
horarios de trenes, vuelos, reservas de restaurantes, libros sa-
cados de la biblioteca que te olvidaste de devolver a su debi-
do tiempo y muchas cosas más. Tal vez sea porque al ahorrar-
te las trivialidades de la vida familiar, necesitas algo en qué
emplear ese excedente de energía.
Justin CARTWRIGHT. Míralo de esta manera.

La soledad me desola, la compañía me oprime.
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

Tiene suerte: se le ve la soledad.
Peter HANDKE. El peso del mundo.

Muy, muy pocas veces he conseguido transgredir esa frontera
entre la soledad y la sociedad; hasta he llegado a establecerme
más firmemente en esa frontera que en la soledad misma.
Franz KAFKA. Diarios.

El tiempo que nos convierte en objetos
multiplica nuestra soledad natural.
Derek WALCOTT. Cit. por J. Brodky, Revista Vuelta N° 16.

Sentado, solo, entre los bambués,
Toco el laúd y silbo, silbo, silbo.
Nadie me oye en el inmenso bosque,
Pero la blanca luna me ilumina.
WANG WEI. En R. Alberti, 'Segunda antología de la poesía
china'.

Y mientras tardan el Abismo y el Silencio, ¡quiero estar con-
migo a solas!
Fernando PESSOA. Antología de Alvaro de Campos.

Había que saber, no deducir. Y él no poseía el conocimiento.
Alzó la mirada; el lecho del río se había ensanchado enorme-
mente, las tapias y los jardines habían retrocedido a lo lejos.
No había otro sonido que el del viento en marcha de una parte
de la tierra a otra, soplando alrededor de su cabeza.
Paul BOWLES. El cielo protector.

La soledad me ha englutido como una ballena.
Para algunos la soledad es el refugio de los enfermos, para 
los otros es un refugio lejos de los enfermos.
F. Nietszche. Cit. por Ph. Sollers en "Una vida divina".

Soledad, madre mía, cuéntame otra vez mi vida.
O.W. de L. MILOSZ. Cit. por Ch. Simic. Alquimia del ten-
dajón.

Comprendí que la soledad no existe para nosotros cuando la
persona que amamos también se siente sola, aunque ésta se
encuentre en un lugar inalcanzable para nosotros. La sensa-
ción de soledad parecería entonces un fenómeno reflexivo
que sólo nos afecta cuando vemos a personas conocidas 
-o a personas que amamos. disfrutando de una vida social
que no nos incluye.
Walter BENJAMIN. Diario de Moscú.

Al parecer aprendemos algo del arte cuando experimenta-
mos aquello que la palabra soledad pretende designar.
Maurice BLANCHOT. Cit. por Ch. Simic, Alquimia...

¡Extraño, andar en la neblina!
Vivir es estar solitario.
Ningún hombre conoce al otro.
Cada uno está solo.
Herman HESSE. En L.Z.D Galtier, "Antología del poema
traducido".

SENTADO, SOLO, EN LA MONTAÑA JIN TING
Los pájaros se han ido, volando en bandadas
Se aleja, lentamente, una nube solitaria
Mirarnos el uno al otro no nos cansa
Solos, tú y yo, montaña Jin Tang.
LI BO. 50 poemas. (Poema completo)

La dulzura de no tener familia ni compañía, ese suave gus-
to como el del exilio, (en que sentimos al orgullo del des-
tierro desdibujarnos en una voluptuosidad inconstante la 
vaga inquietud de estar lejos...)
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

Mi hermano albergaba, en cualquier caso, la misma soledad
que yo. Siempre había sido el favorito de mi madre, pero ¿de
qué le había servido? El de mi madre era un amor inútil.
Lorrie MOORE. Al pie de la escalera.

Feliz soledad de un tiempo sin relojes donde los niños son
dueños de su mundo.
Charles SIMIC. Alquimia de tendajón.

Ningún dios se me acerca. Estoy solo.
William BRONK. En Poesía norteamericana desde 1950.

Si se quiere llegar al final, hay que desaparecer, sufrir la
soledad, sufrirla dulcemente, renunciar a ser reconocido.
Friedrich NIETZSCHE. En J. Kristeva et.al. "Bataille".

Te encaminas allí, directamente hacia la soledad.
Yo, no, tengo los libros.
Marguerite DURAS. Esto es todo.

¿Cuánto llevaba allí, en el jardín a oscuras? Había perdido la
noción del tiempo. Había llegado el momento de entrar. Tras 
las nubes bajas, el cielo se iluminaba. Dio media vuelta.
Richard FORD. Lamento lo ocurrido.

100 leguas de escarcha,
y en el barco yo solo
poseo la luna.
BUSON. En "Haikus inmortales".

La única experiencia profunda es la que se hace en soledad.
E.M. CIORAN. En "Conversaciones con Cioran".

Estoy solo
    inclinándome
         dentro de aire volador
Michael ONDAATJE. The Cinnamon Peeler.

Ser poeta no es una ambición mía
Es mi manera de estar solo.
Fernando PESSOA. Poemas de Alberto Caeiro.

La soledad me deprimía en el restaurante en el que había
buscado en vano un rostro familiar, y ordené un bife con 
manteca de ajo. El espléndido plato atemperó mi melanco-
lía y el ajo hizo que mi sentimiento de desolación se eva-
porara; el sabor me siguió durante el resto del día y cuan-
do me sumergí a la noche en mi fresca cama, aun tenía com-
pañía, que una y otra vez hacía sentir su presencia.
Kjell HERN. The Forest of Childhood. (Poema completo)

EN EL PABELLÓN DE LOS BAMBÚES
Me siento solo
     aquí entre los bambúes

Toco el laúd
      y silbo una tonadilla

Nadie me escucha
      en el profundo bosque

Pero la blanca
      luna me ilumina
WANG WEI. En T. López Milles, "Traslaciones".(Una ex-
traordinaria recopilación de traducciones.) (Es el poema
completo)

¿No se cuenta la historia de un preso que dibujó un teclado
en un trozo de cartón, con teclas negras y blancas en el or-
den correcto y pasaba horas tocando este piano silencioso?
Charle SIMIC. Alquimia...


 CATÁLOGOS

 Cuando Delacroix pinta en 1845 la Biblioteca del Luxem-
burgo, hace súbitamente un retorno a la paleta de los antiguos.
Adopta la llamada de Van Dyck cuya receta le había dado la
Baronesa de Meyendorff: 1° Amarillo de Nápoles. 2° Ocre
amarillo. 3° Bermellón. 4° Ultramar. 5° Verde Ticiano. 6° 
Tierra de Siena natural. 7° Negro de Lieja. 8° Laca roja. 9°
Pardo Van Dyck.
Émile BERNARD. En 'Grandes pintores hablan de su arte'.

 ... como un juego de brújulas con mapa.
Lexinton y 24. Un conjunto de Goldsmith. Un enano de Mé-
xico, un oso bailarín. Cartas húngaras. Litografías colorea-
das de la bahía de Nápoles.
Charles SIMIC. Alquimia del tendajón.

El retrato ideal del chamán griego: sanador (iatros), vidente
(mantis), purificador (kathartes), intérprete de oráculos 
(chresmologos), viajero a través del aire (aithrobates), y
"hombre de los milagros" (Thaumatourgos).
Ioan COULIANO. Más allá de este mundo.

Una lista de cuentistas (de Estados Unidos) seleccionada
por Raymond Carver:
Donald Barthelme - Jessica Neely - David Michael Kaplan-
Ethan Canin - Kent Nelson - David Lipsky - James Lee
Burke - Christopher McIlroy - Grace Paley - Tobías Wolf -
Ann Beattie - Joy Williams - Richard Ford - Thomas Mc
Guane - Frank Conroy - Charles Baxter - Amy Hempel -
Tess Gallagher - Mona Simpson.

¿Sería posible hacer de ellos un catálogo (con muchas repe-
ticiones), un catálogo de actitudes interiores, una enciclope-
dia de los gestos invisibles, de las metamorfosis espontáneas
que a lo largo del día el hombre ha necesitado para sobrevi-
vir?
Henri MICHAUX. Emergencias, resurgencias.

Un conocido mío solía dividir a los seres humanos en tres
categorías: los que prefieren no tener nada que ocultar a men-
tir, los que prefieren mentir a no tener nada que ocultar y por
fin los que se complacen tanto en mentir como en ocultar.
Le permito elegir el casillero que me corresponde.
Albert CAMUS. Cit. por J. Hawkes, 'Travestía'.

(De uno de los numerosos volúmenes de las Memorias del
duque de Saint-Simon)
La duquesa de Foix: "la mujer jorobada más hermosa que uno
pueda imaginarse"
El marqués de Courcillon: "un hombre sin igual, que soltaba
bromas mordaces mientras le amputaban la pierna en la bata-
lla de Malplaquet"
El duque Monsieur le Duc: "bastante más bajito que la mayo-
ría de los hombres, con exceso de grasa sin ser gordo, el ros-
tro horrendo y la cabeza extraordinariamente grande, la piel
amarillenta, una permanente expresión de contrariedad en el
semblante y siempre tan grosero y arrogante que era difícil
acostumbrarse a él."
Cees NOOTEBOOM. Cartas a Poseidón.

Las 8 virtudes burguesas: Asiduidad, Economía, Mediocri-
dad, Conyugalidad, Temperancia, Optimismo, Dinamismo
y Modernidad.
John UPDIKE. Golpe de estado.

El arte boreal: escuelas de Ipiutak, de Thule, de Choris, de
Nirnik y Denbigh, culturas paleoballeneras que se sucedie-
ron entre los años 2500 y 1000 antes de nuestra era.
Jean ECHENOZ. Me voy.

Para unos -los viejos sofistas- hay una infinidad de seres. Pa-
ra Empedocles, cuatro. Para Ion, sólo tres. Para Alcmón, na-
da más que dos. Para Parménides, uno. Para Gorgias, absolu-
tamente ninguno.
ISÓCRATES.

Existen 15 poetas ingleses, hablo de manera precisa, en la 
historia de la literatura que se ha registrado; 15 que fueron
verdaderos poetas y que no jugaban a serlo.
Robert GRAVES. En "Conversaciones con escritores".

Felicidad lograda.

La mesa de un café. Ojear el libro recién adquirido. Orde-
nar algunas líneas poco bien o algo mal trazadas. Saborear
el primer contacto con el te; ver desfilar la muchedumbre;
esperar todo y/o no esperar nada: pero sentirse de acuerdo
con todo. No desear más...
Juan C. PAZ. Alturas, tensiones...

¿Es que existen, acaso, diferentes placeres de la lectura?
¿Es posible una tipología de esos placeres?
Me parece que hay 3 vías por las que la Imagen puede atra-
par al sujeto leyente. 1) El lector tiene una relación fetichis-
ta con el texto leído (lectura metafórica, poética); 2) Opues-
to al anterior. Lector arrastrado por una fuerza que, oculta
o no, pertenece al suspenso. Es como escuchar la escuela
primaria; queremos sorprender, desfallecemos en la espe-
ra: pura imagen del goce. 3) La Aventura. esta es, parece,
la de la escritura: deseamos el deseo que el autor ha tenido
del lector, deseamos ese ámame que reside en toda escritu-
ra.
Roland BARTHES. El susurro del lenguaje.

Lo que el mundo revela ante todo: su vanidad...
Contempladas desde arriba, las actividades humanas apare-
cen al punto con la misma futilidad. ¿Cuáles? Los oficios,
por ejemplo:
 toneleros, pajareros, constructores de molinos, taberneros, 
fabricantes de bragueros, deshollinadores, fabricantes de
grasas alimenticias, tejedores de bengalina y de popelina,
herradores, revendedores italianos, decoradores de iglesias,
fabricantes de calzadores, empresarios de pompas fúnebres,
comerciantes en sedas, lapidarios, subastadores, taponeros,
inspectores de seguros, tintoreros, exportadores de cerveza
en botellas, peleteros, impresores de etiquetas, grabadores
de sellos y blasones, empleados de picadero, corredores de
metales preciosos, proveedores de útiles para el juego de
croquet y tiro con arco, fabricantes de cribas, comisionistas
en huevos y patatas, boneteros, guanteros, plomeros...
James JOYCE. Cit. en J. Pais, "James Joyce por sí mismo".


 BELLEZA

 Sí, yo he dormido con belleza
                    a mi extraña manera
 y he hecho una escena hambrienta o dos
                    con belleza en mi cama
 y así derramé un poema o dos
 y así derramé un poema o dos
                    sobre un mundo pintado a lo Bosch.
Lawrence FERLINGHETTI. Antología.

Creí poseer toda tu belleza pero sólo he tenido tu cuerpo
Ay el cuerpo carece de eternidad
El cuerpo tiene la función de gozar pero el amor se le escapa
Vano es que yo ahora trate de abrazar a tu espíritu
Huye huye de mí en todas partes como un nudo de culebras
    que se desata
Guillaume APOLLINAIRE.  Poesía.

La belleza merece que por ella se renuncie a la despreocupa-
ción.
Robert WALSER. La rosa.

Otra luna centelleaba en las aguas, desmesuradamente alar-
gada. Una noche, viniste solo aquí y quitaste la tranca de la
puerta. Al instante, te atraparon las aguas del lago, sombrías
y calmas. Su belleza era demasiado profunda, insoportable 
para un niño pequeño, huiste de ella. Y después, cada vez
que pasabas junto a esa puerta, te cuidabas mucho de no to-
car la tranca.
Gao XING JIAN. La montaña del alma.

"¡Es la extenuante belleza que hace trapisondas conmigo y me
impulsa a la obra, y todo trazo que hago en esta fuerza de mo-
vimiento es gracias al Ideal: me dice que yo seré mañana y al
percibirme a partir de este futuro, hoy habré sido!"
Gerard POMMIER. Los cuerpos angélicos de la posmoderni-
dad. (Pone esas palabras en boca del artista).

Amargas e intransitables eran las sendas del sueño
a las que aquella hermosura conducía.
Lawrence DURRELL. Poemas 1935-63. También, en el
mismo libro:
"Él notó la perfección de aquella grave y oscura belleza.
La mente retrocedía como huyendo de un hierro de marcar."

Hay algo ultraconservador en eso de que sólo las personas su-
jetas a la disciplina de la hermosura tienen acceso a ciertos
vergonzosos contenidos psíquicos de la humanidad. ¡Oh, la
muchacha, ese receptáculo de la vergüenza, cerrado con la
llave de la beldad!
Witold GOMBROWICZ. Ferdydurke.

Lo bello, dice Nietzsche después de Stendhal, es una pro-
mesa de felicidad.
Albert CAMUS. Carnets.

 Casi no concibo (¿será mi cerebro un espejo hechizado?)
un tipo de Belleza donde no haya Infortunio.
Charles BAUDELAIRE. Diarios íntimos.

Pues mi ser es bello pero espantoso. Y sólo es bello porque 
es espantoso.
Antonin ARTAUD. En Pellegrini, "Antología de la poesía su-
rrealista".

Del mismo modo que no existe amor sin arrebato del corazón,
apenas existe auténtica voluptuosidad sin la fascinación de la
belleza.
Marguerite YOURCENAR. Cuentos orientales.

Mientras recorría con la mirada esa piel tersa que no podía a-
treverme a acariciar, me parecía reconocer algo lejano en su
belleza, algo que yo no podía definir. Primero lo asocié con las
estatuas camboyanas, cuya "sonrisa khmer" había descubierto
en el Museo Guimet de París; más tarde iba a avergonzarme 
de ese reflejo prestado, cultural...
Edgardo COZARINSKY. La tercera mañana.

Quien haya contemplado con sus ojos la belleza, ya está con-
denado a la muerte.
August von PLATEN. En Rev. Quimera, N° 9.

No creo que estar enamorado de mirar la mente y actuar a par-
tir de lo que allí se ha visto, esté a la misma altura que estar 
enamorado de alguien de gran belleza.
CONFUCIO. Analectas.

No hay nada más bello y perturbador que una idea fija.
Ricardo PIGLIA.

¿Para qué sirve la mortal belleza? Peligrosa, hace bailar la
sangre.
Gerald Manley HOPKINS. Poemas (Visor).

La belleza de las muchachas consiste en quedarse de pie en
la oscuridad.
Clarice LISPECTOR.

Lo bello tiene como efecto el suspender, el disminuir, el desar-
mar, diría, el deseo. La manifestación de lo bello intimida, 
prohíbe el deseo.
Jacques LACAN. Seminario 7.

eres la prisionera de tu más bella imagen
Georges SCHEHADÉ. Poesías.

Beauty is not caused. It is.
Emily DICKINSON. Cit. por A. Rivera, "El miedo".

La tarea más importante es exaltar la conciencia de si de una
mujer bella.
Karl KRAUS. Aforismos.

El carácter desesperanzador de la vida incluso más lograda y
la invencibilidad de la belleza femenina se volvieron tangibles
para todos del modo más indecente y humillante.
Stanislaw I. WITKIEWICZ. Insaciabilidad.

Louise era muy linda, y, cuando me sonrió, me pareció casi
imposible que alguna vez en mi vida yo hubiese sido desdi-
chada.
Jean RHYS. El ancho mar de los Sargazos.

Los versos que jóvenes,
agitándose en sus lechos,
rimaron en angustias de amor
para lisonjear al tonto oído de la belleza.
William Butler YEATS. En A. Girri, 'Versiones'.

estoy convencido de que yo escribiría por el simple anhelo
y afición que tengo por la Belleza, aun si mis trabajos noc-
turnos fueran quemados cada mañana, y no brillara sobre
ellas ninguna mirada. Pero tal vez en este momento no soy
yo quien habla, sino algún personaje cuya alma vivo.
John KEATS. 

Su belleza se asomaba a la fealdad como un acróbata a la
muerte.
Jean COCTEAU. El gran extravío.

¿Es la Muerte la madre de la belleza? Sin duda.
William MATTHEWS. The Poet's Notebook.

porque la belleza puede matar
como nieve o desierto
... ya que la belleza no puede
reconstruir
Mathieu BÉNÉZET. Antología de la poesía francesa.

 No es joven, más bien posee esa belleza postrera y más con-
fiada, como la medre de un compañero de clase. La ves ape-
arse de un coche, el destello de una pantorrilla elegante, y su-
cumbes a un amor insufrible.
James SALTER. Juego y distracción.


METÁFORAS

 Las mañanas son frías. Tengo treinta, tengo treinta y cuatro
años: los años se secan como hojas.
James SALTER. Juego y distracción. 

y viviré lo mismo que una puerta
que se abre y se vuelve a cerrar
Samuel BECKETT. Obra poética completa.

El auditorio con sus lámparas temblaba de triunfo como balsa
       del ferrocarril en el momento de atracar.
Tomas TRANSTRÖMER. Deshielo a mediodía. Y dos versos
más adelante: "Mi cabaña de trabajo es pequeña. El piano de
cola está aquí tan apretado como la golondrina bajo la teja."

Sólo la distancia cada vez mayor desde los juncos de la orilla
indicaba que el bote se movía. Más despacio aún se iba la luz
de la tarde de agosto.
John McGAHERN. Cuentos completos.

Te he estrechado contra mi pecho como si fueses una
 paloma que una niña ahoga sin saberlo
Guillaume APOLLINAIRE. Poesía.

y sus dientes destellan
como el alfabeto
Anne SEXTON. En Tedi López Mills, "Traslaciones".

La mente es como ese brillante océano de invernadero
Engañosamente de cristal en el amanecer de Bengala
Malcolm LOWRY. Poemas.

Somos leones enrollándonos y desenrollándonos en banderas.
Tu viento invisible nos lleva a través del mundo.
RUMI . Cit. en S. Mitchell, 'The Enlightened Heart'.

El viento parece tomar a la isla entre piernas y esquilarla,
tal como los hombres a las ovejas. Día y noche.
John BERGER. Cada vez que decimos adiós.

La calle y sus escasos transeúntes: "cadáveres sin dueño".
Jaime GIL de VIEDMA. Retrato.

Y una, acaso joven, canta asomada a una ventana y es como 
araña que asomase su cabeza peluda por una grieta del muro.
Curzio MALAPARTE. La piel.

el ojo de buey, aparador de una tienda en que vendieran mar
Valery LARBAUD. Obras escogidas de A.O. Barnabooth.

La metáfora crea una nueva realidad a partir de la cual la
original se nos aparece como irreal.
Wallace STEVENS. Cit. por Roa Bastos, 'Metaforismos'.

No sé si fue refiriéndome a ella [su primer amor] o a la hija
del fabricante que Rimbaud usó la expresión: "tan asustado
como 36 millones de falderos recién nacidos".
Henry MILLER. En Rev. Sur, N° 294, Mayo/Junio 1965.

Los meses giraron despacio como las sombrillas de seda
de los partidos de críquet colegiales.
Dereck WALCOTT. Omeros.

Vamos a darnos un banquete en nuestro cuarto, le dice, con
ese vino blanco, suizo, que te gusta tanto. Me dijiste que te
corría por la garganta como si cortaras un pescado con un
cuchillo filoso, ¿te acuerdas?
John BERGER. G.

en los ojos la sombra se agolpaba
de las vírgenes como las tardes en los olivos
Giuseppe UNGARETTI. Antología poética (Fabril).

POEMA DE MUERTE
La nieve que ayer
caía como pétalos de cerezo
es agua de nuevo.
GOZAN (s. 18). Poemas japoneses a la muerte.

El dolor subía por la cadera del viejo como un arado arañando
un terreno duro.
Walter MOSLEY. Blues de los sueños rotos.

un oído facetado como el paladar del grillo
Arturo CARRERA. Tratado de las sensaciones.

Con un coche alquilado
(ese gran criado blanco detenido en la puerta)
Tomas TRANSTRÖMER. El cielo a medio hacer.

De los innumerables escalones
que conducen a mi corazón
él subió tan sólo
quizá dos o tres.
Yosano AKIKO.

La capacidad de mi madre para ser feliz era como un minúscu-
lo hueso viejo en una enorme olla de caldo.
Lorrie MOORE. Al pie de la escalera.

Amos era un sardo alto, macizo, que parecía tener huesos de
hierro.
Gesualdo BUFALINO. Qui pro quo.

islas agazapadas como jaguares
Blaise CENDRARS

con pestañas largas como la espiga de la malta
Lucien BLAGA (También: "De tos labios calientes brota mi
alma".)

Y en el sentimiento de formas infinitas
Debo, cobarde, permitir que me salve una fulguración de 
                  [mundos,
Como si yaciera en unos brazos femeninos.
Hermann BROCH. En mitad de la vida.

El cine estaba lleno como una bolsa de pasas
Giorgos SEFERIS. 6 noches en la Acrópolis. (También: 
"Sentía la boca llena de espinas". Y, también: "La boca de
Esfinge parecía el punto final del universo".)

nueva y más hermosa la hierba dulce de la sonrisa
Tristan TZARÁ. Poemas.

Respirando, rosa, expiras.
ALANO DE LILA (1114-1202) En 'Antología del poema
traducido'.

Lanza del Vasto me había dicho una vez, al verme cortar
un filete sangrante: "Usted come heridas".
Michel TOURNIER. El vagabundo inmóvil.

Insomnio, pareces una casa de empeños
Abierta hasta tarde
En una calle de tiendas en quiebra.
Charles SIMIC. Hotel Insomnio.

La mente retrocedía como de un hierro de marcar
Lawrence DURRELL. Poema 'Una dama persa'.

su pulso muy débil, como el boqueo de un pez varado o el
susurro de algas marinas en una corriente oceánica
Justin CARTWRIGHT. Míralo de esta manera.

Los campos anegados como si todas las venas de la tierra
se hubiesen roto.
Jules RENARD. Diarios.

"Ha desembarcado Garibaldi, doctor". Que era, en la jerga del
lugar la más frecuente, aunque no la más descarada, de las me-
táforas de la hemoptisis.
Gesualdo BUFALINO. Perorata del apestado.

Ahora que yaces enterrado en aquel cerro
la tierra es dulce.
Else LÁSKER-SCHÜLLER. Cit. por Gunfeld en 'Profetas
malditos'.

Como gota de tinta en un pañuelo se derrama el tedio.
Georges SEFERIS. Antología poética.

Mi madre era como pez espinoso atrapado tierra adentro, con
los glaciares en retirada y los ríos -único acceso al mar- en 
proceso de desaparición.
Lorrie MOORE. Al pie de la escalera.

una blanca escritura eléctrica atraviesa el cielo
Cees NOOTEBOOM. Cartas a Poseidón.

Así es la revolución, no tiene cuerpo; si es como el fuego, su
cuerpo es la llama, o el fluir si es como el agua. Nosotros
mismos somos gotas en el agua, o chispas en el fuego, no po-
demos escaparnos.
Joseph ROTH. Fuga sin fin.

sólo yo soy puro e inocente como la guillotina
Francis PICABIA. Caravanserail.

sus ojos eran como violetas húmedas por la tormenta
Charles BAUDELAIRE. Cit. por Musil, "Diarios".

reluciente, abierto
beso de la tierra, 
la tumba.
Hermann BROCH. En mitad de la vida. Poesía completa.

Otro sentido de las metáforas: volver extraño, lejano. Enten-
dido en la acepción que Klages daba al Eros kosmogonos,
únicamente existe el amor lejano.
Robert MUSIL. Diarios.

mientras el tren se hinchaba en la curva
Antonio TABUCCHI. La línea del horizonte.

Sus dedos morenos se deslizaban por las cuerdas como
arañas. Después estalló en una breve y extraña sonrisa,
como si en su interior unos cristales se golpearan con o-
tros y se incorporó como hace una culebra, cuando se la
pisa en el campo.
Iván TURGUÉNIEV. Diario de un inútil.

Agosto. El aire se llena de aves migratorias. Algunas vuelan
tan alto que parecen granos de pimienta arrojados al viento.
Kathryn HARRISON. La mujer de nieve.

supongo que usted estará mal pagado y trabajará más horas
que un reloj.
Malcom LOWRY. Piedra infernal.

la poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago
Roberto BOLAÑO. Los perros románticos.
(RR: La poesía entra en la poesía, como el agua en la ola.)

El río se deslizaba bajo nosotros como lava de plata.
Alexander LERNET-HOLENIA. El estandarte.

Varamo tenía esos dos billetes malditos en el bolsillo, como 
dos alas de murciélago abanicando una aterciopelada tiniebla; 
le pesaban como pensamientos que todavía debía pensar.
César AIRA. Varamo.

Padre, las oscuras mariposas
se agazapan en los umbrales del mundo, a la espera.
James WRIGHT. Cit. por James Sallis, en  'Mariposa de noche'.

y vidrieras como alas de mariposa
uncidas con el polen de las flores.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos. (También:
"Los amaneceres son ciegos como gatitos.")



ACTOS, ACONTECIMIENTOS

Mallea contó que en una Feria del Libro en París, Paul Va-
lery había estado sentado toda una tarde sin firmar un solo
libro. Y lo mismo pasó con Clarice Lispector en la F del L
de Buenos Aires, en 1976.
Yo tuve mi propia experiencia: vi en la Feria del Libro de
Buenos Aires -no recuerdo bien en qué año fue- a Juan Rul-
fo, parado detrás de un pequeño mostradorcito, también so-
litario, sin que se le acercara nadie.

Todo aquel que en menos de una hora, de manera espectacu-
lar, por una sola y metamorfoseante sacudida, ha cambiado
totalmente su Weltanschauung, sabe y reconoce.
Henri MICHAUX. Emergencias Resurgencias.

Pensó sobre ello con estas palabras: "De hecho, no hay nada
que devorar; yo soy un don nadie. Y sin embargo... la vida es
única." Tomó conciencia por primera vez de esta desagradable
perogrullada y decidió defenderse con armas y bagajes. Estaba
a punto de echarse a llorar. Apretó los dientes y se tragó con es-
fuerzo una gran bola de pena condensada.
S.I. WITKIEWICZ. Adiós al otoño.

recitando a Ferrater
En catalán y de memoria mientras calentaba
La heroína en una cuchara que se doblaba
Como si el cabrón de Uri Geller estuviera
En la habitación vecina.
Roberto BOLAÑO. Poesía reunida.

En una de sus charlas radiales, Janusz Korczak dijo: "Escapé
de la juventud de la manera que huyes de un asilo de locos."

Y el jefe del Estado comete un atentado contra el aprendiz
                         de panadero.
Y al general le ponen el nombre de una calle.
Y la naturaleza es pintada fielmente según un cuadro.
Peter HANDKE. Vivir sin poesía.

Un pájaro pequeño bebe de ese agua
y canta, y una vez más
salva el desorden de las cosas.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.

Viaja siempre. Bruselas, Berlín, Riga, Varsovia, Praga, Vie-
na, Ulm, París, Burdeos, Madrid, Barcelona, Marsella, Siena,
Roma, Florencia, Trieste. En San Petersburgo compra por
cien rublos una joven esclava. Gran negocio. Sólo en escenas
de celos, que él prepara, su compra le reembolsa más de mil.
Felicien MARCEAU. Casanova, el anti Don Juan.

Es un hecho que yo hablo poco. Pero, a determinadas horas
me veía impelido a hablar por una necesidad urgente, me sen-
tía en la obligación de transformar en otras tantas palabras in-
significantes todos los detalles sin importancia de la vida.
Maurice BLANCHOT. La sentencia de muerte.

Ayer, en casa de Sidi Abdeslam Ben Mulay Ali Ktiri, asis-
timos al té más ridículo que he presenciado en mi vida. Una
mujer entró a cuatro patas con un mantel en la cabeza.
Paul BOWLES. En contacto.

Unos mecánicos reparaban un coche oficial con estandartes
azul claro y los cristales manchados de sangre
Ralf ROTHMANN. Morir en primavera.

CAUTELA
Los castaños florecen.
Tomo nota,
pero me abstengo de opinar.
Gunther EICH. En '21 poetas alemanes' (Visor)

así ahora tomáramos simbólicamente juntos una taza de ca-
fé y, desde la mitad de nuestra vida, miráramos hacia atrás
y hacia adelante...
Federico NIETZSCHE. Correspondencia.

La acción es una sucesión de actos desesperados que permi-
ten conservar la esperanza.
Georges BRACQUE.

El sentido (el destino) electriza mi mano; voy a desgarrar el
cuerpo opaco del otro, a obligarlo (ya sea que responda, o
que se retire, o que deje hacer) a entrar en el juego del senti-
do: voy a hacerlo hablar.
Roland BARTHES. Fragmentos de un discurso amoroso.

Era nieve, y me fundieron tus rayos,
la tierra me absorbió, niebla del espíritu,
me elevó hacia el sol
RUMI. Cit. por J. Goytisolo, 'Aproximaciones'.

En el brillante sol moteado de las laderas, las mujeres se han
puesto las tocas y van con su garbo de cepa en cepa, cortando
las largas ramas con sus cuchillos como hoces, ramas de robo-
la carmesí que caen en sus cestos con el peso de miembros 
humanos.
Lawrence DURRELL. La celda de Próspero.

Son los rebaños de las cúpulas que al abrevadero van
para sorber el resplandor fluvial.
Joseph BRODSKY. No vendrá el diluvio tras nosotros.

Si uno se sienta en un pontón, cerca de los Gesuati, o bien en
la terraza de Gianni, puede ver, hacia las 8.30 o 9 de la noche,
los aviones que vienen desde casi todas las direcciones y des-
cienden hacia el aeropuerto Marco Polo. Hay un momento a-
sombroso gracias a la perspectiva. Los aviones entran directa-
mente en el pórtico de la iglesia, como si se deslizaran en un
buzón previsto para este fin improbable. Este efecto óptico
dura unos segundos.
Philippe SOLLERS. Diccionario del enamorado de Venecia.

Minos tiene una enfermedad grave, suscitada por los celos de
Pasifae: apenas hace el amor con otra mujer, animales repug-
nantes brotan de su cuerpo: serpientes, escorpiones, ciempiés.
Roland BARTHES. La preparación de la novela.

Pasó muy rápido -agarrar, apretar, apretar,
soltar- y al primer exceso 
de fuerza, giró su cabeza, como para comprobar
quién era ésta, y me vio,
y me miró -sí, esta era su mamá,
su mamá estaba haciendo esto. Los ojos
oscuros, profundamente abiertos me asimilaron,
me conocía, en el shock del momento
me captó. esta era su madre, una de las
dos personas que ella más amaba, una de las dos
que más la amaban, cerca del origen del amor
estaba esto.
Sharon OLDS. La habitación sin barrer.

Se traga nubes
y vomita cerezos:
monte Ioshino.
BUSON. En "Jaikus inmortales".

Contar los propios defectos puede ser peligroso, nunca se
sabe cuál es el defecto que sustenta nuestro edificio.
Clarice LISPECTOR. Carta a la hermana. En Rev. Anthro-
pos Extra/2.

Luchaba siempre, y había luchado siempre, no para mostrar 
a los demás de lo que era capaz, sino para ocultarles de qué
no era capaz.
Bernard SCHLINK. El lector.

Los taoistas enseñaron la teoría de "hacer nada", mientras
que los confucianos enseñaron la de "hacer por nada".
FUNG YU-LAN. Breve historia de la filosofía china.

vuelve solo a su casa y "lapsus singular, que me hace daño,
subo la escalera y me paso de piso sin pensar, como si vol-
viera a nuestro departamento del 5°, como si fuera otra épo-
ca y mamá estuviera esperándome".
Roland BARTHES. Cómo vivir juntos.

yo era un conglomerado de mundos diversos, ni carne ni
pescado.
Witold GOMBROWICZ. Lo humano en busca de lo humano.

Para quienes tienen el culto de si mismos, las convicciones
reemplazan a la fe.
Georges BRACQUE. Cahiers, en Rev. Plural, N° 38.

Van Gogh impresionado por un pensamiento de Renan: "Mo-
rir para sí mismo, realizar grandes cosas, llegar a la nobleza
y superar la vulgaridad en la que se arrastra la existencia de
casi todos los individuos."
Albert CAMUS. Carnets.

Si escribo un alemán mejor que el de la mayoría de los escri-
tores de mi generación, lo debo en gran parte a una sola regla
que sigo desde hace 20 años. Es la siguiente: nunca utilizar
la palabra yo, salvo en las cartas.
Walter BENJAMIN. Artíc. de G. Brisac en Clarín Cultural,
5/7/90.

La literatura sólo empieza cuando nace en nuestro interior
una tercera persona que nos desposee del poder de decir
Yo.
Gilles DELEUZE. Crítica y clínica.

Siempre debo recurrir a la disolución, como una condición
indispensable.
Henri MICHAUX. Emergencias, resurgencias.

Del otro lado de la calle una mujer abre bruscamente
la ventana,
pone, con terrible suavidad,
dos macetas en el alféizar
     tic             tic
y cierra la ventana de un golpe.
Galway KINNELL. En J.M. Coetzee, "51 poetas"

La buena esposa
yace en mi cama
a través de la larga tarde;
soñando quieta, sin ser cansada
por el profundo rugido de las piras funerarias.
Jayanta MAHAPATRA. The Vintage Book of Modern Poe-
try.

La piedra, dice Eckhart, cumple su obra sin cesar, noche y
día.
Aldous HUXLEY. La filosofía perenne.

en la oscuridad sorprendida de Lascaux los animales se des-
pertaron de su sueño subterráneo. A 80 metros bajo tierra es-
tallaron a la vida a la luz de una lámpara: los ciervos nadado-
res, los caballos flotantes, rinocerontes, rebecos y renos. Te-
nían las aletas de la nariz húmedas y temblorosas, los pelle-
jos exudaban óxido de hierro y manganeso, al olor de la pie-
dra subterránea.
Anne MICHAELS. Piezas en fuga.

En el pabellón musical de mis oídos
apareció un bosque de piedra.
Zbigniew HERBERT. Informe de la ciudad sitiada.

Sólo el viento de la edad de piedra
En la puerta oscura golpeará
Anna AJMÁTOVA. Poemas escogidos.

En el grandilocuente rótulo sobre el féretro de mi madre,
Lowell había sido erróneamente escrito Lovel.
El cadáver estaba envuelto 
    como un panetone en papel de estaño italiano.
Robert LOWELL. Poemas.

PROMENADE DES ANGLAIS
     Hay una cosa de ella que recuerdo
siempre que pienso que al final habremos
            de separarnos
   ella ya encerrada dentro de la estúpida
            caja negra del
                 Morris
ella ya inmersa contra su voluntad en la férrea
           riada de la Promenade
           ella ya no deshecha en
              lágrimas sino casi
                      sonriente
vuelta un instante hacia atrás cargada de buena
                      voluntad
     para decirme adiós hasta pronto ya
                     nos veremos
ella ya mía justo entonces mira por dónde
                     para siempre
Giorgio BASSANI. Epitafios.

Ir bajo el temporal al lugar de la cita
Michael ONDAATJE. Escrito a mano.

releía una y otra vez el artículo, que según pude ver había
abierto en mí una recámara clausurada.
W.G. SEBALD. Los emigrados.

Un hilo se teje el lunes
Hacia el fin de semana
Se embarba todo el país
Jean DUBUFFET. En Revista TséTsé, N° 7/8. (Sí, dice
"se embarba")

Por paradójico que parezca, hay un camino a recorrer y hay
que recorrerlo, pero no hay viajero. Hay actos, pero no hay
actor.
SATTIPATHANA-SUTTA XLII, 16. Cit. por M. Houelle-
becq, "Ampliación del campo de batalla".

Yo tenía que cuidar a un corderito enfermo, a un corderito monstruoso e histérico; y cuidar corderos es como el cunni-
lingus, un trabajo oscuro y solitario; pero alguien debe hacerlo. 
Y yo lo hago hasta la autorrenuncia  y hasta sufrir un tic ner-
vioso en el párpado.
Ingomar von KIESERITZKY. El libro de los desastres.

Amo las rosas de los jardines de Adonis,
Esas perecederas amo, Lidia, rosas,
Que en el día que nacen
El mismo día mueren.
La luz para ellas es eterna, porque
Nacen nacido ya el sol, y cesan
Antes que Apolo abandone su curso visible.
Hagamos así nuestra vida un día,
Ignorando, Lidia, voluntariamente
Que hay noche y después
De lo poco que duramos.
Fernando PESSOA. (Como Ricardo Reis). Poemas.

Mientras el año pasa,
Las generaciones
De pájaros también pasan.
Debes observar cuidadosamente.
Los mismos pipilos y arrendajos
Parecen haber estado en los mismos lugares
Para miles de generaciones de hombres.
Kenneth REXROTH. The Complete Poems of KR. (Es el
poema completo)

 la tormenta arroja un puñado de
 granizo
 contra las ventanas de las cuadras.
Peter HANDKE. Vivir sin poesía.

Caen estrellas y tintinean alrededor de sus pies, como mo-
nedas.
Claire KEEGAN. Antártida.

Lugones ha escrito que en Córdoba, antes de que llegaran
las revistas, vio muchas veces un naipe clavado como un cua-
dro en la pared de los ranchos. El 4 de copas, con el pequeño
león y las 2 torres, era especialmente codiciado.
Jorge L. BORGES. Autobiografía.

Vagué por las estepas que aun recuerdan los gritos del huno,
me vestí con lo que vuelve a estar a la moda,
sembré centeno, teché graneros con papel asfaltado,
y sólo me faltó beber agua seca.
Joseph BRODSKY. Poemas (Alción).

El molinero, cuando no puede dormir, sale sin gorro al moli-
no e inspecciona la muela. A veces me despierto a la noche y 
repito para mí las conjugaciones de la gramática de Marr.
Osip MANDELSTAM. Viaje a Armenia.

¡Qué regreso el de Amílcar Pardovani desde la prisión! Los
crímenes aun no cometidos lo esperaban con una avidez in-
disimulable.
RR

Caminando por las vías que llegan a Resistencia, donde lue-
go se toma un vaporcito, encontré un asesino. Me contó que
toda la noche se quiso separar de su víctima, pero por más
que corría y corría, el muerto siempre estaba a su lado...
Jacobo FIJMAN. En 'Viaje a la otra realidad' (Entrevistas
con V. Zito Lema).

Si usted viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la
calle. En cuanto oscurece empiezan a salir. Y a nadie le gusta
verlas. Son tantas, y nosotros tan poquitos, que ya ni la lucha
le hacemos para rezar porque salgan de sus penas. No ajusta-
rían nuestras oraciones para todos. Si acaso les tocaría un pe-
dazo de Padre Nuestro. Y eso no les puede servir de nada.
Juan RULFO. Pedro Páramo.

En el verano de 1943 este libro estaba por ser entregado a las
prensas, cuando los bombardeos de agosto cambiaron la cara
de Milán. Por efecto de ese terrible cambio, este libro, este
"retrato de ciudad", ha adquirido por desgracia un valor im-
previsto. Es el retrato de Milán 'antes'. Es Milán como nadie
volverá a verlo. Tal es la suerte fatídica de los retratos y aque-
llo por lo que muchos temen el retrato.
Alberto SAVINIO. Cit. por I. Clavino, "Crucigramas".

El 27 de mayo de 1942, un grupo de paracaidistas checos, for-
mados en Inglaterra, lleva a cabo un atentado contra Reinhard 
Hetydrich, el más alto cargo del III Reich en el Protectorado,
quien fallece en el hospital. Los autores del atentado logran
huir. Como castigo, Hitler ordena matar al pueblo entero de Lí-
dice, cercano a Praga. Los nazis no sólo asesinan a todos los
hombres, a las mujeres las envían a Ravensbrück, y a los niños,
a un campo de concentración o a Alemania; no sólo queman o
derriban todos los edificios y convierten el pueblo en un erial;
profundizan en sus entrañas, sacan de sus tumbas los féretros y,
de ellos, los cadáveres. La operación se da por terminada cuando
esxtraen de raíz todos los árboles y cambian el cauce del río, pa-
ra que nadie pueda afirmar que allí hubo una vez un pueblo.
Mariusz SZCZYGIEL. Gottland.

La conciencia de la respiración: una victoria de mí sobre mí.
Lorrie MOORE. Al pie de la escalera.

No sabe el porqué de este tornillo y construirá un puente.
Wislawa SZYMBORSKA. El gran número. 

EN SUEÑOS
Los dos hemos soportado
Esta separación oscura y decidida.
¿Por qué lloras? Mejor dame la mano,
Prométeme venir de nuevo a mis sueños.
Somos como dos montañas...
Que en el mundo real no tienen encuentros.
Sólo envíame, a la medianoche,
Saludos por medio de una estrella.
Anna AJMÁTOVA. Poemas escogidos. Es el poema completo.

los peregrinos se vestían y desnudaban a todas las horas del
día en un lento calidoscopio de cambiantes colores: las in-
dias del Sur, con sus saris de seda púrpura de Kanfeevaram,
los peregrinos de Rajastán, que desenrollaban turbantes ama-
rillos y carmesíes largos como madejas, las viudas de Benga-
la, con su austero algodón blanco. Al anochecer, las lejanas
piras funerarias eran como gusanos de luz en la orilla norte.
Pankaj MISHRA. Los románticos.

la indicación de Marcel Duchamp que dice más o menos
así: "Hay que alcanzar la imposibilidad de transferir la huella
de la memoria de una imagen a otra". Cuando en verdad veo
algo es porque no lo he memorizado.
John CAGE. Entrevistado por Rob Tannenbaum.

Escrito
con la paciencia gris de la lluvia
Peter HUCHEL. En '21 poetas alemanes'.

lo mismo que las personas sumamente mareadas, cuando, por
ejemplo, van en vapor por el mar Caspio, tampoco oponen la
menor resistencia si alguien les comunica que las van a tirar
por la borda.
W.G. SEBALD. Austerlitz.


YOES, SUJETOS, EXISTENCIAS

 Sin hambre:
 Demasiado lleno de existencia.
Peter HANDKE. Vivir sin poesía.

 que el texto tome mi lugar, de modo que yo exista menos. No
logro liberarme de mí sino en dos casos: por la idea del suici-
dio y por la de escribir.
Marguerite DURAS. La pasión suspendida.

No, ésta no soy yo, es otro que sufre,
Yo no hubiera podido.
Anna AJMATOVA. En La Opinión Cultural, 4/9/77.

Comprendía de manera natural todo cuanto se le ponía por de-
lante. Era una manera mejor de afrontar el mundo que tener 
siempre la razón y que los demás se equivocaran, que era como
mi madre veía la vida y como me había educado a mí.
Richard FORD. Lamento lo ocurrido.

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera
lo que habría significado
ser alguien totalmente diferente.
Wislawa SZYMBORSKA. Fin y principio.

Soy el intervalo entre lo que soy y lo que no soy.
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

La hora en que terminó el día y comenzó el otro
la hora en que se cortó el tiempo
aquel que desde ahora y antes desde el principio
             gobernaba tu cuerpo
debes encontrarlo
debes buscarlo para que al menos lo encuentre
algún otro, cuando te hayas muerto.
Giorgos SEFERIS. Antología poética.

Ahora bien, yo ya estaba allí hace mil, hace 100 mil años.
Cuando la tierra no era aún más que una bola de fuego gi-
rando en un cielo de helio, el alma que encendía sus llamas,
que la hacía girar, era la mía.
Michel TOURNIER. El rey de los alisos.

Vacío gris es mi nombre, mi pronombre
Alejandra PIZARNIK

Los modos irrealis son una categoría de modos verbales que in-
dican que ciertos acontecimientos no han sucedido, puede que
nunca sucedan, o deberían o deben o se desea que sucedan, pero
que no aseguran que vayan a suceder. Los modos irrealis tam-
bién se conocen como modos contrafactuales; incluyen el condi-
cional, el subjuntivo, el optativo y el imperativo. Se expresan
mejor como los "puede ser" y los "podría haber sido".
André ACIMAN. Homo irrealis.

¿Y yo?
Orino en el lavabo
con un sentimiento
de eternidad.
Charles SIMIC. Mil novecientos treinta y ocho.

Soy fuego
Aquietado en agua...
Soy aire
Atrapado en una red.
Kathleen RAINE. En 'Poesía Inglesa Contemporánea' (Faus-
to).

Y yo, como tantas imágenes deformadas en un agua que 
corre.
Claire PARNET

Y yo, entre la vida que amo con despecho y la muerte que
temo con seducción.
Fernando PESSOA. El libro del desasosiego.

quitada la vaina
se es otro
cualquier otro...
Henri MICHAUX. Movimientos. (Concluye: "No se paga
más tributo")

Ha acabado por tomarse en serio a sí mismo, lo cual consti-
tuye una curiosa intoxicación- Y además -¿producir? -"apun-
tar tan concienzudamente para errar el tiro?"
Jacques VACHÉ.

Yo tengo sumo interés en despojarme de mí misma
Silvina OCAMPO. Cit. por Carrera, Arijón, "Teoría del cielo".

Los pájaros se esfumaron en el cielo,
y ahora la última nube se desvanece.

Nos sentamos juntos, la montaña y yo,
hasta que sólo la montaña permanece.
LI PO

En los instantes mejores, en los peores, uno no tiene la im-
presión de ser él mismo; uno prodiga, o bien sufre, yo no
sé qué improbable yo.
Paul VALERY.

¿Qué podría empezar a negar el yo si no hubiese en el hom-
bre algo diferente del yo?
W. LAW. Cit. por A. Huxley, 'La filosofía perenne'.

lejos de nosotros como nosotros
de nosotros mismos
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.

Simone Weil: mujer extraordinaria, de un orgullo inaudito y
que se creía sinceramente modesta. Semejante desconocimien-
to de sí misma en una persona tan excepcional confunde.
E.M. CIORAN. Cuadernos 1957-1972.

¡Atrás! Presiento que la hora de la Retirada general sonará
pronto. El hijo de la tierra comenzará a temer a esa forma 
que es la suya y a avergonzarse de ella en la misma medida
en que hasta entonces se había mostrado orgulloso de ella,
y en ella había buscado su estabilidad. No tardaremos en
sentir miedo de nuestra persona y de nuestra personalidad,
porque sabremos que no nos pertenecen por completo. Y en
lugar de vociferar y de rugir: yo creo esto, yo siento aquello,
yo soy así, yo defiendo eso, diremos con más humildad: a tra-
vés de mi se cree, se siente, se dice, se hace, se piensa, se pro-
duce... El poeta repudiará su canto. El sacerdote temerá al al-
tar, la madre no se contentará con enseñar ciertos principios
a sus hijos, sino también cómo eludirlos, a fin de que no lle-
guen a ahogarles.
Witold GOMBROWICZ. Testimonio.

Mis cinco sentidos no me pertenecen. Sólo existe una cosa
propia, el deseo. Quisiera vivir por mi cuenta.
Jacques RIGAUT. Agencia general del suicidio.

Yo soy tú, cuando yo soy yo
Paul CELAN. Poemas (Visor).

'Filología clásica'. Pasaron milenios antes de que los hombres
admitieran el pronombre de segunda persona. Cuando les de-
cían  o no entendían o se indignaban: ellos eran yo y los in-
terlocutores  y no veían la razón de alterar ese orden natural
y caer en la anarquía.
Adolfo BIOY CASARES. Guirnalda con amores.

el que me vivió,
y murió abandonado en la tumba de otro
Thomas BERNHARD. Ave Virgilio.

Si no has visto al Diablo, mira a tu propio Yo
JALAL-UDDIN-RUMI

Parece que yo no soy yo, de tanto yo que soy
Clarice LISPECTOR. Silencio.

porque yo desconocía a mis padres: me resultaban tan extra-
ñoa; jamás podré conocerlos yo, ¿yo?
Joao GUIMARAES ROSA. El gran Sertao.

Yo no había cambiado, sólo que los acontecimientos se ha-
bían interpuesto entre mí y mi propia naturaleza.
Marguerite YOURCENAR. Alexis o el tratado del inútil
combate.

I (yo) también es el sigo en astronomía de la inclinación
      de una órbita hacia la elíptica
en química, del iodo
en física de la intensidad de la corriente, de la fuerza magné-
           tica o del momento de inercia
en lógica de una proposición afirmativa particular.
Donald BARTHELME. Vuelve Doctor Caligari.

Yo soy la herida y el cuchillo
La víctima y el verdugo
Charles BAUDELAIRE

No volver
a inventarse
otra vez.
Caminar todavía
algún tiempo
entre
aire ciego.
Nelly SACHS.

¿Cómo podría ese tanto que se llama a sí mismo Yo
atreverse a comprender su inmensurable Quién?
Edward Estlin CUMMINGS. Poemas (Visor)

Pues si el yo resulta odioso, amar al prójimo como a sí
mismo se convierte en una atroz ironía.
Paul VALERY.

Cruza las manos sobre la rodilla, oh compañera que no
         tengo ni quiero tener,
cruza las manos sobre la rodilla y mírame en silencio;
    a esta hora en que ya no puedo ver que tú me miras,
    mírame en secreto y en silencio y pregúntate a ti mis-
    ma -tú que me conoces- quién soy yo...
Fernando PESSOA. Como Alvaro de Campos. Poesías,
1914-35. 

Ahí viene mi montura: ésta soy yo, trepada al pony loco
de la ansiedad. Colgada de sus crines.
Caitlin MAKHLOUF. En E. Zaidenweig, "50 estados".

MI IDENTIDAD SECRETA ES
la habitación está vacía
y la ventana está abierta
Charles SIMIC. El mundo no se acaba.

con la funda arrancada
se es otro
cualquier otro
Ya no se paga tributo
una corola se abre, matriz sin fondo
Henri MICHAUX. Frente a los cerrojos.

Dijo: "Mi personalidad está dividida entre un hombre a 
quien odio y un hombre que se odia a sí mismo."
Aleksander HEMON. La cuestión de Bruno.

Si tratase de recordar cómo me imaginaba a mí mismo en 
aquella época, sería así: yo, que soy de vidrio transparente,
estoy nadando en el agua sin adelantarme ni retrasarme, co-
mo si no estuviera, mientras que todo alrededor estaría cam-
biando.
Viktor SHKLOVSKI. La tercera fábrica.

El ser humano es siempre doble: el que actúa, y el que se ve
a sí mismo actuar; el que sufre, y el que se ve a sí mismo su-
frir; el que siente, y el que se observa a sí mismo sentir (...)
Y esto es una muestra de que es casi imposible ser sincero.
Giorgos SEFERIS. Días.

A menudo me he encontrado con gente insatisfecha de sí
misma. Más de uno se siente mal porque quiere gustarse
demasiado.
Robert WALSER. La rosa.

Era terriblemente humilde. Solía decir que "en comparación
con Pushkin y con Tsvietáieva, sólo soy una pequeña vaca.
Soy una vaca.
Joseph BRODSKY. En Conversations with JB. (Se refiere
a Anna Ajmátova)

Mi vida ha cambiado mucho
Pero yo soy siempre el mismo
(...)
Soy el otro
Demasiado sensible.
Blaise CENDRARS. En Rev. El lagrimal trifurca, 4/9/68.

-Pareces otro.
-Soy otro -respondió él-. Siempre he sido otro.
Joseph MITCHELL. El secreto de Joe Gould.

La sensación de nuestro ego existe a causa de la Avidya 
(ignorancia), que es el origen de todos los males.
K.M. SEN. Hinduísmo.

Detrás de mí estoy yo bifronte,
curvado sobre el espejo del pensamiento.
Valerio MAGRELLI. Ora serrata.

En el sentido tradicional, convertirse en héroe significa ad-
quirir el derecho, gracias a dones y virtudes excepcionales,
de decir Yo.
W.H. AUDEN. La mano del teñidor.

Para la India védica, yo y ello, jivatman y atman, eran como
el poste del sacrificio (yüpa) y la víctima que estaba atada
a él: "más cerca de ti que tu vena yugular", dice el dios al 
místico, porque es el cuchillo que ha cortado esa vena.
Roberto CALASSO. Las ruinas de Kasch.

En todo hombre, hay una especie de compañero o camarada
de infancia, cuya presencia no es siempre encantadora, y que
envejece, se ríe y se aja, sin nacer ni desarrollarse jamás. Una
especie de enano.
Es él quien es tímido, es él quien nos recuerda un montón de
historias desagradables y que no se siente nunca bien en la
vida tal como es ella ahora que uno está maduro, y que se
burla de todas nuestras actitudes de hombre, él que no es ni
un hombre ni un niño. es quizás un hermano, no es siempre
un amigo. Es un irrecusable testigo.
César MORO. En La Opinión Cultural, 12/10/75.

Si el Yo está determinado fatalmente, no tiene que abando-
nar nunca su forma, no sobrepasar nunca su círculo de obli-
gaciones, no poner nunca en peligro su carácter, no descu-
brir tampoco su rostro, entonces un viaje es disolución, peli-
gro, incredulidad dentro de la pregunta severa por la libertad
y la necesidad, y entonces sólo puede conducir a la confirma-
ción de la desmoralización más profunda.
Gottfried BENN. Doble vida y otros escritos autobiográficos.

Ni un solo día, ni una sola hora, ni siquiera un minuto sin
caer en lo que el filósofo budista Chandakriti llamó "el abis-
mo de la herejía del yo".
E.M. CIORAN. Desgarradura.

ello habla, luego yo no existe
Samuel BECKETT. Detritus.

Todo momento de encontrar es perderse a sí mismo
Clarice LISPECTOR. La pasión según GH.

Yo debí ser un par de garfios mellados
Que barrenase el fondo de mares silenciosos.
T.S. ELIOT. La canción de amor de J. Alfred Prufrock.

Y sabía que pronto no quedaría más que la obscena realidad
de sí mismo, atrapada en las solitarias recámaras de la exis-
tencia.
Paul BOWLES. La tierra caliente.

Hay que decir también que unos 50 niños judíos nacieron y
crecieron en Auschwitz, escondidos en el bajo vientre. En-
contraron algunos. Los que sobrevivieron fueron mandados
a un hospital psiquiátrico en Inglaterra. Ninguno de ellos
sabía el uso de la primera persona del singular. Decían
"wir", "nosotros".
Marguerite DURAS. Los ojos verdes.

Nunca volvería, como en uno o dos grandes momentos del
ayer, a ser mejor que sí mismo.
Henry JAMES. La edad madura.

Aquellos parroquianos que miran el árbol de Saussure desde
la barra (del bar) acaso no saben que, entre las mil y un len-
guas del mundo, sólo el castellano les da la posibilidad del
yo como algo que está constituido por una letra que une -y-
y otra que a continuación separa -o-.
Héctor LIBERTELLA. El árbol de Saussure.

si la veleta pudiese hablar diría que ella dirige el viento
Jules RENARD. Diarios.

"Estrellas, un evento masivo
para que el desolado adquiera más importancia que el /aire"
(¿Yo escribí eso? No, fui yo.)
Sergio BIZZIO. "Hacer un buen negocio" se llama una breve
serie de poemas publicados en Diario de Poesía, N° 73. El que
incluye estos versos se llama "Arte de mí".

Nada arde en el infierno sino el yo
Theología Germánica.

Como los que invocan espíritus me invoco
A mí mismo y no encuentro nada.
Fernando PESSOA. Poemas (Fabril)

Si no has visto al diablo, mira a tu propio yo
Jalal-Uddin- RUMI.

Y lo que no sabes es lo único que sabes
Y lo que es tuyo es lo que no es tuyo
Y donde estás es donde no estás.
T.S. ELIOT. La tierra baldía.

Y ahora (a los 70), creo que he llegado a escribir de un modo
más o menos sencillo. Y recuerdo una frase de George Moore
que me impresionó, quien, para elogiar a alguien, dijo: "Es-
cribía en un estilo casi anónimo". Y me pareció que era el me-
jor elogio que podía hacerse de un escritor. He wrote in an al-
most anonymous style.
Jorge Luis BORGES. En Conversaciones con F. Sorrentino.


 RELACIONES, CONEXIONES, LAZOS

Yo no le gusto al dinero
Jean RHYS. Los tigres son más hermosos.

Un limón al lado de una naranja deja de ser limón
y la naranja naranja, para convertirse en frutas.
(Las matemáticas siguen esta ley. Nosotros también.)
Georges BRACQUE. Cit. por G. Suere, en 'Plural' N° 38.

Cuando vinieron los misioneros, nosotros teníamos la tierra 
y ellos la Biblia. Actualmente ellos tienen la tierra y nosotros, 
la Biblia.
Proverbio Africano. Cit. en Juan C. Paz, 'Alturas, tensiones'.

Si todos los gritos se confunden, los de los animales y los de 
los hombres, para tremendo espanto de quien los oye (¡qué
trastornantes los gritos de los animales por la noche!)- el grito 
de amor y el estertor, el grito de dolor y el de alegría-, ningún
poema, por el contrario, puede confundirse con ningún otro.
Eugénie LEMOINE-LUCCIONI. El grito.

Había una hermosa tetera con agua hirviendo y, de golpe, 
arrojaron en ella una pizca de un prodigioso té negro.
Así es para mí el idioma armenio.
Osip MANDELSTAM. Viaje a Armenia. (En otra parte del
mismo libro: "El idioma armenio no está desgastado, son bo-
tas de piedra. Y por supuesto, la palabra es de paredes espe-
sas con una fina capa intermedia de aire en las semivocales.")

El arte está hecho para perturbar. La ciencia para dar seguri-
dad.
Georges BRACQUE. En 'Los grandes pintores hablan de su
arte'.

Tal vez me apetecía ir a Asia porque había leído hacía poco
Un bárbaro en Asia, de Michaux.
Paul BOWLES. Memorias de un nómada.

En los relatos de los últimos días de Franz Kafka
y Witold Gombrowicz se repite un detalle: las frutas que pedían.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.

Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican
el número de los hombres.
Jorge L. BORGES (No recuerdo la fuente)
El mismo Borges comenta: "Macedonio Fernández dijo que
el acto sexual es un saludo que cambian dos almas." (En 'Diá-
logos')

¡Ay del libro que pueda leerse sin interrogarse constantemente
acerca del autor!
Emile CIORAN. Desgarradura.
También escribió: "La crítica es un contrasentido: no hay que
leer para comprender a los demás, sino para comprenderse a 
sí mismo." En 'Ese maldito yo'.

el "parentesco" que todas las lenguas del mundo instituyen
entre el acto de comer y el de copular.
Claude LÉVI-STRAUSS. La profecía de las vacas locas, un
artículo de 1997.

Las mujeres continuarán reclamando consoladores y grandes
sexos negros
Para el improbable placer de un jubilado de los ferrocarriles
italianos
Venido a visitar la estación en la que transcurrió su carrera
Y crió a sus hijos
Antes de que cerrasen la escuela
Michel HOUELLEBECQ. Poesía (Anagrama)

El señor Saito acababa de ser padre de su segundo hijo, un niño. 
Una de las maravillas de la lengua japonesa es que permite in-
ventar nombres hasta el infinito, a partir de todas las categorías
del discurso. Por una de esas excentricidades de las que tantos
ejemplos ofrece la cultura nipona, las que no tienen derecho a
soñar llevan nombres que invitan a soñar, como Fubuki. Los 
padres se permiten los lirismos más delicados cuando se trata 
de bautizar a una niña. Cuando se trata de ponerle nombre a un
niño, en cambio, las creaciones onomásticas son, a menudo, de 
una hilarante sordidez.
Amélie NOTHOMB. Estupor y temblores.

Crecí espiritualmente nutriéndome del alma de la gente. 
Si veía un alma fuerte
la hería en su orgullo y devoraba su fuerza
Edgar LEE MASTERS. En A. Girri, 'Versiones'.

Ya otro poeta ciego, Homero (¿qué más da si fue un hom-
bre, dos, tres, o mil?), decía que los hombres sufren para que
los poetas dispongan de materia prima.
Pablo MAURETTE. La carne viva. (Hablando de Borges).

Años más tarde Bioy Casares iba a decirme algo así como que 
la gente que uno conoce cuando da sus primeros pasos en la vi-
da, en lo que ha elegido como vida, están destinados a ser los
fantasmas fieles de nuestra vejez, gente a la que no habíamos
prestado mucha atención porque vivían su crepúsculo cuando
nosotros perseguíamos impacientes un elusivo mediodía.
Edgardo COZARINSKY. La tercera mañana.

El médico no contempla nada. Para ellos el bien es salud. Mu-
chos médicos están por la experiencia, otros por la razón. Todo
es una tragedia.
Jacobo FIJMAN. Conversaciones con Vicente Zito Lema.

Cuanto más vida interior se tiene, tanto menos abordable se
es.
Henri MICHAUX.

La descendencia dura eternamente; la amistad sólo dura un
día.
Antiguo Proverbio BABILONIO. En Sylvester, 'Yo, tu y el
mundo'.

No hagas a los demás lo que a ti te gustaría que te hicieran,
pues no hay pruebas de que tengan los mismos gustos.
George Bernard SHAW. Cit. por M. Tournier, 'El vagabundo
inmóvil'.

Decidí actuar de la siguiente manera: si daba vuelta a la iz-
quierda [un hombre a quien él seguía caminando] me com-
praría el libro que tanto deseaba, Aventuras, de Jack London.
Si en cambio doblaba a la derecha, no compraría nunca el li-
bro y, aunque me lo regalasen, jamás leería una sola línea.
Witold GOMBROWICZ. Bakakai.

A las cosas nunca se les debe sugerir cómo deben ocurrir,
porque si no suceden así.
Antonio TABUCCHI. Réquiem. 

Espejos sin baño de mercurio, cielos sin luz, amores sin ob-
jeto.
Jean GRENIER. Islas.

...los Borgia, que se relacionaban con las otras personas como
un cocinero con los pollos
Stephan VIZINCZEY. Verdad y mentira en la literatura.

La necesidad histórica de la 1° Guerra Mundial fue la de con-
ducir a la desaparición de las monarquías. Estas desaparecie-
ron tanto entre los vencedores como entre los vencidos. La ne-
cesidad propia de la 2° Guerra Mundial fue la supresión de los
estados nacionales. No hay más que grandes imperios como
Rusia, los Estados Unidos, China: es la forma bajo la cual se
presenta hoy el poder.
Ernst JÚNGER. Conversaciones con Hervier.

 Yo crecía siendo el último niño de la familia, madurando co-
mo el trigo sembrado a destiempo.
Víktor SHKLOVSKI. La tercera fábrica.

 Que quien me oiga decir que el gato gris que juega en el
patio es el mismo que retozaba allí hace 100 años, piense
de mí lo que quiera pero sería una locura aun más extraña
imaginar que fundamentalmente es otro gato.
Arthur SCHOPENHAUER. Cit. por G. Genette, en "La
literatura según Borges".

En el sonoro poste de electricidad hay un escarabajo al sol.
Bajo los brillantes escudos están las alas plegadas tan inge-
niosamente como un paracaídas empaquetado por un exper-
to.
Tomas TRANSTRÖMER. El cielo a medio hacer.

Cuando vi por primera vez la nieve cubriendo el aire
con sus delicadas pisadas, dije que nunca
iba a vivir donde no nevara, y cuando
el primer hombre arremetió para entrar en mí,
y desgarró el pasadizo,
y vino al pequeño cuarto, y apartó
la cortina a un lado para que yo entrara, supe que nunca
podría vivir alejada de ellos.
Sharon OLDS. Satán dice.

Según Sherrington el cerebro es "un telar encantado en el cual
millones de agujas centelleantes (los impulsos nerviosos) tejen
un dibujo efímero pero que constantemente se disuelve y se re-
nueva".
Juan Rodolfo WILCOCK. Hechos inquietantes.

El océano, como esmeralda
tiene, es cierto, sus defectos;
pero la bañista tonta
ama las joyas falsas.
Jean COCTEAU. Poemas. Con el título "Trouville", es el
poema completo.

Oí un disparo en el bosque alpino, y un ciervo murió. Oí un
disparo en el jardín y un arrendajo murió. Oí un disparo en el
hotel, y una joven murió. Pensé: "¿Oirás tu disparo cuando te
pegues un tiro?"
Peter ALTENBERG. Páginas escogidas.

Acerca de los poemas que no funcionan -¿quién quiere ver a 
un pájaro casi volar?
Mary OLIVER. En 'The Poet's Notebook'.

Cowley comparó el corazón del enamorado con una granada
de mano. Siembra la destrucción.
Adolfo BIOY CASARES. De las cosas maravillosas.

La metempsicosis enmendada: el alma de Bismarck reencarna-
da en el corazón de una sensitiva.
Jules RENARD. Diarios.

la cara de póquer de Keaton puede tener su origen en el hecho
de que de niño lo usaron como "bala humana" y tuvo que a-
prender a no mostrar el dolor que sentía.
J. COLE. El rostro.

se besan como peces tropicales
Justin CARTWRIGHT. Soñando con los masais.

En una hipérbole admirable, Paul Valery arroja un puente entre
esa "oponibilidad" del humano pulgar y esa otra facultad -la
conciencia- que posee el espíritu humano de pensarse a sí mis-
mo.
Michel TOURNIER. El árbol y el camino.

Oh la luna de medianoche
Desapareció en una nube
Entretanto me pregunto
Si acaso tendré
La suerte de reencontrarte.
Murasaki SHIKIBU. En 'Japanese Poetry'.

Todo lo que no es cielo es infierno.
Christopher MARLOWE. Dr. Fausto.

Desgraciadamente, como pude comprobarlo antes, si uno
usa una inicial para su personaje principal, la gente comien-
za a hablar de Kafka.
Graham GREENE. En busca de la felicidad.

Hazme amargo.
Cuéntame entre las almendras.
Paul CELAN. Amapola y memoria.

... el acto sexual es en el tiempo lo que el tigre es en el espa-
cio.
Georges BATAILLE. La parte maldita.

¡Apenas ayer (...) me di cuenta por primera vez que el adjeti-
vo venéreo se deriva de Venus! Médico como soy que ha 
ejercido la medicina por más de 40 años.
William Carlos WILLIAMS. Autobiografía.

Me dices que no persiga dos liebres al mismo tiempo y que
abandone la práctica de la medicina (...) me siento más com-
placido y satisfecho cuando pienso que tengo dos profesio-
nes, no una. La medicina es mi esposa legítima y la literatu-
ra mi amante. Cuando me aburro de una paso la noche con 
la otra. Puede parecer escandaloso, pero no es monótono y
además ninguna sufre por mi infidelidad. Si yo no tuviera
mi trabajo como médico, sería difícil poner mi pensamiento
y mi libertad de espíritu en la literatura.
Anton CHÉJOV. Cit. por W. Ober, 'La infección de Bos-
well'.

Nací en Choele Choel, que quiere decir "corazón de palo".
Me ha sido reprochado por varias mujeres.
Rodolfo WALSH. Ese hombre.

calles y templos
que tiemblan bajo
precipicios de agua nocturna//
Alguien con fiebre
enterrado
en la oscuridad de una habitación.
Michael ONDAATJE. Escrito a mano.

El cielo es una mezcla, pero tiene algo de azul, y evidente-
mente el movimiento de patinar, la cristalinidad y el frío del
aire contienen belleza, una belleza moral.
John CHEEVER. Diarios.

En el momento en que Europa entró en contacto con América,
la relación de fuerzas tornaba casi inevitable la situación de
conquista. Este tema interesó mucho a Montaigne. Él expresa 
la pena porque el descubrimiento no haya sido efectuado por
los griegos y los romanos. En aquel momento la inequidad de
las armas no habría sido tan fuerte y, posiblemente, todo hu-
biera pasado con menos brutalidad y violencia.
Claude LÉVI-STRAUSS. En 'La desaparición del nuevo mi-
lenio'.
Por su parte, Tzvetan Todorov, que ha estudiado a fondo la
conquista de América, piensa que la diferencia no radicó
tanto en las armas (Cortés tenía 200 hombres, un arcabuz
precisaba media hora para ser recargado), como en la extra-
ordinaria habilidad de Cortés para comunicarse con los hom-
bres: enseguida consiguió un intérprete, se alió con los ene-
migos de los aztecas, utilizó el mito de Quetzalcoatl...

El valor, el oro, el ojo, el sol, son arrastrados por el mismo 
movimiento. Su intercambio domina el campo de la retórica
y de la filosofía.
Jacques DERRIDA. Cit. por B. Sarlo, 'Instantáneas'.

Raymond Chandler escribió que las orquídeas tienen la mis-
ma textura que la carne humana.
Susan ORLEAN. El ladrón de orquídeas.

Mis señas personales
son el entusiasmo y la desesperación.
Wislawa SZYMBORSKA. El gran número.

Ya en Crimen y castigo Svidrigailov observaba que, para él,
la eternidad se presentaba como un cuarto de baño lleno de
telarañas.
Roberto CALASSO. K.

Me tumbé  en el fondo del trineo y me encogí, para que el
frío no me devorara con tanta crueldad. Me sentí como un
perro miserable, sin hogar ni experiencia.
Mijail BULGAKOV. Morfina.

Le había dedicado [Philip Dick], como había prometido, El
hombre en el castillo, pero ella había palidecido al descubrir
los términos de la dedicatoria: "A Anne, mi mujer, sin cuyo
silencio este libro nunca se hubiera escrito".
Emmanuel CARRÉRE. Biografía de Philip Dick.

Soy el mejor escritor de mi generación y el más desgracia-
do. Quizá por eso seré el mejor escritor.
Roberto ARLT. En O. Borré. RA su vida y su obra.

la figura moribunda de su marido, que parpadeaba ciega-
mente como un semáforo.
Justin CARTWRIGHT. El dinero de los demás.

nunca nadie se convierte en maestro en un campo en el cual
no ha conocido la impotencia. Y quien suscriba esta afirma-
ción sabrá también que esa impotencia no se encuentra ni al
principio ni antes del esfuerzo emprendido, sino en su cen-
tro.
Walter BENJAMIN. Artíc. de G. Brisac en Clarín Cultural, 
5/7/90.

La familia de la difunta aceptó finalmente dinero en compen-
sación por la muerta, que, según me enteraba ahora, se calcu-
laba en mujeres. Entre los feraigat el precio era de 6, de las
cuales la primera, conocida como la fijiria, tenía que ser una
virgen en edad casadera, es decir entre 14 y 16 años; a las o-
tras 5 se las conocía como las talawi. La fijiria tenía que per-
tenecer a la familia del asesino, o si no tenía una hija o herma-
na adecuada, a la de sus parientes más cercanos.
Wilfred THESIGER. Los árabes de las Marismas.

Se fue a otra ventana desde donde pudiera ver el río: brilla-
ban como un refresco de jengibre, bullía con un millón de 
lentejuelas.
Malcolm LOWRY. Piedra infernal.

Pensé en cómo el polvo del primer César serviría ahora para
encalar una pared y en cómo nuestras vidas están en contacto
con todos aquellos que alguna vez vivieron, cómo cada oscu-
ro momento, cada vida oscura, cada voz perdida y cada paso
olvidado seguían vibrando en algún lugar del aire que nos ro-
deaba.
Thomas WOLFE. Hermana muerte.

Y la paz puede llegar como unas gotas, quizá de noche
cuando nada sospechamos
o como cuando estamos conectados al gota a gota de una
              cama de hospital.
Tomas TRANSTRÖMER. En Rev. Urogallo, N° 106.

A su lado hay una bandeja de quesos: azul de Bresse, fuerte
y sabroso, acre como las axilas de una mujer...
James SALTER. Juego y distracción.

al amanecer los grandes vidrios de las ventanas de la escuela
se pusieron a vibrar muy despacio, era el lejano tronar de los
cañones lo que los sacudía y el aire dentro de las habitacio-
nes vibraba con ellos como en el interior de un instrumento.
Alexander LERNET-HOLENIA. El estandarte.

La salvación por los judíos. Es una texto que introduce en 
los arcana de un poder mágico, sacro, donde Bloy me parece
un electrotécnico que maneja con demasiada desenvoltura los
cables de alta tensión. Se tiene la sensación de que en cual-
quier momento puede desprenderse una descarga y prender
fuego a todo.
Ernst JÜNGER. Los titanes venideros.

Creo que fue Hazlitt quien dijo que lo único capaz de aven-
tajar a esta ciudad de agua sería una ciudad hecha en el aire.
Joseph BRODSKY. Marca de agua. (Su libro sobre Venecia)

Todos los poetas adoran las explosiones, las tormentas, los
huracanes, las conflagraciones, las ruinas, las carnicerías es-
pectaculares. La imaginación poética no es algo deseable pa-
ra un estadista.
W.H. AUDEN. La mano del teñidor.

¿Debe un hombre ser bueno para escribir buenos poemas?
Los villanos en Shakespeare no son analfabetos, ¿o sí? Pero
yo diría que se puede inferir la rectitud por cómo algo suena.
Y un hombre sin integridad probablemente no escriba la cla-
se de libros que yo leo.
Marianne MOORE. Cit. por Auden, "La mano..."

...esa Cancillería de Asuntos Secretos que Pedro el Grande
había creado para corregir las costumbres de la nación con 
una refinada obra policial, y siguió operando con celo y pa-
sión bajo distintas siglas, de la Okrana a la KGB, ofreciendo
entre otras cosas el único ejemplo ruso en el que es induda-
ble la acción del progreso.
Roberto CALASSO. Las ruinas de Kasch.

En lo que a mí respecta, dejé de buscar una lógica en el curso
de los acontecimientos y sólo por eso conservé la vida.
Lev E. RAZGÓN. Sin inventar nada. (17 años en el Gulag, pa-
só Razgón, entre 1938 y 1955.)

El señor K prefería la ciudad B a la ciudad A. "En la ciudad
A -decía- se me quiere, pero en la ciudad B me trataban con
amabilidad. En la ciudad A todos procuraban serme útiles, 
pero en la ciudad B me necesitaban. En la ciudad A me invi-
taban a la mesa, en la ciudad B me invitaban a la cocina.
Bertold BRECHT. Historia de almanaques.

1° demasiado ejercicio; 2° uso del alcohol; 3° la catástrofe.
"Me duele -¿cómo le diría yo?- mi macizo central". ¿Recono-
céis el gran simpático, la terrible cadena de montañas nervio-
sas, el armazón del alma?
Si el organismo expulsa la droga, es su último refugio. El o-
pio, expulsado del edificio, se refugia en el cuarto de máquinas.
Jean COCTEAU. Opio.

La mayor parte del tiempo las relaciones entre seres humanos
sufren, a menudo hasta la destrucción, por aquello que en el
contrato establecido entre ellos no fue respetado. A partir del
momento en que dos seres humanos entran en relación recí-
proca, a menudo tácito, entra en vigor.
Bertold BRECHT. Cit. por R. Barthes en "El proceso de la
escritura".

Pronto los impresionistas obtendrán sol de las sombras. 
¡Oh!
y las callejas de Hyderabad como una cobra desenroscándose.
Dereck WALCOTT. El testamento de Arkansas.

En la mejilla de Ahmad hay un lunar que hechiza a todo 
hombre libre de amor: parece un jardín de rosas cuyo jardi-
nero es un abisinio. (¿?)
ABD AL-AZIZ Ben HABRA (Apodado AL-MUNTAFIL)
S. XI. En Poemas arábigoandaluces.

Porque hay una raza en la tierra. Una raza que no vuelve
atrás, que no sufre; que no ama; que no enferma. Una raza
de diamante que corta a la raza de vidrio.
Jean COCTEAU. El gran extravío.

Los judíos, los sicilianos: la condición de unos y otros vin-
culada por una afinidad atávica. Una condición hecha de
fuerza, de capacidad defensiva, de dolor. Un toscano del
siglo XVI había dicho que los sicilianos eran de intelecto
seco. Como los judíos.
Leonardo SCIASCIA. El caballero y la muerte.

La decoración anticuada me recordaba curiosamente a un fo-
rro desgastado de terciopelo de color burdeos, al interior de
un joyero o de un estuche de violín.
W.G. SEBALD. Los emigrados.

El fenómeno químico se distingue del fenómeno físico por
su irreversibilidad, que lo acerca a la vida.
Michel TOURNIER. El viento paráclito.

Theodore Roethke dijo una vez: la escritura de un poema co-
mienza, si recuerdo correctamente, con "un mecanismo psico-
lógico de rezo".
Joseph BRODSKY. Conversations with JB.

una manzana dura, cortada en rebanadas muy finas, es la me-
jor compañera del oporto.
Ronald DAHL. Mi tío Oswald.

Balzac por una parte profesa que el escritor debe huir y vivir
una separación absoluta del amor para hacer su obra, y, por 
otra parte, cree sinceramente que su finalidad verdadera no es
la literatura, sino la dicha amorosa.
Ronald BARTHES. La preparación de la novela.

como una lista en lápiz
de las compras con todos los artículos 
tachados, menos uno -como fiesta de cumpleaños
a la que todavía no empezó a llegar gente- como el hipo-
como verse al espejo de costado.
Chris TALBOTT. En E. Zaidenwerg. 50 estados.

es tan conmovedor como la confesión de Cathy Earnshaw en
Cumbres borrascosas. 
Tomás Eloy MARTÍNEZ. Purgatorio.

preguntándose si el hombre bajará
a la tumba del hijo en duelo o si al final
el hijo pondrá sus manos sobre los ojos del padre.
Galway KINNELL. En J.M. Coetzee, "51 poetas".

Al reír siente uno cómo le crecen pequeñas alas. La risa y
el aleteo son parientes.
Walter BENJAMIN. Haschich.

Los números de su manoseada libreta negra de teléfonos.
Un carcaj lleno de flechas.
Robert LOWELL. Antología.

Al ponerse el sol hace visible el costado de una montaña
y tras los alerces aparece la luna.
Una cosa lleva a la otra 
y esto nos alegra.

Una cosa lleva a la otra
y esto nos alegra:
y la alegría produce de nuevo otra cosa.
Peter HANDKE. Vivir sin poesía.

Los síntomas de la timidez, descritos por Montesquieu en las
Reflexiones, se parecen a las turbaciones de los celos por amor
en las odas de Safo.
Guido CERONETTI. El silencio del cuerpo.

El hielo sobre el mar se extiende irregularmente, como el
asfalto roto durante las refacciones.
Víktor SHKLOVSKI. La tercera fábrica.

A UN LEÓN CHINO TALLADO EN UNA RAÍZ DE TÉ
Los malos temen tus garras.
Los buenos se alegran con tu gracia.
Algo así
me gustaría oír decir
de mis versos.
Bertolt BRECHT. Más de cien poemas. Es el poema completo.


donde los vientos alisios inclinaban a los almendros
como a la llama de una vela
Dereck WALCOTT. Omeros.


 AMOR

 Nada como el amor para devolver
 la sangre al lenguaje.
Margaret ATWOOD. Historias reales.

Oh, cura
esta amada locura y a mí misma
devuélveme
John DONNE. Poemas amorosos.
(En el mismo poema:
"y la enfermedad venga cuando lejos esté de ti,
como la alejas de mí al acercarte...")

Los anent, verdaderas glosas poéticas de la vida cotidiana,
revelan mejor que nada esta idea de que el amor es ante todo
un rapto de esperanza, un arrebato nostálgico, alimentado por
la distancia.
Philippe DESCOLA. Las lanzas del crepúsculo. Relatos jíba-
ros Alta Amazonia.

¿Qué es el amor? ¡Si es muy sencillo! Amor es todo aquello
que eleva, amplía y enriquece nuestra vida, hacia cualquier
altura o cualquier abismo. El amor es tan poco problemático 
como un automóvil. Lo único que da problemas son el con-
ductor, los pasajeros y la carretera.
Franz KAFKA. En: Janouch, "Conversaciones con Kafka".

Un amor inolvidable 
y breve
¿Como un huracán?
No, un amor breve como el suspiro de una cabeza guillotinada
La cabeza de un rey o un conde bretón
Breve como la belleza
La belleza absoluta
La que contiene toda la grandeza y la miseria del mundo
y que sólo es visible para quienes aman.
Roberto BOLAÑO. Los perros románticos.

Maldito sea el amor que me convierte en tu enemigo
Sergio BIZZIO. En Rev. Diario de Poesía, N° 73, 2006.

Cómo amo oh estación cómo amo tus rumores
Los frutos que caen y no son recogidos
El viento y el bosque que lloran
Todas sus lágrimas en otoño hoja a hoja
       Las hojas
       Holladas
       Un tren
       Que huye
       La vida
       Que fluye
Guillaume APOLLINAIRE. Poesía.

A veces me acuerdo de ese soneto de Petrarca, es un frag-
mento de amor, donde él navega, describe las contradiccio-
nes del amor y en el último verso dice: "tiemblo en verano
y ardo en invierno".
Juan GELMAN. Tierra que anda.

La imagen de mí mismo que intento crear en mi propia
mente para poder amarme, es muy diferente de la imagen
que busco crear en la mente de otros para que me amen.
W.H. AUDEN. La mano del teñidor.

para esto ya había inventado Platón su fórmula mágica:
"El amor está en aquel que ama, no en aquello que es ama-
do."
Cees NOOTEBOOM. La historia siguiente.

Pero no me ames tanto, no me ames tanto. ¡Me haces daño!
Deja que te ame yo. ¿No sabes que amar demasiado nos pue-
de traer mala suerte a los dos? Es como a los niños a quienes
se acarició demasiado cuando eran pequeños: mueren jóve-
nes. La vida no está hecha para eso. ¡La dicha es una mons-
truosidad! Aquellos que la buscan son castigados.
Gustave FLAUBERT. Correspondencia.

Yo dormía poco, a veces me desmayaba. Amar a una mujer,
y hasta el sombrero que ella usaba, recordarla doce años, o
quince, es algo bueno.
Víktor SHKLOVSKI. La tercera fábrica.

No hay amor del cual amor no proceda
ex animo
no puede ergo en sí deleitarse
sino sólo en el amor que de sí proceda
UBI AMOR IBI OCULUS EST
Ezra POUND. Canto XC. ("Donde el amor, ahí el ojo está")

En una carta de amor: "Te envío también una estampilla, pa-
ra la respuesta."
Anton CHÉJOV. Cuaderno de notas.

Quería particularmente a un árabe y pensé que la libertad pa-
ra su raza sería un regalo aceptable.
T.E. LAWRENCE. Cit. por V. Ocampo, 'Testimonios'.

SILENCIO ANTES DEL AMOR
Una voz se levantó en la oscuridad diciendo "Amor",
Y en el establo los ratones dispersos se aquietaron,
Donde aún dormía el buey blanco, y en el umbral
El gallo cantor hacía una pausa, y la gris paloma casera
Giraba dos veces sobre la elevada cornisa.
Djuna BARNES. Poesía reunida 1911-1982. (Es el poema
completo. Sí, es extraña la poesía de Djuna, por momentos
muy alusiva -lograda- y por momentos cobrando un idioma
personal que mucho me temo sólo ella entiende.)

Cada vez que el señor K. amaba a alguien
-¿Qué hace usted, le preguntaron un día al señor K -cuando
ama a alguien?
-Hago un bosquejo de esa persona -respondió el señor K- y
procuro que se le asemeje lo más posible.
-¿El bosquejo?
- No -contestó el señor K- la persona.
Bertold BRECHT. Historias de almanaque.

Recházame, Gala: el amor que no atormenta
aburre; pero, Gala, no me rechaces demasiado.
MARCIAL. E. Cardenal, "Catulo/ Marcial".

El Eros mueve y propulsa el alma para "una procreación en la
belleza". Pero si el amor se profana para convertirse en sexua-
lidad, tal como hoy en día sucede, el rasgo Universal del Eros
se aleja de él. El Eros que, según Platón, dirige el alma, tiene
poder sobre todas sus partes: deseo (epithymia), valentía (thy-
mos) y razón (logos).
BYUNG-CHUL HAN. La agonía del Eros.

Todos los mitos declaran en cualquier lugar de la tierra: No
hay amor feliz, para preservar los intercambios de clan a clan
y las alianzas genealógicas.
Pero es falso.
Porque hubo amantes prohibidos que conocieron la felicidad.
Pascal QUIGNARD. Las sombras errantes.

en cuanto ella dejaba de ser lo desconocido, Proust dejaba
de estar sediento de conocer, dejaba de amar. El amor volvía
con la sospecha de una mentira, por la que Albertina se hur-
taba al conocimiento, a la voluntad de posesión.
Georges BATAILLE. La experiencia interior.

El amor volverá, y si no vuelve moriré.
Peter HANDKE. Historia del lápiz.

Es raro que un hombre que ama haya negado conocer el
odio.
Robert WALSER. La rosa.

"¿Cómo se puede amar a este Dios?", le preguntaban a Lute-
ro. Y él contestaba: "¿Amarlo? Pero si yo lo odio".
Primo LEVI. En diálogo con FC (¿?)

No se escoge la propia iniciación sentimental
Michel TOURNIER. El viento paráclito.

Pero el amor es, como me dijo Larisa Reisner, una obra de
actos cortos y largos entreactos. Hay que saber comportarse
en los entreactos.
Víktor SHKLOVSKI. La tercera fábrica.

Y yo me amaba, oh, a quién amar sino a mí, pues cuan dulce
era sentirme en tus brazos.
Herman de CONINCK. En Rev. El Urogallo N° 114.

El amor es el fracaso del inconsciente, es la puesta en jaque
del deseo.
Jacques LACAN. Cit. por S. André, 'La impostura perversa'.

Stendhal decía que el amor produce "nuevas perfecciones en 
la persona amada a cada giro de los acontecimientos". En 
nuestros días produce asimismo nuevas preocupaciones. 
Justin CARTWRIGHT. Míralo de esta manera.

"¿Quién sabe si la quiero?"
Esta duda me ha acompañado durante toda mi vida, y hoy pue-
do creer que el amor que va acompañado de semejante duda es
el verdadero amor.
Italo SVEVO. La conciencia del Sr. Zeno.

porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...
Fernando PESSOA. Poemas de Alberto Caeiro.

la frase terrible de Albert Cohen: "El amor se ha ido, hay que 
festejarlo."
Francois GIROUD. Hombres y mujeres.

El deseo constante de morir, y de seguir resistiendo; sólo eso
es el amor.
Franz KAFKA. Diarios.

uno no sabe exactamente cuándo se enamora de alguien, ¿ver-
dad? (...) una amiga mía me contó que se enamoró de un chico
cuando se despertó a la mañana y se dio cuenta de que no ron-
caba.
Julian BARNES. Hablando del asunto.

Al mismo tiempo, el amor me enardecía. Me consumí de amor
en el vacío, como en presencia de una mujer deseable y des-
vestida, pero inaccesible. Sin poder expresar siquiera un deseo.
Georges BATAILLE.

Al final de la vida hay que rellenar una especie de inventario
de dolores, un formulario tan largo como un documento del
gobierno, sólo que es un inventario de uno mismo. Categorías
interminables. 1° causas físicas, como artritis, cálculos bilia-
res, espasmos menstruales. En la siguiente categoría, orgullo
herido, traición, estafa, injusticia. Pero los apartados más crue-
les se refieren al amor. La cuestión, entonces, es la siguiente:
¿por qué insisten todos? Si el amor destroza, y sus estragos 
se ven en todas partes, ¿por qué no ser sensato y renunciar a 
tiempo?
Saul BELLOW. Son más los que mueren de desamor.
Otro personaje de la novela responde: "por anhelos inmorta-
les... o simplemente porque se espera un golpe de suerte".

No hay rendición de cuentas para quienes han amado durante
demasiado tiempo, de modo que esto no acabará nunca para
mí.
Djuna BARNES. Una noche entre los caballos.

Aquello que se ama, inspira. Ser amado equivale a inspirar, a 
hacer al prójimo inventivo, generador de imágenes, de defe-
rencias, de astucias, de supersticiones, de violencias.
Paul VALERY. Tel Quel.

¿El arte de amar? Saber unir a un temperamento de vampiro la
discreción de una anémona.
Emile CIORAN. Silogismos de la amargura.

las aguas del abismo
donde me enamoraba de mí mismo
QUEVEDO. Cit. por O. Paz. Traducciones.
En otra parte:
"El amor es la guerra civil de los nacidos."

Proust escribe del amor que es "el tiempo hecho sensible al
corazón".
De A., que quizá fue Alberto, P. llegó a decir que era una
gran diosa del Tiempo", lo que quería decir es, me parece, 
que se le mantuvo, pese a sus esfuerzos, inaccesible, desco-
nocida, que iba a escapársele. A toda costa, empero, quería
encerrarla, poseerla, "conocerla" y decir que 'quería' es po-
co: hasta tal punto el deseo era fuerte, extenuante, que se
transformó en causa de la pérdidda.
Georges BATAILLE. La experiencia interior. (Y más adelan-
te: "En cuanto ella dejaba de ser lo desconocido, P. dejaba de
estar sediento de conocer, dejaba de amar. El amor volvía con
la sospecha de una mentira, por la que A. se hurtaba al deseo,
a la voluntad de posesión."

Para que no se descubra que todo es un poco ridículo, la com-
plicidad es una ley de juego en el amor.
Adolfo BIOY CASARES. Guirnaldas con amor.

Que nada es lo que fue
Sólo yo sigo siendo el mismo
Amándote desesperado.
Max AUB. Antología apócrifa.

Estamos siempre juntos,
en alguna parte dentro de nosotros nuestro amor nunca
puede huir
Eric LINDEGREN. 

Amor se fue:
Mientras duró de todo hizo placer.
Cuando se fue
Nada dejó que no doliera.
Macedonio FERNÁNDEZ.

La mujer que amé se ha convertido en fantasma.
Yo soy el lugar de las apariciones.
Juan José ARREOLA.

Lo más triste del amor no es que no dure siempre, sino que
la desesperación que produce se puede olvidar tan pronto.
William FAULKNER.

El amor que sufro es una enfermedad vergonzante.
Guillaume APOLLINAIRE.

Hay quien busca el amor de una mujer para olvidarse de ella,
para no pensar más en ella.
Jorge L. BORGES. Los teólogos.

Ya te hi dicho que te quiero;
más no te puedo querer.
Mi amor es agua de río:
para atrás no ha de volver.
COPLA POPULAR






 VEJEZ

 En alguna parte leí que D'Annunzio, ya muy viejo, fue lle-
vado a la representación de una de sus tragedias. El espec-
táculo era en su honor, todas las autoridades estaban presen-
tes, todo el beau monde. Sentado en la primera fila, D'Annun-
zio no paraba de reír, interrumpía a los actores, los insultaba,
quería saber quién era el autor de esa pésima obra.
Federico FELLINI. Paseos con luna. Revista Letra 32.

En la vejez uno se vuelve aburrido y redundante. Las ideas
se hacen prolijas, mientras que antes eran realmente bonitas
y agitadoras. El relato es una forma de viajar. Mientras relle-
no la página, mi pluma va viajando (...) La vejez aniquila el
viaje.
V.S. PRITCHETT. Cit. por M. Amis en 'Visitando a Mrs Na-
bokov.

Es evidente que siempre, en toda época, el viejo se rezaga.
La época actual, para él es puro exotismo.
Henri MICHAUX. Ecuador.

Tengo que admitir que aprendí con creciente interés y fas-
cinación que muchas de las grandes obras de la literatura,
por ejemplo Edipo, Hamlet, Karamásov, son, en su naturale-
za, parricidas. ¿Quién no admitiría que hay que eliminar a
los viejos para que florezcan los jóvenes? ahí está en juego
un asesinato necesario. De lo contrario los jóvenes estarán 
atados para siempre a un cadáver putrefacto.
Hanif KUREISHI. Amor + odio.

los órganos internos se refriegan, los huesos se refriegan, el 
cuerpo envejece y envejecer es este refregarse continuo, esta mecánica de preparación de un fuego, pero mi cuerpo es una 
piedra mojada, es ramitas que se quiebran, el tiempo que pasa 
sin fricción, sin chispa.
Giorgio Vasta. En Laura Wittne, Lugares donde una no está 
(Poemas 1996-2016). La versión es de L.W.)

Que no me hablen de la sabiduría de los viejos
sino más bien de su locura, 
su miedo del miedo y el frenesí;
su miedo de posesión,
de pertenecer a otro, o a otros, o a Dios.
T.S. ELIOT. La tierra baldía.

¿Por qué duermen menos los ancianos? Porque ir cuesta aba-
jo es más fácil que ir cuesta arriba.
Robert MUSIL. Diarios. T II.

Estremeciéndose bajo estrellas otoñales,
se inclina cada año más profundamente la cabeza.
G. TRAKL. Obra poética.

"Nadie es más viejo que ese niño que acaba de nacer muer-
to", escribió Zhuang Zi, hacia el 300 a.C.
Augusto ROA BASTOS. Metaforismos.

Pero tú, al avanzar los años, no te das cuenta de haberte con-
vertido ya en un superador superado.
Norberto BOBBIO. En Clarín Cultural, 7/8/97.

Noto que estoy envejeciendo; un síntoma inequívoco es el
hecho de que no me interesan o sorprenden las novedades,
acaso porque advierto que nada esencialmente nuevo hay en
ellas y que no pasan de ser tímidas variaciones.
Jorge L. BORGES. El libro de arena.


Los viejos tienen fácil el llanto.
En pleno mediodía
en un escondrijo de la casa vacía
estallan en lágrimas sentados.
Los toma de sorpresa
una desesperación interminable.
Leonardo SINISGALLI. Rev. Cormorán y Delfín, N° 1.

la juventud es racista en el sentido de que cree ser de una
raza y la vejez de otra.
Jean COCTEAU. Obras escogidas (Aguilar)

La noche y la lámpara... y aquel instante
en que el poeta, que envejece, no se hace ya más preguntas,
hastiado de la expresión bovina de los fantasmas y la reali-
             dad
y saturado de la actividad consoladora del espíritu...
Vladimir HOLAN. Una noche con Hamlet y otros poemas.

Me gusta repetir que mi estupidez es la de mi época, pero
en el fondo sé que mi época es un mero pretexto y que mi
estupidez me pertenece. Con 40 tacos eres responsable de tu
desdicha, aunque parezcas más fresco que ella. Ah, sí, olvi-
daba decir que abandoné a mi mujer porque tenía la misma
edad que yo. Total: soy un viejo involuntariamente. Sin bro-
mas: sé que hay hombres felices de envejecer. Simplemente
no están en el poder.
Frederic BEIGBEDER. Socorro, perdón.

Después de los sesenta años pasa el hombre del verbo ser al
verbo estar.
Adolfo BIOY CASARES. 

El tiempo se lleva la vida y devuelve memoria.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.

Envejecer. Dos manzanas para el invierno, encima de una
mesa. Una de ellas se infla y se pudre. La otra se reseca y 
se arruga. Elegid, si os es posible, esta segunda clase de ve-
jez, dura y ligera.
Michel TOURNIER. El árbol y el camino.

Analizar seriamente por qué me aferro tanto a la vida (te-
niendo en cuenta en particular la vejez que me espera, la
degradación, la miseria física que humilla profundamen-
te y lo despoja a uno de toda autonomía, de toda la digni-
dad que le queda).
Imre KERTÉSZ. La última posada.

El luchador, a la vejez,
Cuenta a su mujer el combate
Que no debió perder.
BUSON. Traditional Japanese Poetry.

El drama de la vejez no es ser viejos, sino haber sido jóvenes.
Oscar WILDE. Cit. por Paputsakis en "Cavafis: Poemas".

Expresa la queja de todos los viejos sobre el final de su uni-
verso. La muerte es el fin de todas las posibilidades que nos
dan fuerzas para vivir.
Justin CARTWRIGHT. Soñando con los masai.

Hay cosas que se pueden hacer, y otras que parecen dema-
siado difíciles. Con el tiempo, todo parece demasiado difícil;
la visa se reduce a eso.
Michel HOUELLEBECQ. Plataforma.

a medida que uno envejece va estando cada vez menos para
esfuerzos sobrehumanos, los ha hecho por un hijo o en su
trabajo (sobrehumano para uno) o en el deporte o el amor
o por alguna enfermedad.
Harold BRODKEY. Esta salvaje oscuridad.

DISCANTE (Nada tan vencido...)
Nada tan vencido como la ingle del viejo,
(¿Dónde está el gran rizo de toro colgando en su pierna?)
El frustrado balanceo de su esfuerzo, su seriedad.
La mosca de mayo silba en la cincha de su lomo,
Y le canta, como desde un minarete
El Muecín frita al Árabe con su hablar monótono,
¿De que´parte de la oscuridad (ausencia) has venido?
¿Para qué pasado de oscuridad naciste?
Djuna BARNES. Poesía reunida 1911-1982. Es el poema
completo.

A GALA
Te advertía, Gala, envejecemos. Huye la juventud.
Aprovecha tu primavera: una joven casta es una vieja.
Me desdeñaste, furtivamente se ha deslizado la vejez
y no puedes volver a llamar los días que pasaron.
Ahora te lamentas y te quejas porque o este deseo
no lo tuviste entonces o no tienes ahora aquel cuerpo.
Dame, sin embargo, abrazos y los placeres olvidados 
                                       atenaza;
dame: que si no disfruto lo que quiero, disfrutaré lo que
                                        quise.
AUSONIO (310- 395). Antología de la poesía latina.


DEL CONOCIMIENTO

Stendhal sostiene que una vez aplazó su suicidio por la sim-
ple curiosidad que le inspiraba la situación política de Fran-
cia: quería saber qué iba a pasar.
John BARTH. El fin del camino.

Mientras le preparaban la cicuta, Sócrates intentaba aprender
un aire de flauta. "¿Para qué quieres aprenderlo?", le pregun-
taron. "Para saberlo antes de morir."
Emile CIORAN. Desgarradura.

Que los tesoros americanos fuesen básicamente botánicos sor-
prendió al conquistador. Los tlaxcaltecas curaron a Hernán 
Cortés una herida con tal pericia que este escribió al rey pi-
diendo que no dejase venir médico alguno al Nuevo Mundo.
Antonio ESCOHOTADO. Las drogas.

La ironía es el primer indicio de que la conciencia se ha tor-
nado consciente. Y la ironía atraviesa dos estadios: "el esta-
dio arrancado por Sócrates cuando dijo "Sólo sé que no sé 
nada" y el estadio marcado por Sanches cuando dijo: "no sé
si nada sé".
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

El error de las personas inteligentes es mucho más grave: 
ellas tienen los argumentos que prueban.
Clarice LISPECTOR. La legión extranjera.

Cuál iba a ser el valor de haberlo largamente aguardado,
De haber esperado largamente la calma, la serenidad otoñal
¿Y la sabiduría de la madurez? ¿Nos habían decepcionado
O se decepcionaron a sí mismos, los antecesores de voz silen-  
                                        ciosa,
Legándonos meramente el recibo de un fraude?
La serenidad solamente una deliberada torpeza,
La sabiduría sólo el conocimiento de secretos muertos
Inútiles en la oscuridad a la que se asomaron
O de la que desviaron los ojos.
Thomas Stern ELIOT. La tierra baldía.

Ningún arroz
se las arregla con los porotos
ningún cerebro
se une al ejército.
Dicho de BURMA. En W.S. Merwin, "The Asian Transla-
tions".

este almacén de la esquina, cuyo dueño conozco como la
gente conoce a la gente
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

De hecho, pienso con la pluma, pues mi cabeza no sabe con
frecuencia lo que mi mano escribe.
Ludwig WITTGENSTEIN. Observaciones.

El único esfuerzo que vale la pena realizar es el tendiente a 
aprender la geografía de la propia naturaleza de uno. Pero ra-
ra vez hay suficiente energía para eso.
Paul BOWLES. Cit. en Sawyer-Lausanno, 'PB, el espectador
invisible'.

(decía Johandeau)... dado que el objeto intrínseco de la litera-
tura es el conocimiento del ser humano y dado que no hay lu-
gar en el mundo en que este pueda estudiarse mejor que en las
salas de los tribunales, ¿no sería de desear que entre los jurados
hubiese siempre, por disposición legal, un escritor? Su presen-
cia sería para todos una invitación a reflexionar más.
Antonio TABUCCHI. La cabeza perdida de Damasceno Mon-
teiro.

Cuando alguien habla de que el saber no mejora a los hombres,
Samuel Johnson declara: "Recordemos, sin embargo, que la efi-
cacia de la ignorancia desde hace mucho tiempo se ha puesto
a prueba y que no ha producido los resultados esperados. Inten-
temos, pues, la cultura."

Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores
o las imágenes: intensidades que os convienen o no, que pasan
o no pasan.
Gilles DELEUZE

El aprender consiste en añadir día a día al acopio que uno po-
see. La práctica del Tao consiste en sustraer día a día, sustraer
y volver a sustraer hasta que se ha alcanzado la inactividad.
LAO TSÉ. El camino del Tao.

No sigo el camino
de los antiguos: busco lo que
ellos buscaron
BASHÔ

"Me enseñó todo cuanto sabía, que, en verdad, era muy 
poco", dice refiriéndose a su profesor, el abate Gozzi.
Felicien MARCEAU. Casanova, el anti Don Juan.

Evito saber, como si fuera el único modo de saber.
Fleur JAEGGY. Proleterka.

Aquello que seduce a Michaux es sin duda el miaoyi, uno de
los principios de la pintura china que George Rowley expli-
ca así: "Al tratar de expresar las ideas inefables, el artista te-
nía que vivenciar una comunión con el misterio del universo
semejante a la que experimentaban los 'místicos' taoístas. En
consecuencia, el proceso creador se describía en términos de
vacuidad, sencillez y capacidad de sugerencia, y la pintura
ofrecía una relación única entre lo conocido y lo incognosci-
ble. 
George ROWLEY. Principios de la pintura china.

Sospecho que el error de los sistemas educacionales ha sido
el separar el conocimiento del apetito.
Ezra POUND. Guía de la Kultura.

la borrachera del eterómano (el éter que se hacía respirar a 
los chicos para sacarles las amígdalas). La pérdida de control,
la impresión de flotar, y al mismo tiempo, una lucidez extre-
ma.
Jean-Marie LE CLÉZIO. El africano.

Vivimos en una barbarie aún mayor que en otros tiempos por-
que la televisión nos informa todos los días. Ahora sabemos
pero no nos importa.
George STEINER. Razones intensas de GS.

La gnosis, por definición, es un conocimiento intemporal, tan-
to del yo dentro del yo como del Dios ajeno cuya chispa per-
manece en el yo más interior.
Harold BLOOM. El canon de la literatura occidental.

El conocimiento NO es cultura. El dominio de la cultura co-
mienza cuando uno HA "olvidado-qué-libro"
Ezra POUND. Guide to Kulchur. (En otra parte: "Despréndan-
se de la parafernalia", que Kenner define así: "Es parafernalia
todo aquello que a la larga no flota fácilmente en la mente."

Lo que yo tenía que imaginarme sobre la naturaleza humana,
ella tenía todo el aspecto de saberlo. No hablaba mucho, pero
con ella sentía que había encontrado mi roca. Y las mareas os-
curas y cálidas del Océano Índico se alzaban de noche en sus
venas.
Salman RUSHDIE. Oriente, Occidente.

Estás lleno de secretos que llamas Yo.
Tú eres la voz de tu desconocido.
Paul VALERY. Monsieur Teste.

-No soy budista, pero podría serlo. El budismo es una religión
satisfactoria para la razón occidental: no exige fe sino conoci-
miento.
Claude DELAIRE. El triángulo de los elegidos.

¿Quién puede jactarse de haber conocido a fondo a la fami-
lia de un director de Zoo?
Henri MICHAUX. Frente a los cerrojos.

El árbol de cuya flor
Proviene este perfume
Es incognoscible.
Matsuo BAHÔ. En K. Rexroth, "100 More Poems from the
Japanese"

Mi hermana se apiadaba 
De mis ojos que ardían
Por la insaciable
Sed de conocimiento:
Me creía enamorado.
TAKUBOKU ISHIKAWA. En Rev. Sur, N° 249.

Los médicos no entienden esas cosas. Se portan fácilmente 
bien. Pero no pueden ser lo que no son. Simplemente toman
la temperatura de la piel. Dan pastillas, inyecciones, como si
se tratara de un almacén. Y olvidan que en el fondo es una
cuestión moral. Y es que no existe nadie que pueda entender
la mente. Sin embargo no los odio. Hacen lo que pueden.
Lo terrible es que nos traen para que uno no se muera en la
calle.
Y luego todos nos morimos aquí.
Jacobo FIJMAN. Conversaciones con Zito Lema, 'Viaje ha-
cia la otra realidad'. También: "El médico no contempla na-
da. Para ellos el bien es salud. Muchos médicos están por la
experiencia; otros por la razón. Todo es una tragedia."

"Es una especie de ignorancia", dijo en el tren a Yeats
el viejo cura
"lo que se imparte a diario en las escuelas."
Ezra POUND. Cantos. Canto I.

El padre Henri, hablando del materialismo africano, contó 
una buena historia escolar. El maestro estaba mostrando un
globo a sus alumnos al tiempo que hablaba del mundo y sus
países. Cuando solicitó que le hicieran preguntas inteligentes,
un muchacho levantó precipitadamente la mano: "¿Cuánto
costó el globo?". "Quiero preguntas 'inteligentes'". Otro mu-
chacho levantó la mano: "¿Qué tiene dentro?".
Graham GREENE. En busca de la felicidad.

Lo cierto era que los dowayos sabían menos de los animales
de la estepa africana (donde viven) que yo. Como rastreado-
res, distinguían las huellas de motocicleta de las humanas,
pero ésa era la cima de su conocimiento.
Nigel BARLEY. El antropólogo inocente.

Un indio hopi puede lograr (como afirma Whorf insistente-
mente) una mejor comprensión intuitiva de determinados con-
ceptos de la física de Einstein que la mayoría de los que hablan
inglés.
George STEINER. Después de Babel.

más vale ser niño que querer comprender el mundo
Fernando PESSOA. Tabaquería.

Nunca dormí en la calle. Los que, por pobreza o por vicio,
viven en la ciudad como si fuera un paisaje por el que deri-
van desde el anochecer a la salida del sol, únicamente ellos
conocen la ciudad de un modo que me está vedado.
Walter BENJAMIN. Cit. por B. Sarlo, "Instantáneas".

"G.E. Moore tiene una consideración enormemente elevada
de la inteligencia de Wittgenstein", le contó Russell a Ottoli-
ni; "dice que siempre tiene la sensación de que W. debe de
tener razón cuando no están de acuerdo. Dice que durante
sus clases W. siempre parece tremendamente perplejo."
Ray MONK. Ludwig Wittgenstein. Una biografía.

Empecé a bajar del árbol y al descender pensé largamente 
que si Lena fuese una niña de ojos muy azules podría ser 
igualmente un monstruo, sólo que un monstruo infantil de
ojos muy azules. Por lo tanto, ¿qué es lo que se nos permi-
te saber?
Witold GOMBROWICZ. Cosmos.

comprendí que el horror de la muerte residía en no creer
en ella, en contar con que de algún modo las cosas habrían
de seguir.
Lukas BÄRFUSS. Koala.

Pasados los 50 aprendemos con sorpresa y una sensación
de absolución suicida
que lo que intentamos y nunca logramos
era imposible que ocurriera-
y que hay que hacerlo mejor.
Robert LOWELL. Cit. por S. Heaney, "La emoción..."

y había escrito mal dos veces la palabra "consciente". Imagí-
nate: sin saberlo, me había casado con alguien que no sabía
escribir la palabra "consciente".
Philip HENSHER. Indicios de hipo.

sabemos por lo menos desde Hegel que lo único esencial pa-
ra el animal humano es el reconocimiento.
Roberto CALASSO. K.

no sabías que iba a ser demasiado tarde tan pronto, demasia-
do tarde para hacerte cargo de este viaje que no puede ser
completado o carece de retorno.
Arthur LUNDQVIST. Journey Through Imagination.

en realidad, como muchos padres, manifiesta una completa
indiferencia hacia la vida interior de su hija, e incluso puede
que ni siquiera sospeche que se pueda llevar una vida inte-
rior.
Valery LARBAUD. De la tierna infancia.

se decía de Kaspar Hauser que podía diferenciar los colores
en la oscuridad y percibir a gran distancia la podredumbre de
la madera.
W.G. SEBALD. Pútrida patria.

no conozco
el nombre de grandes flores anaranjadas
que se nutren de aire salado
se inclinan medio borrachas
contra los escalones.
Michael ONDAATJE. The Cinnamon Peeler.

somos la única especie que puede mantener durante toda su
vida la curiosidad y las ganas de explorar del animal peque-
ño. Si miramos a un cachorrito, a un gatito, todo es nuevo y 
le interesa, pero cuando crecen ya no les importa más.
Desmond MORRIS. En "English Breakfast".

la verdad de los pensamientos aquí comunicados me parece
inviolable y definitiva. Por lo tanto, soy de la opinión de que,
en lo sustancial, resolví estos problemas. Y si no me engaño 
en cuanto a eso, el valor de este trabajo consiste, en segundo
lugar, en mostrar lo poco que importa resolver estos proble-
mas.
Ludwig WITTGENSTEIN. Tractatus logico-philosophicus.
Escrito entre 1914 y 1916, mientras servía como soldado en
las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

la monstruosidad de lo que pasa por la mente
le da a la estancia desconocida rasgos conocidos
Joseph BRODSKY. No vendrá el diluvio tras nosotros.

Existen tres campos intelectuales, y por lo que sé, solamente
tres donde los hombres realizaron importantes hazañas antes
de la pubertad. Estos campos son: la música, las matemáticas
y el ajedrez.
George STEINER. Extraterritorial.


LENGUAJE/S

Kafka anota en 1910 en su diario cómo sufre por este jaleo
insoportable, ensordecedor, al trabajar en sus primeros tex-
tos; que las consonantes se rocen atrozmente y que las voca-
les canten en ellos como negros de feria; que cada palabra,
circundada y cubierta de dudas, sea invisible y por lo tanto
deba inventarse.
Dieter HORNIG. En 'Tinieblas' (Sobre T. Bernhard)

En Donegal hay hablantes nativos que saben tantos millones
de palabras que siempre es una cuestión de orgullo para ellos
no emplear dos veces en la vida la misma palabra. Su vida
(por no hablar de su lengua) se hace muy compleja cuando
alcanza el siglo; pero eso es lo que hay.
Flann O'BRIEN. La gente corriente de Irlanda. (Una sátira con-
tra el idioma inglés. "Puede imaginarse la difícil situación del
hablante inglés con su miserable caja de cuatrocientos abalo-
rios vocales si digo que un hablante verdaderamente bueno de
irlandés sería capaz de dejar escapar el total de los cuatrocien-
tos en un sólo gruñido cósmico.")

El capítulo 22 de la novela Rojo y negro de Stendhal (1830)
comienza con el epígrafe de Malagrida, un jesuita italiano
que la Inquisición condena a muerte en 1761 por obscenidad
y blasfemia, que dice: La palabra le ha sido dada al hombre
para ocultar su pensamiento".
Marcelo PERCIA. Sujeto fabulado I.

Saint John Perse me dice que, en el uso cotidiano, la lengua
francesa es más monótona y el inglés más rico en inflexiones.
W.H. AUDEN. La mano de teñidor.

gracias al lenguaje, cuya superficie es común y cuyos funda-
mentos son privados, los hombres logran volver imposible su
mutuo conocimiento.
Fritz MAUTHNER. Cit. por G. Steiner en 'Babel'.

La propuesta es que el lenguaje es como el petróleo: es vida
muerta; en un tiempo estuvo vivo de diferente forma; en al-
gún otro sentido se mantiene tozudamente vivo; viene a noso-
tros del pasado, y hacemos cosas bellísimas con él.
Robert PINSKY. En, 'Talking with Poets'. (Petróleo es "óleo
de la piedra')

Para el heredero desarraigado que no lo sabe hablar, el friu-
lana es una especie de pre-lengua, un murmullo prenatal que
se sume en lo no-hablable, como la cara de un infante en un
gran seno.
Claudio MAGRIS. Microcosmos.

Si se llama libertad no sólo a la capacidad de sustraerse al po-
der, sino también y sobre todo a la de no someter a nadie, en-
tonces no puede haber libertad sino fuera del lenguaje. Des-
graciadamente, el lenguaje no tiene exterior: es un a puertas
cerradas.
Roland BARTHES. Lección inaugural.

sobre todo para retirar su ser de la lengua de los demás
Henri MICHAUX. Frente a los cerrojos.

C: ¿De manera que no poder comunicarse lingüísticamente
resultaba mortal?
P.L.: resultaba físicamente mortal; ellos tenían la impresión
de morirse de frío o de hambre, y esto estaba ahí, sin duda,
pero la causa principal era el aislamiento lingüístico. Si se
miran las estadísticas, los judíos de Europa central, o sea 
los judíos que hablaban alemán, sobrevivieron en una pro-
porción 10 veces superior a nosotros.
Primo LEVI. En diálogo con F.C.

La lengua que aprendimos a hablar primero fue un dialecto
extranjero: nos saca afuera como caracoles de sus caparazo-
nes cada vez que abrimos la boca.
Gérard POMMIER. Los cuerpos angélicos de la posmoder-
nidad.

Parecía un catálogo de huellas de pequeños pájaros, compi-
lado con meticulosa locura. Era sorprendente pensar que en
vez de eso eran signos, es decir, cenizas de una voz quemada.
Alessandro BARICCO. Seda.

Después sobre la tierra venían mil pueblos blancos
Donde cada hombre tenía una rosa en la mano
Y el lenguaje que inventaban al caminar
Lo aprendí de su boca y lo hablo todavía
Guillaume APOLLINAIRE. El mundo de GA.

Probé con el ruso, pero no obtuve buenos resultados. Solía
padecer un tipo especial de jaqueca por culpa de los verbos.
John DOS PASOS. En 'Conversaciones con escritores'.

Yo propongo la tesis de que lo más característico del lengua-
je humano es la posibilidad de contar historias.
Karl POPPER. Cit. por G. Steiner, 'Después de Babel'.

En el Aviante suelen hablar en lenguas domesticadas. Sus
palabras son ex-combatientes que se han despedido defini-
tivamente de la lucha.
RR

Nuestro conocimiento de por lo menos 2/3 partes de las len-
guas del mundo es precario, si no inexistente.
Robert HALL. Cit. por Steiner.

una relación de distancia y extrañeza con la lengua materna,
que es siempre la marca de un gran escritor.
Ricardo PIGLIA. Crítica y ficción. (Se refiere a Arlt)

"Me refiero a ese vínculo especial entre la lengua alemana
y el pensamiento griego. Eso es algo que los franceses me
confirman cada día. Cuando se ponen a pensar (sobre el se-
creto del ser), hablan en alemán. Me aseguran que su lengua
no les da para eso." (Heidegger en una entrevista)
Cees NOOTEBOOM. La desaparición del muro: crónicas
alemanas.

Los chamba de la frontera entre Camerún y Nigeria sostienen
que los balbuceos ininteligibles de los bebés y los ancianos
son el lenguaje del mundo de los espíritus. Los primeros aún
no lo han olvidado, los segundos están regresando a él, de ahí
su afinidad. Los baule de Costa de Marfil sostienen que es pe-
ligroso incluso poner juntos a dos bebés que todavía balbu-
cean en el lenguaje ancestral.
Nigel BARLEY. Bailando sobre la tumba.

Es siempre una escena muda. Creo que la dama de gris sólo
entiende su lengua materna, el alemán que yo no he vuelto a
hablar ni una sola vez desde 1939, desde que me despedí de
mis padres en el aeropuerto de Oberwiesenfeld en Munich, 
y del que no queda en mí más que un eco, un murmullo y un
rumor sordo e incomprensible.
W.G. SEBALD. Los emigrados.

Le dije una vez a Lisa d'India lo siguiente: "El latín es la esen-
cia, el francés el pensamiento, el italiano el cielo (dije "éter",
por supuesto), el catalán la tierra y el portugués el agua".
Cees NOOTEBOOM. La historia siguiente.

el idioma en el que podría no sólo escribir sino también pen-
sar (...) es una lengua de la cual no conozco una sola palabra.
Hugo Von HOFMANNSTHAL.

En el siglo IX Erígena escribía que Dios no sabe quién es ni
qué es, porque no es un qué ni es un quién.
Jorge Luis BORGES. Otras inquisiciones.

Tiendo a considerar cualquier especie de lengua literaria como
un cuerpo cristalizado y muerto, en el cual a fuerza de transpo-
siciones y de injertos del uso hablado, técnico y dialectal, se
puede nuevamente hacer correr la sangre y vivir la vida.
Cesare PAVESE. Cit. por V. Muleiro, en EÑE, 13/12/2008.

Los sueños, como los olores, rehúsan entregar a la palabra
su más íntimo ser.
Isak DINESEN.

¿Por qué no podré yo disponer de palabras desconocidas, de
frases e ideas que expresar en una lengua nueva, que no estén
ya pasadas de moda y que se encuentren libres de todo lo que
ya se ha repetido tanto, algo que decir que no esté gastado,
que nuestros antecesores no hayan agotado ya.
KHEKHEPERRE-SUBU. Sacerdote egipcio del s. 22 a.C.

Como alguien que sólo habla consigo mismo, con algunas
palabras que son más bien señales, impresiones de base, so-
lamente de base.
Henri MICHAUX. Emergencias Resurgencias.

Mi única patria es mi lengua.
Juan GOYTISOLO.

Lengua viva del sueño, lengua muerta del despertar... Hay 
que interpretar, traducir.
Jean COCTEAU. Opio.

Para un escritor cambiar de lengua es escribir una carta
de amor con un diccionario.
E.M. CIORAN. Desgarradura.

El propósito de las palabras es transmitir ideas
Cuando las ideas se han comprendido
Las palabras se olvidan.
¿Dónde puedo encontrar un hombre
que haya olvidado las palabras?
Con ése me gustaría hablar.
CHUANG-TZU. Los capítulos interiores. (Lacan: "¿Cuán-
do se verá que lo que yo prefiero es un discurso sin pala-
bras?")

-Muéstrame el camino sin apelar a las palabras.
-Pregúntame sin apelar a las palabras.
Del ZEN.

Cada frase que pronunciaba era un trozo de sendero abierto,
a machetazos, a través de la selva virgen. Detrás de él se vol-
vía a cerrar la selva.
Walter HILSBECHER. 

Eso que vaga y ciertamente
nos aleja en secreto de la verdad:
la palabra, su dicha,
el movimiento.
Arturo CARRERA. Children's corner.

Kleist escribió alguna vez que el escritor preferiría transmi-
tir los pensamientos sin utilizar palabras. (¡Qué extraña con-
fesión!)
Ludwig WITTGENSTEIN. Observaciones.

Esta trampa saludable, esta finta, este engaño magnífico, que
nos permite entender la lengua como algo ajeno al poder, en
el esplendor de una revolución permanente del lenguaje, yo
lo denomino, por mi parte, literatura
Roland BARTHES. Incidentes.

Nombrar, no, nada es nombrable; decir, no, nada es decible.
Samuel BECKETT.

El poeta Sedlon escribe que las palabras alimentación y pro-
ducción pasan a ser términos poéticos.
Mariusz SZCZYGIEL. Gottland. Checoslovaquia, bajo la dicta-
dura soviética.

Borges decía: "todo lenguaje es de índole sucesiva; no es há-
bil para razonar lo eterno, lo intemporal."
Cit. por F. Bradu, 'Ecos de Páramo'.

Refiriéndose a un intento de traducción al inglés de un con-
cepto filosófico chino, I.A. Richards hizo la siguiente obser-
vación: "Es posible que estemos en presencia del aconteci-
miento más complejo ocurrido durante la evolución del cos-
mos."
George STEINER. Extraterritorial.

aquellos inquietantes hombres negros cuya lengua comparaba
Heródoto con los agudos chillidos de los murciélagos: los ti-
bbu, procedentes del Tibesti.
Ladislaus ALMÁSY. Nadadores en el desierto.

Y mi lengua no será el latín o el castellano, sino la lengua de
Jacobo Fijman, Hay una lengua fijmaniana, pero aquí, en esta
ciudad, no se habla.
Jacobo FIJMAN. Conversaciones con Zito Lema.

El lenguaje es fascista, no por lo que prohíbe decir, sino por
lo que obliga a decir.
Roland BARTHES. El placer del texto.

He viajado más que cualquier otro y he notado que hasta los
ángeles hablan el inglés con acento.
Mark TWAIN. Cit. por E. Gandolfo. Clarín Cultural, 27/12/
90.

Una vez que se dejó de hablar, comienza el vértigo de la ima-
gen: uno se exalta o se arrepiente de lo que dijo, de la manera
como lo dijo, se imagina (se vuelve atrás por medio de la ima-
gen); el habla está sujeta a remanencia, el habla siente.
Roland BARTHES. El proceso de la escritura.

La lechuza silbó y habló de la estrella de la mañana.
Silbó otra vez y habló de la aurora.
Indios YUMA. En Curtiss, 'American Indian Poetry'.

Todo verdadero lenguaje
es incomprensible
como el castañeteo de los dientes.
Antonin ARTAUD. Cit. por P. Sollers.

Hay cosas que no pueden ser dichas con la música, muchas
cosas; por ejemplo, las relaciones entre las personas. En cier-
to punto eso es lo que me interesa describir. La música es abs-
tracta y yo quería ser muy preciso en describir estas cosas.
Había pasado muchos años en el abstracto, demasiados años.
Paul BOWLES. Conversations with PB.

Mi gato levanta hacia mí su rostro enigmático. Cierra con len-
titud sus ojos de oro y no dice una sola palabra.
Michel TOURNIER. El árbol y el camino.

Con mi gata a la que en secreto le hablo el dialecto veneciano
de los judíos de Corfú, que solía hablar con mi madre.
Albert COHEN. El libro de mi madre.

El acto mismo de vendarse con las palabras posee alguna vir-
tud de distracción analgésica, como el lamento o el grito o el
mordisco en los labios del herido sobre la camilla...
Gesualdo BUFALINO. El Malpensante.
to 

La expresión de que no hay nada que expresar, nada con que
expresarlo, nada desde donde expresarlo, no poder expresar-
lo, no querer expresarlo, junto con la obligación de expresar-
lo.
Samuel BECKETT. Detritus.

el simple hecho, fundamental en el lenguaje, de que hay me-
nos vocablos indicadores que cosas a indicar.
Michel FOUCAULT. Raymond Roussel.

El poeta es el que entiende un lenguaje sin sentido.
Maurice BLANCHOT. El espacio literario.

yo hablaría más bien de una entonación argentina del espa-
ñol, de una respiración argentina del español...
Jorge Luis BORGES. Entrevistas con Sorrentino.

El hombre es, sin duda, un animal sintáctico. Y todas las
lenguas comparten la misma estructura profunda. Una suer-
te de gramática genética universal. En la mente de todo re-
cién nacido está impreso el esquema básico del lenguaje.
Que yo creciese hablando chino en lugar de inglés es una
simple cuestión de azar.
Philip KERR. Una investigación filosófica.

Mire, el inglés es una lengua hermosa, pero las lenguas an-
tiguas son más hermosas: tenían vocales. Las vocales ingle-
sas modernas han perdido su valor, se color. La esperanza
del inglés, de la lengua inglesa, son los Estados Unidos, creo
yo, los americanos hablan claramente.
Jorge Luis BORGES. En 'Conversaciones con escritores'.

parece ser que lo que persiguen todas las clases sociales no
es la posesión de la cultura (tanto para conservarla como pa-
ra adquirirla), pues la cultura está ahí, por todas partes, y per-
tenece a todo el mundo, sino la unidad de los lenguajes, la
coincidencia de la palabra y la escucha.
Roland BARTHES. El susurro del lenguaje.

Todo aquello que puede ser dicho puede decirse con claridad,
y de lo que no se puede hablar, mejor es callarse.
Ludwig WITTGENSTEIN. Tractatus logico-philosophicus.

La lengua no es más que tensión después de la falta, del cono-
cimiento del desvío, de la aceptación del mal.
Antonin ARTAUD. El pesanervios.


EL MIEDO

Quitarle el miedo, para siempre, a caricias.
Peter HANDKE. El peso del mundo.

Aún el más valeroso de nosotros, rara vez tiene el valor de lo 
que realmente sabe.
Friedrich NIETZSCHE.

-¿Sabes? -dijo Port con gran ansiedad- Creo que los dos tene-
mos miedo  de lo mismo. Y por una misma razón. Nunca he-
mos conseguido, ninguno de los dos, entrar en la vida. Estamos colgando del lado de afuera, por mucho que hagamos, conven-
cidos de que nos vamos a caer en el próximo tumbo. ¿No es 
cierto?
Paul BOWLES. El cielo protector.

De noche tenemos más miedo que los niños.
Jules RENARD. Diarios.

La conciencia nos convierte en cobardes.
William SHAKESPEARE. Hamlet.

No pienses. El pensamiento hace cobardes.
Del BUSHIDO

Hay en todo esto una curiosa mezcla de audacia y timidez. 
Tiene el coraje de aventurarse hasta donde ningún hombre 
blanco había puesto el pie y no el de encarar la vida sin una 
renta permanente.
Henry MILLER (Sobre Rimbaud). Rev. Sur N° 294.

El latido de Dios en nosotros: el miedo.
Elías CANETTI. El suplicio de las moscas.

Quería encontrar una ley que abarcara a todos los seres vivos. Encontré miedo...
Michael ONDAATJE. El fantasma de Anil.

Nada en la vida le había preparado para situaciones como aque-
lla. Nada en la vida de nadie podía servir de preparación para aguantar tal cantidad de miedo.
Justin CARTWRIGHT. Míralo de esta manera.

Tengo que dormir solo en una habitación (...) ES el puro miedo 
quien está defendiendo la causa: tal como uno no puede caer 
cuando yace en el suelo, nada puede ocurrirle a uno si se en-
cuentra solo.
Franz KAFKA. Cit. por E. Canetti, 'El otro proceso de Kafka'.






COSAS QUE ME GUSTARON
(Y NO PERTENECEN A NINGÚN LADO)

Pero la realidad, demasiado fatigado para encontrar la pala-
bra exacta, no tardó en restablecerse, la muchedumbre se re-
tiró, volvió la luz, y yo no tenía necesidad de levantar la ca-
beza del asfalto para saber que me encontraba en el mismo
vacío cegador de hace un  momento. Dije, Quédate aquí,
tumbado sobre estas losas amigas o neutras al menos, no
abras los ojos, espera que venga el samaritano, o que llegue
el día y con él los guardias municipales o quién sabe un
miembro del Ejército de Salvación.
Samuel BECKETT. Relatos.

Los pobres ahorcados quedan lívidos; sin sangre. A uno lo
bajaron de un árbol, lo pusieron en el suelo. Y lo toqué.
Nadie entiende lo que es un sentido.
Jacobo FIJMAN. En diálogo con Vicente Zito Lema.

Se cuenta que el emperador Claudio, en su piscina, en lo alto
del peñón de Capri, repetía una frase que recordaba de una
tragedia de Eurípides.
-No existe ningún imperio humano, recitaba. Sólo veo pája-
ros marinos sobre mi cabeza.
Pascal QUIGNARD. Abismos.

Con todo, de esa noche total conservo un deslumbramiento:
mi descubrimiento del Mediodía. Lo recuerdo muy bien. Me
encontraba en los Pirineos, en alguna parte cerca del mar, y
solía jugar al billar con unos obreros jóvenes, que un día me
propusieron que fuera con ellos a la playa; me proporciona-
ron una bicicleta, y empezamos a pedalear a toda marcha por
la calzada, y la calzada descendía hacia el mar deslumbrante,
y entonces las naranjas, el vino, la luz, el deslumbramiento,
todo adquirió la dureza del diamante... y el Mediodía se reve-
ló a mi naturaleza nórdica. Cuando por fin llegamos, me sentía
tan ebrio que no sabía cómo parar la bicicleta, y daba vueltas
y más vueltas en torno a una plaza.
Witold GOMBROWICZ. Testimonio. Esta epifanía, esta ex-
periencia de descubrimiento (de lo visible y de lo hasta enton-
ces oculto), me recuerda un pasaje de "El paseo", de alguien
tan diferente a Gombrowicz, al menos en apariencia: Robert
Walser: "Nogales, cerezos y ciruelos daban al camino suave
y curvilíneo un toque atrayente y distraído. Amaba en realidad 
la mayoría de lo que iba viendo, de manera fogosa e instantá-
nea."

Pasé a susurrar. Ahora tengo cuarenta.
¿Qué puedo decir de la vida? Que me ha resultado larga.
Que sólo con la desgracia quiero ser solidario.
Pero hasta que me la llenen de arcilla,
sólo la gratitud ha de salir de mi boca.
Joseph BRODSKY. Poemas.

y nosotros 
no volveremos a separarnos en todo el día de nuestra vida
W.H. AUDEN. Otro tiempo.

-¡Pero óigame! ¡El arte no es el qué, sino el cómo!
K-123 dio un salto y golpeó varias veces la mesa con el canto
de la mano:
-¡Me importa un bledo su "cómo" si no me inspira nobles sen-
timientos!
Alexander SOLZHENITSYN. Un día en la vida de Iván Dení-
sovich. (¡Se trata de una discusión entre prisioneros del Gu-
lag!)

Las ideas por el trabajo se me ocurren en abundancia, y eso
hace que aunque esté aislado, no tenga tiempo de pensar o de
sentir; marcho como una locomotora de pintar...
Vincent Van GOGH. Cartas a Theo.

En la Biblia de mis padres, un ejemplar apolillado encuaderna-
do en piel y lleno de vales de descuento del supermercado
Schätzlein, hay un verso del Antiguo Testamento subrayado,

no con un lápiz sino seguramente con la uña, y aunque el
libro, compuesto en letra gótica alemana, lleva ya varios años
vagando por mis estanterías y mis cajas, la incisión en el papel
biblia parece recién hecha. "Cuando labres la tierra, no te volve-
rá a dar su fuerza", dice. "Errante y extranjero serás en la tierra."
Ralf ROTHMANN. Morir en primavera.




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