sábado, 31 de diciembre de 2016

LOS LIBROS DE 2016 - Primera parte

 Seré breve
 Tal vez demasiado breve
 Intentaré algunos contagios
 Revelaré algunas decepciones
 Evocaré: me equivocaré
 Habré leído mal
 Habré leído apasionadamente
 El año pasó, los libros quedan
 Algunos de ellos para siempre
 Como ciertas personas
 Sí, los libros son como las personas
               (nunca los leemos del todo)


  1. Chantal Maillard. India. Pre-textos, 2014.




Empecemos bien: de lo mejor que he leído.
Esta mujer cala hasta el hueso. Y, además de sus profundos
conocimientos, es una excelente poeta.
Es un libro de 840 págs. Una fuente. Vale lo que pesa.
Los trabajos teóricos acerca del concepto de Rasa son ex-
ploraciones en textos clásicos hindúes que se remontan al
siglo I o II d.C. (El Natyasastra de Bharata, para citar sólo
un ejemplo). Ensayos, diarios, poemas, todo se reúne en 
este libro, pero la autora reconoce, sin embargo: "Son tan-
tos los conceptos del hinduismo de los que no he hablado
que me pregunto si he llevado a buen término este cometi-
do..."


2. Eduardo Gil Bera. Esta canalla de literatura. Quince ensayos biográficos sobre Joseph Roth. Acantilado, 2015.


Estos ensayos de Eduardo Gil Bera acerca de Joseph Roth
revelan el amor que el autor siente por el extraordinario Jo-
seph. Todos los años trato de leer algo de o acerca de mis es-
critores preferidos. Joseph Roth es uno de ellos. Tengo en es-
pera el de Claudio Magris: Lejos de dónde. J.R. y la tradición
hebraico-oriental. Una cita, perteneciente a una carta que Roth
le envía a su prima Paula Grübel desde el frente de guerra, en
1917: A 10 kms del frente. Posición de reserva. Materialmente estoy peor que antes. El periódico se suprime, y ahora que se desvanece la aureola de redactor no soy más que un voluntario enrolado por un año. Una consecuencia puede verse en la mane-
ra que me tratan. Pero eso no quiere decir nada para gente de 
mi temple. Lo que importa es lo vivido, la intensidad del sentimiento, dejarse penetrar con fuerza por el hecho.
Había ya nacido uno de los mayores cronistas del siglo XX.


3. Jean Giono. Renadio. Lumen, 1981.


 Esta novela es una joya. Poética, profunda, metida en el
cuerpo y el alma de la gente sencilla de campo, transpor-
tadora, muy bella. Renadio significa 'renacimiento' y la
historia se desarrolla en la Alta Provenza. Los persona-
jes viven en el dilema de permanecer en esa tierra que
parece ya tener poco para darles, o migrar. Panturle es
el hombre que afrontará lo que sea para quedarse en su
tierra-hogar. "de Manosque a Vacheres las colinas se per-
siguen, subes por un lado y bajas por otro, pero cada vez
un poco menos de lo que has subido. Así, paso a paso, la
tierra te va alzando sin que te des cuenta."
Panturle tiene la suerte de encontrar una novia, alguien que, 
en lugar de partir, llega. Han hecho el amor por primera vez:
"-Amanece.
 Lo dicen uno tras otro, sin mirarse: ahora tienen el cuerpo
sosegado y el corazón silvestre como una amapola."
Esta novela pertenece a la obra temprana de Giono. Aún
los finales de sus historias estaban llenos de esperanza.
Cabe agregar que en esos parajes, pintó Van Gogh.


4. Joan Didion. El año del pensamiento mágico.


Tremendo este libro de Joan Didion acerca de la muerte 
súbita de su marido y de la enfermedad gravísima de la
hija de ambos, sucediendo al mismo tiempo. La descrip-
ción de sus sensaciones y sentimientos es delicada y su-
til. Todo parte de ese instante que define absolutamente
un antes y un después. El instante de lo inesperado, la
irrupción de lo real. Y hace unos días, leyendo Conver-
sations with Richard Ford, éste la ubicaba entre los tres
más importantes escritores de Estados Unidos en ese mo-
mento (era el 98).

5. Peter Matthiessen. El río del Dragón de Nueve Cabezas.


La promesa es mayor que el cumplimiento, en este caso,
y para mí al menos. Una suerte de biografía del autor en
relación al tiempo en el que se sumergió en el budismo,
en Estados Unidos. Hay algo de esto que ha quedado en
el pasado, pero no sé si en el mío o en el pasado en gene-
ral, fruto de una época de enamoramiento de lo oriental
en el país del norte. Algunas citas budistas son muy inte-
resantes, la mayoría de ellas pertenecientes al maestro
Eihei Dogen, del siglo XIII.

6. Byung-Chul Han. Filosofía del Budismo Zen. Herder,
2015.


Y ya ven que lo intento. En este caso a través del filósofo
coreano que era obrero y abrazó la filosofía nada menos 
que en Alemania, con gran suceso mediático incluido.
Nadie va
por este camino
en la tarde de otoño
del día de hoy.
BASHÔ
Apoyándose en los textos clásicos del budismo zen y en
la poesía china, Han recorre los conceptos principales de
ese pensamiento-acción sin dejar de establecer ciertas va-
liosas relaciones con el pensamiento occidental. Las nocio-
nes de vacío en su versión china, inesperada y plena de sim-
pleza y complejidad; la de nadie, y, finalmente, la de ningún
lugar. Ese vacío que evita el sustancialismo, y que posibilita
todo, del cual hablan tanto el taoísmo como el zen.

7. Pierre Lemaitre. Iréne.


Desde los dos primeros libros de Lemaitre que leí y que
me gustaron mucho (Nos vemos allá arriba y Vestido de
novia), lo he seguido, sin tanto éxito. Iréne es un poli-
cial negro como Vestido..., con el comandante enano Ca-
mille Verhoeven como personaje central.Me gustó esta
novela, que logra acelerar cuando parecía detenida, pero
no me volvió loco. También leí

8. Pierre Lemaitre. Rosy & John. Alfaguara, 2016.


que me gustó menos.

9. Giorgio Agamben. Lo que queda de Auschwitz.



Sin aliento. Así te deja cada página de esta obra maestra 
de Agamben. La profundidad de sus análisis, ese llevar
cada tema hasta su límite de ser pensado... Una explo-
ración de lo más duro y último del ser humano. Un libro
impresionante. El libro que por lejos más me impresionó 
de este autor. 

10. Paul Steinberg. Crónicas del mundo oscuro. Monte-
sinos, 1999.


Y, como fuera mencionado en el libro antecedente de Agam-
ben, conseguí este de Paul Steinberg, escrito por un sobrevi-
viente sin rencor, sin encarnizamiento alguno. Una crónica
extraña, diferente de lo que estaba acostumbrado (justo me
tira el inconsciente esta palabra, cuando se trata del territo-
rio último, al que es imposible acostumbrarse), una visión
lúcida, trabajada durante años en silencio. Steinberg guardó
dentro suyo esa experiencia y la elaboró durante 30 años, an-
tes de escribir este libro.
"Habíamos llegado a las afueras de Praga y el tren avanzaba
lentamente por una zanja por encima de la cual cruzaban
unos puentes metálicos. Era la hora en que los obreros che-
cos llegaban al trabajo. Pasaban por encima nuestro y veían
aquel espectáculo de horror. Aquellos vagones llenos a re-
bosar de seres vagamente humanos, ni muertos ni vivos,
descarnados, que levantaban hacia ellos unos ojos vacíos.
¿Qué danza macabra de un fresco medieval ha represen-
tado una visión de un horror semejante?" (Son los últi-
mos traslados, los de la retirada. Había que sacar esas
pruebas del crimen del lugar.)

11. Julian Barnes. Niveles de vida. Anagrama, 2014.


De los tres textos que integran este libro de Barnes escrito
después de la muerte de su mujer, el tercero, el que se re-
fiere justamente al duelo del escritor por quien fuera su 
compañera y su amor, es el que más me gustó. Hay una
relación entre este libro y el de Didion. Y no me hagan ele-
gir.


12. Iván Bunin. Días malditos. (Un diario de la Revolución).
Acantilado, 2007.


Bunin es uno de los intelectuales que sufrió la Revolución
Rusa desde el comienzo. Otros tuvieron su período de ro-
mance, para luego caer en la dura realidad. Sin embargo
este libro que corresponde a los cuadernos que llevó el
escritor hasta lograr exiliarse son relativamente fallidos.
El dolor vivido por las penurias cotidianas se repite en
su descripción, faltándole a mi entender a este texto una
vuelta de tuerca, una lectura de los hechos, aunque fuesen
demasiado presentes.
"Según Fomá, pasado mañana se escenificará el <ver-
dadero fin del mundo>: el >Día de la revuelta pacífica<, 
es decir, el saqueo a todos los burgueses sin excepción."


13. Vikram Paralkar. Las aflicciones. La Bestia Equilá-
tera, 2016.


A veces parece que abordo las novedades, contagiado 
por los medios de difusión cultural. Será porque este
librito ha sido bastante comentado que digo esto.
 Un tal José, ya viejo, está preparando a Máximo, un
enano de rostro deforme, para hacerse cargo de la
Enciclopedia o biblioteca de todos estos males extra-
ños, fruto de la imaginación latinizada de Paralkar.
Si bien en algunos casos me produjo el efecto buscado
por el autor, como en Aphasia floriloquens, la gran
mayoría de las descripciones me ha dejado un tanto
frío. Tiene la estructura de Las ciudades invisibles
de Italo Calvino, pero hay que salvar muchas distan-
cias para compararlos en calidad literaria.

Y aquí me detengo. Pronto aparecerán las series 2 y 3 y
tal vez 4 de estas brevísimas reseñas.

Aquí termina este año.
Para esta página ha sido un gran año, ya que se multiplica-
ron las visitas, hasta alcanzar un promedio de alrededor de
500 diarias. Mi agradecimiento y compromiso. RR

viernes, 23 de diciembre de 2016

POEMAS TEMPRANOS (¿E INÉDITOS?) DE BERTOLT BRECHT



                                 El maestro y el traductor, en Berlín.

 Estos poemas no están incluidos en las antologías poéticas
de Brecht. Pertenecen al período de su vida en el que se mu-
da de su pueblo natal Augsburg a Munich, entre 1920/21,
cuando el poeta contaba con tan sólo 22 años.
 Hacía poco que había muerto su madre, y se encontraba re-
escribiendo Baal, tambores en la noche, además de llevar 
una activa vida amorosa. Eran tiempos violentos, pero la po-
lítica no ocupa todavía un lugar importante en su escritura.
 Los poemas nunca habían sido traducidos al inglés y su re-
ciente descubrimiento me induce a pensar que tampoco han
sido vertidos al castellano. De ahí que aventuro su condición
de 'inéditos'.
 Para recordar, de paso, que esta página tiene entre sus inten-
ciones más al descubierto, la de difundir textos que no han
sido volcados previamente a nuestra lengua. Es una suerte 
de pequeño expansor de lo que creemos merece caber en 
'nuestro' (como todas las posesiones, es y no es) idioma.


 BALADA EN HONOR AL DESALIENTO

 1
 He tenido todos los años que obtendré.
 No aprendí nada.
 , soy un idiota.
 Tiempo de morir, carezco de religión.
 Hermano, dame un trago o ayúdame a partir.

 2
 Lava tu propia cara si tus manos están sucias
 El moho y la cal lo cubrirán si tienes suerte.
 Todas las cosas se gastan y desgastan aquí abajo
 Pero mi alma plagada y costrosa, ¿dónde puedo esconderla?

 3
 Cualquiera que me vea en la mortaja, por favor
 Te pido ahora, peina mi cabello sobre mis ojos.
 Persígnate sin duda alguna pero si te espantas ante mi
                                                                            [visión
 Seguramente te pasaría lo mismo ante cualquier bruta bestia.



 EL RÍO CANTA ALABANZAS...

 El río canta alabanzas. Estrellas en los árboles.
 El olor del tomillo y de la menta.
 Nuestras frentes refrescadas por una pequeña brisa.
 Somos los niños, este es el regalo de Dios.
 El pasto es blando: la mujer sin amargura.
 Los hermosos sauces hacen que todo se regocije.
 El placer es una certeza para aquellos que digan sí.
 Nunca jamás querrías partir de este lugar.


 (Escrito para Paula Banholzer, el 27 de abril de 1920.
Frank, el hijo de la pareja había nacido en 1919.)


 LA MUERTE DE MI HERMANO

 Expulsado en copas sobre las frías piedras
 Temblando, mi hermano alzó su cabeza para hablar
 y dijo que no quería llantos, de nadie
 Y se recogió en una última mirada.

 Él no podía vernos. El resplandor lo cegaba.
 No dijo nada. Su garganta estaba tiesa.
 Su mano palpó sobre su pecho para encontrar en él
 Un corazón y entonces nos dijo clarito:

Vayánse y vergüenza para ustedes. Y todo estuvo quieto.
 Estas piedras, dijo, son lo que es mío.
 Y que nadie llore. Ese es mi deseo.
 Y ninguno de nosotros se atrevió a volver a molestarlo.

 Nos mantuvimos apartados.
 Él yació ahí borracho y mascullando hasta el mediodía
 Y murió entonces sigilosamente y se cayó en pedazos                                                                                           [muy rápido
 Sin abrigar dudas porque pensó que no era visto.




 OBSERVACIONES POLÍTICAS

 Durante horas ellos reman alrededor del lago del pueblo
 Me desagrada observarlos. Por el amor de Dios
 Remando alrededor de un laguito y estamos en deuda 
                                                               [hasta las orejas
 El lío en el que el país está metido, me sorprende que esté
                                                                            [permitido

 Ando por ahí fumando y mirando, eso es lo que hago
 Y pienso mis pensamientos, eso es más o menos lo que hago
 Otra cosa en este sitio, tocan la armónica
 Esta tierra está sujeta por la plaga Negra y ellos tocan la ar-
                                                                                [mónica

 Y yo pienso fríamente, sigan jugando, sigan remando de
                                                           ida y de vuelta
 Y escupo, pero de verdad sintiendo que no es asunto mío
 He andado por ahí observando durante algunos años ya
 Y veo exactamente hacia dónde estamos remando

 Leo en De Polo a Polo que los habitantes de Orkney
 se lavaban la ropa entre sí para ganarse la vida. Bueno OK
 Sigan unos pocos años así, ustedes sigan
 Había muy buenos para pasear en bote en Asiria también
                                                             [y en Babilonia

 (Este es el único poema que se refiere, aunque de este modo
irónico a la situación política que se vivía. La Plaga Negra
puede referirse a una medalla acuñada en 1920 por el artista
Karl Gotz, cuyas dos caras encendieron una polémica racista
por la presencia de soldados franceses negros en la Rhineland
ocupada. De Polo a Polo era un popular libro de viajes. Brecht
mismo está más cerca de los remeros y tocadores de armónica
que del que habla en este poema.)


 BALAAM LAI EN SU TRIGÉSIMO AÑO

 Balaam Lai en su trigésimo año
 Navegó una tarde hacia Madagascar
 A causa de un anhelo de ver a Erna Susatte
 Porque hacía cuatro años que
 No la veía
 Y no tenía la menor idea de dónde estaría ella
 Y entonces pensó: Está en Madagascar.

 Buscó en el mapa en el Tomas Cook. Muy probablemente
 Ella estaría ahí en algún lado
 Pensó y entonces
 Aterrizó en Madagascar
 Tipo
 Como Poncio Pilato lo hizo en el Credo.

 Viajó con un maletín repleto de documentos
 Un paraguas que necesitaba urgentes reparaciones
 Una guitarra y una botella de Johnny Walker
 Y revoltijo en el corazón, un viejo desorden.
 Pero el mar es un maldito bicho de malos modales
 Así que no pensó mucho en Erna Susatte
 Pero una vez que estuvo en la isla entonces
 El nombre (no el rostro) se le aparecieron de nuevo
 Pero esa noche se fue a la cama solo, suponiendo
 Que sería raro encontrarse con ella la primera noche.

 Así que cuando Balaam Lai en su trigésimo año
 De pronto una mañana estaba en Madagascar
 Se preguntó antes de salir en su búsqueda
 Si sería posible que Erna Susatte
 Estuviera en Madagascar
 Y concluyó que era posible, ¿por qué no lo sería?
 Pero que las posibilidades de encontrarla eran leves, espe-
                                                 cialmente
 Porque con lo único que contaba era con su maleta y un pa-
                                                 raguas
 Y dado que sobre todo el interés que él 
 Aún tenía en el rostro de la desaparecida Erna Susatte
 No era grande, no muy grande
 Y decidiendo sobre un ponche infamemente elaborado
 Que Madagascar no daba para mucho
 Regresó navegando moderadamente borracho con ponche 
 Pero se deshizo de toda añoranza y de toda la bazofia de la
                                                           del deseo
 Y ordenó otro ponche en El Clavel Rojo
 12 Tauenziehenstrasse, corrido
 Por otra Erna, apellidada Nubes, esta
 Varios años después, misma calle, número 4, en un bar
 Un sobresaturado borracho solía relatar
 Entre varias historias verdaderas ésta acerca de
 Un atrevido viaje en una goleta a Madagascar
 Naufragio, visiones, picaduras de serpientes
 Y un rostro que había visto en las profundidades de los pan-
                                  tanos de Madagascar
 Como prueba de que de cuando en cuando los milagros sí
                                  suceden
 Por ejemplo cuando
 Sin nada más por decir
 Él ve el pálido y olvidado rostro de Erna Susatte
 En un pantano 
 Asiático, ebrio de ponche como un zorrino.

 (Escrito en 1921. 'Nubes' (Gewölk en alemán), sugiere que
el amor, la amada, el enamorado, son más fugaces que las
nubes.)



 FUENTE


 Modern Poetry in Translation. Third Series- Number Twelve.
Freed Speech. London, 2009.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



                                              

lunes, 19 de diciembre de 2016

ESA PALABRA NO APARECE




 no, pero es que no aparece el tono
 el tono en ese espacio en ese ámbito
 en que se piensa y siente
 ¿alguien alguna vez ha dicho que es el mismo?
 sin encontrar las claves para abrir
 esas fotos que tienen su propia memoria
 esas emociones que hoy prueban el sabor del exilio
 no, la belleza nunca me pareció intoxicante
 el trazo de la verdad rayando el espejo
 lo vimos
 la gama de las iniquitâtis:
 infamia, iniquidad, ignonimia (lo innombrable)
 un entendimiento histórico que esquive lo grotesco
 creer y dudar al mismo y sucesivo tiempo
 las tramas invisibles, los secretos no sabidos, 
 las frases de otros, incrustadas bajo la piel del yo mismo
 la sugestión, las astucias que en este mismo instante
 practicamos,
 la fina red de la atención y su
 adentro y afuera de la pesadilla;
 si fuese una ciudad se lo comerían las tinieblas
 y la plena luz del día lo arrojaría a las garras de la vergüenza
 y sin embargo le corrían por las arterias lentejuelas de sol 
 y sin embargo las avispas se entremezclaban
 con un hato de mariposas que no sabían absolutamente nada
 de nada
 acuclillado, cuidaba su mercadería
 augurios
 transformando en invisible lo visible
 en interior lo externo
 qué débil esa voz que alguna vez los envolviera
 desenvolviendo el misterio
 el olor de esta locura es seco
 indigente locura, opulenta locura
 ¿es el bendito fuego forestal eso que escucha?
 que nos escucha
 y ese cielo que cintila
 mientras se deslizan el silencio las miradas los pequeños
 saberes inconclusos
 las intenciones los encantamientos las ideas con su mínima
 luz propia en la oscuridad del relámpago
 ¿todo bien?
 ah, no arrepentirse de nada, de nadie
 seguir braceando en lo innombrable
 lo inventado
 sin cola, el cometa del mensaje
 ¿adónde va?
 y sin tono la bóveda permanece inhabitada
 cada foto que toma en la mano
 pega su chispazo y quema
 sin arder
 ¿es el pasado ese fuego forestal que nos mira
 sin vernos?
 impasible ah, todo esto ondula
 la quietud no es otra cosa que apariencia
 esa palabra que significa el borramiento de todo
 no aparece
 mientras tanto
 frutos
 y flores
 y la sombra de los dioses
 las manos rozándose como miradas
 los cuerpos precipitándose en el otro
 ese entendimiento que jamás entendimos
 cómo
 y las horas pasadas en la espera
 y la dicha abriendo un río nuevo
 cada día
 regiones lejanas que se alejan
 ¿era éste el dolor de la existencia?
 ¿o también eso y es otro el dolor?
 todo se desliza en su nada-quieto:
 los dioses corrían como tormentas de sombra y de sol
 sobre la hierba
 y un gran 
 absurdo
 maravilloso convencimiento
 ofrecía a los vientos que quisieran
 las velas del inerme
 y entusiasta
 botecito
 que el agua
 ¡nada menos que el agua!
 milagrosamente
 sostenía





lunes, 12 de diciembre de 2016

LA POETA LITUANA DAIVA CEPAUSKAITÉ




 Daiva nació en 1967 en Marijampolé, Lituania
 Es médica, graduada en la Academia de Medicina de Kaunas
 Es poeta y dramaturga
 Y desde 1990 es una de las principales actrices de la Cámara
      Teatral Juvenil de Kaunas
 También ha escrito obras para chicos


 (¿Cómo andás?)

 ¿Cómo andás?

 - Bien, digo yo, bien.
 Dormí bien.
 No soñé nada.
 Me desperté por mi cuenta.
 Miré en el espejo.
 No vi nada raro.
 Me acordé de una o dos personas.
 una o dos que no recordaba.
 Limpié las migas de la mesa.
 Encontré una pasa.
 Abrí una ventana.
 Me sentí feliz una vez.
 Infeliz dos veces.
 No sentí nada tres veces.
 Pensé en el significado de la vida una vez.
 Acerca de la falta de sentido dos veces.
 Acerca de nada tres veces.
 Tosí.
 No dolió nada.
 Nada faltaba.
 Nadie estaba preocupado por mí.
 Miré las noticias.
 Cortaron la cinta.
 Dieron una entrevista.
 Bombardearon.
 Dos chicos y un auto se ahogaron
 (por separado).
 Hablaron más acerca del auto
 Que acerca de los chicos.
 Miré hacia el jardín.
 Miré en mi billetera.
 Eché un vistazo al pasado.
 Extendí mis pérdidas.
 Me regocijé con mis descubrimientos.
 Recorrí los eventos.
 Contemplé el contexto.
 Evalué el objeto.
 Descubrí conexiones.
 Expliqué las razones.
 Honré a los muertos con un minuto de silencio.
 Suspiré a causa de mi amante.
 Pensé en mi madre.
 Me cambié la ropa.
 Me rasqué la cabeza.
 Bien, digo, bien.



 ARRULLO PARA UN AMANTE

 Mi tonto, mi pequeño 
 tonto,
 sólo quedamos nosotros dos,
 todos los demás han muerto hace rato,
 lavados, afeitados,
 peinados, preparados,
 prolijamente alineados,
 decorados con flores,
 descansando en paz
 sin riesgo alguno.
 Sólo nosotros podemos encontrar
 ninguna manera de morir
 caer cabeza primero
 siempre dentro del mismo cielo,
 siempre hasta la próxima vez.
 En las esquinas de nuestros ojos
 hay dos canarios,
 diferentes como los dos
 ojos de la misma persona,
 mi tonto, mi pequeño 
 tonto,
 esta noche otra vez podemos encontrar
 ninguna manera de morir,
 esta noche yo lloro canarios
 y mis lágrimas cantan.



 POESÍA

 Soy una vaca llamada Poesía,
 doy un poco de leche,
 habitualmente 2,5% grasa,
 a veces consigo
 exprimir un 3%,
 me pone orgullosa que es procesada
 con la más avanzada tecnología
 y en tetrapacs de papel
 llega a usuarios que no lo piden,
 estoy enferma con todas las enfermedades
 no desconocidas para los seres vivientes
 y cuidadosamente detalladas
 en los textos de veterinaria,
 pasto con una buena manada
 (lo colectivo es amistoso
 no hay barreras idiomáticas),
 tengo miedo de los tábanos y del zootécnico,
 puedo ser útil también de otras maneras-
 cuando viene el frío, cuando defeco,
 sube a mi pila descalzo,
 verás cómo el calor
 se alza desde tus pies
 hasta la parte de atrás de la cabeza.



FUENTE


 Jean Boase-Beier, Alexandra Büchler & Fiona Sampson.
 A Fine Line. New Poetry from Eastern & Central Europe.
 Arc Publications, 2004.

 Las versiones del lituano al inglés son de Jonas Zdanys.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

domingo, 11 de diciembre de 2016

¿NO HABRÉ TENIDO TIEMPO?





 no, ese festival a orillas del río sagrado
 la lectura en griego de Safo, no
 pasé por New Hampshire tampoco
 no exploré el cante jondo
 conozco a medias la historia de Ofelia
 la foto que Nadar hizo de Sarah Bernhardt- no la vi
 cristales de roca en las cuevas de Psicia
 las calles de Jerusalén para otra vida
 en trineo por los hielos de Labrador
 las palabras justas para describir el peso de sus manos
 no he probado el tautófono
 los pisos de vidrio negro en el lupanar chino
 no he visto al atún arremolinándose al final de mi linea
 jugo de palma entre las moscas de Colombe-Bechar
 no he sido enano, ni albino, ni obeso
 no estuve en la masacre de Retif
 ni me asfixié en el naufragio del RMS Lancastria
 no era yo quien jugaba en las calles de Belfast
 ni pasé mis mejores años en la fábrica de hojalata de
                                                                  [Chenstochowa
 no era yo ése que bailaba con los árboles
 el que marchaba con Malcolm X y Stokely Carmichael
 el chico descalzo de la estación Lao Cai
 el que pintaba con rayos de sol distraídos
 el que saltaba de la escollera al mar de noche
 el que contrapuso a Terencio con Propercio y a Tácito 
                                                                     [con Ovidio
 el que era amigo de Yü mei jen
 o discípulo del profesor jubilado Stefan Szuman
 el que aprendió a dominar el didgeridú
 el que comió Lüfer azul con las manos en las calles de
                                                                    [Antioquía
 no
 el que se aprendió de memoria los poemas de Kazimiera
                                                                 [Illakowiczowna
 no
 el que tuvo ocho hijos
 el que partió de las tinieblas del 'tiempo-de-ahora' (ho
                                                                    [nyn kairós)
 no
 el que vivió en la Fondamenta delle Zattere con una santa
 el que recorrió los anales judiciales de Viena y escarbó
                                               [en los casos Riehl  y Hervay
 el que esbozó no una sino varias cosmovisiones
 el que murió por otro
 el que se emborrachó con raki en una taberna de Cluj
 no era yo
 el que aprendió a tejer con las lanzaderas
 el que se inició en la ardua lengua finesa
 el que recorrió la estepa desde Pedynivka
 el que nadó entre el apareamiento de las ballenas frente a
                                                             [la costa de Manabí
 el que pasó por conventos dominicos y basilianos
 el que cambió de sexo
 el que escribió "¿Qué importa quién habla?"
 no estuve 
 no volé los planeadores Waco ni los Hadrian
 ni desentrañé la espiritualidad de toda materia
 ni estuve en la gran migración de la partición de la India
 ni aprendí a leer la columna de Trajano
 ni compuse mi sinfonía en el cuerpo de la mujer de la 
                                                                    [media luna
 no fui selknam, ni cayuga, ni onondaga
 no estudié los cielos
 ni escalé el Fitz Roy
 ni amé a una gitana albanesa en las orillas del río Shkumbin
 ni vi pasar la Marcia su Roma de Mussolini
 ni soñé con Pound en su cárcel de hierros en Pisa
 ni trabajé en la Puszta
 ni sembré cebada lino centeno
 ni alcé las velas de un dhow o de una falúa
 ni navegué el mar de Célebes o el golfo de Siam
 nada de eso

 Y a veces me pregunto qué es lo que he hecho
 y cómo es que no hice lo no hecho,
 y me digo,
 así como una broma o un secreto:
 ¿Será tan sólo que no habré tenido tiempo?









CANTOS FOLCLÓRICOS DEL PUNYAB

 El Punyab era un territorio soberano hasta 1849. En ese año 
fue ocupado por el Ejército de la Compañía British East India. Desde entonces los soldados sikh fueron incorporados al ejér-
cito inglés.
Lucharon por primera vez en 1860, conquistando Hong Kong y
Pekín. Durante 50 años fueron eficaces como instrumento para
suprimir las revueltas de los Pathans en las provincias de la 
frontera Noroeste.  Cuando se inicia la Primera Guerra Mundial, 
la mitad de los efectivos del ejército Indio fue extraída del Pun-
yab, llamada "la espada del Imperio". Casi un millón de solda-
dos de esa región lucharon en lugares tan distantes entre sí como Africa Oriental, Egipto, Francia, Salónica, la Mesopotamia, 
Adén y el Golfo Pérsico. 
 Los cantos folclóricos que publicamos aquí provienen sobre
todo de la región del Dhan-Pothohar. En estos cantos las mu-
jeres -madres, esposas y hermanas- son las protagonistas.
 Culpan a los extranjeros blancos (firangees) por sus sufri-
mientos. Odian a la guerra, sin preocuparse de los bandos.
Sus hombres eran en buena medida soldados mercenarios,
 de manera que ingleses, alemanes y franceses (la expresión
l'arme o laam se usa indistitamente para significar 'guerra'
son enemigos por igual. La batalla de Basora es el eje de va-
rias referencias en los cantos. Se trata de la invasión inglesa
de la Mesopotamia, en 1914. Esa zona era dominada por los
otomanos, que estaban aliados con los alemanes. Durante 
dos sucesivas campañas, la segunda más exitosa que la pri-
mera, los ingleses lograron copar este territorio, llegando,
como varias décadas después, a las puertas de Bagdad.


  El poeta Amarjit Chandan ha recopilado esas canciones.




  
 1.

 Él usa una camisa de seda tussar.
 Ah tren, muévete lento
 Llevas a un pasajero cuyo destino es Basora


 2.

 Oyendo las noticias de la guerra
 Los árboles se prendieron fuego


 3.

 Sin ti me siento sola aquí.
 Ven y llévame contigo a Basora.
 Yo haré girar la rueca para ti toda la noche.


 4.

 Que la batalla de Basora termine
 Aquella que está destinada a ser una viuda
 puede aún estar casada


 5.

 Mejor que agregues mi nombre entre las viudas
 Tú que partes para Basora


 6.

 El barrilete ha perdido su hilo
 Dios no lo permita
 Alemania está a la ofensiva
 Dios no lo permita
 Los ingleses están a la defensiva
 Dios no lo permita


 7.

 Todos y cada uno de los hijos han ido al laam en tierras
                                                                          [extrañas
 Qué Alá acabe el laam
 Que las Cinco Almas de la familia del Profeta os protejan
 hijos míos
 Que Alá los traiga sanos y salvos a casa


 8. 

 Chhalla mi amor yo hago girar la rueca de algodón
 Que Dios detenga la guerra
 Y traiga de regreso a mis seres queridos
 Escucha mi amor
 Regresa a casa a salvo
 Chhalla... 
 Firangee es el que gobierna
 Estamos en tantas dificultades
 Adónde iré
 Tengo que comer yuyos
 Chhalla aquí está la bolita de algodón
 Sufro una terrible separación
 Mi amado ha partido de casa
 Oh Dios haz que llueva
 Y déjame encontrarme con mi amado
 Chhalla aquí llega la maleza
 Cargo un pesado canasto sobre mi cabeza
 Me detengo y espero por él en el camino
 Con lágrimas en los ojos


 9.

 En la mañana él ensilló el caballo
 Para la expedición a Basora
 Ay no pude hablar con él todo lo que mi corazón deseaba



 FUENTE


Modern Poetry in Translation. N° 3, 2014. The Singing of
   the Scythe. Poetry of the First World War.



Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



sábado, 10 de diciembre de 2016

DOS POEMAS DEL GRAN HÚNGARO GYULA ILLYÉS



   DIARIO DE UNA CARAVANA PERDIDA

 Sólo la brújula, manteniendo viva la esperanza,
          tartamudeaba, repitiendo sus paralizadas
 direcciones; con algo en alguna parte más allá
          a lo cual responder.

       Y por otro largo día
seguimos adelante a través de arena desértica.

 Luego al borde de riscos de piedra
                cubiertos de jeroglíficos.

 Linea tras linea, incoherentes, leyeron-
           arrugas sobre alguna frente demente.

      Una era antigua
 luchaba allí en tonos desesperados-

 Ya sin nada más que decir-

      Y sólo el viento gime.

 Arena en nuestros ojos. Entre dedos sudorosos, y
      tierra entre los dientes, arena.

 Sacrificamos al camello que conocía el camino...
        tuvimos hoy nuestra última comida.



 VIGILANCIA NOCTURNA

 Un pequeño pero persistente dolor
 en las encías, en la tráquea,
 en el cerebro.
 En el matorral de los intestinos.
 Un explorador enemigo ojea para ver
 dónde puede invadir el ejército-
 cáncer, un derrame cerebral o el tercer ataque cardíaco.
 La gente mayor inclina sus oídos
 entre el dolor
 como centinelas o exploradores-
 en lo muerto de la noche
 escuchando en el interior de lo quieto del bosque.
 Desertados, los viejos inclinan sus oídos
 para saber más acerca de la amenaza
 bajo las estrellas
 que carecen de sentido
 y sin sentimientos.
 Ellos quieren informar-
 ¿pero a quién?
 ¿Hay alguien que podría hacer otra cosa
 que seguir haciendo correr la voz?



 Gyula Illyés nació en 1902
 Hijo de un operario mecánico en una enorme propiedad
    del oeste de Hungría
 Se enroló como voluntario en el Ejército Rojo de Béla Kun
   al comienzo de la Primera Guerra Mundial
 Cuando fracasó la revolución húngara, en 1919, huyó a París
 Ahí estudió literatura francesa y comenzó a escribir poesía
 Amigo de los dadaístas y surrealistas, como Tzará, Eluard,
      Aragon y también del poeta con una línea propia, nuestro
      conocido Jean Follain
 Regresó a Hungría en 1926
 Durante la década del '30, se dedicó junto a otros escritores
       y sociólogos, a una serie de estudios de campo de la vida
       rural húngara.
 Fruto de esa experiencia publicó un libro extraordinario llama-
       do Gente de las Pusztas



 Escribió unos 20 libros de poesía, generando un lenguaje que
       Follain definió como que "salvaguarda los poderes del
       silencio y se comunica fraternalmente con toda la gente".
 Se escondió exitosamente durante la Segunda Guerra Mundial
      y se convirtió luego en miembro del Parlamento y líder del
      Partido del Pueblo, aunque el estalinismo lo llevó a abando-
      nar no mucho después la práctica política.
 Durante años fue el editor de Nyugat, la revista literaria de
    mayor prestigio en Hungría (antes de la Segunda Guerra)
 Murió en 1983.



FUENTE

Jerome Rothenberg and Pierre Joris. Poems for the Mille-
   nnium. Vol. One. Univ. of California Press, 1995.
  (La versión en inglés del primer poema presentado es de Wi-
  lliam Jay Smith.)





Nicholas Kolumban. Turmoil in Hungary. An Anthology of
    Twentieth Century Hungarian Poetry. New Rivers Press,
    1982. ("Vigilancia nocturna" proviene de este libro)




Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)