viernes, 23 de diciembre de 2016

POEMAS TEMPRANOS (¿E INÉDITOS?) DE BERTOLT BRECHT



                                 El maestro y el traductor, en Berlín.

 Estos poemas no están incluidos en las antologías poéticas
de Brecht. Pertenecen al período de su vida en el que se mu-
da de su pueblo natal Augsburg a Munich, entre 1920/21,
cuando el poeta contaba con tan sólo 22 años.
 Hacía poco que había muerto su madre, y se encontraba re-
escribiendo Baal, tambores en la noche, además de llevar 
una activa vida amorosa. Eran tiempos violentos, pero la po-
lítica no ocupa todavía un lugar importante en su escritura.
 Los poemas nunca habían sido traducidos al inglés y su re-
ciente descubrimiento me induce a pensar que tampoco han
sido vertidos al castellano. De ahí que aventuro su condición
de 'inéditos'.
 Para recordar, de paso, que esta página tiene entre sus inten-
ciones más al descubierto, la de difundir textos que no han
sido volcados previamente a nuestra lengua. Es una suerte 
de pequeño expansor de lo que creemos merece caber en 
'nuestro' (como todas las posesiones, es y no es) idioma.


 BALADA EN HONOR AL DESALIENTO

 1
 He tenido todos los años que obtendré.
 No aprendí nada.
 , soy un idiota.
 Tiempo de morir, carezco de religión.
 Hermano, dame un trago o ayúdame a partir.

 2
 Lava tu propia cara si tus manos están sucias
 El moho y la cal lo cubrirán si tienes suerte.
 Todas las cosas se gastan y desgastan aquí abajo
 Pero mi alma plagada y costrosa, ¿dónde puedo esconderla?

 3
 Cualquiera que me vea en la mortaja, por favor
 Te pido ahora, peina mi cabello sobre mis ojos.
 Persígnate sin duda alguna pero si te espantas ante mi
                                                                            [visión
 Seguramente te pasaría lo mismo ante cualquier bruta bestia.



 EL RÍO CANTA ALABANZAS...

 El río canta alabanzas. Estrellas en los árboles.
 El olor del tomillo y de la menta.
 Nuestras frentes refrescadas por una pequeña brisa.
 Somos los niños, este es el regalo de Dios.
 El pasto es blando: la mujer sin amargura.
 Los hermosos sauces hacen que todo se regocije.
 El placer es una certeza para aquellos que digan sí.
 Nunca jamás querrías partir de este lugar.


 (Escrito para Paula Banholzer, el 27 de abril de 1920.
Frank, el hijo de la pareja había nacido en 1919.)


 LA MUERTE DE MI HERMANO

 Expulsado en copas sobre las frías piedras
 Temblando, mi hermano alzó su cabeza para hablar
 y dijo que no quería llantos, de nadie
 Y se recogió en una última mirada.

 Él no podía vernos. El resplandor lo cegaba.
 No dijo nada. Su garganta estaba tiesa.
 Su mano palpó sobre su pecho para encontrar en él
 Un corazón y entonces nos dijo clarito:

Vayánse y vergüenza para ustedes. Y todo estuvo quieto.
 Estas piedras, dijo, son lo que es mío.
 Y que nadie llore. Ese es mi deseo.
 Y ninguno de nosotros se atrevió a volver a molestarlo.

 Nos mantuvimos apartados.
 Él yació ahí borracho y mascullando hasta el mediodía
 Y murió entonces sigilosamente y se cayó en pedazos                                                                                           [muy rápido
 Sin abrigar dudas porque pensó que no era visto.




 OBSERVACIONES POLÍTICAS

 Durante horas ellos reman alrededor del lago del pueblo
 Me desagrada observarlos. Por el amor de Dios
 Remando alrededor de un laguito y estamos en deuda 
                                                               [hasta las orejas
 El lío en el que el país está metido, me sorprende que esté
                                                                            [permitido

 Ando por ahí fumando y mirando, eso es lo que hago
 Y pienso mis pensamientos, eso es más o menos lo que hago
 Otra cosa en este sitio, tocan la armónica
 Esta tierra está sujeta por la plaga Negra y ellos tocan la ar-
                                                                                [mónica

 Y yo pienso fríamente, sigan jugando, sigan remando de
                                                           ida y de vuelta
 Y escupo, pero de verdad sintiendo que no es asunto mío
 He andado por ahí observando durante algunos años ya
 Y veo exactamente hacia dónde estamos remando

 Leo en De Polo a Polo que los habitantes de Orkney
 se lavaban la ropa entre sí para ganarse la vida. Bueno OK
 Sigan unos pocos años así, ustedes sigan
 Había muy buenos para pasear en bote en Asiria también
                                                             [y en Babilonia

 (Este es el único poema que se refiere, aunque de este modo
irónico a la situación política que se vivía. La Plaga Negra
puede referirse a una medalla acuñada en 1920 por el artista
Karl Gotz, cuyas dos caras encendieron una polémica racista
por la presencia de soldados franceses negros en la Rhineland
ocupada. De Polo a Polo era un popular libro de viajes. Brecht
mismo está más cerca de los remeros y tocadores de armónica
que del que habla en este poema.)


 BALAAM LAI EN SU TRIGÉSIMO AÑO

 Balaam Lai en su trigésimo año
 Navegó una tarde hacia Madagascar
 A causa de un anhelo de ver a Erna Susatte
 Porque hacía cuatro años que
 No la veía
 Y no tenía la menor idea de dónde estaría ella
 Y entonces pensó: Está en Madagascar.

 Buscó en el mapa en el Tomas Cook. Muy probablemente
 Ella estaría ahí en algún lado
 Pensó y entonces
 Aterrizó en Madagascar
 Tipo
 Como Poncio Pilato lo hizo en el Credo.

 Viajó con un maletín repleto de documentos
 Un paraguas que necesitaba urgentes reparaciones
 Una guitarra y una botella de Johnny Walker
 Y revoltijo en el corazón, un viejo desorden.
 Pero el mar es un maldito bicho de malos modales
 Así que no pensó mucho en Erna Susatte
 Pero una vez que estuvo en la isla entonces
 El nombre (no el rostro) se le aparecieron de nuevo
 Pero esa noche se fue a la cama solo, suponiendo
 Que sería raro encontrarse con ella la primera noche.

 Así que cuando Balaam Lai en su trigésimo año
 De pronto una mañana estaba en Madagascar
 Se preguntó antes de salir en su búsqueda
 Si sería posible que Erna Susatte
 Estuviera en Madagascar
 Y concluyó que era posible, ¿por qué no lo sería?
 Pero que las posibilidades de encontrarla eran leves, espe-
                                                 cialmente
 Porque con lo único que contaba era con su maleta y un pa-
                                                 raguas
 Y dado que sobre todo el interés que él 
 Aún tenía en el rostro de la desaparecida Erna Susatte
 No era grande, no muy grande
 Y decidiendo sobre un ponche infamemente elaborado
 Que Madagascar no daba para mucho
 Regresó navegando moderadamente borracho con ponche 
 Pero se deshizo de toda añoranza y de toda la bazofia de la
                                                           del deseo
 Y ordenó otro ponche en El Clavel Rojo
 12 Tauenziehenstrasse, corrido
 Por otra Erna, apellidada Nubes, esta
 Varios años después, misma calle, número 4, en un bar
 Un sobresaturado borracho solía relatar
 Entre varias historias verdaderas ésta acerca de
 Un atrevido viaje en una goleta a Madagascar
 Naufragio, visiones, picaduras de serpientes
 Y un rostro que había visto en las profundidades de los pan-
                                  tanos de Madagascar
 Como prueba de que de cuando en cuando los milagros sí
                                  suceden
 Por ejemplo cuando
 Sin nada más por decir
 Él ve el pálido y olvidado rostro de Erna Susatte
 En un pantano 
 Asiático, ebrio de ponche como un zorrino.

 (Escrito en 1921. 'Nubes' (Gewölk en alemán), sugiere que
el amor, la amada, el enamorado, son más fugaces que las
nubes.)



 FUENTE


 Modern Poetry in Translation. Third Series- Number Twelve.
Freed Speech. London, 2009.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



                                              

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