miércoles, 27 de abril de 2022

DOS POEMAS DEL UCRANIANO SERHIY ZHADAN

   



  AGUJA


  Anton, edad treinta y dos.

  Estado: "vive con los padres".

  Ortodoxo, pero no fue a la iglesia,

  terminó la universidad, eligió el inglés como lengua 

                                                    extranjera.

  Trabajó como artista tatuador, tenía un estilo distintivo,

  si se lo puede llamar de esa manera.

  Muchos compañeros de nuestro grupo local pasaron por

  sus hábiles manos y filosa aguja.

  Cuando todo esto comenzó, él empezó a hablar mucho acerca 

  de política e historia, empezó a asistir a los mitines,

  dejó de ver a los amigos.

  Los amigos se ofendieron, los clientes desaparecieron.

  La gente se asustó, no lo entendían, se fueron de la ciudad.

  Sentís mejor a una persona cuando la tocás con una aguja

  Una aguja pincha, una aguja cose. Bajo

  su calor metálico la textura de la piel de una mujer es tan

                                                       elástica,

  el lienzo de la piel masculina tan rígida.

  Punzando esa cáscara exterior,

  dejás en libertad los abalorios de terciopelo

  de la sangre. Esculpí, esculpí

  alas de ángeles en lo sumisa superficie del mundo.

  Esculpí, esculpí, artista tatuador, ya que tu vocación

  es llenar este mundo de significado, llenarlo de

  colores. Esculpí, artista tatuador, esta

  cobertura exterior, que esconde almas y enfermedades-

  todo aquello por lo que vivimos, todo aquello por lo que

                                               morimos.

  Alguien dijo que lo balearon en una barricada,

  de mañana, un arma en sus manos, de alguna manera

                                                por accidente.

  Nadie supo qué pasó.

  Lo enterraron en una fosa común (los enterraban hasta

                                                  el fondo).

  Sus posesiones fueron devueltas a sus padres.

  Nadie actualizó su estado.

  Vendrá un tiempo en el que algún bastardo

  seguramente escribirá poemas heroicos acerca de esto.

  Vendrá un tiempo en el que otro bastardo

  dirá que no vale la pena escribir acerca de esto.



  LA CALLE. UNA MUJER ZIGZAGUEA LA CALLE.


  La calle. Una mujer zigzaguea la calle.

  Una pausa. junto al almacén

  ella titubea.

  Debería comprar pan, no hay - ¿hay suficiente?- no hay

              suficiente pan en casa.

  Debería ella comprar pan ahora, o - ¿mañana- delibera.

  Mira. Mira su teléfono. Suena. suena.


  Le habla a madre. Madre.

  Habla abruptamente, sin escuchar.

  ella grita.

  Grita junto a la vidriera del negocio; la vidriera del negocio,

  como si se gritase a sí misma en la vidriera del negocio.

  Cierra el teléfono. 

  Zigzaguea la calle, maldiciendo

  e su invisible - y por ende aún más

  maldita- madre.


  Lágrimas. Lagrimas de dolor a su

  madre

  y toda la imposibilidad de perdonar

  a su madre. Olvidate

  del pan.

  Olvidate. Olvidate del pan y de todo lo demás en este

                 mundo. Olvidate. Olvidate. Dejalo en paz.


  Esa mañana 

  comienza. El primer bombardeo aéreo.




   Seryih Zhadan es un poeta internacionalmente reconocido,

 además de novelista y músico (el líder de la banda "Perros

en el espacio"), que ha puesto su arte al servicio de la región

fronteriza de Donbas, partida por la guerra. (Estamos hablan-

do de los años siguientes a 2010.) Nació en Starobilsk, en

1974 (tiene  57 años). Originario de la región Oriental de

Ucrania, participó activamente de las protestas en 2014,

y fue golpeado brutalmente mientras realizaba una marcha

pacífica. Desde entonces ha trabajado arduamente por la paz,

realizando todo tipo de tareas humanitarias. Según su parecer,

Ucrania, como muchos otros países de Europa, ha entrado en

su propia versión de la Edad Media, es decir, de una guerra

de larga duración por una idea que consume a aquellos que

están a ambos lados del frente. 

  


 NOTA


 Esta publicación será seguida de otras, tanto de poetas ucra-

nianos como rusos, acerca del tremendo conflicto que ha pro-

ducido la invasión de Ucrania por Rusia del 24 de febrero de

este año.



 FUENTE


 Modern Poetry in Translation. No.3, 2017. War of the

Beasts and the Animals. Russian and Ukranian Poetry.

lunes, 18 de abril de 2022

POEMAS DEL GRAN RYSZARD KRYNICKI

   



  Ryszard Krynicki es uno de los poetas polacos más impor-

tantes del siglo XX. Nació en Sankt Valentin, Austria, en

1943, donde sus padres habían sido deportados a un campo

de trabajos forzados por los nazis. En 1960 se convirtió en el

líder del movimiento conocido como "la Nueva Ola", que

poco después se transformó en el grupo "del 68", junto a poe-

tas como Adam Zagakewski, Stanislas Baranczak y Bronislaw

Maj. Además de poeta es editor y traductor de poesía alemana.

Sus versiones de Paul Celan y de Nelly Sachs son muy destaca-

das. Fue co-editor de Zapis, la primera revista literaria indepen-

diente en la Polonia comunista, por fuera del alcance de la cen-

sura oficial. En 2015 se le otorgó el importante premio Interna-

cional Zbigniew Herbert.




  AHORA QUE SÉ (*)


  Ahora que sé que no has muerto


  el chirriar del frenado del tranvía, el telegrama.

  una mirada brúscamente hecha añicos, el sueño acerca de

  un niño sin sangre.

  el pronóstico meteorológico y - lo que haya

  pasado


  ahora que sabemos que no es acerca de vos.

  hablan de otra persona a los otros,

  extranjeros, parientes,

  en canosas voces


  se convierten en espejos



  MI AMADA (*)


  Mi amada hasta hace unos momentos

  todavía caminabas con tu vestido negro preferido

  debajo de un sol proyectando

  sombras de triángulos desplazándose

 (legibles aun para mí, que

  nunca entendí la geometría)


  la distancia crece, se aproxima.

  una incesante línea recta 

  penetra mi corazón.

  entre nosotros ni siquiera se extiende el humo

  de un tren que partió hace años


  pero esta íntima lejanía

  en laberintos de sellos, estampillas,

  alambre enrollado y fronteras

  teje su punzante red



  DESPUÉS DE LA LLUVIA


  Hermano y hermana, esfinge inescrutable, noble caracol:

  ¿qué destino están inscribiendo en su incierta mano

  en la pista de aterrizaje, en el último otoño de un siglo

         homicida?



  REGRESO DE ASÍS


  Un Giotto mutilado. Un sonoro: ¡Silenzio!

  Desde un vehículo que transporta animales

  que pasamos por el camino

  la indefensa mirada de un becerro

  que llevaban al matadero

  me persigue.


  Ayuda, San Francisco.

  Aparece ante el portón del matadero.

  Y si estás ocupado en ese momento,

  por favor enviá

  a tu hermano Silvestre.


  o a un lobo de Gubbio.



  DULCES, INOCENTES


  Dulces, inocentes palabras,

  dulces, redondas frases,

  de dulces, suaves

  redondeadas comas

  puro veneno


  rezuma



  EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE BUDAPEST


  ¿Cómo es que te encontraste aquí,

  pobre momia de una princesa egipcia,

  expuesta a las miradas ajenas?

  Ahora es aquí donde pasas tu vida eterna.          [tu más allá]

  Yo mismo soy una parte de ella por un momento,

  mientras te miro.


  Hasta ahora no hay otra.

  Nadie sabe 

  si la habrá.



   AL ENTRAR


  "Al entrar en el gran sorteo

  del Centro para la Salud de los Niños

  honras la memoria de los 2.000.000 de niños

  que perecieron en combate y fueron brutalmente

  asesinados en la Segunda Guerra Mundial.

  Traerás ayuda y alivio 

  al sufrimiento de miles de niños

  lisiados o aquejados de enfermedad.

  Cumplirás tu noble y honorable

  deber cívico.

  Tendrás una oportunidad de ganar

  muchos valiosos premios tales como

  un automóvil Fiat 125p y 126p,

  el tractor C-330, televisores,

  radios, heladeras, máquinas de coser,

  lavarropas


  y un montón de otros atractivos productos."


  (Krynicki: "Posters como este aparecieron en serio.")



  

  AQUEL QUE SIEMPRE SABE


  Aquel que siempre sabe

  a qué Dios le reza

  jamás será escuchado.




  BUDA, CRISTO


  Buda, Cristo


  En vano se esconden

  en tantas encarnaciones.




  LA CULPA DE JOB


  Todo fue logrado.

  No se me escatimó nada.


  Quién me perdonará.




  QUE NO EXISTE


  Teme a Dios

  que no existe


  en tu corazón.




  ESTE AÑO


  Este año 

  no di a luz fruto alguno


  solo hojas

  que no dan sombra


  tengo miedo, Rabí,


  tengo miedo, Señor,


  de que un hambriento


  agotado hombre me maldiga


  en el interminable camino

  a Jerusalén




   FRAGMENTOS DEL AÑO 1989


  Mudo, mi cabeza cubierta,

  parado con un guijarro en mis labios

  delante de un muro de fuego

  y olvido


  contado

  entre los ayudantes

  de la muerte


  ...

  

 Toma la ceniza de mí,

  toma el peso de mí no es

  mi culpa, déjame llevar

  a la otra orilla


  de la herida: penitencia,


  compasión


  .....



   FUENTES


  The Arkansas International. Fall 2016. (versión web)

  Words Without Borders (sitio web)


  "Al entrar" proviene del libro

  Emery George (ed.) Contemporary East European Poetry.

 Oxford Univ. Press, 1993.

  La versión al inglés es de Magnus Krynski y Robert 

Maguire.


  Los poemas con el asterisco (*) fueron traducidos al inglés

por Clare Cavanagh. Los que carecen del mismo, salvo el ya

señalado, fueron traducidos al inglés por Alissa Valles.

 En "El museo de las Bellas Artes de Budapest", la frase

encorchetada a un costado significa otra versión posible de

la original en inglés.


 Versiones al castellano: Robert R. Rivas (c)




  

  

  


  

miércoles, 13 de abril de 2022

INDIOS DE AMÉRICA DEL NORTE: ACERCA DE LA INFANCIA




 Esta nota proviene del libro mencionado al final. Sin

embargo, su verdadero origen es un breve relato que siem-

pre recuerdo, en el que Maria Chona, una mujer de la tribu

Papago, le cuenta a la antropóloga Ruth Underhill lo siguien-

te:

 "Mi padre siguió hablándome con una voz suave. Así es

como nuestra gente le habla siempre a sus hijos, tan suave

y bajito, que el niño piensa que está soñando. Pero nunca se

olvida..."




 INDIOS DIEGUEÑO

 (Delfina Cuero)


 PARA QUE YO Y MI PRIMER HIJO VIVAMOS


 Tuve a mis hijos yo sola. No tuve ayuda alguna de nadie...

 Hice lo que me habían enseñado. Usé xa'a.nayul (de la fa-

milia de la menta) o kwa.s (zumaque) para bañarme y bebí 

también un poco de té de kwa.s.

 Cavé un pequeño espacio e hice un fuego caliente y obtuve

cenizas calientes. Puse algo, corteza o paños, sobre las ceni-

zas y puse al bebé en él para mantener al cuerpito caliente...


 Para evitar que se infecte el ombligo, quemé cuero, o cual-

quier clase de piel, hasta volverla crocante, después la molí.

Puse ese polvo sobre el ombligo. Hice eso y no hubo infec-

ción alguna en mis bebés...

 Cuando cada bebé era un recién nacido, lo bañé en flores de

saúco o en té de corteza de sauce... La placenta se entierra en

el suelo de la casa.

 Hice todo esto yo sola. Cuando mis niños crecieron, si se en-

fermaban, yo usaba hierbas. Eso es lo único que usaba y mis 

hijos volvían a estar bien. Hay hierbas para el dolor de estóma-

go, los resfríos, los dolores de muelas, y todo lo que los Indios

sabían. Hay uno muy bueno para detener la hemorragia inme-

diata a un corte. Hay otra buena para detener quemaduras 

fuertes y para impedir la infección... hay otra hierba... que los

Indios solían usar para evitar tener hijos todos los años. Ahora

son difíciles de encontrar porque no podemos ir a cualquier

parte a buscarlas.

 Nombré a todos mis hijos por mí misma. No sabía nada acer-

ca de bautizarlos en ese entonces, simplemente hice como ha-

cen los Indios y les dí sus nombres. Cuando mi hijo mayor

tenía un año o dos, se hizo una fiesta para incluirlo en el gru-

po. Todos se reunieron y construyeron una gran ramada para

mí y trajeron comida con ellos. Hicimos un gran fuego. Yo te-

nía un tío que conducía el canto y la danza. Él dirigió una gran

danza del fuego. Hicieron un círculo alrededor del fuego, to-

mados de la mano, y siguiéndose el uno al otro, y saltando con

ambos pies y cantando... Toda la gente trajo regalos para el be-

bé -canastos, ollas, comida, muñecas de arcilla, o arco y fle-

chas, lo que fuera para iniciar al niño...


 La danza del fuego era religiosa; bailaban toda la noche has-

ta que salía el sol. Los cantos que van con esa danza deben ser

cantados en el orden correcto, desde el inicio de la noche hasta

el alba... Eso es lo que hicieron para que yo y mi primer hijo

viviéramos. Puede que hicieran aún más antes, pero no hacen

ni esto ahora.


 (Indios Diegueño o Kumeyaay: un pueblo semi-sedentario,

que ocupaban un territorio alrededor de lo que hoy es San 

Diego, california. Aunque algunos lugares alejados de la cos-

ta se convirtieron en reservaciones, a inicios del siglo veinte,

el crecimiento de la población blanca, los forzó a mudarse.

Así comenzó una migración hacia Baja California, donde vi-

ven ahora. La mayor parte de su cultura tradicional se ha ex-

tinguido.)



  INDIOS TEWA

  CANCIÓN DE CUNA


  En el sur la flor de la nube florece,

  Y ahora los relámpagos destellan,

  Y ahora los truenos chocan,

  Y ahora desciende la lluvia;

   A-a-aha. a-a-aha, mi pequeño.




  INDIOS PAIUTE

  (Sarah Winnemucca Hopkins)


 EL PADRE ASUME TODO EL TRABAJO DE SU MUJER

 

 Tanto el padre como la madre ayunan de toda carne, y el pa-

dre asume el trabajo de apilar la leña para veinticinco días, y 

también todas las tareas hogareñas de su esposa durante ese

tiempo. Si no realiza su parte en el cuidado de la criatura, se

lo considera un marginado. Cada cinco días se cambia el ces-

to del bebé por uno nuevo, y... se lo coloca en un árbol y la

criatura es ubicada en un cesto nuevo y ornamentado.

 Todo este respeto mostrado a la madre y al bebé hace que

los padres sientan su responsabilidad, y produce una ligazón

muy fuerte entre los padres y la criatura. Las jóvenes madres

a menudo se reúnen e intercambian sus experiencias acerca de

las atenciones de sus maridos, y se preguntan la una a la otra

si los padres cumplieron con sus deberes hacia los niños y si

fueron cuidadosos con la salud de sus esposas...


 La gente pobre tiene las mismas ceremonias, pero no reali-

zan una fiesta, por carencia de medios.



 MI GENTE LE ENSEÑA A SUS NIÑOS


 Nuestros niños son educados muy cuidadosamente para 

ser buenos... Mi gente le enseña a sus hijos a no burlarse

nunca de nadie, no importa qué apariencia tengan. Si ves

que tu hermano o hermana están haciendo algo malo, mirá

para otro lado, o apartate de ellos. Si te burlás de las perso-

nas malas, te ponés por debajo de ellos.

 Sé amable con todos, tanto los pobres como los ricos, y da-

le de comer a todos los que vengan a tu wigwam (carpa, ca-

sa), y tu nombre podrá ser pronunciado por cualquiera lejos

o cerca. De este modo harás muchos amigos. Sé amable con

los buenos y los malos, ya que no conoces tu propio corazón.

 Este es el modo en que mi gente educa a sus hijos. Fue pasa-

do de padre a hijo durante muchas generaciones. Nunca en

mi vida vi a nuestros hijos comportarse de manera grosera

como he visto a los chicos blancos y a los adultos en las ca-

lles.


 (Sarah Winnemucca Hopkins nació en 1844, en las tierras

tribales, en Nevada. Fue educada en las escuelas misionarias,

por lo que aprendió a hablar fluidamente en inglés. Publicó

su autobiografía en 1883, titulada La vida entre los paiutes.)




 INDIOS ZUÑI

 

 PLEGARIA DE UNA ABUELA MIENTRAS LE PRESEN-

TA UN BEBÉ AL SOL


     .... Que tu camino sea logrado,

     Llegando al camino de tu padre sol,

     Cuando tu camino haya sido alcanzado.

     Que vivamos en tus pensamientos,

     Que seamos nosotros aquellos que tus pensamientos

           abracen.

     Por ello, en este día

     A nuestro padre sol,

     Le ofrecemos comida ritual.

     Con esta finalidad:

     Que puedas ayudarnos a todos a terminar nuestros

            caminos.


 (Matilde Stevenson escribe acerca de esta ceremonia en

su libro La vida religiosa de un niño Zuñi: "El primer 

objeto que se le ofrece para mirar a un niño en el amane-

cer mismo de su existencia es el sol, el gran objeto de su

adoración.")




 INDIOS HOPI

 (Helen Sekaquaptewa)


 HABÍA AMOR EN MI HOGAR


 Cuando yo tenía 20 días de vida fui llevada por mi madre 

y por mi abuela paterna al borde oriental de la mesa. Allí, 

de acuerdo con las costumbres Hopi, mientras salía el sol,

 ellos le hicieron peticiones para que supiera de la existen-

cia de esta bebé niña Hopi y la bendijera con vida, salud, y

una familia...


 La casa donde yo nací estuvo ubicada durante años en el

borde noroeste de la mesa Antiguo Oraibi. La casa fue de-

rruida y los maderos usados para hacer otras casas, pero los

recuerdos más tempranos de mi vida aún viven en mi cora-

zón. Había amor en mi hogar, y yo me sentí feliz y segura 

durante mi infancia. Comencé a aprender acerca de la vida 

del mismo modo que todos los chicos lo hacen, imitando a

los mayores. Mi madre parecía estar moliendo maíz la ma-

yor parte del tiempo...


 Pasé muchas horas felices jugando agradables juegos con

los otros chicos de la plaza del pueblo. A veces hasta nos a-

venturábamos entre las rocas y los cedros en juegos de 'es-

condida'.


(Mesa: una superficie plana rodeada de altas paredes roco-

sas)


 (Helen Sekaquaptewa nació en 1898 en Antiguo Oraibi, uno

de los once pueblos Hopi del sudeste de Arizona. Es un terri-

torio árido, con superficies lisas de piedra, rodeadas de coli-

nas rocosas. Allí los Hopi lograron una vida estable desde el

tiempo de la conquista, y su vida cotidiana no se vio muy afec-

tada por los cambios del mundo exterior.)




  INDIOS PAWNEE


 CANTO DE UNA MUJER EXTRAÍDO DEL HAKO


 No sé si la voz del hombre puede alcanzar el cielo;

 No sé si el todopoderoso puede oír mientras rezo;

 No sé si los regalos que pido serán todos otorgados;

 No sé si la palabra de los ancianos podemos de verdad oír;

 No sé qué pasará en nuestros días futuros;:

 Espero que solo venga el bien, mis hijos, para ustedes.



 (El Hako es una danza-drama-ritual de los Pawnee, muy

intrincada. Durante muchos días se llevan a cabo ritos so-

lemnes, durante los cuales las personas expresaban su de-

pendencia de lo sobrenatural para los regalos de la vida, y

para la seguridad de las familias. También expresaban un

sentido de unidad con la familia humana. Los niños eran

ungidos; en ellos residía la promesa de la continuidad de la

tribu y de la vida. Alice Fletcher (1838-1923), etnóloga y

antropóloga, tradujo ese extenso canto, del cual este texto

es un fragmento.)




 ESQUIMALES DEL CABO DORSET

 (Pitseolak Ashoona)


 TUVE UNA INFANCIA FELIZ


 Mi nombre es Pitseolak, la palabra esquimal que designa

a la paloma de mar. Cuando veo palomas de mar sobre el

océano, me digo: "¡Ahí van esos pájaros encantadores- ese

soy yo volando!..."

 El año que nací mis padres y tres hermanos comenzaron un

largo viaje. Ellos partieron hacia la Isla de Baffin para reu-

nirse con familiares... La siguiente primavera cruzaron el Es-

trecho de Hudson y llegaron... al lugar en el que está el Cabo

Dorset hoy... Aquellos fueron viajes largos y peligrosos tam-

bién, cuando las aguas eran bravas, pero yo no lo sabía -toda-

vía iba cargado en la espalda de mi madre.

 Hicimos todos esos viajes en un bote de piel de foca. Esos

botes ya estaban desapareciendo. Mi primer recuerdo de vi-

da es cuando nos detuvimos en el Lago Harbour, en camino

de regreso de la Bahía de Frosbisher a Cabo Dorset, para com-

prar un bote de madera... Fue mientras mi padre compraba el

bote de madera que por primera vez vi caballos y que vi al 

primer hombre blanco. Estaba asustado...

 Tuve una infancia feliz. Siempre estaba sano y nunca enfer-

maba. Tuve una familia amplia -tres hermanos y una hermana-

y siempre estábamos felices todos juntos. Vivíamos al viejo

estilo esquimal. Podíamos levantar todo e ir a diferentes cam-

pamentos -éramos libres de movernos por cualquier parte...

Dependía de si una persona quería irse lejos o estar cerca de

un asentamiento. Mi padre cazaba al estilo antiguo- con un

arco y flechas. Él tenía una escopeta pero no la usaba. A ve-

ces teníamos malos inviernos, y pasábamos hambre pero no 

había inanición...


 (Pitseolak Ashoona es un artista gráfico esquimal, que na-

ció a fines del siglo XIX, en la Isla de Nottingham, Canadá.

Su autobiografía, Pitseolak: Retratos de mi vida, fue grabada

por Dorothy Eber (n. en 1925, se dedicó a grabar y traducir

a los esquimales de las regiones árticas de Canadá), y luego

traducida al inglés.)

   

FUENTES


Todos los textos, excepto la breve introducción provienen

de:

 Jane B. Katz (Ed.). I Am the Fire of Time. The Voices of

Native American Women. A Dutton Paperback, 1977.

 

 La referencia a las palabras de Maria Chona, provienen de

Margot Astrov (ed.). The Winged Serpent. American Indian

Prose and Poetry. Capricorn Books, 1962.


 La ilustración es un niño de la tribu Wisham. La foto es del

gran fotógrafo de los indios de América del Norte, Edward

Sheriff Curtis (1868-1952).


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c).

martes, 5 de abril de 2022

DOS POEMAS DEL LAUREADO HARRY MARTINSON

      



 ALGODÓN


 El día que unieron el cable de América a Europa

 cantaron un montón.

 El cable, el inmenso cable cantor fue puesto en uso

 y Europa le dijo a América:

 ¡Dame tres millones de toneladas de algodón!

 Y tres millones de toneladas de algodón vagaron sobre el

        océano

 y se convirtieron en tela:

 tela con las que uno fascinaba a los salvajes de Senegambia,

 y bolas de algodón, con los que uno los mataba.

 ¡Alcen sus voces en canto, canten

 en todas las rutas comerciales!

 ¡canten algodón!

 ¡algodón!

 ¡Sí, algodón, que desciendes sobre la tierra como nieve!

 ¡Tu blanca paz para nuestros muertos cuerpos!

 Tus blancas túnicas hasta el tobillo cuando marchemos

     al cielo

 guardados en todos los puertos del mundo por el cara-de-

     Jesús de Booth*.

 Algodón, algodón, tu caída de nieve:

 envolviendo al mundo en una piel de nuevas necesidades,

 nos encerraste, nos cegaste los ojos con tu nube.

 En la boca del Río del Comercio,

 y en los anchos océanos de mercados y ferias,

 algodón, hemos conocido ahí

 las leyes de tu inundación,

 la amenaza de tu inundación.


 * ¿Será la Booth Manufacturing Co.? Obviamente se refiere

a las empresas que lucraron con la exportación del algodón.



 

  LA LOMBRIZ DE TIERRA


 Quién respeta realmente a la lombriz de tierra,

 el agricultor muy por debajo del pasto del suelo.

 Él mantiene a la tierra siempre cambiante.

 Él trabaja enteramente lleno de tierra,

 mudo de tierra, y ciego.


 Él es el agricultor subterráneo, el trabajador bajo tierra,

 donde los campos se están poniendo sus ropas de cosecha.

 Quién lo respeta realmente,

 este profundo y calmo trabajador de la tierra,

 este inmortal, gris, pequeño agricultor en la tierra del planeta.



 FUENTE


 Seamus Heaney and Ted Hughes (Eds). The Rattle Bag. An

Anthology of Poetry. Faber and Faber, 1982.



 Versiones del sueco al inglés: Robert Bly.

 Versiones del inglés al castellano: Robert R. Rivas


 Harry Edmund Martinson es un poeta sueco, que nació en

1904. Se casó con una famosa novelista sueca, Moa Martin-

son, que escribía acerca de temas proletarios y que era 14 

años mayor que él. En la guerra ruso-finlandesa, tomó partido

por estos últimos, reuniendo voluntarios y siendo él mismo

partícipe de las acciones bélicas.

En 1974 recibió el Premio Nobel, junto a su compatriota

Eyvind Johnson (1900-1976), por "una obra poética capaz

de abarcar desde una gota de rocío a todo el universo." Sin

embargo las jóvenes generaciones poéticas suecas, todos

ellos de izquierda, atacaron despiadadamente a Martinson,

hecho que lo deprimió hasta la locura. Ni siquiera la obten-

ción del Nobel sirvió para reconfortarlo. Murió en el mismo

año 1976 que Johnson.