lunes, 7 de febrero de 2022

LOS LENGUAJES KINNARA

 Fastidiados

 durante cien generaciones fastidiados

 hasta la más inconcebible  exasperación,

 por lo resbaladizo de las palabras,

 por lo escurridizo de las frases,

 de las mismas invocaciones,

 de los intentos frustrados y frustrantes

 por atrapar la cosa por la cola,

 los Kinnara, en algún momento,

 decidieron dejar caer todo el tejido del lenguaje

 que usaban,

 para instalar uno nuevo.

 Este, tarde o temprano, también fallaba en lo esencial.

 Y era a su vez desechado.

 Capa sobre capa de lenguajes abandonados,

 la lengua que hablan hoy 

 -pero, ¿por cuánto tiempo?-

 está ligada por finísimos conductos con las otras.

 Invisibles para ellos, que las enviaron a la inexistencia.

 También en eso han fallado.

 Membrana sobre membrana, de diversos espesores,

 coincidencias, atajos, desvíos, precipicios.

 Hay quienes intentan estudiar esos suelos anfractuosos,

 a la frágil luz de la conciencia,

 buscando conexiones, raíces, orígenes, el último suelo.

 Es como ir levantando pieles finísimas, delicadas,

 que en muchas partes se han fundido unas en otras.

 Ningún Kinnara se prestaría a esa tarea,

 ya que rechazan absolutamente esas inútiles construcciones

 del pasado.

 Muchos de ellos están convencidos de que el lenguaje

 es traicionero para el ser humano.

 Han intentado mezclarlo con el lenguaje de los pájaros.

 Han intentado usar el agua de los ríos para hacer palabras.

 Han intentado usar fragmentos recogidos del lenguaje de los

     dioses.

 Y ahora están tan hartos del sonido como del silencio.

 Del significado como del caos.

 Hartos.

 "Por ahora hablamos", te dicen mirándote a los ojos

 de una manera que combina con una precisión 

 que da vértigo,

 la furia

 con la ternura.

 

 

 

jueves, 3 de febrero de 2022

VARIANTES

  Disponer de un segundo sistema nervioso

  La lluvia, para tomar un ejemplo, tiene un efecto totalmente

      distinto para uno y otro.

  

  Ser tomado por una lengua extraña

  Una lengua tonal, por caso.

  De esas tan difíciles de aprender.

  Ser tomado por la lengua kombai de Nueva Guinea.

  Con todas sus implicaciones.


  Ser el hijo bastardo

    de sí mismo.


  Alguien prende 

  en otra parte

  la luz "verdadera" de nuestra vida

  al pensarnos.


  "Fui mi propio vasallo

  y no me obedecía."


  "Me convertí en mi propio

  último reducto."


  "Me convertí

  a la más oculta religión:

  ser otro."


  Migraciones de hordas de sentimientos.


  Partes del cuerpo.

  Cada una con su propia pasión.


  Esperar

  REALMENTE

  -le dijo con un gesto vago-

  es esperar que vengan

  inspiraciones

  o expiraciones

  sin preferencias.


  Las palabras claves

  anteriores a ese viaje

  "¿Por qué no?"

VAIVÉN

 ¿Han sido invitados alguna vez a una casa en el Mejavad?

 Entonces han observado la inmensa pecera que se ubica en

el centro de la habitación principal, de la cual penden todas

las demás -numerosas- habitaciones.

 ¿Han notado que esos monstruos amoratados por el frío del

agua o empañados por el vapor que generan los peces, se apo-

yan sobre ruedas?

 ¿Han apreciado la cantidad extraordinaria de peces que per-

manecen totalmente quietos mientras bebemos un pecú, sen-

tados en los sillones en espiral de nuestros huéspedes?

 ¿Y han sido invitados a pasar la noche ahí?

 (Por los amplios ventanales esos cielos de licor de múrice, de

púrpuras encarnadas en sangre tan roja como violácea...)

 ¿Y han apagado la luz del cuarto para derramarse en el sue-

ño -el sueño teñido de pecú- tan solo para comenzar a oír có-

mo esos peces se ponen en marcha un poco para acá y luego

para allá, mientras las ruedas chirrían espantando a los insec-

tos que hasta hace un momento llenaban el aire, movidas por

el peso de ese movimiento masivo?

 ¿Y han sentido vibrar suelo y techo, sueños y vigilias, toda

la noche, acompañando ese inenarrable vaivén?