lunes, 27 de septiembre de 2021

EL PÁJARO LLAMADO "RATONERA"

  

  La ratonera demuestra a cada momento

 su pericia: saltar entre los rombos del alambrado

 Con el agregado del camuflaje: todo sucede entre

     arbustos bajos. La ratonera 'se cubre'.

 ¿De qué? No lo dirá. Estos seres tienen sus secretos.

 Ahí, a un metro, 

      una pequeña ratonera. 

 No me resulta para nada absurdo

      pensar que la hélice de su pequeña alma

          hiciera una pasada por mi cuerpo.

 En su cuerpito caben un montón de pequeños

      tersos secretos.


 ¿Son parientes de los gorriones?

 ¿Hablan el mismo idioma?

 ¿O acaso el gorrión habla en un dialecto del ratonero

 o la ratonera en un dialecto del gorrión?


 ¿Qué piensan del agua?


 No he visto huevos de ratonera

 ¿Nidos de gorriones?

 Tanta vida íntima y escondida.


 No creo saber -en ningún lugar de mí-

   si alguna vez se preguntarán por el sentido de la existencia.


 "¿Somos realmente necesarias las ratoneras?"


 El halcón, ¿podría confundirlas con un ratoncito?

 Esta cuestión de los nombres puede llevar a graves

      malentendidos.

 ¿Puede la naturaleza, igualmente, ser tan equívoca y

      cruel al mismo tiempo?

 (Los felinos, en cambio, parecen estar muy bien informados.)


 Tal vez por eso sus saltitos son casi continuos

       y las paradas breves:

      como para picotear una semilla del suelo 

      y seguir su deshilvanado viaje.


 Pía, también, pero sin manera de asegurarse de que su piar

    sea diferente de los chillidos de una laucha.


 Se arregla -no hay más remedio- con lo que sabe.


 El Otro de un gorrión, de una ratonera,

      de un ratoncito, en apariencia tan diferentes.


 ¿Será tan así?


 Este es un mundo 

      hecho

      de inefables misterios.


 


 


 

EL DESFALLECIMIENTO DE LA NOCHE

  

  A veces ocurre

  Todas las cosas fallan (o fallecen) a veces

  Esas veces pueden estar a siderales distancias de tiempo

       una de la otra

  Y entonces rozan la inexistencia


  Porque, al final, ¿no es el humano la medida de todas las

       cosas?

  ¿Quién iba a informar? ¿El pelícano, el tejón, la cucaracha,

        los álamos?


  Pierden el gas

  Las noches

  Las noches están infladas de un gas que,

        cuando se acumula en cantidad suficiente

        para instalar la carpa de la noche,

        es oscuro

  Una cosa trae indefectiblemente la otra


  Porque "indefectiblemente" es una palabra renga

  (no sé si se sabía esto)


  Y porque existen las noches falladas

  Las que pierden - en algunos casos a lo largo de horas

       en otros en cuestión de minutos

       todo el gas que contienen

  A eso se lo llama "El desfallecimiento de la noche"


  Poco se ha dicho acerca de los ánimos 

       (bastante acerca de los animales y animados)

               de la naturaleza



 Tal vez las noches no 'desfallecen', sino que se desinflan.

 ¿Se hablará de las mismas raras noches

 cuando se dice "la noche desfallece"

 o "la noche se desinfla"?



 Significaría: 'ha perdido sus fuerzas'


 ¡Cuántas fuerzas es necesario urdir

     para inflar una noche!


 ¡El aguante de esa bolsa 

       repleta de gas hasta los bordes!


 Nadie se hace amigo de la derrota

 Nadie convierte en dios al fracaso


 ¿Será por eso que nadie habla de ese fenómeno?


 Todos esos administradores

    que de tan distintas maneras

       "custodian" "el bien común"


  Por razones no muy claras

    se sostiene el silencio 

    se insiste en la imperturbabilidad de las noches

    en la universalidad de las leyes de la física

     

 Su "natural naturaleza"

 El infalible mito de "la ausencia de luz"


 Muchas conversaciones podrían iniciarse con la pregunta

 "¿Cuál viene a ser tu idolatría?"


 Pero de vez en cuando las noches desfallecen,

     se desinflan


 Pierden el gas -su fuerza-

 y caen sobre nosotros

 que entramos súbitamente en el mismo terror-pánico

 de los animales


 ¿O acaso no somos animales?


 Ah, ah

 Sí: un secreto por vez,

 cuando mucho.


 Es necesario mantener encendida

       la ilusión


 "Animales repletos de ilusiones"


 El desfallecimiento de las noches

 El derrumbe de las ilusiones

 ¿Adónde irá a parar todo esto?


viernes, 24 de septiembre de 2021

DOS POEMAS DEL PALESTINO SAMIH AL-QASIM





 FIN DE LA CONVERSACIÓN CON UN CARCELERO


 Desde la angosta ventana de mi pequeña celda,

 veo árboles que me sonríen

 y techos poblados por mi familia.

 Y ventanas que lloran y rezan por mí.

 Desde la angosta ventana de mi pequeña celda-

 ¡Puedo ver tu gran celda!



  FRAGMENTO DE UNA INDAGATORIA


 - ¿Y cómo llamás a este país?

 - Mi país.

 ¿Así que lo admitís?

- Sí, señor. Lo admito.

  No soy un turista profesional.

- ¿Decís "mi país"?

- Digo "mi país".

- ¿Y dónde está mi país?

- Tu país.

- ¿Y dónde está tu país?

- Mi país.

- ¿Y el estallido de los truenos?

- Mis caballos relinchando.

- ¿Y las ráfagas de viento?

- Mi extensión.

- ¿Y el tamaño de las montañas?

- Mi orgullo.

- ¿Y cómo lo llamás al país?

- Mi país.

- ¿Y cómo debería yo llamar a mi país?

- Mi país.


Traducidos del árabe palestino al inglés por Nazih Kassis


Samih al-Qasim (1939-2014) fue uno de los más importantes

poetas palestinos . Se crió en el pueblo de Rama y experimen-

tó la tragedia de primera mano, adquiriendo fama como el ce-

lebrado "poeta de la resistencia" durante los años '50. Luchó

contra el racismo y la opresión  en los diversos márgenes del

conflicto del Medio Oriente.


FUENTE


Modern Poetry in Translation. Centres of Cataclysm. Cele-

brating fifty years os MPinT. Bloodaxe Books., 2016.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



martes, 21 de septiembre de 2021

EL POCERO RUSO

  Mis padres -¿delirios de grandeza?- pretendían tener agua 

potable en la casa todo el año. Es que en verano el agua po-

table llegaba con cuentagotas.

 Si alguien estaba muy eufórico y necesitaba deprimirse, lo úni-

co que tenía que hacer era abrir una canilla. El bien inalcanzable

goteaba durante unos segundos, para luego desaparecer en el 

interior de las viejas cañerías hasta el invierno siguiente.

 Así que en septiembre de ese año, llamaron al pocero. Este se 

presentó a los pocos días, transmitiendo un optimismo que 

entusiasmaba. "¡Va a tener mucha agua, señora!", le dijo con 

voz de trueno (un detalle importante en ese momento) a mi 

madre.

 Pronto puso manos a la obra. Se trataba de algo sencillo: las

napas de agua corrían felices a unos 60 metros de profundidad:

una tarea que nuestro pocero consideraba de poca monta (pero

de elevado precio). 

 Lo cierto es que después del doble de los días que supuesta-

mente estaban asignados a la rutinaria tarea, el pocero daba 

señas de no tenerlas todas consigo. Cada día de peor humor,

reiniciaba la perforación, sin lograr que surgiera otra cosa que

polvo de la tierra. 

 Pocos días después, desistió. La insistencia y desesperación

de mis padres -no sobraban los poceros- produjeron el milagro

de que recordase que hacía más o menos un mes, una tía del

Chaco le había contado por carta que había llegado al pago

un ruso. Según nos contó nuestro pocero, este pariente lejano

(en los dos sentidos), estaría dispuesto a venir a Buenos Aires

a completar la tarea. Parece que se trataba de uno de los más

importantes técnicos rusos en la materia. y que no se sabía

bien si había venido como exiliado o como prófugo. (Bastó 

el primer vistazo, una semana después, para terminar defini-

tivamente con esa incógnita.) Este hombre, alto, corpulento

y ligeramente encorvado, cuyos ojos quedaban ocultos por el 

espesor de una mata de cejas y patillas, contó en muy pocas 

palabras -en realidad un puñado de sonidos guturales muy 

eslavos- que había trabajado en las mayores excavaciones de 

profundidad del mundo, entre ellas nada menos que las de la 

península de Kola, en las profundidades del Círculo Polar Ár-

tico.

Su mujer, que no se despegaba del hombre a más de 2 metros

en ningún momento, cabeceaba asintiendo. La mujer era biz-

ca: padecía una de esas bizqueras malignas, raras pero carac-

terísticas en las que una afiladísima nariz divide el rostro en

dos mitades inconciliables. Quiere decir que los dos ojos son

totalmente independientes uno del otro. Y que incluso pueden,

y a menudo sucede así, que respondan a personalidades muy

diferentes. De hecho uno de sus ojos -no recuerdo ahora cuál,

porque no debo de haber prestado la suficiente atención- era 

manifiestamente astuto, y el otro definidamente malvado. Era 

mucho más flaca que el marido  y parecía ajena a todas las 

cuestiones vinculadas al mundo exterior, salvo su marido. Este 

la ignoraba sin más trámite.

 El pocero ruso dio a entender que en este tipo de tierra que

había en el fondito de la casa de mis padres, predominaban

la piedra y la arcilla. Luego indicó que a él no se le rebelaba

ninguna clase de material, dijo algo que 'nuestro' pocero tra-

dujo como "100 metros", e hizo un gesto que en inglés hubie-

se significado sin lugar a dudas "piece of cake". En ruso so-

nó algo así como "portsiya torta", supongo porque ya mez-

claba arbitrariamente los idiomas.

 Como era de esperarse, los 100 metros no trajeron otra cosa

que arenisca y restos de arcilla calcárea. 

 Pero este hombre no era de amedrentarse. Por el contrario,

parecía feliz (a su manera y a la de su mujer, que empezó a

emitir unos sonidos agudos y cortantes) de que la tierra se le

resistiese. De inmediato logró entusiasmar a mis padres con

la extracción "del agua más pura del hemisferio sur", para lo

que debería perforar hasta los 300 metros, con una aparatolo-

gía especial muy cara, pero con la cual él, por fortuna, conta-

ba. La perforadora era, en efecto, bastante intimidante. Hizo

falta un equipo de hombres que con poleas, cuerdas y cade-

nas, ubicasen a la bestia en la boca ya abierta en la tierra.

 A 500 metros sólo emergieron rastros de carbón y de huesi-

llos animales.

 El ruso ya andaba mucho pero mucho más destemplado.

La mujer se mantenía cerca, sí, pero no se le arrimaba en

ningún momento. Sus gestos parecían indicar que había pasa-

do por esta situación en otras ocasiones. Y que ese recuerdo le

generaba una especie recóndita de angustia, que se manifestaba

con un particular retorcimiento de manos y pequeños tics asi-

métricos en las dos caras de su afilado rostro.

 No tardaron más de un par de semanas en traer otro camión,

bastante más grande, robado -según parece- a ciertas descui-

dadas instalaciones militares. "¡Ahora sí que vamos por el

elemento!", exclamó eufórico nuestro pocero original.

 Eso, traducido, significaba ¡1500 metros!

 Un mes más tarde el pozo había adquirido dimensiones estra-

falarias: ya no quedaba nada del fondo de la casa que no estu-

viese cubierto de maquinaria, cañerías y materiales de dese-

cho. El primer pocero desapareció, espantado. El ruso se ins-

taló con su mujer en el pequeño cobertizo que servía de lava-

dero, en un ángulo distal del patio. Hablaba de unas fresas

que atravesarían el granito como el cuchillo al queso, y las

cifras de profundidad que tiraba asustarían al mismísimo Jac-

ques Cousteau, si viviera. 

 Mis padres se tuvieron que mudar a la casa de mis tíos

en Villa Bosch, ya que era imposible sostener una conversa-

ción con el ruso totalmente obsesionado. Muy pronto hubo

que ("¡hubo qué!") 'levantar' parte de la casa, porque entorpe-

cía la obra e interfería en la perforación. Y a la semana siguien-

te un costado de lo que quedaba de la vivienda familiar en la

que habíamos pasado la infancia y buena parte de la juventud,

fue arrasada por el paso de las grúas grandes y los camiones

con acoplado.

 La mujer del ruso se arrancaba largos trozos de piel sanguino-

lenta de los brazos y piernas con las uñas, además de morderse

las manos entre furiosa y desesperada.

 Una cadena de favores, deudas impagas, pequeñas extorsiones

y vaya uno a saber qué otras cuestiones aún más oscuras man-

tenían alejados a los inspectores municipales.

 ¿Nos hubiese salvado una clausura, o ya era tarde? 

 También los vecinos hicieron varios infructuosos intentos de

parar "la obra" que los estaba enloqueciendo día y noche.

 Día y noche, sí. Reflectores de gran potencia, máquinas de di-

versas especies rotatorias, moledoras de rocas, inyectoras de

alta presión...

 Ahora, pasado el tiempo, ya no quedan señales de todo eso.

 Mis padres murieron hace unos años en la prefabricada del

fondo de la casa de mis tíos, frente a la plaza de Villa Bosch.

 Al frente del terreno en el que alguna vez había estado nues-

tra casa, alguien construyó una casita mínima, pero no estoy 

seguro de que esté habitada.

 Parece ser -porque todo está rodeado de un muro alto y maci-

zo- que en el patio trasero ha quedado una huella singular de

todo el proceso. LA TAPA. La tapa parece la escotilla inferior

de una vieja nave espacial rusa, dada vuelta. Roscas, contra-

roscas, cerrojos internos, llaves de seguridad, todo perfecta-

mente oxidado e intocable. El cartel, también metálico, en que

con dificultad se lee una lista de ADVERTENCIAS. 

 No se puede colocar nada sobre La Tapa. Ni siquiera un toldo

por encima de ella. No se puede plantar nada a menos de 40

metros de distancia. ¿Árboles?: absolutamente prohibidos en to-

da la manzana. 

 La Zona.

 Nada se sabe del ruso ni de su mujer.

 A 9000 metros de profundidad comenzó a emerger un chorro 

de lava negra de como 60 metros de alto.

 El ruso miró cómo su mujer, desnuda, corría como una liebre

y se trepaba a las paredes, gritando como una sirena de alarma.

 Parece que eso lo convenció. Hizo un gesto como de "Hasta

acá llegó mi amor", envolvió en diario los planos que no se ha-

bían arruinado del todo por la lava negra y salió para la calle.

La mujer, no. A la mujer tuvieron que sacarla, según me con-

taron. Y también me contaron que no fue fácil. No, no fue fá-

cil. Para nada. 

 

 


domingo, 19 de septiembre de 2021

MÁS POEMAS DE ROLF JACOBSEN

 



   Rolf Jacobsen es tal vez el mayor poeta noruego del siglo

XX. Nació en Oslo, que entonces se llamaba Kristiania, en 

1907 y se crió según algunos en el municipio de Äsnes, y

según otros en Hamar, al noreste de la capital. Trabajó mu-

chos años como periodista y estudió filosofía y teología en

la Universidad de Oslo, aunque no terminó la carrera. Entre 

1937 y 1939, formó parte del Partido Laborista Noruego, que 

en la actualidad es uno de los partidos mayores, y que suele 

formar parte importante del gobierno de Noruega.

 Después de la Segunda Guerra Mundial, Jacobsen se tornó

mucho más escéptico  acerca de los beneficios del progreso

tecnológico. Parte de su obra está dedicada a este tema. Pro-

dujo 12 libros de poemas y recibió varios premios, entre ellos

el de "el pequeño Premio Nobel" -que es el Gran Premio Nór-

dico otorgado por la Academia Sueca-, en 1989.

Se casó con Petra Tendo, con quien tuvo dos hijos. Vivieron

juntos durante 47 años. Petra murió en 1983. 

Escribió para ella una secuencia de poemas en el que sería

su último libro, Night Watch, editado en 1985. 

 Durante los últimos años de su vida se hizo muy amigo de

otro de los grandes poetas noruegos, Olav H. Hauge.

 Como es habitual, he intentado traducir los poemas de Ja-

cobsen que, hasta donde sé, permanecen inéditos en caste-

llano. 

 Francisco J. Uriz, un experto en poesía nórdica, que editó

en 1995 la mayor antología de esa poesía, tradujo ahí algu-

nos poemas de Jacobsen, pero hay una selección aún mayor

de ellos en "Tres poetas noruegos", editado en 2002, también

con Uriz como traductor.

 Marcelo Fausto, en faustomarcelo.blogspot.com, tradujo

con pericia varios poemas del mismo autor, en abril de 2018.



 CAMINOS RURALES 


 Una pálida mañana de junio, 4 A.M.

 los caminos rurales aún grisáceos y húmedos

 tuneleando interminablemente a través de los pinos

 un auto había pasado por el polvoriento camino

 donde una hormiga andaba con su aguja de pino trabajando

 andaba vagando por la inmensa F de Firestone

 que había sido impresa en la tierra arenosa

 durante ciento veinte kilómetros.

 Las agujas de abeto son pesadas.

 Una y otra vez volvía a resbalar con su mal

      balanceada

      carga

 y la volvía a subir

 y volvía a patinar

 viajando sobre el gran luminoso Sahara encendido por las

         nubes.


 NOTA

Un claro ejemplo de las variantes de la traducción: esta es

la versión de Robert Bly. Otro "convertidor" (o traductor,

en el lenguaje común), Roger Greenwald, que se dedicó du-

rante mucho tiempo a la poesía de Jacobsen, produjo un poe-

ma bastante diferente. ¡Hasta el título es distinto! Y no sólo

eso, también la marca de los neumáticos utilizados por el

poeta de Hamar (también aquí hay que tomar partido) para

relacionar naturaleza y tecnología, varía. En Bly, como vi-

mos, se trata de la F de Firestone; en Greenwald se la nom-

bra de G de "Goodyear". En la presentación preliminar de

su traducción del libro North in the World, Greenwald pre-

senta una serie de poemas, con comentarios acerca de cómo

interpreta él que deberían ser leídos esos poemas de Jacob-

sen. Para él este poema se llama "Caucho", y son muy pre-

cisas sus indicaciones acerca de cómo hay que leer el último

verso, que, nos dice, tiene un 'sentir' muy distinto al del resto

del poema. 

La traducción literal es la siguiente, dice Greenwald:

Pä reisen frem                     over det store,         skybelyste

En el viaje hacia adelante    a través del gran    encendido-

                                                                          por-nubes


Sahara.

Sahara.

Ya que él encuentra cuatro vocales muy largas en las tres

últimas palabras: Stooo-reh, sheee-beh-luuus-teh Sah-haaa-

rah.

Por eso piensa que la palabra Sahara debe ir al final del verso,

sosteniendo la aliteración de los sonidos "s": reisen, store,

Sahara. Pero además, a su entender, lo más importante del

verso (y tal vez de todo el poema) es la elección de ilumina-

da-por-nubes, ya que este término compuesto contiene dos

vocales bastante largas que su versión intenta conservar lo

más parecidas a su expresión en noruego. 

 Esta es la versión final de Roger Greenwald:


 CAUCHO                [Puede ser "Goma", también, RR.]


 Una pálida mañana de junio a las cuatro

 cuando los caminos rurales todavía estaban grises y mojados

 en sus interminables túneles de bosque,

 una auto había pasado sobre el barro

 justo donde la hormiga surgió  ocupada con su aguja de pino

 y siguió dando vueltas por la gran G de "Goodyear"

 que estaba impresa en la arena de los caminos rurales

 durante ciento veinte kilómetros.

 Las agujas de pino son pesadas.

 Una y otra vez con su tambaleante carga se resbaló

 de nuevo hacia atrás

 y trabajó su camino de nuevo hacia arriba

 y se volvió a deslizar hacia atrás.

 Hacia adelante yendo a través del gran, iluminado-por-las

           nubes-Sahara.



 MIRÁ


La luna hojea el libro de la noche.

Encuentra un lago donde no hay nada impreso.

Traza una línea recta. Eso es todo

Lo que puede.

Es suficiente.

Línea gruesa. Directa hacia vos.

-Mirá,



 ALGUNAS PERSONAS


 Algunas personas

 ascienden fuera de tu vida, algunas personas

 entran en nuestras vidas,

 sin ser invitadas y se sientan,

 algunas personas

 pasan caminando tranquilamente, algunas personas

 te dan una rosa,

 o te compran un auto nuevo,

 algunas personas

 se paran tan cerca tuyo, algunas personas,

 que has olvidado por completo

 algunas personas, algunas personas,

 son en realidad vos,

 algunas personas

 jamás las has visto, algunas personas

 comen espárragos, algunas personas

 son niños,

 algunas personas se suben al techo,

 se sientan a la mesa,

 se recuestan en hamacas, hacen caminatas con sus paraguas

 rojos, 

 algunas personas te miran,

 algunas personas nunca te notaron en absoluto, algunas 

                                personas

 quieren tomarte la mano, algunas personas

 se mueren durante la noche,

 algunas personas son otras personas, algunas personas son vos, 

 algunas personas

 no existen,

 algunas personas sí.

                                        (Versión al inglés de Robert Bly)



COBALTO


 Los colores son las hermanitas menores de las palabras.

 No pueden convertirse en soldados.

 Los he amado secretamente durante mucho tiempo.

 Tienen  que quedarse en casa y colgar las cortinas simples

 en nuestra cocina familiar, dormitorio y guarida.


 Me siento muy próximo al joven Carmesí, y al marrón

       Siena

 pero aún más próximo al pensativo Cobalto con sus ojos

       distantes y su espíritu nunca pisoteado.

 Caminamos en el rocío.

 El cielo nocturno y el océano del sur

 y sus posesiones

 y un pendiente con forma de lágrima sobre su frente,

 las perlas de Cassiopeia.

 Caminamos en el rocío tarde en las noches.


 Pero los otros.

 Encontrate con ellos en una mañana de junio a las cuatro

 cuando vienen corriendo hacia vos,

 en tu camino a un baño matinal en el chorro de la caleta verde.

 Después podés tomar sol con ellos en las suaves rocas.

     -¿A cuál de ellos harás tuyo?

                                                (Versión al inglés de R.G.)



 LAS LUCIÉRNAGAS


 Era la noche con luciérnagas mientras esperábamos 

       el ómnibus para Villetri

 que vimos a dos ancianos besándose

 bajo el plátano de sombra. Fue entonces

 dijiste, mitad al aire

 y mitad a mí:

 Quienquiera ama durante años

 no ha vivido en vano.

 Y fue entonces que capté las primeras

 luciérnagas en la oscuridad, destellando

 con fogonazos de luz alrededor de tu cabeza.

 Fue entonces.

                             (Versión al inglés de Roger Greenwald)




 


 FUE ACÁ

 

 Fue acá. Justo acá

 junto al arroyo y al viejo rosal.

 Una tardía primavera este año, las rosas aún están pálidas,

 casi como tu mejilla

 la primera mañana después de la muerte.

 Pero está llegando,

 sólo la luz, sólo la fragancia, sólo el placer

 no vendrán.

 Pero fue acá,

 era una noche con una luna,

 el arroyo fluyendo en un hilo,

 como ahora. Tomá mi mano,

 poné ahí tu brazo.

 Y partiremos

 juntos en la noche de verano,

 en silencio, hacia 

 lo que no es.

                                    (Versión al inglés de R.G.)


 SÓLO AGUJAS DELICADAS-


 Es tan delicada, la luz.

 Y hay tan poca. La oscuridad 

 es inmensa.

 Sólo agujas delicadas, la luz,

 en una noche interminable.

 Y tiene por delante un camino tan largo

 a través de un espacio tan desolado.


 Así que seamos amables con ella.

 Valorémosla.

 Así regresará en la mañana.

 Esperamos.  

                              (Versión al inglés de R.G.)



 Versiones del inglés: Robert R Rivas (a)

 

sábado, 18 de septiembre de 2021

DERIVACIÓN DE "EN UN EDIFICIO ABANDONADO DE SRITZA"

 Todos esos retratos

 Burlonamente, un sritziano muy culto los llamaba 

"retrastos". 

 En más de un Congreso acerca del tema, aparecieron

a menudo los términos "fractos", "retrasattos" y "repro-

tatos". 

 Es que un rostro fijado para siempre a una imagen

resulta demasiado para la mente. La desborda, en el

sentido en que le empuja las paredes, le revienta el te-

cho, le desfonda los pisos. Una mente común tiene só-

lo un piso, o dos. Pero hay mentes con varios pisos, in-

cluso pisos que se interceptan, que se espiralizan, que

hacen intususcepciones.

 Algunos ven, en lugar de rostros retratados y fijos, una

sucesión de gestos, gritos, astucias, reclamos, actitudes,

intrigas, desafíos, rebeliones, vorágines que permanecen

quietas como trampas. Ya era un hecho observable en el

edificio abandonado de Sritza que los escasos individuos

que por una razón u otra debían transitar esos pasillos ta-

pizados regular y metódicamente de retratos de toda clase,

nunca, pero nunca se detenían frente a uno en particular...

y mucho menos aún, acercaban el rostro propio al de la 

imagen, como para observar un detalle. Se trata de algo

así como vidas reales puestas en juego, y no de algo figu-

rado e inerte. Son destinos los que hay allí, en cantidades

suficientes para arrasar una ciudad en cuestión de minutos.

¿Lo sabían quienes montaron esa serie? ¿O acaso la serie

se convirtió, por contigüidad, por obra del tiempo, del

tiempo activo/pasivo, el más terrible y real de los tiempos?

¿Una vida encerrada en una mueca? ¿Se puede concebir

algo más arriesgado, más monstruoso que mostrar esos ros-

tros, como si se tratara de hileras definitivas de ausentes?

Aquí no hay salvaguarda alguna por la vía de las palabras.

"¡No vendrá el lenguaje a rescatarnos!"

 La ventura, la libertad, las desventuras y las muertes de

esos rostros constituyen un vertiginoso camino en direc-

ción al pasado, al antes de algo, un regreso real a lo real.

Espejo del espejo. El abismo inicial de todo y de nadie




  Seguramente la mayoría de ustedes guarda en su memo-

ria, intacta, esa serie de retratos. Para quienes no han teni-

do acceso, los repito... por última vez.


 EN UN EDIFICIO ABANDONADO DE SRITZA


 En los amplísimos salones, pasillos, cuartos, sótanos,

oficinas, entrepisos, buhardillas y escaleras por otra

parte vacíos y desiertos...


Retratos de guardias, de vigías, de custodios, de encargados

Retratos de drogados con malta, con borra, con el temible Pinza

Retratos de celosos, de tibios, de impertinentes

Retratos de desairados, de vicarios, de abúlicos

Retratos de macheteros, de censores, de hidrofóbicos

Retratos de sopleteadores, de naúfragos, de fabricantes de tinta

Retratos de cantantes de polka, de compadritos, de sosías

Retratos de otarios, de conspiradores, de otros dignatarios

Retratos de mujeres solicitadas, de solícitas, de solitarias

Retratos de tiempistas, de frenéticos, de olvidadizos

Retratos de tasadores, de piringundineros, de sonámbulos

Retratos de miniaturistas, de abstemias, de solitarias

Retratos de gregarios, de antagonistas, de por el estilo

Retratos de silbadoras, de intuitivos, de antojadizas

Retratos de advertidas, de adventistas, de habituadas

Retratos de obsecuentes, de poceros, de politeístas

Retratos de chúcaras, de cínicas, de dependientes ariscas

jueves, 9 de septiembre de 2021

SEMILLARES III. FRAGMENTOS Y DELICIAS

  



  Hasta el momento he intentado guardar un cierto orden

en estos cajones: me refiero a los que he denominado "Ca-

tálogos" y, más adelante, "Semillares (I y II)". Pero resulta 

que la acumulación de citas es tan grande -al menos para el

formato de este blog- que se ha vuelto sumamente complica-

do agregar textos en los lugares pre-establecidos. 

  Así que desde ahora, deberé dedicarme el desorden y al

caos. Iniciaré una entropía de textos, partiendo de uno de los

significados que ese término de origen griego se presta me-

jor al uso que quiero darle: "evolución o transformación".


 Algunos estarán hilados simplemente porque al extraerlos

de varios cuadernos que fui llevando a lo largo de los años,

se han "coleccionado". Pero otros aparecerán al azar, a me-

dida que algo que leí me gustó o me pareció interesante com-

partirlo.


 Hago aquí un recordatorio de los sucesivos Catálogos ya

publicados.


 De la Poesía    (30/8/2010)

 Lugares            (31/8/10)

 Olores               (3/9/10)

 Vida                   (7/9/10)

 Conexiones        (10/12/10)

 Muerte                (28/12/10)

 Del Amor            (18/1/11)

 Sensaciones         (22/5/11)

 Gustos, gestos, ideas    (8/7/11)

 Algunos nombres, algunas palabras     (20/8/11)

 Sonidos y silencios    (21/8/11)

 Relaciones viajes/soledad   (26/2/12)

 Momentos           (13/5/12)

 Cuerpos y otros objetos    (21/11/12)

 Preguntas               (7/4/13)

 Rostros y miradas    (23/7/15)

 Faltas, pérdidas y ausencias   (9/11/16)

 Naturaleza            (8/4/17)

 Imágenes               (8/8/17)

 Consejos, reflexiones y pequeños descubrimientos 

      cotidianos   (8/5/18)

 Definiciones, cifras e instrucciones    (8/5/18)



  Luego vienen los SEMILLARES


   El "1"  es del 24/3/19. Contiene:

   El arte. La escritura.

   Mujeres

   Mensajes

   Animales

   Barcos/barcas

   Deseo

   El dolor

   Muerte

   Infancia

   La noche

   Memoria

   Colores

   La ternura

   Hombres y mujeres

   Las angustias

   Modos de decir

   Algunas opiniones

   Dormir/soñar

   Luz/ Oscuridad

   Corazón



 SEMILLARES "2"


   Voces

   Soledad

   Catálogos

   Belleza

   Metáforas

   Actos, acontecimientos

   Yoes, sujeto, existencia

    Relaciones, conexiones, lazos

    Amor

    Vejez

   Del conocimiento

   Lenguaje/s

   Cosas que me gustaron


 Más adelante, el 17/3/2020, Nuevo catálogo de Lugares.


 La continuación, este SEMILLARES "3", podría ser una

continuación del último título: COSAS QUE ME GUSTARON.

Que quedaron en la red al recogerla.


 Ahí van

 Había pensado numerarlas, pero lo mejor es ir agregando

textos al inicio de esta página a medida que los encuentro. 

Así cada lector se encontrará de entrada con los más recientes.

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Entre todos llevan encima como medio kilo de Khat. En sus

labios se va depositando una espumilla de color verde radio-

activo, como si hubieran estado devorando luciérnagas.

Denis Johnson. Viajes a los confines del mundo.

*

Así el faraón en su garita pintada

Cree defender el camino de la eternidad.

Jean Cocteau. La mentira que siempre dice la verdad.

*

es un país donde la población tiene dientes relucientes co-

mo espuma de afeitar, o como los trozos de loza cuando se 

rompe un plato.

Flann O'Brien. El tercer policía.

*

Las repúblicas populares 

se hundieron como panaderías fracasadas.

John Ashbery. Secretos chinos.

*

¿Es verdad que, como dijo Valéry, todo genio encierra en sí

un falso genio?

"Estamos en una época de ignorancia personal. Nadie sabe

lo que saben los demás. Nadie sabe lo suficiente."

Donald Barthelme. 40 relatos. 


*

Vivimos bajo la continua amenaza de dos destinos igualmen-

te temibles, pero en apariencia opuestos: la banalidad inagota-

ble y el terror inconcebible.

Susan SONTAG. Contra la interpretación.

*

Los latinos llamaban Genius al dios al cual todo hombre es

confiado en tutela en el momento de su nacimiento. (...) el

objeto por excelencia "genial", para los latinos, era el lecho:

genialis lectus, porque en él se realiza el acto de la genera-

ción. Y consagrado a Genius era el día del nacimiento, al que

por esto mismo denominamos todavía genesíaco.

Giorgio Agamben. Profanaciones. 

*

La palabra puella, "muchacha", aparece en ochenta y tres

ocasiones en El arte de amar [Ovidio]. Lo sabemos por la 

Concordance de Ovid editada por Roy J. Deferraro y Mar-

tin R.P. McGuire junto a una monja, Sister M. Inviolata Ba-

rry, of the College of Our Lady of the Lake. Altas correspon-

dencias entre las culturas pagana y cristiana.

Roberto Calasso. El cazador celeste.

*

-Pero, dónde está?

-Los muertos no tienen un lugar. Tienen un estado.

Flann O'Brien. Crónica de Dalkey.

*

Escribir la historia es armar un lío tremendo en la geografía.

Daniel Pennac. El hada carabina.

*

Las cataratas del Niágara. Todas las novias norteamericanas

son llevadas allí, y la vista de esta estupenda cascada debe ser

una de las primeras, si no una de las más profundas, desilusio-

nes de la vida norteamericana. 

Oscar Wilde. [RR: nací en Buffalo, muy cerca de las Catara-

tas mencionadas. No creo que mi madre haya sido llevada allí 

de visita prenupcial como dice OW. En cambio, sí me comenta-

ba que de vez en cuando algún tarado se metía en un barril y se

arrojaba por las Cataratas, como realizando una hazaña. Mortal

en todos los casos.]

*

Una de las biografías más completas que conozco es también 

la más breve, pero a la vez la más substancial. No llega a 40

 palabras. Es la biografía de Henri David Thoreau, escrita por

 Emerson. Dice así: " Vivió solo; no se casó; no fue jamás a la 

iglesia; nunca votó; se negó a pagar impuestos al Estado; ja-

más comió carne, ni bebió vino, ni fumó; y aunque fue natu-

ralista, nunca armó una trampa ni cargó un fusil."

J.C. Paz. Alturas, tensiones, intensidades.

*

¡No darse por vencido! Aunque la salvación no aparezca, seré

así en todo momento digno de su aparición.

Franz Kafka. Diarios.

*

Para verse a sí mismo hay que mirar hacia donde uno no está.

Para encontrarle sentido a la vida hay que ser capaz de alejarse

de uno mismo.

Philip Kerr. Una investigación filosófica.

*

El sol se remonta, para hundirse después. La gente viene y va.

El tiempo corre como el aire. ¿No es una verdadera excursión?

Haruki Murakami. La caza del carnero salvaje.

*

Nada de rebeldía: honremos a las edades en sus caídas sucesi-

vas y al tiempo en su voracidad.

Victor Segalen. Antología.

*

Hasta es posible que haya dos tiempos, el que observamos y

el que nos transforma.

Albert Camus. Carnets.

*

Para Ocupación - Esta -

Abrir grande mis pequeñas Manos

Para juntar Paraíso -

Emily Dickinson. Poemas.

*

Las revoluciones del gesto de revolver el café, esperando que

se disuelva el azúcar, son una eternidad modestamente positi-

va, un infinito al alcance de la mano. Si pensamos que repeti-

remos ese gesto dentro de 40 años, es nuestra vida inútil e in-

sensata la que se miniaturiza y disuelve en el aire de un sueño.

César Aira. Los aragoneses de Famatina. En Revista Vuelta

N° 12.

*

Malika se dirigió al baño y se entretuvo largo rato abriendo y

cerrando los grifos de agua caliente y fría para ver si una de 

las dos acababa por confundirse.

Paul Bowles. Misa de gallo.

*

Miró el volumen negro y viejo de la Biblia que tenía en la

mesilla de noche. Había leído en él que un día el sol se vol-

vería negro como tela de cilicio y la luna, roja como sangre.

Todo era por culpa del mal que anidaba en las personas, y Ju-

lep temió que al sol le pasara eso antes de que ella tuviera la

oportunidad de regresar adonde éste lucía.

Joy Williams. Cuentos escogidos. (Este se llama "Química

infernal").

*

La experiencia genuina, lúcida, no-categorizada de muerte

y posmuerte solo requiere estar acompañado por las personas

adecuadas.

David Cooper. La gramática de la vida.

*

Cuando hablamos de mortalidad, estamos hablando de nues-

tros hijos.

Joan Didion. Noches azules.

*

Como le había dicho años atrás un anciano médico, quien 

no ha vivido nada explica de todo, pero cuando uno ha vivi-

do mucho llega un momento en que no tiene nada que contar.

Daniel Koelmann. Fama.

*

Soledad, madre mía, cuéntame otra vez mi vida.

O.V. de Lubicz Milosz. Poemas.

*

Plains Song,  una novela que considero de una santidad talmú-

dica, abre con esta pregunta:


         ¿El pasado no es un cuento del que nos convencemos,

         por culpa de la ferocidad de la vida que vivimos en el

         presente?

Peter Orner. ¿Hay alguien ahí?. [La novela mencionada es 

de Wright Morris.]

*

Sométete por entero a tu mejor momento, a tu más grande

recuerdo.

 Es a él a quien hay que reconocer como rey del tiempo.

Paul Valéry. Monsieur Teste.

*

Que recorra estas palabras con su labios tejidos de carne

-cuyo sabor no he olvidado-,

su lengua nutrida de besos, sus dientes

cuyas huellas están aquí siempre.

Victor Segalen. Estelas.

*

Después de firmar todos los documentos entré en el coche y

estuve a punto de perder el control cuando cruzaba marcha

atrás el aparcamiento hacia la bomba de gasolina. Y claro, el

de la agencia de alquiler se puso nervioso.

Hunter S. Thompson. Miedo y aso en Las Vegas.

*

Con el despertar, con aquello que da existencia, se impone

también el tiempo, que hace desaparecer. Aquello que da exis-

tencia es aquello que hace desaparecer. 

Roberto Calasso. Ka.

*

Sí, mis sueños testimonian que he vivido entre la gente.

Yan Satunovsky. Crossing Centuries (New Russian Poetry)

*

"¡No!", gritó, chilló algo en mí, enseguida y en el acto, y mi 

gemido solo se extinguió al cabo de mucho y muchos años pa-

ra convertirse en un dolor sordo, pero obstinado, hasta que con

 malicia y parsimonia, como actúa una enfermedad latente, una

 pregunta fue adquiriendo perfiles cada vez más claros en mi in-

terior: ¿y si fueras una niña de ojos negros y de pequitas pálidas 

esparcidas alrededor de la nariz? ¿o un niño travieso de ojos de 

color azul grisáceo, alegres y duros como guijarros?

Imre Kertesz. Kaddish para un hijo no nacido.

*

el físico danés Niels Bohr, quien le había dicho que una parte 

de la eternidad está al alcance de quienes son capaces de mirar 

la vertiginosa extensión del mar sin cerrar los ojos.

Benjamín Labatut. Ese verdor insoportable. [Acerca de Wer-

ner Heisenberg.]

*

Sus labios finos y delicados no parecían aún dos bichos secos,

capturados en la telaraña de las arrugas; sólo los ojos se habían

vuelto un poco más comedidos, sin duda, y un leve brillo de ma-

licia atemperaba los otros fuegos más ardientes y secretos.

Romain GARY. Lady L. 

*

los siete maderos blancos

que rescaté un invierno de un naufragio danés.

George Mackay Brown. En "La isla tuerta" 49 poetas britá-

nicos.

Los sabios dicen que el recuerdo del pasado es todo el futuro

que nos queda.

Djuna Barnes.

*

Uno es todo puntas de los dedos, uno siente algo

como en la frontera, un resplandor de ningún sitio.

John Ashbery. Secretos chinos.

*

La única sabiduría que podemos esperar adquirir

Es la sabiduría de la humildad: la humildad es infinita.

T.S. Eliot. La tierra baldía.

*

Yo estoy esperando que Dios haga de mí lo que quiera.

Jacobo Fijman. Viaje hacia la otra realidad.

*

Nosotros hoy ofrecemos nuestras horas astilla para encender

el fuego en la decidida marcha hacia adelante.

Odyseas Elitis. En Revista Letra N° 47.

*

Árboles, ruinas, taludes, cañadas de Basento,

Paisaje incoloro y apenas melancólico

¡Por qué no tendrías cien manos para impedir el paso

Al hombre que era yo y que nunca más seré!

Valery LARBAUD. Obra completa de A.O. Barnabooth.

*

Hay quien dice que la juventud es el tiempo en el que anida

la ruina.

Fleur JAEGGY. El temor del cielo.

*

[El abuelo] Me sentaba en sus rodillas y se reía. Es muy posi-

ble que le divirtiera el hecho de que pudiera existir un ser tan

pequeño, delicado y totalmente inútil.

Andrzej STASIUK. El mundo detrás de Dukla.

*

Cada vez que el tren aminora su marcha

un hombre con nuestros rostros en los botones dorados

de su chaqueta pasa a través de los vagones

susurrando el nombre de una ciudad.

Carolyn FORCHÉ. En "Poesía minimalista norteamericana".

*

Como otras noches, salió la luna.

No puede ser todo tan grave.

Bertold Brecht. Días de almanaque.

*

La poesía entra en el sueño

como un buzo en un lago.

Roberto Bolaño. Los perros románticos.

*

Las cosas no le salen bien a casi nadie. Si quieres que Dios 

se ría con ganas, cuéntale tus planes.

Justin Cartwright. Míralo de esta manera.

*

Las voces,

Cantarán otras voces, llorarán otros ojos

En una casa nueva.

Todo será gastado y todo perdonado,

La pena será extraña y el bosque será nuevo,

Y hasta quizás un día, para amigos recientes,

Dios tendrá  esa alegría que ayer nos prometió.

Leon Paul Fargue. En "Poesía francesa contemporánea"

(Fausto)

*

Cuando cesaron sus voces el rayo de luz se filtró otra vez

por debajo de la puerta como la última acometida del re-

cuerdo antes de que todo se desvanezca. Estaba acostada 

mirándolo y pensé en volver a empezar. Y en sentirse como

nueva y fresca. Y en las mañanas, y los días neblinosos, en

que todo puede suceder. y en la vuelta a empezar, vuelta a 

empezar.

Jean Rhys. Viaje a la oscuridad.

*

De muselinas abrawan, tan finas como arroyos de montaña,

invisibles bajo la superficie del agua más cristalina; museli-

nas shabman, que cuando se extendían sobre la hierba se fun-

dían en el rocío de la mañana; tejidos que eran aire suave...

Amitav Ghosh. El círculo de la razón.

*

Los ojos se consumen como lápices

y por la noche dibujan en el cerebro

figuras apenas esbozadas y confusas.

Valerio Magrelli. Ora serrata.

*

Hay un darse más allá del darse:

el tuyo hacia mí

cuando desperté anoche, horas antes del alba,

liberado por un relámpago intolerable

que rasgó el cielo,

para entender lo que el amor niega en el amor

y por qué.

Robert Graves. 100 Poemas. (Es el poema completo. Se ti-

tula "Canción: más allá del darse".)

*

Debemos seguir y seguir moviéndonos hacia otra intensidad.
T.S. Eliot. Los Cuatro Cuartetos.

*

Lo que bien amas permanece,

       el resto es desperdicio

Lo que bien amas no te será robado

Lo que bien amas es tu herencia verdadera.

Ezra Pound. Canto LXXXI.

*

El número de vidas que entran en la vida de uno es incalcula-

ble.

John Berger. Aquí nos vemos.

*

Él pensaba dentro de otras cabezas, y en la suya, otras cabezas

lo pensaban. El verdadero pensamiento es esto.

Betold Brecht. (Sobre Marx).


Si no has logrado torcer tu destino no has sido más que un

apartamento alquilado.

Henri Michaux. Frente a los cerrojos.

*

Ahnungslos, "carente de presagios", esta admirable palabra 

alemana indica la condición a que la historia ha conducido 

tortuosamente a Occidente. Nacer "carente de presagios", sin

sombra de culpa ni de gracia, es el originario status moderno.

Roberto Calasso. Las ruinas de Kasch.

[En castellano también le caben: "sin sospechar nada", "no te-

nía la menor idea", "desprevenido". RR]

*

VIAJES

Viajó muchísimos kilómetros para volver a ver un detalle en

un cuadro, o la posición de un árbol en un jardín, o para vol-

ver a oír el chorrito de agua de aquella fuente. Viajó ciego,

sordo, sin pensamientos, desde el impulso de ir hasta el mo-

mento de llegar. 

RR

*

Kafka hizo esta precisión: "Cada uno tiene su manera de emer-

ger del mundo subterráneo; yo lo hago escribiendo".

Roberto Calasso: K.


Si imagino, veo. ¿Qué más hago si viajo? Sólo la debilidad ex-

trema de la imaginación justifica que haya que desplazarse pa-

ra sentir.

Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.

*

Laponia, 1745: Verano a invierno vistos en un día,

caminar a través de las nubes, a la busca del fin del mundo,

el albergue nocturno del Sol.

LINNEO, según Hans M. Enzensberger, en "Mausoleo".

*

sin compañía, excepto el miedo

Malcolm LOWRY. Poesía.


Ahora bien, en la vida real, en la mía por lo menos, el miedo

de no llegar a tiempo a una cita o perder un avión no da para 

tener tanta angustia mortal. De modo que estos episodios de la

pesadilla deben de ser algo así como símbolos o metáforas de

miedos mucho más graves. ¿Cuáles? No lo sé. Es uno de esos

casos en los que está la metáfora pero no aquello de lo que es

metáfora. Es como si el miedo siempre fuera la máscara de

otro miedo.

César AIRA. Continuación de ideas diversas. 

*

Le gustan mucho los viajes. Lo que le fastidia es cambiar de

lugar.

Jules RENARD. Diarios,

*

Oyendo el discurso de Hitler mientras voy Sunset Boulevard

abajo en un coche.

Francis Scott FITZGERALD. El crack.

*

Moverse mucho es una buena manera de postergar el día del

juicio. Yo soy más feliz cuando estoy en movimiento. Cuando

uno se ha apartado de la vida que llevaba y todavía no ha esta-

blecido otra clase de vida, es libre. Esa es una situación muy

placentera, siempre me ha parecido. Si uno no sabe dónde va,

es todavía más libre.

Paul BOWLES. En "Conversaciones de escritores".

*

La yuxtaposición de cosas no vinculadas, una forma de blasfe-

mia metafísica, donde uno está inclinado a encontrar a un án-

gel junto a un cerdo, es lo que siempre me ha gustado ver.

Charles Simic. Conversations with Ch. S.

*

Yo trabajo de acuerdo al sistema del bricolage, en el sentido

de Lévi-Strauss. Una forma de trabajo salvaje y extraña, una

suerte de pensamiento pre-racional: los hallazgos literarios

se van acumulando accidentalmente, van cayendo por azar

hasta que se acomodan y riman unos con otros.

W.G. Sebald. Entrevista.

*

¿Qué haría yo sin lo absurdo y lo fugaz?

Frida Kahlo. Diario.

*

Debiera existir una escritura de lo no escrito. Un día existi-

rá. Una escritura breve, sin gramática, una escritura de pala-

bras solas. Palabras sin el sostén de la gramática. Extravia-

das. Ahí, escritas. Y abandonadas de inmediato.

Marguerite Duras. Escribir.

*

Schwob cuenta: "Un día Henri Monnier llegó tarde a un en-

tierro. Al entrar en la habitación del muerto, en la que ya no

hay nadie, pregunta a un criado mientras se calza los guan-

tes: "Entonces, ¿no queda ya ninguna esperanza?"

Jules Renard. Diarios.

*

Era una chica a la que un llamado telefónico no le hacía gran

efecto. Daba la impresión de que el teléfono estaba sonando

continuamente desde que ella alcanzó la pubertad.

J.D. Salinger. Nueve cuentos. (Es gracioso relacionar este co-

mentario con la vida actual.)

*

A Pereda esta costumbre de jugar (ya no digamos de jugar al

monopoly) le parecía bastarda y ofensiva. Una pulpería es un 

sitio donde la gente conversa o escucha en silencio las conver-

saciones ajenas, pensaba. Una pulpería es como un aula vacía.

Una pulpería es una iglesia humeante.

Roberto Bolaño. El gaucho insufrible.

*

Un día, Luis XIV le pregunta a Moliére qué tal le iba con su

último médico. "Señor, hablamos - repuso Moliere. Me pres-

cribe remedios, no los tomo y me recupero".

*

Con mi inextinguible conciencia.

Anna Akhmatova. The Akhmatova Journals.

*

Nunca me ocupo del sentido, de la significación. Si hay un

sentido, se desprende después. En todo caso, nunca es una

preocupación.(...)  La palabra cuenta más que la sintaxis.

Marguerite Duras. Las conversadoras.

*

Un milagro, si dura, deja de considerarse como tal, por eso

las apariciones desaparecen tan de prisa.

Jean Cocteau. Thomas el impostor.

*

El secreto de su vida que todavía no había sido se extendía

ante él.

Rainer M. Rilke. Los cuadernos de Malte Laurids Brigge.

*

Nuestra vida es una tenue traza sobre la superficie del miste-

rio, como los túneles improductivos y sinuosos de los insec-

tos minadores en la superficie de las hojas.

Annie Dillard. Una temporada en Tinker Creek.

*

El que me vivió,

y murió abandonado en la tumba de otro.

Thomas Bernhard. Ave Virgilio.

*

No importa, no importa,

me dije a mí mismo, no importa.

Benedikt Yerofeyev. (Epígrafe del libro "La piel del zorro",

de Herta Müller.)

*

Mi lema figurado: la impaciencia frenada. Por eso -si, como

decía Karen Blixen, los lemas son lo más importante de la vi-

da, ciertamente más eficaces que un psicoanálisis.

Giorgio Agamben. Autorretrato en el estudio.

No poder querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío

(ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas)

Alejandra Pizarnik. Textos de sombras.

*

Horror me causa, estar en vida.

Sor Hadjewych (mística poetisa en neerlandés primitivo)

*

"Hiciste un largo viaje, tan solo para descubrir al pasajero"

(¿Fuente?)

*

Llené tres cuadernos y la mitad de otro. Entonces escribí: 

"Oh, Dios mío, sólo tengo 20 años y tengo que seguir vivien-

do, viviendo y viviendo."

Jean Rhys. Sonríe por favor (Su maravillosa autobiografía)

*

Y la vida es un dulce que quiero comer también.

Paul Birot. En Revista Cero.

*

Ahora nos vamos

a contemplar la nieve

hasta agotarnos.

Matsuo Bashô. Diarios de viaje.


Hice de mí lo que no supe,

Y lo que podría hacer de mí no lo hice.

El disfraz que vestí era equivocado.

Me tomaron luego por quien no era y no desmentí y me

       perdí.

Cuando quise quitarme la máscara,

Estaba pegada a la cara.

Cuando la tiré y me vi en el espejo,

Ya había envejecido.

Fernando Pessoa. Poemas.

*

Y, por otro lado, respeto una cierta claridad peculiar del mis-

terio natural, no sustituible por ninguna otra claridad.

Clarice (¡justamente!) Lispector. La legión extranjera.

*

"Son los dioses quienes tienen que venir a mí y no yo quien

tiene que ir a ellos", respondió Plotino a su discípulo Amelius,

que quería llevarlo a una ceremonia religiosa.

E.M. Cioran. Ese maldito yo.

*

está bien leer libros por las verdades que contienen, pero 

también está bien leerlos buscando maravillas.

Jorge Luis Borges. Cit. por A Coyne.

*

Hay en la escritura una "circunstancia" extraña al lenguaje

Roland Barthes. El grado cero de la escritura.

*

Las almas olfatean lo invisible

Heráclito. Cit. por Roa Bastos en "Metaforismos".

*

La totalidad de la historia del universo es la historia de la

materia adquiriendo sensibilidad.

Henrik Skolimowski


Preferiría no tomarla con la boca -le advirtió ella muy seria

a los pocos días de casados-, y tampoco me gusta que te pon-

gas a resoplar entre mis piernas como un perro sin dueño.

Russell Lucas. Noches en Mongini's.

*

no hacíamos más ruido del que pueda hacer una anguila en

un barril de tripas.

Flann O'Brien. En Nadar-dos-pájaros.

*

Oída por otros o grabada, toda conversación conyugal suena 

como si alguien estuviera bromeando, aunque normalmente

nadie lo hace.

Lorrie Moore. Pájaros de América.

*

Jacinto o papiro: el menú del hipopótamo no conoce de otras

alternativas.

Arnold Toynbee. Las huellas del río.

*

Denme el cielo azul y el sol visible.

Niebla, lluvias, oscuros -eso lo tengo en mí mismo.

Fernando Pessoa. Tabaquería.

*

Esta fue la sentencia-

Lo he perdido todo. Siento una fuerza,

he caminado cinco millas y aún deseo desprenderme

de mis pies, estar dormido contigo... dormido y joven.

Robert Lowell. Antología.

*

La vida real se ha posesionado demasiado de mí.

Stanislaw Witkiewicz. Insaciabilidad.

*

Mi madre se sentaba junto a mi abuela.

y las dos eran completamente de carne y hueso.

(...)

En la época de mi madre

las mujeres eran perdurables,

simplemente hueso y carne.

Mirta Rosenberg. El árbol de palabras.

*

Descendió los escalones del porche, recorrió el sendero y

llegó a la calle. Sentía una opresión en el centro del pecho.

Era una sensación familiar, como la que sentía tener justo an-

tes de una misión, al caminar hacia el helicóptero mientras

el equipo de tierra cargaba la ametralladora Gatling de cali-

bre 50 y los misiles Hellfire.

 Miedo.

Blake Crouch. Wayward Pines. El paraíso.

*

Y, sin embargo, los modos de pasar por alto nuestras vidas

son la vida.

Randall Jarrell. Antología de la poesía norteamericana.

*

Malcolm Lowry

Difunto del Bowery

Su prosa era florida

Y a menudo echaba chispas

Él vivió, de noche, y bebió, de día,

Y murió tocando el ukelele.

Malcolm Lowry. Selected Poems.

*

Uno no debería escribir una sola autobiografía, sino una do-

cena o un centenar, ya que, si bien sólo tenemos una vida,

tenemos innumerables maneras de narrarnos esta vida a nos-

otros mismos.

J.B. Pontalis. Cit. por Phillips en "Flirtear".

*

Un punto de acuerdo entre la filosofía Oriental y Occiden-

tal: los hombres viven como idiotas.

Charles Simic. En "The Poet's Notebook".

*

Una vida completa tal vez sea la que termina en tal plena

identificación con el no-yo, que no quede ningún yo para

morir.

Bernard Berenson. Cit. por C. Lispector en "Revelación de

un mundo".

*

A cada hombre y a cada mujer se le presentan 3 caminos en

la vida: 1)Los placeres puramente pasivos y degradantes -el

alcohol, la droga, etc.; 2) El trabajo y la ambición social; y

3) La pura contemplación artística o religiosa.

Michel Tournier. El viento paráclito. [Me parece raro que

alguien sensible como Tournier haya dejado de lado la vida

dedicada a las emociones y los sentimientos. RR]

*

Schopenhauer dice en alguna parte: el individuo puede hacer

lo que quiera, pero no elige querer lo que quiere (...) Nuestra

vida nos hace eso que somos y nosotros hacemos nuestra vida: 

ambas cosas son ciertas.

Tzvetan Todorov. Deberes y delicias.[Un bello libro]

*

La vida es un laberinto en el cual nos equivocamos de bifur-

cación antes incluso de haber aprendido a andar.

Cyril Connolly. La tumba sin sosiego.

*

Vivimos en la imposibilidad de encontrar una forma adecua-

da de vida.

Karl Jaspers (perdí la fuente)

*

Desde el nacimiento hasta la muerte, conectamos nuestra exis-

tencia a un piloto automático, y hace falta una valentía sobre-

humana para cambiar de rumbo.

Frederic Beigbeder. El amor dura tres años.

*

La vida es un cubo de mierda cada vez más lleno que tenemos 

que arrastrar hasta el final. Esto debe de haberlo dicho San

Agustín.

Cees Nooteboom. La historia siguiente.

*

Siempre que leo una autobiografía, suelo empezarla por la

mitad, cuando el tipo ya es adulto y el relato se vuelve inte-

resante.

Philip Larkin. Cit. por Phillips, en "Flirtear".

*

le gustaba la letra "r", especialmente la R mayúscula, la más

sonora de las letras.

J.M. Coetzee. Infancia.

*

Pero me gustaba el sabor de las lágrimas contenidas, de aque-

llas que parecen caer de los ojos al corazón, detrás de la más-

cara de la cara.

Valery Larbaud. De la tierna infancia.

*

Charles Waterton, autor de un libro titulado Viajes por Amé-

rica del Sur, dijo que durante aquellos recorridos le había to-

mado "una aversión insuperable a Picadilly" y se quedó a vi-

vir para siempre con los indios del Orinoco.

Susan Orlean. El ladrón de orquídeas.

*

Tu buhardilla es el centro del mundo. Este antro, este cuchi-

tril en altillo que conserva para siempre tu olor, esta cama don-

de te deslizas solo, esta estantería, este linóleo, este techo cu-

yas grietas, desconchones, manchas y relieves has contado ci-

en mil veces, este lavabo tan pequeño que parece un mueble 

de casa de muñecas, este barreño, esta ventana, este empape-

lado del que conoces cada flor, cada tallo, cada arabesco, 

[...] Tu buhardilla es la más bella de las islas desiertas, y París 

es un desierto que nadie ha atravesado nunca.

Georges Perec. Un hombre que duerme.

*

Los nativos hirviendo grasa de ballena para extraer aceite.

Vivimos muy bien, pues cocemos un pedazo de grasa y reco-

gemos ortigas tiernas para cocerlas en él.

John Jewitt. Diario y aventura en Nootka.

*

No te engañes. A las mujeres, hijo mío, las de verdad, no las

colgadas que tú llevas al Barrio Latino, a las mujeres les gustan

los ricos, los poderosos, los duros. A las mujeres no les gustan

los hombres amables. No les gusta la bondad, les gusta la fuer-

za.

Yasmina Reza. Hammerklavier.

*

Seyyid, el primogénito del sultán, era ya viejo. Los hombres 

ricos y poderosos envejecen pronto. En esto hay algo extraño; 

a pesar de envejecer temprano viven más que aquellos que ca-

recen de riqueza y poder.

Olof Sundman. Expedición.

*

Quizá Doctor Faustus (de Thomas Mann) sea la mejor novela

de nuestro período. Stendhal es un escritor para jóvenes. Para

gozar de Proust hay que tener más de 30 años.

Gore Vidal. Conversaciones con escritores norteamericanos.

*

 -¿Conoces la réplica del muchacho judío que decide emigrar

a América a principios del siglo XX? En el mísero stetl de Ga-

litzia o Besarabia donde nació, su madre llora sin consuelo.

"Hijo mío, ¿por qué te vas tan lejos?", se lamenta una y otra

vez. El hijo, ya lejos de allí en el pensamiento, tal vez con un

sentido innato de la relatividad, responde: "¿Lejos? ¿Lejos de

dónde?",

Edgardo Cozarinsky. Lejos de dónde.

*

Dicen que la tormenta

en la región noroccidental del país ha costado

mil millones.

La bancarrota del año pasado, lo sabemos,

llegó a veinte mil.

O sea, que los dioses atmosféricos deben presentarse

con un huracán

cada tres semanas

durante todo un año, para poder medirse

con las catástrofes de la banca.

¿Visitará el Rey a las víctimas de la banca?

Jan Erik Vold. En "Revista El Urogallo", N° 106.

*

"Soy ateo -dijo Carpenter en una entrevista de 1975-. No veo

ni asomo de ninguna superestructura moral en el universo. 

Considero que mi obra es optimista porque los personajes,

durante el período en que escribo sobre ellos, experimentan

una emoción intensa. Creo sinceramente que eso es todo lo que

hay. No hay nada más allá."

Don Carpenter. (En el prólogo de su obra maestra: "Dura la llu-

via que cae".)

*

cuán bello es diluirse en el sentimiento

Robert Walser. La rosa.

*

cuando las bellas noches lo arrullaban

como a un niño y la liebre, erguida

escuchaba el infinito

Nikiforos Brettacos. Antología de la poesía griega del siglo

XX.

*

Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por 

el camino. Los fantasmas. Con este abundante alimento se 

multiplican, en efecto, enormemente.

Franz Kafka. Cartas a Milena. (Termina: "Los fantasmas no se

morirán de hambre, y nosotros en cambio pereceremos.")

Hunter Thompson en "Días de ron": "No sé por qué, las car-

tas de Kafka las leo más en citas que directamente de los li-

bros de cartas."

*

las vidas de los hombres irreversibles.

y eso parece un alivio. ¿Ganar? ¿Perder?

¿Para qué? Si el mundo de todos modos nos va a olvidar.

Czeslaw Milosz. Cit. por R. Carver, en "Un sendero hacia la

cascada".

*

Antes del descanso final, viene el descanso

de toda trascendencia en un modo de ser, silenciando

todo atractivo.

Robert Lowell. Antología. (Visor)

*

- Después, el timbre sonando en la habitación invisible

Llenándola con la ferocidad del destino.

Malcolm Lowry. Poemas.

*

Lo echó a perder desde su infancia el futuro, al que dominó

desde un principio y aparentemente sin grandes dificultades.

Boris Pasternak. Cit. en "Hablar de poesía", N° 8.

*

Nuestra vida se parece a una máquina quitanieves, va empu-

jando delante de sí un montón de vida insatisfecha, un mon-

tón cada vez más grande y fatigoso; se cansa y envejece; el

resultado es que no ha existido, y, sin embargo, todo nuestro

empeño se centra en morirse lo más tarde posible.

Max Frisch. Mi o el viaje a Pekín.

*

Sobrevivir era escapar al destino. Pero si te escapas de tu pro-

pio destino, ¿en la vida de quién te metes entonces? 

Anne Michaels. Piezas en fuga.

*

El libro maya del Chilam Balam está regularmente marcado

por esta pregunta desgarradora, que se plantea incansablemen-

te, pues ya no puede recibir respuesta: "¿Cuál será el profeta,

cuál será el sacerdote que dé el sentido verdadero de la pala-

bra a este libro?" En cuanto a los aztecas, describen el comien-

zo de su propio fin como un silencio que cae: los dioses ya no

les hablan.

Tzvetan Todorov. La conquista de América.

*

Miré al cielo y la tierra frente a mí

y escribo desde entonces una larga carta a los muertos

en una máquina que no tiene cinta, sólo una estría de luz

             del horizonte

de modo que las palabras repiquetean y nada queda escrito.

Tomas Tranströmer. El cielo a medio hacer. (Uno de los ma-

yores poetas del siglo XX)

*

Caminé por el agua gris. Los rayos rasgaban la neblina, y las

siluetas de las pequeñas barracudas centelleaban en el agua,

como si les incomodara la electricidad aérea.

Lawrence Osborne. El turista desnudo. (En este caso, reco-

rriendo territorios desiertos de las Islas Andamán.)

*

Más delicados que los de los historiadores son los colores de

quienes hacen mapas.

Elizabeth Bishop. (Epígrafe de "Un mundo modelo", la no-

vela de M. Chabon.)

*

...las aves rapaces, las que atacan casi invariablemente aves de

plumaje blanco o brillante donde están entremezcladas con

otras de colorido opaco.

G.E. Hudson. Luciérnagas.


"Ondas sobre la superficie del agua-

los salmones plateados pasaban debajo- diferentes

de las ondulaciones causadas por las brisas."

Gary SNYDER. Todas las palabras para decir roca. (Lamen-

tablemente no sabemos a quién cita Snyder. El texto no lo acla-

ra.)

*

...Asusta con tus remos 

a las blancas aves marinas hasta que se eleven

con alas que viran

contra los negros centinelas

del bosque silencioso.

Herbert Read. Poesía inglesa contemporánea (Ed. Fausto)

*

Era mejor irse a ese otro mundo en plena gloria de una pasión,

que desvanecerse y marchitarse con los años.

James Joyce. Los muertos.

*

El mundo es como la impresión que deja la narración de una

historia.

Yogaväsistha, 2,3,11.

*

"¿Sabe cuáles fueron sus últimas palabras?"

"No", contestó, "¿cuáles fueron?"

"Dadme mis lentes." Era muy miope y quiso pasar al otro la-

do con los lentes."

Antonio Tabucchi. Nocturno hindú. (Acerca de Pessoa)

*

Los tapices son mejores que la pintura: parecen el sueño.

Edmond de Goncourt. Journal.

*

"A mí -dijo Renoir alguna vez- me gustan las pinturas que,

si se trata de paisajes, invitan a dar un paseo por ellas, y si

son de figuras humanas, invitan a tocar sus tetas o sus espal-

das.

John Berger. Cada vez que decimos adiós.

*

En verano, los Turcos admiran a las mujeres de los Abisinios,

porque, como los sapos, tienen la piel fría.

James Bruce. Cit. por Bioy en "Jardines ajenos".

*

El jefe de expedición hace también de cocinero. Me prepara

el té a la manera tibetana: con leche, manteca y sal. (En el Tibet

la mayoría de los habitantes toman del orden de 40 a 50 tazas 

por día, y no pocos beben hasta 70.)

Mircea Eliade. La India.

*

S. se fue hundiendo en sí mismo como en una arena move-

diza.

Jean Cocteau. El gran extravío.

*

Jamás

zorra

astuta,

hiena

puta,

chacal,

u otra

vil

alimaña

entró

por tus puertas

oh divina 

Calíope!

Luigi Bartolini En "Cormorán y Delfín N° 24)

*

Nada resulta más inadecuado para el intelectual que se pro-

pone llevar a cabo lo que antiguamente se denominaba filo-

sofía, que querer conservar la razón en la discusión, y casi

quisiera decir en la argumentación. El querer-conserva-la-ra-

zón en sí mismo, hasta dentro de su más sutil forma lógica

de la reflexión, es una expresión de ese espíritu de autocon-

servación cuya disolución importa precisamente el anhelo de

la filosofía.

Theodor W. Adorno. Minima moralia.

*

La impaciencia de Valéry respecto a la repetición y la hosca

visión freudiana de la coacción a repetir brotan de una misma

fuente: el terror ante el origen no humano del significado, que 

habla tanto en el capricho demoníaco de las coincidencias co-

mo en la implacable monotonía de la naturaleza.

Roberto Calasso. La ruina de Kasch.

*

En la biblioteca encontré estas palabras escritas en el margen

de un número antiguo de Vogue:

  Entonces, ¿por qué me engendrasteis?

 No lo sabíamos.

 ¿Qué no sabíais?

 Que serías tú.

Amy Hempel. Cuentos completos (Una de las más grandes

narradoras contemporáneas. Hay varias norteamericanas:

Joan Didion, Lucia Berlin, Lorrie Moore, Joy Williams...

la lista es larga)

*

La cuestión local es así: se miente, se reparten alabanzas

falsas, y por ahí deslizás algún comentario ácido muy leve,

como para justificar tu función. La verdad de la milanesa,

acá y en todos lados, es la que se comenta en voz baja: todos

sabemos quiénes son brutos, sin talento, pero tienen padrinos

políticos o gente con poder que los banca; es simple, por eso

ocupan espacios. La cultura, como cualquier otra cosa, es to-

do impostura, concesiones; así funciona el mundo, querido.

Por eso están siempre los mismos personajes dando vuelta,

aunque cambien los gobiernos: no hay peor puta que un ar-

tista.

(Un personaje de "La noche litoral", la excelente novela de

Carlos Bernatek.)

*

¡Qué poco frecuente resulta encontrar poesía en los versos!

Escribir un poema no es poesía; esta puede consistir en una

sola palabra... "Vuela la palabra pesada, quién sabe adónde irá 

a parar" (György).

Sandor Marai. Diarios.

*

Los lectores me fastidian. Escribo, si queréis, para el lector

desconocido. ¿Sincero? Escribo para que lo que era verdad ya

no lo sea.

Henri Michaux. Antología de la poesía francesa.

*

Sólo se puede escribir desde un exceso de energías, o sea,

desde la alegría. La escritura -y esto no lo he descubierto yo-

es vida intensificada.

Imre Kertesz. Dossier K.

*

Hablaba del suicidio con un desapego seco, sin mención al-

guna al sufrimiento o al dramatismo (...) Por eso para ella

nunca fue cuestión de motivos: uno lo hacía porque lo hacía,

tal como un artista siempre sabe lo que sabe...

Al Alvarez. El Dios salvaje. Ensayo sobre el suicidio. (En es-

te caso habla de Sylvia Plath, a quien conoció mucho personal-

mente.)

*

Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera: sin la

idea  del suicidio, hace tiempo que me hubiera matado.

Emile Cioran. Silogismos de la amargura.

*

Ningún autócrata ha disfrutado de un poder comparable a

aquel del que goza un pobre diablo que tiene la intención de

quitarse la vida.

Jean Levi. El gran emperador y sus autómatas.

*

Mishima dejó esta última inscripción en su escritorio:

"La vida humana es limitada, ahora bien, yo quiero vivir

eternamente..."


este hombre sobrado de talento confirma que nadie se con-

vierte en escritor por exceso de modestia.

Pierre Lemaitre. Diccionario apasionado de la novela negra.

(Hablando de Jussi Adler-Olsen.)

*

Y AHORA, QUE PIENSEN LOS ESPEJOS.

Jacques Rigaut (Últimas palabras escritas). Agencia general

del suicidio.

*

Me entero del suicidio de Ilarie Voronca y las crisis que lo 

han precedido. No ha podido escapar a su destino; vivió du-

rante 4 años bajo el terror de la cámara de gas, y con gas se

ha suicidado, un año después de la victoria.

Mircea Eliade. Fragmentos de un diario. [Voronca es uno de

los más grandes poetas rumanos -RR]

*

"No pude simplificarme" fue la explicación del suicida Nezha-

danov - personaje de una novela de Turguenev.

*

El 15 de mayo de 1945, el emperador anunció la rendición in-

condicional; 500 oficiales se suicidaron para asumir la respon-

sabilidad de la derrota y excusarse ante en Emperador. El Al-

mirante Ouishi, antes de matarse, escribió este haiku:

"Refrescante

Después de la tormenta

La luna se alza, brillante."

De un artículo sobre poesía japonesa de D. Bigongiari.

*

Me juré que si algún día salía de mi imperio, si esta anguila

pudiera alguna vez escapar del Báltico, lo primero que haría

sería venir a Venecia, arrendar un cuarto en el piso bajo de un

palazzo de tal modo que las olas levantadas por los barcos de

paso salpicaran contra mi ventana, escribir un par de elegías

mientras apagaba mis cigarrillos contra el suelo de piedra hú-

medo, toser y beber y, cuando escaseara el dinero, en lugar de

subir a un tren comprarme una pequeña Browning y volarme

ahí los sesos, incapaz de morir en Venecia por causas naturales.

Joseph Brodsky. Marca de agua.


*

Pensó en su padre, que explicaba la vida con una sola frase:

"Te tumban al suelo y te levantas. Todo se reduce a eso."

James Salter. Anochecer.

*

Me acordé de Berlín, de aquella noche en el Lunte, cuando

Roth me confesó su deseo de que la frase de Kleist fuera gra-

bada en su tumba: "La verdad es que a mí no se me podía ayu-

dar en la Tierra."

Von Cziffra. Jospeh Roth, el santo bebedor.

*

mapas viejos y escritorios oscuros sobre los que lámparas

amarillas invitaban a una vida de estudio y contemplación.

Geoff Dyer. Yoga para los que pasan del yoga.

*

Pero, en fin, todo lo que sé sobre mi naturaleza y sobre la del

universo es incompleto: es como si no supiera nada.

Witold Gombrowicz. Diario argentino.

*

¿Quién sabe, en verdad, y quién puede declarar aquí de dónde

han salido todas estas cosas? ¿Fueron creadas o no lo fueron?

Aquel que vela en la cima del cielo acaso lo sabe. Y acaso no

lo sabe.

Rig Veda X, 129 y X, 121.

*

Que mi mente se pasee hambrienta por ahí 

e intrépida y sedienta y flexible

y hasta si es domingo que pueda equivocarme

pues siempre que los hombres tienen razón no son jóvenes.

E.E. Cummings. XLIX Poemas.

*

No ser devorado es el sentimiento perfecto. No ser devorado

es el objetivo secreto de toda una vida.

Clarice Lispector. (No registré la fuente)

*

Aeschylus en Agaememmon: "Aprender es ser joven aunque

se sea viejo."

Citado por J. Hopkins en un artículo sobre Paul Bowles.

*

así como las palomas que recorren el cinc, con las manos a

la espalda, de un lado para otro.

Jean Cocteau. Opio.

*

por regla general, el indicio de que un principiante tiene talen-

to es su predilección por los juegos de palabras (más que por

la originalidad).

W.H. Auden. La mano del teñidor.

*

Llegada de la madre: "¡Tú! -le dice esta- ¿tú quieres desposar

a Leonilda? ¡Desdichado! Es tu hija-, Casanova se derrumba.

¡Desposar a su hija! Retrocede ante la idea. "Un prejuicio qui-

zás -comenta- pero tan difundido, que sólo un espíritu entera-

mente depravado sería capaz de pisotearlo."

Felicien Marceau. Casanova, el anti Don Juan.

*

los hombres son tan necesariamente locos que sería loco, por

otra forma de locura, no ser loco.

Pascal, cit en T. Bernhard, "Tinieblas".

*

Mar de Baal, Mar de Mammon - Mar de toda edad y de todo

nombre,

Oh Mar sin edad ni razón, oh Mar sin prisa ni estaciones.

St. John Perse. Pájaros.

*

Es más fácil compartir el mar que la tierra, poseerlo es más 

difícil.

Predrag Matvejevic. Breviario mediterráneo.

*

El agua gris se revolvía, penetraba trágicamente en el mar 

del Norte como un rebaño de ovejas entra en el matadero.

Por la noche, esa agua se volvía fosforescente. Si se arroja-

ba un pucho, se hundía iluminado completamente, como el

Titanic. La caída de un proyectil encendía en el fondo un bu-

levar con tiendas espléndidas.

Jean Cocteau. Thomas el impostor.

*

el mar, a veces tan suave como la lengua de un gato al rela-

merse.

V.S. Pritchett. Cit. por M. Amis en "Visitando a Mrs. Nabo-

kov")

*

¿Dónde le tocaría morir? ¡En el mar! Su cuerpo bogaría en

una suspensión lenta e ininterrumpida, impulsada por madro-

ños de mar y esponjas de mar y cangrejos minúsculos. Enro-

llándose, virando, zumbando, cayendo.

Malcolm Lowry. Ultramarina.

*

THÁLASA, EL MAR

¡Thálasa! ¡Thálasa! ¡Oh, tú

inmensa palabra griega,

cuánto infinito abarcas!

Tus resonantes alfas

¿cuál boca las gritó,

cuál primera boca?

Alexis Baras, Antología de la poesía griega del siglo XX.

*

Cae suave, lluvia, sobre el rostro del mar que mira 

hacia arriba, como una niña bajo la ducha.

Derek Walcott. El reino del Caimito.

*

Durante la guerra fui testigo de cómo un avión en llamas ate-

rrizaba en la costa del Atlántico; el piloto tomó tierra en la

playa y huyó de las cercanías del aparato a punto de explotar.

Le pregunté luego por qué no había llevado al mar el avión en

llamas, y me respondió:

- Porque el agua es más dura que la arena.

Heinrich Boll. Diario irlandés.

*

El mar desaparecía y reaparecía ante mis ojos, lo escuchaba

palpitar suavemente, dichosamente; y palpitar de nuevo; pro-

ducir y producir un tiempo infinito.

Paul Valéry. La idea fija.

*

la ola que estalla en agua

T.S. Eliot. La tierra baldía.

*

Si un ser de una gran fuerza se hubiera propuesto hacer algo

interesante a la vista de todos con un poco de agua, sus com-

pañeros, suponiendo que los tuviera, no hubieran dejado de

ponerlo en ridículo. En efecto, el agua es la cosa más nula e

inconsistente que hay. No obstante, es con esto con lo que ha-

bría hecho el Océano. El Océano es la repetición de un poco

de agua, la repetición considerable. Ahora bien, nada sobre

nuestro planeta es tan abstracto como el mar. Nos entregamos

al mar como a una religión.

Henri Michaux. Ecuador.

*

¿Se han dado cuenta de cómo ha cambiado el mundo? Se ha

convertido en este gran cúmulo de pruebas, en esta colección

de datos registrados, en esta película que no termina nunca.

Graham Swift. Fuera de este mundo.

*

vivimos en un mundo tan sencillo... Hay un sistema basado en

la dominación, el dinero y el miedo, un sistema más bien mas-

culino, que podemos llamar Marte; y hay un sistema femenino 

basado en la seducción y el sexo, que podemos llamar Venus. Y

eso es todo. ¿De verdad es posible vivir y creer que no hay na-

da más? Maupassant pensaba, y con él los realistas del siglo

XIX, que no había nada más; y eso lo llevó a la locura.

Michel Houellebecq. Ampliación del campo de batalla.

*

Concedido: todos los relojes dicen la hora local;

concedido: "aquí" es el sitio que delimitamos,

el espacio que llenamos; concedido; hacemos un mundo:

¿es algo apresado allí, contenido allí,

algo real que podemos percibir?

William Bronk. Una antología de la poesía norteamericana

desde 1950.

*

Johan Wolfgang Goethe decía: "Nuestro mundo es una cam-

pana que tiene una grieta y ya no suena."

W.G. Sebald. Los emigrados.

*

Según Lacan, un saber que llega al mensaje no es una verdad

de verdad sino "una verdad de lo falso", una verdad irreme-

diablemente en falso (en el sentido musical y no solamente

lógico del término).

Jean Allouch. Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca.

*

Giordano Bruno, el nolano, a quien, en el año 1600, las au-

toridades romanas de la Inquisición enviaron a la hoguera por

herejía (...), frente al tribunal de la Inquisición dijo:

- Es mayor tal vez el miedo que sentís al pronunciar vuestra 

sentencia que el mío al escucharla.

Bertold Brecht. Historias de almanaque.

*

Me acuerdo de una profesora de piano que me daba clases 

cuando era chica; tenía una manera rara de hacerme estudiar.

Por cada tira de pentagrama que yo leía, me daba un carame-

lo, como si yo fuera un pony.

Silvina Ocampo. En A.Carrera/ T. Arijón, "Teoría del cielo".

*

G.T., profesor, me cuenta que una vez en que sus alumnos

rellenaron un cuestionario, un niño africano, negro y silencio-

so como el ébano, escribió: "Profesión del padre: rey."

Michel Tournier. El vagabundo inmóvil.

*

Una de Groussac. Fueron a hacerle una entrevista. Primero

le preguntan qué estaba haciendo. Dijo: "¿Qué puedo hacer 

yo en un país en que Lugones es helenista?"

Jorge L. Borges. Entrevistas con Sorrentino.

*

El actor John Barrymore (1882-1942) fue un especialista en

Shakespeare y uno de los más famosos intérpretes de Hamlet.

Resultaba así muy lógica la pregunta que le hizo un periodis-

ta:

-Dígame, Mr. Barrymore, ¿usted cree que Hamlet y Ofelia se

acostaban juntos?

 Tras reflexionar un instante, el actor replicó:

 -Sí, por lo menos en la compañía que representaba la obra en

Chicago.

Alsina Thévenet. Enciclopedia de datos inútiles.

*

Los seres demasiado débiles tienen tentaciones contrarias a

las de los santos: Están tentados de rechazar.

Jean Grenier. Las islas.

*

La osadía nunca es fatal.

René Crevel. Cit. por Henry Miller en "Sabiduría del corazón".

*

Nada es más profundo que la superficialidad de una mujer.

Karl Kraus.

*

Ante un barbudo que baila, el Primo del Rey me informa: es

un filósofo. para ser filósofo, dice, son necesarias cuatro co-

sas. 1) ser licenciado en árabe; 2) viajar mucho; 3) tener con-

tactos con otros filósofos; 4) hallarse lejos de la realidad, por

ejemplo, a orillas del mar.

Roland Barthes. Incidentes.

*

...la destrucción que el estar solo había producido en mí en el

curso de tantos años, y me invadió un terrible cansancio al pen-

sar que nunca había estado realmente vivo, o que acababa de

nacer ahora, en cierto modo en vísperas de mi muerte.

W.G. Sebald. Austerlitz.

*

¿Qué había en su cara que resultaba tan lobuno, tan animal, 

hasta cuando dormía? Él no lo sabía. Simplemente su cara pa-

recía no tener vida dentro cuando los ojos estaban cerrados.

Como si la criatura no tuviera más pensamientos que aquello

que veía.

 Denis Johnson. Sueños de trenes.

*

El fino tejido de nuestra vida se nos puede escurrir casi

imperceptiblemente de entre las manos, mientras que los he-

chos y los acontecimientos -es decir, los errores- que la urden

atraen toda nuestra atención y todos nuestros inútiles cuida-

dos. 

Giorgio Agamben. Autorretrato en el estudio.

*

Por la mañana me levanté antes que las chicas y vi amane-

cer en la bahía, con un leve amarilleo del agua, por la que se

diseminaba la flota de cameroneros, con sus foques escuálidos

y sus redes colgantes, Esos barcos se arrastraban mar adentro

con el ritmo lento y coordinado de una migración animal.

Del estupendo thriller  de Nic Pizzolatto: Galveston.

*

"¿Y las mujeres?", dijo Ananda. "No hay que mirarlas", dijo

el Buddha. "Pero, ¿y si nos cruzamos con ellas?, dijo Anan-

da. "No hay que hablarles", dijo el Buddha.  "¿Y si les habla-

mos?", dijo Ananda. "Hay que estar muy atentos", dijo el

Buddha.

Roberto Calasso. Ka. 


todavía la última marea

el guijarro ya muerto

la media vuelta luego el ir andando

hacia las viejas luces

Samuel BECKETT. Detritus.


Esta lila se deshoja.

Desde sí misma cae

y oculta su antigua sombra.

He de morir de cosas así.

Alejandra PIZARNIK. Extracción de la piedra de la locura.


A los 20 años, dice la Sra. Desbordes-Valmore, penas profun-

das me forzaron a renunciar al canto, porque mi voz me hacía

llorar.

Victor HUGO. Cit. por R. Barthes, "Fragmentos de un discurso

amoroso".


Aunque estoy en Kyoto,

cuando el cuclillo canta,

tengo nostalgia de Kyoto.

BASHÔ. En "The Enlightened Heart"


Únicamente las azoteas y pasadizos no se han podido transfor-

mar. Por aquí se paseaban las reinas, me cuenta mi anfitrión, y

trataban de entristecerse mirando la luna para agradar al rey.

Mircea ELIADE. La India.


¡Por qué ensayar otra vez palabras vanas! ¿Recordáis, amigo

mío, qué grandioso cuadro que describe Tito Livio al correr las

horas que precedieron a la destrucción de Alba Longa? ¿Cómo

la gente vagaba por las calles que no volverían a ver... y se des-

pedía hasta de las piedras del suelo?

Hugo von HOFMANSTHAL. La carta de Lord Chandos.


Mañana nubosa

El sol leve

Caminé por los jardines del Palacio

Y lloré donde él había caminado.

ANÓNIMO, del MANYOSHÛ. 


Cae esta lluvia de muy alto

Y me encierra dentrp de mí solo

Dentro y lejos de ti

Como un camino que se pierde en otro continente.

César MORO. En "14 poetas del Perú".


Pensé que tú eras un ancla en la corriente del mundo;

pero no: no existe ancla en ninguna parte.

No existe ancla en la corriente del mundo. Oh, no.

Pensé que eras tú. Oh, no. La corriente del mundo.

William BRONK. En "Una antología de la poesía estado-

unidense posterior a 1950", de Weinberger.


Tu vives envidiablemente libre

en un país envidiable,

estás acostado envidiablemente insomne

con tu irritante tos personal,

la "desesperación cotidiana" que nadie molesta,

tus "elucubraciones sobre la inevitabilidad de la muerte".

Uno se despierta o es despertado.

Esa es la diferencia.

Werner ASPENSTRÖM. En "Poesía sueca contemporánea". 

Litoral.


Recordad a la bellota; no devora a las otras bellotas.

Edgar Lee MASTERS. En A. Girri, "Versiones".


He comprendido que el mundo es un inmenso vacío cons-

truido sobre el vacío... Y por eso me llaman el señor de la

sabiduría. ¡Ay! ¿Sabe alguien lo que es la sabiduría?

Las Mil y Una Noches. Canto de la lechuza.


Ahora en todas las artes se busca difundir la sabiduría; quién

sabe si dentro de algunos siglos no existirán universidades pa-

ra restablecer la vieja ignorancia.

Georg LICHTENBERG. Aforismos.


Gracias a este diario, empecé a saber lo que hay en un día,

en una semana, en varios meses.

Es horrible, por lo demás, comprobar que no hay nada.

Conviene que se sepa.

Henri MICHAUX. Ecuador.



LA REALIDAD


Cuando un solo perro ladra a una sombra, 10 mil perros hacen

de ella una realidad.

Proverbio alemán.


La vida real se ha posesionado demasiado de mí.

Stanislaw WITKIEWICZ. Insaciabilidad.


El mundo entero existe como un actor en un escenario: está

ahí, pero es otra cosa.

Fernando PESSOA. Cit. por Bioy, en "Jardines ajenos".


Entre la idea 

y la realidad

Entre el movimiento y el acto

                                         CAE LA SOMBRA

Entre la concepción

y la creación

Entre la emoción

y la respuesta

                                          CAE LA SOMBRA

Entre el deseo 

y el espasmo

Entre la potencia

y la existencia

Entre la esencia 

y el Descenso

                                            CAE LA SOMBRA

T.S. ELIOT. The Complete Poems and Plays. "The hollow

men".


Cuando yo era niño había un gran debate para saber si era po-

sible volar con algo más pesado que el aire. La gente disputa-

ba sobre esto. ¿Y qué ha pasado? Las dos casas donde habité

en Hannover fueron destruidas por bombas. La realización de

una cosa aporta la trivialización y la decepción.

Ernst JÜNGER. Conversaciones con J. Hervier.


Pero si yo gritara aunque solo fuera una vez, quizá nunca más

pudiese parar. Si yo gritase nadie podría hacer más nada por

mí; en cambio, si nunca revelara mi carencia, nadie se asustaría

de mí y me ayudarían sin saber (...) Si diera el grito de alarma

de estar viva, en mudez y dureza me arrastrarían pues arras-

tran a quienes salen al exterior del mundo posible, el ser ex-

cepcional es arrastrado, el ser que grita.

Clarice LISPECTOR. La pasión según GH.


Yo me sorprendo, y a pesar de ello me divierto, del inaudito 

absurdo según el cual todo está construido.

Georges RIBEMONT-DESAIGNES.


Cuando de pronto, en el paroxismo del terror universal, sentí

que sobrepujaba en velocidad a mi recuerdo. En ese preciso

instante abjuré para siempre, ante la nada primordial, de toda

inquietud de realidad.

Oscar W. de LUBICZ MILOZ. Poemas. (Ed. Fabril)


Un tonto tira una piedra al mar y cien sabios no pueden sa-

carla...

Proverbio chipriota. En L. Durrell. Limones amargos.





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