sábado, 18 de septiembre de 2021

DERIVACIÓN DE "EN UN EDIFICIO ABANDONADO DE SRITZA"

 Todos esos retratos

 Burlonamente, un sritziano muy culto los llamaba 

"retrastos". 

 En más de un Congreso acerca del tema, aparecieron

a menudo los términos "fractos", "retrasattos" y "repro-

tatos". 

 Es que un rostro fijado para siempre a una imagen

resulta demasiado para la mente. La desborda, en el

sentido en que le empuja las paredes, le revienta el te-

cho, le desfonda los pisos. Una mente común tiene só-

lo un piso, o dos. Pero hay mentes con varios pisos, in-

cluso pisos que se interceptan, que se espiralizan, que

hacen intususcepciones.

 Algunos ven, en lugar de rostros retratados y fijos, una

sucesión de gestos, gritos, astucias, reclamos, actitudes,

intrigas, desafíos, rebeliones, vorágines que permanecen

quietas como trampas. Ya era un hecho observable en el

edificio abandonado de Sritza que los escasos individuos

que por una razón u otra debían transitar esos pasillos ta-

pizados regular y metódicamente de retratos de toda clase,

nunca, pero nunca se detenían frente a uno en particular...

y mucho menos aún, acercaban el rostro propio al de la 

imagen, como para observar un detalle. Se trata de algo

así como vidas reales puestas en juego, y no de algo figu-

rado e inerte. Son destinos los que hay allí, en cantidades

suficientes para arrasar una ciudad en cuestión de minutos.

¿Lo sabían quienes montaron esa serie? ¿O acaso la serie

se convirtió, por contigüidad, por obra del tiempo, del

tiempo activo/pasivo, el más terrible y real de los tiempos?

¿Una vida encerrada en una mueca? ¿Se puede concebir

algo más arriesgado, más monstruoso que mostrar esos ros-

tros, como si se tratara de hileras definitivas de ausentes?

Aquí no hay salvaguarda alguna por la vía de las palabras.

"¡No vendrá el lenguaje a rescatarnos!"

 La ventura, la libertad, las desventuras y las muertes de

esos rostros constituyen un vertiginoso camino en direc-

ción al pasado, al antes de algo, un regreso real a lo real.

Espejo del espejo. El abismo inicial de todo y de nadie




  Seguramente la mayoría de ustedes guarda en su memo-

ria, intacta, esa serie de retratos. Para quienes no han teni-

do acceso, los repito... por última vez.


 EN UN EDIFICIO ABANDONADO DE SRITZA


 En los amplísimos salones, pasillos, cuartos, sótanos,

oficinas, entrepisos, buhardillas y escaleras por otra

parte vacíos y desiertos...


Retratos de guardias, de vigías, de custodios, de encargados

Retratos de drogados con malta, con borra, con el temible Pinza

Retratos de celosos, de tibios, de impertinentes

Retratos de desairados, de vicarios, de abúlicos

Retratos de macheteros, de censores, de hidrofóbicos

Retratos de sopleteadores, de naúfragos, de fabricantes de tinta

Retratos de cantantes de polka, de compadritos, de sosías

Retratos de otarios, de conspiradores, de otros dignatarios

Retratos de mujeres solicitadas, de solícitas, de solitarias

Retratos de tiempistas, de frenéticos, de olvidadizos

Retratos de tasadores, de piringundineros, de sonámbulos

Retratos de miniaturistas, de abstemias, de solitarias

Retratos de gregarios, de antagonistas, de por el estilo

Retratos de silbadoras, de intuitivos, de antojadizas

Retratos de advertidas, de adventistas, de habituadas

Retratos de obsecuentes, de poceros, de politeístas

Retratos de chúcaras, de cínicas, de dependientes ariscas

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