jueves, 26 de abril de 2018

CUATRO POETAS ALEMANES: COHN, KUNERT, ENZENSBERGER, SEBALD




 Busco siempre que el material publicado sea inédito en cas-
tellano. Al menos esa es la ilusión que me guía. Ilusión en su
doble sentido, claro. Una manera de aportar. Agrandar el te-
rritorio, en este caso de la poesía publicada en nuestro idioma.
No creo que haya muchas versiones de los poemas de Hans
Werner Cohn. Tampoco de Kunert. Sí existen un par de libri-
tos de poemas de Enzensberger. Y, salvo tres poemas más o 
menos extensos, que conforman el libro llamado "Del natural", 
de W.G. Sebald, sé que no existen versiones de la formidable colección publicada póstumamente con el título de "Across 
the Land and the Water". ¿Necesito agregar que creo que Se-
bald es el mayor escritor de la segunda mitad del siglo XX?
 ¿Para qué arriesgarse a esta opinión provocativa?
 Para decir lo que clama por ser dicho. Creo que así hablamos,
sin saber qué nos mueve a 'tener' esas palabras o ideas o sensa-
ciones que claman por ser expresadas. ¿Tenemos, en efecto,
esas ideas, deseos, pulsiones, palabras? ¿O son ellas quienes
nos tienen, o que al menos nos utilizan como vehículos de
transporte de un lugar a otro?
 Hoy, por un par de razones que no viene al caso mencionar,
volví a sentir que el lenguaje es una forma maravillosa de ma-
gia. Su infinidad de combinaciones posibles, su riqueza de ma-
tices, la cantidad de tonos y sentidos que tiene casi cualquier
significante, me parecen, de nuevo, asombrosos. 
 Aún cuando sepamos que nos ha separado de lo real. Aún
cuando sepamos que todo es creado por nuestra imaginación,
incluyendo al yo, al sujeto y hasta al Otro. Lo sabemos, pero
también sabemos que esas construcciones funcionan muy
bien. Logran hacernos creer. Creer que somos 'alguien' y no
cualquiera o nadie, o nada. Creer que lo que sentimos impor-
ta. Creer que se pueden transformar las cosas para mejor.
Creer que todo este teatro tiene o tenía o tendría (ya ven
cuántas posibilidades nos da ese nuevo Dios que es la gra-
mática) algún sentido, alguna validez.


 Y entonces está la poesía.
 La lengua 'cargada al máximo de sentido' (Pound).
 El temblor que nos producen ciertas palabras hiladas de
una manera especial. 
 Alguna vez hablé de Brueghel y de Sebald "en sus chalu-
pas". Queriendo sostener o extender la civilización.
 Contra la enorme capacidad destructiva del propio ser hu-
mano. 

 Cuatro poetas alemanes, entonces.

 HANS WERNER COHN (Asombrosamente, no hay datos
de este gran poeta alemán. Sólo he logrado saber que ha es-
crito un libro de poemas llamado "With all five senses", un
ensayo acerca de Else Lásker-Schüller y, probablemente,
sea el autor de un libro de terapia existencial, siguiendo a
Heidegger.)

 RESIDENCIAS

 Estrecho es el cuarto de su creencia. A menudo
 apenas puede respirar en él. Desnudas
 están sus paredes. Está pobremente
 climatizado. Desde la ventana no es mucho
 lo que puede verse.

 A veces alguien visita y habla 
 de otros lugares, más espaciosos,
 en los bosques o junto al lago.

 A veces él ha sido invitado
 a tales lugares. Entonces puede sentir
 el brillo y también el calor. Perdido él
 corre a través de los iluminados cuartos. Es
 un invitado. Un extraño.

 Entonces él regresa a su propio estrecho
 cuarto. Es la única residencia
 que puede permitirse. Tal vez después de todo
 algún día podrá ver algo
 desde su ventana.

[No he podido evitar mencionar esta asociación: dicen
unos versos de Seferis: El enemigo y el extranjero/ en el
espejo los hemos visto.]

 NO EN CASA

 No en casa en el cuerpo
 un inútil invitado con los amantes
 con los niños
 por rumores sólo familiarizado con los afectos de 
                                   la procreación y el nacimiento.

 No en casa en el espíritu
 Frío en la iglesia y entre los devotos
 sin lengua
 o con frases falsas: un pesado.

 Pero no sin amor
 interesado
 en esos campos tan distantes de la propia penuria.



 GÜNTER KUNERT (n. 6 de marzo de 1929 en Berlín)

 "MEHR LICHT"

 Su rostro vuelto hacia la pared
 Goethe en su lecho de muerte
 Sólo puedes oir el rascar
 de sus uñas
 la búsqueda del pestillo secreto de la puerta
 a un porvenir
 que será aún más oscuro

 como si yo hubiese estado presente


["Mer licht", es la expresión que se le atribuye en el 
momento previo a la muerte a Goethe. "Más luz".]



 HANS MAGNUS ENZENSBERGER (n. 11 de noviem-
bre de 1929 en Kaufbeuren)


 CÉDULA DE IDENTIDAD

 Yo es diferente
 Yo es diferente de sí mismo
 No puedo aferrarlo                        [fijarlo]
 Tiene que permanecer fugaz
 estar ahí ausentemente
 Yo el que duerme tiene que luchar
 Yo el salvador tiene que gastar profusamente
 Yo inconscientemente sé qué es qué
 Yo la personificación de la cortesía
  espumas de furias en las maldiciones de la boca
 Yo el parloteante no regala nada
 Yo el abnegado envidiante
 Yo el pacificador sediento de sangre
 Yo no importa
 En Yo puedes confiar
 Yo compuesto hasta el punto de la indiferencia
 tiene que ocuparse de todo
 Yo el caso perdido
 no puedo dejarlo ahí
 Yo batallo y batallo
 Yo se excusa a sí mismo
 pronto deberá irse
 Yo es diferente


[Utilizo aquí la repetición de una de las versiones de la
expresión en inglés "I" o del alemán "Ich", cuando en cas-
tellano caben dos por el precio de una: "Yo" y "Mí". Po-
dría decirse, por ejemplo, "En mí puedes confiar", pero 
se perdería el efecto poético y hasta el sentido original.]



 W.G. SEBALD (n. el 18 de mayo de 1944 en Wertach
im Allgäu; m. en Gran Bretaña el 14 de diciembre de 2001)

 OLA DE CALOR EN OCTUBRE

 Desde el paso elevado
 que conduce abajo
 al Puente
 Holland vi
 el disco rojo
 del sol
 alzándose sobre la
 ciudad prometida.

 Temprano a
 la tarde el 
 termómetro
 alcanzó los ochenta
 y cinco y una niebla
 de hierro azul
 colgaba entre las
 resplandecientes torres

 mientras en la Conferencia
 de la Casa Blanca
 sobre el Clima el
 Presidente escuchaba
 a los expertos hablando
 acerca de convertir
 algas verdes en
 combustible limpio y yo estoy acostado

 en el oscurecido
 cuarto de hotel cercano
 a Gramercy Park
 soñando a través
 del rugir de Manhattan
 con un gran río
 precipitándose
 a una catarata.

 Por la noche
 en una recepción
 permanecí junto a una
 ventana francesa abierta
 y sentí lástima por
 el árbol tullido
 que crecía en una
 cuba en el patio.

 Prácticamente defo-
 liado era de
 una especie 
 incierta, su tronco
 y sus ramas
 envueltos con
 hilos de pequeñas
 lámparas eléctricas.

 Una mujer joven
 vino hacia mí
 y dijo que aun-
 que de vacaciones
 había pasado
 todo el día en
 la oficina
 la que al revés

 que su departamento tenía
 aire acondicionado y
 estaba frío como la
 morgue. Allí,
 dijo ella, estoy
 feliz como una
 ostra abierta
 en un lecho de hielo.


 [Un título anterior de este poema lo sitúa, preciso, en
el tiempo: "6 de octubre de 1997". 85°F equivale a casi 
30°C]




 El poema de Cohn, "Residencias", se me asoció con este 
de Konstantino Kavafis, llamado "Las cuatro paredes de
mi habitación"

 No amo la pobreza de estas paredes.
 Mis amigos merecen 
otras más adornadas, más elegantes,
 y una más confortable habitación.

¿Pero qué significa que son pobres?
¿Acaso no tienen una cierta nobleza?
Y no es por el lujo que las cubra por lo que encuentro
                                                amor en ellas.
 No son como al gente que sólo la apariencia valora.

Además, ellas saben que mis cosas
no durarían eternamente,
ni aun en mí. Mis alegrías y mis penas
y todo cuanto realizo en este mundo

rápidamente pasará. Las viejas
paredes son indiferentes a los halagos.
Ellas tienen ya una larga vida
¿y qué van a pedir de la mía, tan corta?

No es que me guste especialmente Kavafis. De hecho,
me resulta más interesante el poema de Cohn, pero me
sigue pareciendo que hay una relación entre ambos.


FUENTES


Para Cohn, Kunert y Enzensberger, German and French
Poetry. Modern Poetry in Translation, N° 16, 2000.
Para Sebald, "Across the Land and the Water. Selected
Poems, 1964-2001." Hamish Hamilton, 2011.

 El poema de Kavafis proviene de "Poesías Completas",
en la versión de José María Álvarez, que editó Hiperión
en 1995.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

jueves, 12 de abril de 2018

3 POETAS DE KOSOVO

 Kosovo, término que se ha convertido en el habla coti-
diana en sinónimo de desastre -"la habitación de mi hijo
parece Kosovo"- es un pequeño estado que se declaró in-
dependiente de Serbia en 2008, con el apoyo de Estados
Unidos y de la Unión Europea, pero que para Serbia si-
gue siendo parte de su territorio. La mayoría de la pobla-
ción de 1,8 millones de habitantes es de origen albanés.
Los poemas que presentamos aquí fueron escritos en esa
lengua. Fue por la llamada "Guerra de Kosovo" que una
alianza de países occidentales decidieron bombardear
Serbia, gobernada en ese entonces por el temible Milose-
vic. Desde entonces es un territorio en litigio. 112 sobre
193 países de las Naciones Unidas, apoyan la indepen-
cia de Kosovo, que tiene obvias connotaciones geopolí-
ticas. Después de múltiples contingencias, finalmente en
abril de 2013 se llegó a un acuerdo firme que parece con-
ducir al reconocimiento de la independencia de Kosovo 
por parte de Serbia.


 ABDULLAH KONUSHEVCI (n. 1958 en Pristina, la ca-
pital de Kosovo. Estudió en la Universidad de Zagreb, y
trabajó muchos años como periodista. Tradujo a Heming-
way al albanés.)

  PESADA CARGA, TU FRÁGIL CUERPO

 Con mi roído hígado,
 Con mis azotados pulmones,
 Con mis dedos manchados y alquitranados de nicotina,
 Ya no le sirvo a nadie.

 No puedo creer
 Que serías tan tonta
 Como para concederme tu amor.

 No sé qué hacer
 Con mi insomnio.
 Con aquellas sombras de los amigos caídos.

 Pesada carga,
 Tu frágil cuerpo.




 FLORA BROVINA (n. en 1949, trabajó muchos años en
el servicio de pediatría del Hospital General de Pristina. 
En 1999 fue secuestrada por pistoleros serbios enmasca-
rados y pasó el siguiente año y medio en una prisión ser-
bia, antes de que la presión internacional lograse su libe-
ración. )


 EL AÑO 1981

 El hedor y y rechinar mecánico se desparramaron,
 La música de las calles se refugió en los suburbios,
 La pequeña niña se raspó la rodilla, sal de acá y no llores,
 De amplios ojos emergió de la multitud,
 Entrando a la carrera,
 La arena invisible, torero y toro,
 Olé, olé, olé,
 El peso del tanque deja huellas en el asfalto,
 Olé, olé, olé,
 Corre hacia adelante
 Y lo sujeta por la cabeza,
 Cubriéndolo 
 Con un trapo rojo,
 La máquina, ahora cegada por el águila,
 Está aturdida
 Y desorientada.
 Qué negra belleza,
 Macetas vacías
 Caen en cascada desde los balcones.
 Rakatak, rakatak,
 Rakatak, rakatak.
 Tú en la niebla
 Plantas flores artificiales.
 El policía grita y anota tu dirección
 Mientras custodia las destrozadas macetas
 Y las huellas del tanque en el asfalto.



 EQREM BASHA (n. en 1948, nació en Macedonia, pe-
ro ha pasado la mayor parte de su vida en Pristina. Autor 
de varios libros de poesía, ha trabajado en la industria edi-
torial.)


 EL RUISEÑOR CANTA

 Quién es ese pájaro que canta solo en una rama
 Y dónde está su bandada
 Cuál es el canto quejumbroso
 Y cuál es la estación

     El pájaro tiene una voz versada
     En cantar desde una rama solitaria
     Sin amigos ni familia
     Ha venido a la tierra por las suyas
     Con una flauta en el pico y angustia
     Que no es ni una herida
     Ni un canto

 Qué es ese duelo tan cercano que nos pertenece
 Canta para nosotros ruiseñor canta



 Las versiones al inglés fueron hechas por Robert Elsie.

FUENTE

Wayne Miller and Kevin Prufer. New European Poets.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
Graywolf Press, 2008.

viernes, 6 de abril de 2018

ORÍGENES DE LOS SERES SEGÚN TRIBUS AMAZÓNICAS



                                      Foto: Sebastiào Salgado

 La belleza de estos mitos-relatos reside, a mi entender,
en la mezcla de originalidad de las ideas, junto a la inge-
nuidad casi infantil de su desarrollo. Algunos han dicho,
tal vez con fundamento, que los indios amazónicos, aho-
ra diezmados por el asedio codicioso del hombre blanco,
eran los seres más felices de la tierra. Una de las razones,
no menor por cierto, es que no tuvieron que trabajar. Los
hombres pescan, cazan y recolectan, las mujeres recolec-
tan y cocinan. La naturaleza es prodiga, pero a su vez o-
bliga a esfuerzos, como sucede en la larga temporada de 
lluvia, que eleva en varios metros el nivel (inundado) del 
suelo.
 La convivencia con la naturaleza, junto con los ritos y 
creencias que se repitieron a lo largo de siglos sin mayores
cambios, han generado una visión del mundo muy com-
pacta en estos centenares de tribus. Es una cultura chamá-
nica. En muchos casos los chamanes apelan a drogas alu-
cinógenas, como la ayahuasca, entre otras, para iluminarse
acerca del origen de un mal (enfermedades, por ej.) y de 
su posible cura.



 Indios SHIKRIN (Norte del Amazonas)

EL DESCENSO DEL CIELO

Allá arriba en el cielo un indio cavó en un agujero de arma-
dillo en el suelo. [Supuestamente para capturar al animal]
El armadillo cayó a través del agujero.
Mirando a través del mismo, el indio vio esta tierra, con
muchas palmeras de buriti. Era nuestra tierra, la sabana.
Todos los indios se ataron con un cinturón de algodón rojo
y negro.
Lo ataron a un árbol y descendieron.
Habiendo alcanzado la tierra cortaron el cinturón, y el vien-
to se lo llevó.
No permaneció nadie allá arriba.



 Indios XERÉNTE (o SHERENTE) del Río Tocantins

 EL ORIGEN DE LAS MUJERES

 En el comienzo no había mujeres, sólo hombres. Estos
practicaban el coito homosexual. Uno de ellos se embarazó
a resultas de esto, pero no pudo dar a luz y murió.
 Una vez unos cuantos hombres que se acercaban a un arro-
yo vieron en él el reflejo de una mujer que estaba sentada 
muy alto en las ramas de un árbol que había junto al agua.
Confundieron el reflejo con la realidad y durante dos días
intentaron en vano aferrarlo. Al final uno de ellos miró ha-
cia arriba y espió a la mujer que estaba arriba del árbol. La
bajaron y dado que cada uno quería tenerla, la cortaron en
varios pedacitos, cada uno de ellos envolvió un pedacito y
lo envolvió en una hoja y lo clavó en la pared de pasto de
su casa. Entonces todos se fueron a cazar.
 Cuando llegaban a casa enviaron por delante a un mensa-
jero, que entró y vio que los trocitos de carne se habían con-
vertido en mujeres. El puma, que había tomado un pedazo 
del pecho, obtuvo de ese modo una muy linda esposa. El
seriema [una especie de los pájaros], por otro lado, que ha-
bía retorcido su tajada muy apretada, obtuvo una esposa
muy flaca. Pero cada hombre tenía ahora una mujer, y la
próxima vez que salieron a cazar llevaron a sus mujeres
consigo.



 Indios BOROROS (De la amazonia de Mato Grosso)

 LA VIDA DEL HOMBRE

 Un día una piedra y una caña de bambú estaban discutien-
do acerca de a cuál de los dos debería parecerse la vida del
hombre en la tierra. El diálogo fue más o menos así:
 "La vida del hombre debería parecerse a la mía para que él
tenga una vida tan larga como la mía", dijo la piedra. "¡No,
no! La vida del hombre debería ser como la mía. Yo muero,
pero pronto regreso a la vida", contestó la caña. "Pero no 
puede ser así", dijo la piedra, "yo no me doblo con el viento
o con la fuerza de las lluvias; el calor no me molesta; mi vi-
da es larga y, por cierto, no tiene fin; y más aún, no sufro
ninguna pena ni dolor."
 Dijo la caña: "No. Como es la mía, así debería ser la vida 
del hombre. Infelizmente, he de morir, pero vivo de nuevo
en mis hijos. ¿No es así? Mira a mi alrededor. Y como mis
hijos, así sus niños tendrán una piel suave y blanca."
 La piedra no supo qué contestar y se alejó enojada. Así la
vida del hombre se hizo similar a la de la caña.



 FUENTE

 Estos textos provienen de copias que hice en los tiempos
en los que frecuentaba la biblioteca de Antropología de la
calle México, en Buenos Aires. Lamentablemente no he 
registrado de qué libros provienen.
 Lo único que puedo hacer es mencionar la forma abrevia-
da en que aparecen las fuentes en esos textos.
 Bororos: "Colbacchini y Albisetti, 1942, pp. 260-261."
 Shikrin: "Vidal 1977, p. 206."
 Xerenté: "Nimuendajú 1944, p. 186."

 En las selvas y sabanas amazónicas existen varias grandes
familias lingüísticas. Tanto los Xerénte como los Shikrin
hablan lenguas derivadas de la familia Gê. Algunos mitos
Gê son muy breves y anecdóticos, incluso graciosos. 
 Anoto aquí unos pocos.

 VEGETALES RUIDOSOS

 Desde su campamento de caza la gente envió a un mensa-
jero al poblado para que viese si los vegetales estaban ma-
duros. Mientras el mensajero se iba acercando, escuchó 
gritos. Las papas, las sandías, los zapallos y las batatas es-
taban celebrando un festival. Él se quedó a mirar y aprendió
sus juegos y sus cantos.


 ¿POR QUÉ NO VINIERON ANTES?

 El Sol y la Luna se convirtieron en dos grandes peces y en-
gañaron a algunos pescadores haciendo que les disparasen
todas sus flechas. Después les devolvieron las flechas a los
pescadores, quienes dijeron: "¿Por qué no vinieron antes,
con todas sus flechas? Podrían habernos ayudado a atrapar
dos grandes peces." "Ah", dijeron el Sol y la Luna, "¡qué
lástima!"


 EL ORIGEN DE LA RISA

 Un murciélago amistoso, incapaz de hablar pero deseoso
de comunicarse, acarició a un hombre con sus manitos
frías y sus largas uñas. Cosquillado, el hombre se rió, y es-
ta fue la primera risa que se escuchó en el mundo.



 FUENTE
 John Bierhorst. The Mythology of South America. Wi-
lliam Morrow & Co., 1988.




 Cuando llegaron los colonizadores a América, había en
estas selvas y sabanas unas 2000 tribus, que representaban
alrededor de 11 millones de indígenas.
 Las selvas y sabanas estaban habitadas por estos indígenas
desde hacía no menos de 12 mil años.
 En el primer siglo de la colonización, murieron el 90%
de estos primeros pobladores de América, la mayor parte
de ellos por enfermedades infecciosas para las que no te-
nían defensas.
 Pero esa no fue la única razón de su extinción. Hablamos
del mayor genocidio de la historia de la humanidad.
 Durante los últimos cien años, se ha ido extinguiendo una
tribu por año.
 Todavía existen unas 80 tribus que no han tenido contacto
con el hombre blanco. El mayor número de indígenas en
esa condición del planeta.
 Esas culturas extremadamente ligadas a la naturaleza, han
domesticado la mandioca hace 5 mil años.
 Uno de sus pueblos, los Yanomamis, cultiva unas 500
plantas distintas, para alimentos, medicinas, materiales de
construcción, etc.
 Los indios fueron quemados, envenenados, dinamitados,
muertos a machete, esclavizados.

 El fiscal Figueiredo confeccionó un lapidario informe de
7000 páginas en 1967, en el cual describió miles de atro-
cidades y crímenes contra los indígenas.

 Aún en nuestros días, los indígenas de Brazil sufren una
fuerte discriminación social y existen unas 200 organiza-
ciones de aborígenes luchando por sus derechos.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)