jueves, 13 de agosto de 2020

EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO: SOBRE LA NATURALEZA





 SOBRE LA NATURALEZA

 FRAGMENTOS 1-10

 1

 Oye, Pausanias,
            hijo de Ankhitos el Sabio:

 2

 Nuestros cuerpos están tunelados
         con órganos miopes de los sentidos,
 los estímulos nos bombardean, el dolor
         desafila el filo de la mente.
 Vislumbramos nuestra momentánea porción de existencia

 y con relampagueante fatalidad
       derivamos hacia arriba como el humo y nos dispersamos

 cada uno creyendo
  solo lo que ha hallado en sus aleatorios encuentro
 Y orgullosamente imaginando haber encontrado

       el Todo.

 Bueno, no puede verse
       no de esta manera
     no puede ser oído
 no puede ser captado por la mente humana.

 Y tú, en este retiro, solo aprenderás
 lo que el pensamiento humano puede alcanzar

 3

 pero guárdalo en un corazón silencioso.

 4

 Están locos, ¡Oh dioses,
     alejen su locura de mi lengua!
 Desvía una pura primavera
       a través de mis santificados labios,
                  Y tú
 virgen de blancos brazos a quien muchos desposarían
                  Musa de todos
 que es legítimo que los mortales oigan:
 Llévame en tu carruaje con sus delicadas riendas
 tan lejos como sea legítimo desde el lado de la Devoción.
 Las mortíferas flores de la fama
             nunca podrían tentarte
             a ti, Diosa,
          a arrancar esas flores
    decir con audacia más de lo que es correcto
 o entronizarte sobre las cimas de la Sabiduría.

 Y ahora: Comienza a usar cada facultad
      para ver cómo cada cosa es clara.
     Tienes visión pero no confías en ella
          más que en tus oídos,
     ni atronador ruido
          más que el sondeo de tu lengua,
 No revises ninguno de los medios de percepción de tu cuerpo
 Pero toma nota constante de la claridad de las cosas.

 5

 Y aunque los inferiores desconfían de sus maestros profunda-
                                                                         [mente
 debes obtener el conocimiento
                        que nuestra Musa valida y ordena
 Pero antes
     tamiza estas palabras a través de las vísceras de tu ser.

 6

 Aprende primero las cuatro raíces de todo lo que es:
ZEUS (un blanco titilante)
          HERA respira-vida
 AIDONEUS (invisible)
    y NESTIS
   cuyas lágrimas forman el estanque de la mortalidad

 7

           increado

 8

 Y te diré esto:
 No hay naturaleza-propia
    en nada mortal
    ni finalidad alguna
        en la desconstrucción de la muerte 
 Solo hay
         la fusión, el cambio
                    y el intercambio
       de cosas que se han fusionado
 y su naturaleza-propia es solo
       una cuestión de palabras

 9

 Los elementos se combinan y mezclan,
           forman humano bestia arbusto o pájaro
 surgiendo en el aire brillante
     pero "originar" es solo una palabra.
 Y cuando los elementos se desenlazan
      hablamos de "muerte" y de "triste destino",
 el lenguaje no de acuerdo con la Naturaleza, solamente
       una convención, pero útil como tal, así que

 10

 : Muerte     la vengadora



EMPÉDOCLES es un poeta griego, filósofo, hombre de esta-
do, científico, doctor y místico que vivió probablemente entre
493 y 433 a.C. Ciudadano de Acragas (Agrigento) en Sicilia.
Una buena parte de sus datos biográficos son legendarios, fic-
ticios y hasta milagrosos, pero es casi seguro que fue un ardien-
te demócrata, a quien se le ofreció el reinado y lo rehusó. 
Escribió dos poemas importantes: Purificaciones y Sobre la
naturaleza, del cual provienen estos fragmentos. En total repre-
sentan 5 mil hexámetros, pero sólo han sobrevivido 100 versos
del primero y 350 del segundo.
Sobre la naturaleza fue escrito como la primera crítica "plura-
lista" a la filosofía de Parménides, que declaró que el ser real
es indivisible, inmortal, e inmóvil. Empédocles acuerda con
las dos primeras afirmaciones, pero rechaza la creencia de 
Parménides acerca de la unidad inmóvil. Afirma que esa uni-
dad jamás existió, y que hay, en cambio, cuatro formas eterna-
mente distintas de materia: el Fuego, el Aire, la Tierra y el A-
gua, a los que presenta en la guisa mitológica y divina como
Zeus, Hera, Aidoneus y Nestlis. Todas las cosas, dice Empédo-
cles, consisten en estos cuatro elementos irreductibles e indes-
tructibles. Cuando alguien dice que algo "nació" o "murió", to-
do eso es en realidad parte del proceso de remodelación, recons-
trucción, una nueva combinación de los elementos primarios. 
Las dos fuerzas que mueven este proceso son: el Amor (o Afro-
dita), el principio de unificación, y la Lucha (o Ares), el princi-
pio de división- y los procesos cósmicos serían un desarrollo
cíclico en el que cada una de estas dos fuerzas predomina a su
turno. 


 FUENTE Stanley Lombardo, Parmenides and Empedocles.
The Fragments in Verse translation. Grey Fix Press, 1979.
Reproducido por Jerome Rothenberg and John Bloomberg-
Rissman, Barbaric Vast & Wild. A Gathering of Outside and
Subterranean Poetry from Origins to Present. Black Widow
Press, 2015.

Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)