Y eso que el Soviet ya había disuelto sus fronteras y absor-
bido tierras y humanos.
ESTONIA
MARIE UNDER (1883 -año kafkiano- 1980)
Al no haber sido traducida a las lenguas occidentales, éstas
han perdido a una de las mayores poetas del siglo.
SOLA CON EL MAR
Los haces de centeno están apilados.
Todo el mundo se está yendo.
El techo del carruaje está levantado.
El viajero de atrás
igual que el cochero de adelante
está pensativo, silencioso.
Nadie se demora en la orilla,
ni un alma.
Es mejor de esa manera.
Sólo las rocas y el agua,
las únicas huellas las hacen mis zapatos.
La gaviota llama.
Es duro. Sé porqué.
El viento rasga el agua.
Y la abeja toma de la última flor,
que se hamaca en una rendija,
la miel final.
Así camino lejos
a lo largo de la orilla blanca
hasta que de pronto veo
a mis solitarios exploradores pies
en el océano infinito. Me paralizo como una piedra.
Y me detengo, como si estuviese cara a cara con Dios.
LETONIA
AINA KRAUJIETE (n. en 1923)
CHICAS DE CIUDAD
Las chicas sangre-pálida
de la ciudad se estiran alto
en las ventanas y
con dedos delicados como pétalos de crisantemos Fijianos
las arrojan
cerradas y abiertas.
Sus figuras no dejarían huellas suaves en las arenas
de la playa, y la blandura amable no las aguarda
en una dicha de-a-dos.
Nerviosas, como si perturbadas por sobre-seguro sueño, ellas
palpan flores bordadas en las cortinas y escuchan tensamente
cómo los pasos reverberan
escaramuzan
sobre las escaleras
andan a grandes pasos y -
se deslizan
más allá de la puerta. Carentes de pasión
sus bocas como pálidos
capullos de cardo se adhieren suavemente a la palma
para no hacerse oír.
Innecesarias
para sí mismas, e inservibles para el nunca oscuro bulevar,
las chicas de sangre-pálida
de la ciudad se marchitan en las ventanas y
las lanzan
abiertas y cerradas.
ASTRIDE IVASKA (1926- )
K.H.
Fuiste el primero de nuestros amigos
del verano en partir.
Entre tu casa y el granero
todavía están los bosques-
esbeltos abedules y los enebros
en sus erizados tapados de piel
contra frescos brotes de pinos
apretados en la oscuridad.
Lechos de frutillas descansan bajo la nieve,
el halcón que fue colgado como espantapájaros
se endurece. La vida ha despegado con alas enceradas.
El torno dormita en el granero,
bloques de madera de abedul inusados
palpan alrededor con sus ojos ciegos.
En esta isla congelada en nieve, el crepúsculo se asienta.
Cada día a esta hora
en los alféizares, los armarios, los estantes,
las grullas
estiran sus cuellos y suavemente
comienzan a llamar en el silencio.
LITUANIA
JANINA DEGUTYTE (1928-1990)
ESTUDIO EN CRISTAL
Los campos lluviosos están vidriados de hielo.
La tierra se ha convertido en cristal. ¿Qué pasa si se rompe
bajo el frío y vidrioso cielo?
Esta mañana de invierno es tan filosa y clara
como el cristal quebrado
punzando el interior de la mano que aferra.
Mira,
debajo de tu piel
la sangre y el deseo fluyen,
una nube de rojo.
Fuente:
Emery GEORGE. Contemporary East European
Poetry. An Anthology. Oxford Univ. Press, 1993.
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