lunes, 4 de marzo de 2019

CUATRO POETAS SERBIOS: LJILJIANA DJURDJIC, NOVICA TADIC, ZVONKO KARANOVIC Y ANA RISTOVIC


 LJILJIANA DJURDJIC (n. en 1946)

 LLEVO MI OVEJA NEGRA DE VUELTA A SU MA-
NADA

 Llevo mi oveja negra de vuelta a su manada
 Para que sus madres-ovejas puedan lamerla, amamantarla,
      [y hacerla beber,
 Y que le saquen el barro, el moho, los cardos, y la humedad,
 Las arenas del desierto y el hollín de sus ojos de oveja
 Para que pueda volver a mirar en el dorado verdor,
 En los ojos maternos de sus progenitoras ovejas

 Llevo de vuelta mi oveja negra a su manada
 Para que pueda volver a ser blanca, pura, e infinitamente
           [la misma,
 Con un cuello listo para el sacrificio ritual
 Sobre la insaciable embarcación de arcilla
 Repleta de sangrienta comida de los dioses

 Llevo de vuelta mi oveja negra a su manada
 Para poder ver su cabeza volar,
 Su cabeza del viejo testamento en su arqueado cuello-de-
            [oveja,
 Para escuchar su generoso corazón de oveja latiendo
 Y contando mi tiempo, tu tiempo, ¿el tiempo de dios-sabe
            [quién?
 ¡El tiempo de la matanza universal!





 NOVICA TADIC (n. en 1949)





 ANTISALMO


 Desfigúrame, Señor. Ten piedad de mí.
 Cúbreme de chichones. Recompénsame con ampollas.
 En la fuente de las lágrimas abre un manantial de pus
               [mezclado con sangre.
 Retuerce mi boca y dala vuelta. Dame una joroba. Tuérceme.
 Haz que los lunares excaven en mi carne. Deja que la sangre
 envuelva mi cuerpo. deja que sea así.
 Que todo lo que respira me robe el aliento a mí,
 que todo lo que bebe sacie su sed en mi copa.
 Echa todos los gusanos sobre mí.
 Deja que mis enemigos se reúnan a mi alrededor
 y se regocijen, honrándote a Vos.

 Desfigúrame, Señor. Ten piedad de mí.
 Ata todas las culpas alrededor de mis tobillos.
 Ensordéceme con ruidos y delirios. Sostenme 
 sobre cada tragedia.
 Sobrepujame con miedos e insomnio. Rómpeme.
 Abre los siete sellos, deja salir las siete bestias.
 Deja que cada una paste en mi monstruoso cerebro.
 Echa sobre mí todos los males, todos los sufrimientos,
 todas las miserias. Cada vez que amenaces 
 apunta tu dedo a mí. Así, así, mi Señor.
 Deja que mis enemigos se reúnan a mi alrededor
 y se regocijen, honrándote a Vos.


 JUGUETES, SUEÑO

 Esta noche nació mi madre

 su llanto infantil
 llenó nuestra casa
 en las afueras

 bañada y tan limpia
 la envolví
        en un pañal
 y la acosté en una cuna

 desde el rincón traje
 juguetes
    soplé dos veces
 una trompetita de plástico

 Hice que el caballo de madera negra se meciera



 ZVONCO KARANOVIC (n. en 1959)

 MELANCOLÍA

 Es casi indoloro
 como la soledad
 como el olor del pelo rubio recién lavado
 que se percibe casualmente al pasar
 las flores de agua siguen muriendo
 hasta que una
 vive para ver la mañana
 y entonces desaparecen
 te contaré alguna vez
 acerca de las coronas de flores
 que dejamos 
 en cada abedul
 perdido en la niebla
 en un camino embarrado en algún lugar del campo
 acerca de la chica cuyas manos tiemblan en la luvia
 durante siete largos años
 estaba buscando a mi hermana
 y la encontré a ella una tarde
 detrás de la primera hilera de libros
 sobre plantas
 su voz era metal
 ella tragaba monedas
 y bisagras
 con chocolate
 nunca nos conocimos
 ella dormía en la cáscara de la nuez
 y decía que las conversaciones no son 
 otra cosa que largos adioses
 solía entrar a mi cuarto a menudo
 y me tocaba el pelo hasta
 que ella se convertía en polvo
 en manos que tiemblan en la lluvia.



 ANA RISTOVIC (n. en 1972)




 NIEVE EN TUS ZAPATOS

 Uno no construye una casa juntando cubiertos
 aunque unas cuantas cucharas de más
 vienen bien a veces.

 Uno no construye una casa con cortinas nuevas
 aunque vistas diferentes 
 de vez en vez
 deberían estar protegidas por telas nuevas.

 Para que una casa sea una casa, entre otras cosas
 se necesitan un montón de cosas
 a las que con gusto renunciarías
 de antemano.

 Escucha lo que dicen los esquimales:
 para construir un buen iglú,
 durante años debes traer
 nieve en tus zapatos.

 Y un alfiler de gancho, olvidado
 en el cuello de tu saco,
 cerca de la yugular.


  NOTICIAS DE LOS AUTORES

 Ljiljiana Djurdjic estudió filología en la Universidad de
Belgrado. Además de ser una poeta muy reconocida, son
excelentes sus trabajos como traductora, en especial de Sil-
via Plath y de otros poetas estadounidenses

 Novica Tadic nació en un pequeño pueblo en Montenegro,
y vivió en Belgrado la mayor parte de su vida. Es uno de los
mayores poetas serbios del siglo XX. Charles Simic lo ha
traducido al inglés. 

 Zvonco Karanovic nació en Nils, Serbia y vive en Belgrado.
 Es autor de varias colecciones de poesía y al menos dos no-
velas.

 Ana Ristovic nació en Belgrado, ha publicado varios libros
de poesía y ha sido traducida a muchos idiomas. Multipre-
miada como poeta, es también editora.



 FUENTE 

 Wayne Miller and Kevin Pruffer. New European Poets.
Graywolf Press, 2008.
 Charles Simic. The Horse has Six Legs. An Anthology of
Serbian Poetry. Graywolf Press, 1992.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


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