domingo, 28 de diciembre de 2014

KAFKA SE SIENTE, KAFKA RECIENTE



Ya habré dicho que Kafka parece inagotable.
 En un tono ciertamente más exagerado, Borges había dicho
que Kafka era más importante que una época. (1)
 Ahora que lo pienso, estoy seguro de haber dicho también
que a Kafka se lo quiere. Como a un hermano. Como a un
prójimo que enorgullece tener. Si Kafka es nuestro prójimo,
entonces...
 Lo mismo sucede con Sebald. Sí, cada uno a su modo. Dis-
tintas épocas y épicas, semejantes éticas y estéticas.

 Ambos autores parecen verdaderos semillares literarios. En
otra parte hablaré de las recientes ediciones de libros póstu-
mos de W.G. Sebald, así como de los numerosos trabajos
críticos que su intensa obra genera.

 Hoy me referiré, en cambio, a diversas obras acerca de Franz
Kafka. Resultaría muy trabajoso reunir la bibliografía comple-
ta de lo que se ha escrito en torno al genial abogado judío che-
co. Esta es, hay que decirlo, la era de la abundancia. Excesiva,
por cierto. Amigos míos han 'bajado' miles de libros de la red.
Lo mismo sucede con la música, la información, la materia ar-
tística.
 El libro y el papel como reductos. Porque todavía puede en-
contrarse en ellos algo que permanece y porque reducen la ina-
gotable abundancia.

 No hace mucho le decía yo a mi hijo (Darshan) que me gene-
raba asombro (y admiración) cómo ciertos tipos habían escrito,
a pluma mojada en tinta, bajo la luz de las velas, teniendo que
corregir y reescribir decenas de veces un tomo de, digamos,
500 páginas, en, digamos también, el siglo XVII. Mi hijo me sorprendió con su respuesta: "Admirable es que hoy, con la
enorme cantidad de tecnología tentándonos, distrayéndonos,
con los miles de libros disponibles, etc, alguien pueda de todos modos, escribir un libro de -digamos- 500 páginas".

 Y bien, estos son algunos de los textos recientes acerca de
Kafka, mi hermano-prójimo, el paradigma del escritor.


 Es cierto que Kafka y las muchachas, fue editado por Edaf,
en Chile, en 2003.



"Viaje con destino incierto. Antes del desastre [su rup-
tura con Felice] (2) pensaba en una estancia en Gleschen-
dorf, a orillas del Báltico, probablemente con Felice. For-
zado a ir solo, se detiene primero en Lübeck, donde se su-
me en un profundo sueño a pesar del estrépito de los tre-
nes bajo las ventanas del hotel. Vaga por el terraplén de
la muralla y se cruza con su doble, <un hombre triste y
solitario en un banco>".

En 2008, Editorial Minúscula de España publica el nota-
ble ensayo de Hanns Zischler llamado "Kafka va al ci-
ne". Allí también se mencionan dos párrafos de sucesi-
vas cartas a Felice, fechadas ambas el 20 de abril de
1913: "¡Si pudiera escribir, Felice! Ese deseo me con-
sume. Ojalá tuviera suficiente libertad y salud, sobre
todo, para ello. Creo que no has comprendido suficien-
temente que escribir es mi única posibilidad de existen-
cia interior." Y un rato después le escribe: "Así pues no
consigo, ni siquiera en la escritura, fijarte ni hacerte par-
tícipe de alguna manera del latido de mi corazón y, por
tanto, no debo esperar nada más allá del escribir".

Este libro es el eje de uno de los capítulos más bellos del
Campo Santo de W.G. Sebald, titulado justamente "Kaf-
ka en el cine". Transcribo en forma casi inevitable algu-
nas partes de ese artículo.
"Querida", escribe a Felice en
relación a una fotografía en la que ella lo mira melancó-
lica, "las imágenes son bellas, no se puede prescindir de
las imágenes, pero son también un tormento." (...)
"Dos años más deambulará por las mismas calles y se
sentirá tan lejos de todo lo vivo como quizá sólo lo es-
taban las figuras que vio en Friedland [donde había ob-
servado a través de un aparato llamado el 'Káiser Pano-
rama' <como figuras de cera fijadas por las suelas de sus
zapatos al pavimento>]. El secreto más íntimo de la me-
tafísica profana es esa extraña sensación de ausencia físi-
ca, provocada por lo que se podría llamar una mirada ex
cesivamente desarrollada." (...)
"El propio Kafka, como es sabido, desconfiaba de todo
utopismo. No mucho antes del final de su vida dijo de
sí mismo que había emigrado del Canadá hacía cuaren-
ta años, y que también la comunidad que de vez en
cuando ansiaba le resultaba en el fondo sospechosa y
no quería otra cosa que ser absorbido por la soledad,
como el agua en el mar."



En 2012 Editorial Acantilado publicó en España el
"Kafka" de Pietro Citati. La edición es bella, como la
gran mayoría de ese sello, pero encuentro poca ori-
ginalidad en el enfoque de este escritor italiano. Se
ha escrito tanto acerca de Kafka que, para abrir otra
obra, ésta requiere un enfoque diverso, teniendo justa-
mente incontables caras la relación vida/obra del autor
de "El proceso". Rescato la descripción del lugar en el
que habitualmente se ubicaba Franz en la casa paterna:
"su habitación, que era un lugar de paso o más bien una
arteria ruidosa que unía la salita de estar con el dormi-
torio de sus padres. Había una cama, un armario, un pe-
queño escritorio con unos pocos libros (3) y muchos cua-
dernos. En las paredes tal vez aún estaban las reproduc-
ciones del piso de la Zeltnergasse: una estampa de El
labrador de Hans Thoma y el vaciado en yeso de un
pequeño relieve antiguo, una ménade danzando mien-
tras blandía un muslo de animal". (...) 
"Con un doloroso cansancio, se echaba sobre el sofá y
miraba las luces. Cuando la puerta de la habitación era
herida simultáneamente por la luz de la antesala y por
la de la cocina, a lo largo de los cristales se reflejaba
una luz verdusca. Si era herida solamente por la luz de
la cocina, el cristal más próximo se tornaba azul oscu-
ro, y el otro de un azul tan blancuzco que en el reverso
esmerilado se diluía todo el dibujo. Las  luces y las som-
bras, proyectadas por la luz eléctrica de la calle, eran
desordenadas, superpuestas y difíciles de discernir en-
tre sí".



  Excepcional es, por otra parte, el libro que reúne di-
versos acercamientos, apuntes, notas, comentarios y
preguntas acerca de Kafka, por Walter Benjamin.
Se llama "Sobre Kafka" y lo publicó Eterna Cadencia,
en Argentina, en 2014. Reúne las cartas que W.B. in-
tercambiara con Werner Kraft, Gershom Scholem,
Bertold Brecht y Theodor Adorno acerca del más
grande escritor checo, además de varios artículos,
proyectos de un libro dedicado por entero a Kafka.
La obra es excepcional porque muestra cuántas re-
flexiones y preguntas ha suscitado tanto en Benja-
min como en sus interlocutores, la obra inmensa-
mente polisémica de Franz K. Esos acercamientos
desde diferentes ángulos, reiterados a lo largo de
los años y de la extensa obra del mismo Benjamin,
es una buena muestra de cómo la búsqueda exhaus-
tiva de la verdad y el auto-cuestionamiento sin con-
cesiones del autor de El Castillo aúna obra y vida,
drama y tragedia de esas décadas europeas.
En "Visión de paralaje", Slavoj Zizek, comenta lo
siguiente: "En su lectura de Kafka, Benjamin se
centra en 'una extensa serie de figuras con el pro-
totipo de la distorsión, la deformidad...' Entre las
imágenes de las historias de Kafka, no hay ningu-
na más frecuente que la del hombre que mueve la
cabeza hacia el pecho: la fatiga de los funcionarios
de la corte, el ruido que afecta a los porteros del
hotel, el cielorraso bajo al que se enfrentan los vi-
sitantes de la galería". Creo que tanto comentador
como comentado, en esta ocasión, se concentran
en pequeños detalles, minucias casi, de los tan nu-
merosos que pueblan la obra de Kafka. Es como si
se la pudiera abordar desde un casi impensable con-
junto, o como si se pudiera, parte por parte, fragmen-
to tras fragmento, entender al fin lo que está ahí pa-
ra no terminar nunca de ser entendido. En este sentí-
do, la obra de Kafka tiene una estructura onírica ma-
ravillosa: se pueden extraer múltiples e interminables
sentidos y apreciaciones de ese universo de sueños
interconectados e inconclusos, sin agotarlos nunca,
sin "llegar" jamás al final prometido. Su gran legado.



 También en la valiosa obra de Luis Gusmán, psicoanalista y
escritor reconocido, "Kafkas", publicada por Edhasa en Bue-
nos Aires en 2014, se escucha, entre sus variadas interrogacio-
nes, el afecto que Kafka despierta. Recorriendo ciertos temas
centrales en la vida/obra de F.K. (pocas veces en la historia
de la literatura se ha producido un entramado tan denso entre
ambas instancias), como los sueños, los diarios, la escritura,
el insomnio, el cuerpo, las cartas de amor, la famosa letra K,
las fuentes, los autores que han escrito acerca de él (Steiner,
Stach, Marthe Robert, Deleuze y Guatari, Hayman, Wagen-
bach, etc), Gusmán nos reabre varias cuestiones; en otras pa-
labras, las devuelve a la escena viva de las preguntas.
Aunque hay una que deja sin tocar, una recóndita, me parece:
Kafka menciona muchas veces en sus diarios y cartas la difi-
cultad que representa para él la escritura. Lo dice de una ma-
nera especial cuando piensa que si escribiera una autobiogra-
fía, ésta fluiría como el mismísimo relato de sus sueños. ¿De
qué clase de dificultad se trata? Un verdadero nudo, diría, que
puede hacernos pensar en la problemática personal de Franz,
pero, como suele suceder con casi todos los temas que aborda,
una pregunta profunda acerca del acto de escribir en sí. (4)



Por fin: numerosas son las relaciones que variados
autores establecen entre los viajes de Kafka y los
de W.G. Sebald. Una de las más notables es la que
se produce entre Vértigo de Sebald y El cazador
Gracchus, de Kafka. En el último capítulo de la
primera obra en prosa importante de Sebald, lla-
mado "Il ritorno in patria", has varios paralelos
entre las experiencias de lugar 'propio' y lugar 'ex-
traño' de ambos autores. Esa pertenencia y no per-
tenencia a un mundo que nunca deja de tener un
'toque' siniestro. (5)


Varios autores. The Undicovered Country. W.G. Sebald and the Poetics of Travel.
Camden Press, 2010.

ANOTACIONES

(1) Dos comentarios de Jorge Luis Borges acerca de Kafka:
a) "Yo estuve en los actos del centenario de Joyce y cuando
alguien lo comparó con Kafka dije que eso era una blasfe-
mia (...) porque Joyce es importante dentro de la lengua in-
glesa y de sus infinitas posibilidades, pero es intraducible."
b) "Mi primer recuerdo de Kafka es del año 1916 cuando
decidí aprender el idioma alemán (...) Fue entonces cuando
leí el primer libro de Kafka (...) Me llamó la atención que
K. escribiera tan sencillo que yo mismo pudiera entenderlo
(...) Después tuve oportunidad de leer El Proceso y a partir
de ese momento lo he leído continuamente."

(2) Las fotos que se suelen reproducir de Felice la muestran
siempre demasiado seria y hasta fea. Por eso incluyo ésta,
publicada por Stach en su célebre biografía de Kafka.


(Queriendo mejorar la imagen de Felice Bauer, sólo logré esta pésima calidad de imagen.
Ya publicaré una adecuada.) (Aunque, si se 'clickea' sobre la imagen, se la ve mejor)




(3) El autor alemán Klaus Wagenbach ha publicado al menos
dos libros acerca de F.K. con una fantástica cantidad de infor-
mación, producto de años de investigación, conversaciones
con las personas vivas que conocieron al escritor checo, y la revisión de archivos acerca del mismo en Praga, París, Viena, Jerusalén y Zúrich. En uno de ellos, el titulado "La juventud
de Franz Kafka" ( Monte Ávila, 1969), transcribe el inventario
de la biblioteca, comentando: "Incompleto, puesto que el in-
ventario fue levantado una década después de la muerte de
Kafka". El inventario ocupa 11 páginas e incluye cientos de
títulos. Luego se agrega la "Biblioteca Verde de Schaffstein", editada por Nicolaus Henningsen, con varios títulos 'curiosos', como las cartas de Hernán Cortés al emperador Carlos V; Vi-
da de los esquimales, por Amundsen; Cartas de un plantador
de café, de Oskar Weber, y El rey de la banana. ¿Qué hicie-
ron en América los herederos de un bessiano vendido del mis-
mo autor.


El otro libro de Wagenbach, una obra estéticamente
muy interesante, se titula "Franz Kafka. Imágenes de
su vida." Galaxia Gutenberg, 1998.



(4) Mi impresión acerca de esa dificultad: creo que
Kafka ha buscado escribir en un estado onírico o,
cuando menos, oniroide. Cuando lo ha logrado -me
parece que Un médico rural es la cumbre de ese in-
tento- se ha sentido identificado con su escritura, sin
dejar de sentirla siempre incompleta (como se siente
con el recuerdo o el relato de un sueño). Mi impresión
es que Kafka necesitaba autohipnotizarce para escri-
bir. Formidable desafío: producir algo que él mismo
no sabía qué significaba, pero que tenía la intensidad,
al tiempo que el carácter difuminado e incierto, al tiem-
po que el contenido de verdad... de un sueño. En ese
mismo sentido, me parece que El Proceso es una su-
cesión de sueños con el mismo eje conductor, mientras
que El Castillo, parece un larguísimo sueño de una sola
tirada. Un ensueño transcripto por Kafka el 25 de junio
de 1914, es tomado por Sebald, quien reinventa el viaje
de K. a Trieste y data la visión el día 14 de setiembre
del 13, la noche de la llegada de Kafka a esa ciudad, en
ese momento austríaca. Creo haber mencionado en otra
parte que en esa ciudad, Kafka podría haberse encontra-
do con Joyce y con Svevo (su secretario), en ese lugar
y en esas fechas  (pero no lo hizo). Agrego otra observa-
ción en este mismo sentido: se ha comentado en varias
ocasiones que cuando Franz les leía sus escritos a sus
amigos, incluyendo la pesadilla que constituye El Pro-
ceso, todos reían con ganas en ciertos pasajes, inclu-
yendo, y en primer lugar, al autor. Mi explicación es
que también un sueño nos suena muchas veces gracio-
so al contarlo. Con una gracia especial, la de la sorpre-
sa de lo que se 'filmó' y de lo absurdo que resulta a la
luz del día


(5) Claves: (Reiner Stach) el cazador Gracchus, de
Gracchio, que en italiano es grajo. La palabra checa
para grajo es kavka.


 La versión en inglés fue publicada por Harcourt, en 2005.
La versión castellana, por Siglo XXI, en 2003.


jueves, 25 de diciembre de 2014

CHICAS CHECAS (4 POETAS DE ESA NACIONALIDAD)

 



SYLVA FISCHEROVÁ (n. en 1963 )


 EL ÚNICO LUGAR

Siempre golpeé
mi cara con un arco de violín
y mi seno con el arco,
me comí la montura
y me convertí en el espacio vacío
dentro del violín; yazgo ahí
con una criatura muerta que llora. Yo no lloro. Yo podría ser
algo como el ámbar, pero
inmaterial, de aire
   profundo debajo de la montaña
   donde el anciano Chino
   obtuvo la visión de cinco soles; pero al día siguiente
   había sólo uno.

El ámbar, como dije, pero sólo
su oro translúcido,
el color del mar que en la mañana
llora
bajo un sólo sol
y un violín. Allí
         nos encontramos a nosotros mismos:
desnudos, sobre una larga
solitaria playa,
         el único lugar
         al cual habremos de pertenecer alguna vez.


IVANA BOZDECHOVÁ (n. 1960)

SUCESO COTIDIANO

De repente estaba frente a mi mesa
sin golpear
con una rosa blanca envuelta en papel
y una pregunta en sus ojos.

La tarde había garuado dentro del anochecer
y el café estaba lleno de gente con humo.
Elegimos cuidadosamente nuestros silencios
hasta que al fin supimos
que aún estando juntos no podremos
curar al mundo.

Así que no tengas miedo de la felicidad
ni de la sonrisa del Castillo de Praga
sobre el cansado río.

Todo lo que dejamos hoy
es el traqueteo del tranvía que parte
porque la rosa está esperando llegar a casa.
Regresa.
Tal vez algo está comenzando.


KATERINA PINOSOVÁ (n. 1973)

De POEMAS DEL LAGO *

Hubo una piedra que fue empujada dentro de mi boca
Desde que me encontré con el cuervo
Le arranqué las plumas
Junto a la primavera profunda
Sólo escuché palabras poco claras
Cuando ascendiendo para observar la corteza del sol ascen-
                                                                                    [dente
Robé semillas de su pico
Por lo tanto debo ser castigada
Me lo haré a mí misma


*Escrito en inglés


KATERINA RUDCENKOVÁ (n. en 1976)

(SI, VIVO DENTRO DEL PIANO)

Sí, vivo dentro del piano,
pero no hay necesidad de que vos
vengas y me visites.


EN NINGUNA PARTE

Cubierta de hojas púrpura
dejaré mis raíces bajo agua.

Abrirás las ventanas, y desde una distancia
oirás los golpes del tiempo en el que
mataban carpas junto a las tinas en invierno.

Te sumergirás en la lectura, ponderando las cosas
como para no pensar en vos mismo

Te sentirás bien dentro de esas voces
con dos oraciones faltantes
la primera hecha de mi costilla,
la segunda de la tuya.


Ivana Bozdechová es lingüista, poeta y traductora. Da clases
en la Universidad Carlos, en Praga. Ha pasado cierto tiempo
invitada en las Universidades de Stanford y de Nebraska-Lin-
coln.

Sylva Fischerová enseña los clásicos en la Univ. Carlos
en Praga. Sus trabajos han sido ampliamente traducidos al
inglés.

Katerina Rudcenková escribe ficción y teatro, además de
poesía. Estudia composición (de canciones) y de guiones
en el conservatorio de Jaroslav Jerek. Ha obtenido premios
por su poesía, entre ellos el Hubert Burda Preis para poetas
jóvenes del Este Europeo, en 2003.

Katerina Pinosová es poeta, gráfica, artista, traductora y
un miembro activo del Movimiento Surrealista Checo-es-
lovaco. Escribe tanto en inglés como en checo.


FUENTE
Wayne Miller and Kevin Prufer. New Eurpoean Poets.
Graywolf Press, 2008.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

sábado, 13 de diciembre de 2014

TRES POEMAS DEL LETÓN ANDRIS AKMENTINS

 


Nacido en 1969, su verdadero apellido es Grinbergs. Es pe-
riodista y director creativo. Ha publicado poesía y cuentos.
Su poesía ha sido traducida a varios idiomas. Él mismo tra-
duce del inglés al letón (uno de los dos idiomas bálticos,
de origen indoeuropeo).

1.

Niebla sobre el Daugava*
como un cuadro holandés
la sombra de un patinador
se desliza lentamente sobre ella

Suelta mi mano
empújate y deslizate levemente
la mayoría no sabe cómo hacer esto
el soltar hermosamente

Qué ligera niebla
rayos afuera hoy
los ojos se derriten
y el cristal de hielo está silencioso

En algún lado puede oírse
un pequeño tlinc
cuando el corazón se parte


* El Daugava es un río que desciende desde Rusia y que
desemboca en el mar Báltico justamente en Riga.


2.

ayer fuimos a las tumbas
contamos los años
cambiamos el agua
arreglamos el gypsum

bajo el banco encontramos un rastrillo
dibujamos un esquema de colinas
para que la muerte no pudiese encontrar las huellas
de nuestra partida


3.

Al lado de mi casa
mi saco cuelga de un tilo
yo también sé cómo no mostrar
lo que estoy pensando

El saco en otoño
no se pone amarillo
ni se cae



¿Está más nuevo que ayer?
notablemente más limpio
acaba de llover

Sólo un tilo sobre esta calle
nunca estará desnudo


miércoles, 10 de diciembre de 2014

CUATRO POEMAS DE ROBERT WALSER

 
                                                   Robert Walser a los 22 años, en Zurich

Robert Walser suele transmitirnos la sensación de que
es un niño perdido. O, sino, un niño confundido, sorpren-
dido, en el mejor de los casos, por la realidad que experi-
menta a través de sus sentidos.
 Este rasgo de su escritura, que aparece de manera muy no-
toria en sus relatos breves -La Rosa, El Paseo, Relatos de
amor, Las composiciones de Fritz Kocher- se convierte en
el argumento mismo de su mayor novela: Jakob von Gunten.
  Siendo muy joven, en Berlín, estuvo durante un mes en
una escuela de criados. Cuenta Carl Seelig, en Paseos con
Robert Walser: "Describe la finura de pajes de muchos de
ellos. El ayuda de cámara de un conde lo contrató para tra-
bajar en un palacio de Alta Silesia, situado en lo alto de una
colina. Robert tenía que limpiar los salones, pulir las cucha-
ras de plata, sacudir las alfombras y servir, vestido de frac,
como "Monsieur Robert". Se quedó allí un semestre. Luego
describió la escuela de criados en su diario Jakob von Gun-
ten."


                                                        En Berlín, a los 27 años.

 Esa posición aparece también en una conversación con el
mismo Seelig, en diciembre del 49: "Cuando los artistas no
mantienen una relación de tensión con la sociedad, se para-
lizan con rapidez. No pueden dejarse mimar por ella, por-
que entonces se sienten obligados a plegarse a las circun-
tancias dadas. Nunca, ni siquiera en los períodos de mayor
pobreza, me dejé comprar por la sociedad."

 Los poemas cuyas versiones presento provienen de una
edición bilingüe; el editor del libro es Luzius Keller, y
la obra lleva el título de Modern and Contemporary Swiss
Poetry.


 HACIA ADELANTE

 Yo quería detenerme,
me volvió a impulsar,
pasados árboles negros,
sin embargo bajo los árboles negros
yo quería parar un poquito,
me impulsó de nuevo,
pasando verdes prados,
sin embargo junto a los verdes prados
yo sólo quería parar,
me impulsó de nuevo,
pasando pobres casuchitas,
en una de esas casuchitas
yo querría parar,
observando su pobreza,
y cómo su humo
se eleva calmadamente hacia el cielo,
ahora me gustaría parar por un buen rato.
Dije esto y me reí,
el verde de los prados se rió
el humo se elevó sonriendo humosamente,
me impulsó una vez más.
                                                                                    BP

[El término que utiliza Walser para la frase-eje de este
poema es trieb, el mismo que utilizara Freud para deno-
minar a la pulsión y diferenciarla del instinto. La pulsión
como algo que empuja (drive, en inglés), impulsa, justa-
mente, como en la impulsión, la compulsión, la repetición.]


Y SE FUE

Él se quitó suavemente el sombrero y se fue,
así se dice del hombre que es caminante.
Peló a los árboles de sus hojas y se fue,
así el austero viento de otoño.
Ella repartió sus clemencias con una sonrisa
y siguió su camino real, la reina.
Noche tras noche golpeó a la puerta
y se fue, esto de un corazón roto.
A su corazón él apuntó sollozando y se fue,
así se dice del hombre malogrado.
                                                                                    RM



AL LADO

Tomo un paseo; me lleva
un poco lejos, un poco ancho
y a casa; entonces sin
sonido ni palabra, solo,
estoy al lado de mi mismo.
                                                                                    RM

CUPLÉ

Soy vergonzosamente negligente al no haber leído un
     solo tomo de Marcel Proust;
hasta este día no conozco ni el más pequeño pedacito de
     lo que este eminente hombre ha producido.

Me crucé con algunas ilustraciones de las Casas Augsburg
     Fugger en una revista en alguna parte
y en relación con ellas me inundó el floreciente estado
    de los asuntos comerciales Germanos.

La silla de la que una chica acaba de levantarse, yo ví,
    mis amigos, prácticamente extasiado
sin ninguna otra razón que el placer que contiene en su
    inherente tendencia a prestar servicio.

En una iglesia escuché a un cantor cantar, tan indeciblemen-
    te precioso fue que siento que debo confesar
que me sentí al principio austero y puro como nieve recién
     caída, entonces de pronto
     ablandado, como si me evaneciera.

Recibí una desconcertante carta esta mañana, el autor de la
     cual estaba profundamente ofendido.
Sobre la fuerza de su contenido, que no pretendía apaciguar,
     caí rápida y profundamente dormido.

La tensión entre los deseos de la vida y la urgencia creativa
     raramente me han indispuesto;
la naturaleza y un vaso de vino en una taberna rural han sido
     suficientes para equilibrarme en mí más bien amablemente.

Tolstoi murió de este displacer: que la vida que él amó ya no
     la saboreaba;
para él, la simple tragedia, la seca comedia de un poeta-prín-
    cipe como Shakespeare rencoreaba.

Oh, la florida inmortalidad de Heinrich Heine, el hombre ha-
    bía de verdad sido tan incompletamente.
Mientras que Miss Vida Social le reprochaba, lo llamaba co-
    rrupto, con la Dama Más Allá él estaba limpio.
                                                                                             RM

 

                                                  Retrato de RW hecho por su hermano Karl

FUENTE
Luzius Keller. Modern and Contemporary Swiss Poetry.
  Dalkey Archive Press, 2012. Las versiones en inglés co-
  rrespoden a Burton Pike (BP) y a Reinhard Mayer (RM)
La versión original en alemán, es Gedichte und Dramole-
tte. Verlag Helmut Kossodo, Genf & Hamburg, 1971.

Las fotos pertenecen a un libro muy bello de Jürg Amann:
Robert Walser. Una biografía literaria. Siruela, 2010.

lunes, 8 de diciembre de 2014

AMOR Y NOSTALGIA: 22 POEMAS CHINOS


 


 Muchos han afirmado que prácticamente no existen
poemas de la antigüedad china acerca del amor. Pero no
es verdad. Aunque los defensores de esta idea hayan afir-
mado que los poemas aparentemente amorosos son, en la
tradición confuciana, alegorías políticas. Dejo a criterio
del lector la validación de esa postura o la sonrisa leve-
mente irónica.
 Ya desde El libro de las Odas, aparecen numerosos poe-
mas de amor en la literatura china.
 En cuanto al criterio para la traducción de esta poesía,
ya he escrito algo. Kenneth Rexroth elige la vía poética,
como la suya, la de Ezra Pound, la de Judith Gautier o la
de Amy Lowell, ninguno de los cuales tenía una importan-
te formación en cultura china, aparte del hecho de que no
conocían bien el idioma.
 Otra vez le doy paso a la opinión del lector.


 NOCHE SIN FIN (Anónimo, Seis Dinastías)

Noche sin fin. No puedo dormir.
La luna llena resplandece allá arriba.
Muy lejos en la noche oigo que alguien llama.
Sin esperanzas contesto, "Sí".


 LILAS ACUÁTICAS FLORECEN
 (El Emperador Wu, de Liang, 464-549, también llamado
Hsiao Tsu Yun)

Lilas acuáticas florecen en el Gran Río.
Rojo brillante sobre el agua verde.
Su color es el mismo que el de nuestros corazones.
Sus raíces toman un desvío.
Las nuestras no pueden ser separadas.


 UN PESAR EN EL HARÉN
(Wang Chang Ling, s. VIII)

Flores marchitas en el amplio patio.
El musgo se arrastra hacia el gran salón.
De ambos lados todo ha sido dicho hace ya mucho.
El olor del perfume aún subsiste en el aire.


CREPÚSCULO DE OTOÑO EN LAS MONTAÑAS
(Wang Wei, 701-762)

En las vacías montañas luego de la lluvia nueva
La tarde es fresca. Pronto será Otoño.
La brillante luna resplandece entre los pinos.
El arroyo de cristal fluye sobre los guijarros.
Muchachas regresando a casa de lavar en el río
Susurrando a través del bosquecillo de bambú.
Las hojas de loto bailan detrás del bote del pescador.
Los perfumes de la Primavera han desaparecido
Pero mis visitantes los recordarán por largo rato.


REGRESANDO DE NOCHE A LU-MEN
(Meng Hao Jan, 689-740)

Puedo oir sonar la campana de tarde
Del templo de las montañas
Por encima de las voces de la gente
Que llama al ferry en
El Cruce de los Pescadores, y otros
Regresando a su casa en el pueblo
A lo largo de las playas del río.
Tomo el bote de regreso a Lu-Men.
Sobre la montaña brilla la luna
A través de neblinosos árboles. Por fin encuentro
La antigua cabaña de Lord P'ang,
Escondida por los riscos,
En un sendero atravesando los pinos,
Donde todo es paz eterna,
Y sólo un único
Hombre va y viene solo.


DESDE QUE TE FUISTE Ch'ang Ch'u Ling, 673-740)

Desde que te fuiste, amante mía,
No logro cuidar de mí mismo.
No hago otra cosa que pensar en tí.
Pierdo espesor como la luna menguante.


RIO DE PRIMAVERA FLORES NOCHE DE LUNA
(El Emperador Yang de Sui, fines del s. VI, comienzos
del VII)

El río está liso y calmo esta tarde.
Las flores de primavera frescas.
La luna flota en la corriente.
La marea transporta a las estrellas.


LEVANTÁNDOSE EN INVIERNO
(El Emperador Ch'ien Wen de Liang, 503-551)

El alba de la mañana de invierno
Brilla en las vigas.
A pesar de sí misma ella
Sale de la cama. Se envuelve
En su bata de bambú.
Lustra su espejo.
A esta hora nadie
mira. ¿Para qué
Se pinta la cara tan temprano?


EL VIAJERO (Ho Hsun, m. en 527)

El viajero con su pesado corazón
Parte solo por mil kilómetros,
Sobre el oscuro río en la copiosa lluvia,
Blancas cimas pasan veloces delante del viento.


NIEBLA (Li Ch'ing Chao, 1081-1140, es considerada la ma-
yor poetisa china de la historia)

En mi estrecho cuarto, arrojo
Amplia la ventana, y dejo entrar
La profunda lascivia
De la primavera. Sombras confusas
Aletean en las cortinas semicerradas.
Escondida en el pabellón, sin palabras,
Froto el arpa rosa jade.
Muy lejos un peñasco rocoso
Cae desde una montaña en el
Alba temprana. Una brisa suave
Sopla la niebla como una sombra
A través de mi cortina. Ah brillantes vainas
Del pimiento, no necesitan
Ustedes inclinarse y rogar perdón.
Yo sé que no pueden retener
El día que pasa.


POR LA TARDE CAMINO JUNTO AL RÍO
(Ou Yang Hsiu, 1007-1072)

El río congelado está profundamente cargado de nieve.
Durante días, sólo unos pequeños lugares cerca de la orilla
                                                   [han permanecido abiertos.
Por la tarde cuando todo el mundo se ha ido a casa,
Los cormoranes se aperchan en los botes de los pescadores.



LLEGA LA TARDE (Li Shang Yin, 813-859)

Llega la tarde. Mi mente está perturbada.
Doy un paseo por las tumbas en la antigua planicie.
La belleza de la puesta de sol desgarra el corazón.
Las sombras de la noche vienen como dolor recordado.

 




VISTA DESDE LOS RISCOS (Tu Mu, 803-852)

Trepo a la helada montaña por
Un empinado sendero a través de las rocas,
A mi pequeña cabana en
El lugar en el que nacen las nubes.
Detengo mi carro y miro hacia arriba
Sobre el bosque de arces
En el atardecer. Las escarchadas
Hojas brillan más
Que cualquier flor de Primavera.


SIGUIENDO UNA TONADA (Liu Yu Hsi, 772-842)

Siempre me ha dado pena
De que nuestras palabras fuesen tan triviales
Y nunca igualaran las profundidades
De nuestros pensamientos. Esta mañana
Nuestros ojos se encontraron,
Y cien emociones
Corrieron por nuestras venas.


NOCHE ANCLADO JUNTO AL PUENTE DE LOS
ARCES  (Chang Chi, s. IX)

La luna se pone. Un cuervo grazna.
La escarcha llena el cielo.
Las hojas de arce caen sobre el río.
Las fogatas de los pescadores me mantienen despierto.
Desde más allá de Su Chou
La campanada de medianoche sobre Montaña Fría
Llega tan lejos que alcanza mi pequeño bote.

 




NOCHE EN EL GRAN RÍO (Meng Hao Jan, 689-740)

Anclamos la barca al lado de una isla brumosa.
Mientras se pone el sol estoy anonadado de nostalgia.
La llanura se estira hacia la lejanía sin límite.
El cielo está justo sobre la cresta de los árboles.
El río fluye calladamente.
La luna desciende entre los hombres.


TRUENOS (Fu Hsuan, 217-278)

Truenos. Tiembla mi corazón.
Alzo la cabeza de mi almohada y escucho.
No era un carruaje.


NOCHE PROFUNDA (Yuan Chi, 210-263)

Noche profunda. No puedo dormir.
Me levanto y canto suavemente con mi laúd.
La luz lunar brilla en las cortinas de gasa.
Abro mi bata de dormir, y dejo
Que el fresco aire de la noche bañe mi cuerpo.
Un solitario ganso salvaje grita
En la llanura lejana.
Un pájaro nocturno vuela llamando entre los árboles.
Voy y vengo sin descanso.
¿Qué gano con ello?
Mi mente está distraída con preocupaciones
Que nunca cesarán.
Mi corazón está todo lastimado
Por los afligidos fantasmas que lo rondan.


MI AMANTE VENDRÁ PRONTO
(Anónimo del Libro de las Odas)

Mi amante vendrá pronto.
Él dijo que vendría al portón del jardín.
Mi madre todavía está levantada.
Puedo oir a mi corazón latiendo
Como una espada sobre un escudo.


ANOCHECER
(Anónimo del Libro de las Odas)

Anochecer. Él saltó sobre el cerco.
Amanecer. Él abrió el portón y salió.
Se ha llevado su placer.
Y ya no piensa en mí.


GÉLIDO FRÍO
(Anónimo)

Gélido frío. Nadie anda por ahí afuera.
Te he estado buscando por todas partes.
Si no me crees,
Mira mis huellas en la nieve.


YA NO PUEDO DESENREDAR MI PELO
(Anónimo)

Ya no puedo desenredar mi pelo.
Me alimento de mi propia carne en secreto.
¿Quieres saber la medida de cuánto te extraño?
Mira mi cinturón, qué suelto cuelga.




Para esta selección he apelado a los siguientes libros de Kenneth Rexroth
One Hundred Poems from the Chinese. New Directions, 1971.
One Hundred More Poems from the Chinese. Love and the Turning Year.
                           New Directions, 1970.
The Orchid Boat: The Women Poets of China (with Ling Chung). New
                           Directions, 1975.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


Otros textos vinculados:

20 POETAS CHINOS (Y ALGO DE ARTHUR WALEY)

UN PUÑADO DE POEMAS DEL TARDÍO T'ANG

LOS MAESTROS CHINOS ACERCA DEL ARTE DE ESCRIBIR

DIEZ POEMAS CHINOS


domingo, 7 de diciembre de 2014

¡LIBROS! SUBSECCION: AUTORES. WITKIEWICZ, STANISLAW IGNACY

 





"Conoció entonces el encanto siniestro que podía llegar
a tener ese "montón de órganos" cuando es la madriguera
de un espíritu fugaz e insondable."

 Estas son la temática y la manera de Witkiewicz.

 La mujer (en un sentido psicoanalítico, agregaríamos, sin
llegar a ser tachada como La; y, por otra parte, ¿qué mejor
descripción del objeto a lacaniano?) y la época, atravesán-
dose mutuamente. Ambas fuerzas son para este genio lite-
rario no tan reconocido, las que gobiernan, al menos su
mundo.

 Dos de sus obras mayores fueron traducidas al castellano
y publicadas ya hace un tiempo.
 "Insaciabilidad" por Barral en el 73 y "Adiós al otoño",
por Anaya & Mario Muchnik en el 93.





 "¿Y cómo define, padre, la realidad?- preguntó Hela con ca-
rita pérfida. -Quizá la teoría de la pluralidad de realidades de
Leon Chwistek...
 -No menciones el nombre de ese monstruo... La realidad es
única: es el compendio de todos los valores actuales y pasa-
dos, es decir de los recuerdos, en la duración de todos los in-
dividuos dentro de una diferencial de tiempo dada."

 Justamente es el gran asunto de la realidad el que amasa y
deforma magistralmente Stanislaw Ignacy Witkiewicz en su
obra.
 Una realidad mezcla de la realidad social polaca de entre-
guerras y las discusiones teóricas que se sostenían en aque-
llos tiempos, más la realidad interna de esos hombres sedu-
cidos mortalmente por mujeres bellas y peligrosas. Para ello
sitúa la acción de su novela en una Polonia conquistada por
los chinos.
 En el prólogo de "Insaciabilidad" nos informa "que en el
Adiós al Otoño no hay ni un solo hecho que corresponda a
la realidad". Pero se trata -en ambos libros hay prólogos pa-
recidos- de una respuesta a las críticas recibidas en su época.
Críticas que le irritaron sobremanera. Cita a Jan Mardula:
"¿De qué sirve discutir con un idiota?".




 Lo que seduce de estas cataratas de acontecimientos es su vertiginosidad, su mezcla de intelecto e irracionalidad. No es onirismo puro, porque como dijimos, la realidad sociopolíti-
ca está permanentemente en cuestión, así como los marcos
teóricos de la filosofía y de las ideologías.
Sin embargo, Witkiewicz logra llevar su relato a alta velo-
cidad, a pesar de todo lo que ha acumulado en él, mantenién-
dolo al borde de  lo onírico, al borde del realismo, al borde de
la irracionalidad. Triple frontera de su escritura. Y el factor
tiempo: le gusta situar sus novelas en el siglo XXI, siendo
que publicó Insaciabilidad en 1930 y Adiós al otoño en 1927.
Situadas en una Polonia que atrasa ostensiblemente respecto
de Europa, un tema que obsesionaba también a Gombrowicz,
pero proyectada al siglo XXI e invadida por los chinos, ubi-
ca S.I.W. todos los proyectos elevados, los del amor y los
sociales, junto a todo lo bajo, la miseria, la frustración casi
permanente, el dolor inagotable. Witkiewicz, en otra muestra
de locura, sentido de la realidad y onirismo, se suicidó el 18
de septiembre de 1939, el día de la entrada de los nazis en
Polonia. Algunos dicen que creyó que se trataba de los chi-
nos cumpliendo la predicción que él hiciera, de que algún día
conquistarían el mundo para crear una gran tiranía mundial.
Escribió cuatro novelas y 36 obras dramáticas de las que se
conservan 22. Las otras 2 novelas se llamaron Las 622 caídas
del Bungo (1910) y La única salida (novela inacabada que
se publicó en 1968).

 Me parece que Insaciabilidad representa el máximo del ta-
lento de Witkiewicz. "El carácter desesperanzador de la vida
incluso más lograda y la invencibilidad de la belleza femenina
se volvieron tangibles para todos del modo más indecente y
humillante", dice en este libro. Son las diversas formas de un
derrumbe que se anuncia y que, sucediendo, da lugar sin em-
bargo a la aparición de nuevas fuerzas -y luchas. "Las bases
de la vida, que había subestimado, habían sido roídas por al-
gún monstruoso parásito: todo se derruía".(...) "Su cerebro se
retorció como un tirabuzón." (...) "Cayó el telón negro. Todo
palideció, poniéndose grisáceo, piojoso, como un paisaje tras
la desaparición del sol, como una chimenea brúscamente apa-
gada por una tarde lluviosa de otoño tardío." (...) "quemado
desde dentro por la vergüenza como por una corriente de mil
voltios". "La mujer puede ser nostálgica de una manera que
no deja de ser hermosa, pero un hombre en ese estado es ton-
to y despreciable."
 Para aquellos sabios necios que seguimos sintiendo que hay
una relación misteriosa entre la belleza femenina y la verdad,
la obra de este pintor, fotógrafo, tratadista de arte, dramatur-
go y novelista ("sin pretender saber si la novela es o no una
obra de arte -para mí, no lo es-...") es un estremecedor viaje
al borde mismo de la interoexterna realidad.





Stanislaw Ignacy Witkiewicz nació en Cracovia, en 1885.
Estudió pintura en Italia, Francia y Alemania.
Combatió en la Primera Guerra Mundial como oficial
del Ejército Ruso. Cursó estudios de filosofía en Rusia.
Esos 2 años pasados en Rusia después de la Revolución
lo trastornaron. Según decía, "se asistía a la visión de un
mundo degenerado sobre el fondo de una vida cada vez
más mecanizada".
Acerca de él dijo Gombrowicz: "El hombre-Witkiewicz
tiene algo de "ser fantástico" por su deforme y convulsa
capacidad de excitarse frente al abismo de su persona.
 El frío sadismo con el que este autor trata los produc-
tos de su imaginación, no se apaga jamás, ni siquiera
un segundo. La metafísica es para él una orgía, en la
que se abandona con el enfurecimiento de un loco".