sábado, 21 de agosto de 2021

ALGUNOS POEMAS ZEN

  



 DOGEN (1200-1253)


 ¡La Doctrina del Patriarca del Oeste es trasplantada!

 Pesco a la luz de la luna, aún en días nublados.

 ¡Limpio, limpio! Ni una mota de este mundo cae con la nieve

 Mientras, cruzado de piernas en esta choza de la montaña,

       permanezco sentado toda la noche.


   DOGEN


  Viniendo, yendo, la cascada

  No deja un sólo rastro,

  Ni necesita de un guía.



  JAKUSHITSU (1290-1367)


 Refrescante, el viento contra la cascada

 Mientras la luna cuelga, una lámpara, en la cima

 y la ventana de bambú brilla. En la vejez las montañas

 Son más hermosas que nunca. Mi resolución:

 Que estos huesos sean purificados por rocas.



  BOKUO (1370-1438)


 El año pasado en un agradable templo en Hirosawa,

 Este año entre las rocas de Nikko,

 Todo es igual para mí:

 ¡Manos aplaudiendo, las cumbres rugen en el azul!



  GUDO (1579-1661)


 No es la naturaleza la que sostiene la utilidad.

 ¡Mira! aún el árbol sin raíces está hinchado

 De flores, ni rojas ni blancas, pero igualmente hermosas.

 ¿Cuántos pueden presumir de una marea viva tan bella?



   BUNAN (1602-1676)


 Cuando estás tanto vivo como muerto,

 Plenamente muerto para vos mismo,

 ¡Qué soberbio

 hasta el placer más nimio!



  TOKUO (1649-1709)


 El pueblo está en llamas con el calor del verano,

 Pero el Monte Koma está hundido en la nieve.

 Así es la vida diaria del hombre-Zen-

 El loto sobrevive a todo el fuego terrenal.



 HAKUIN (1685-1768)


 Pasado, presente, futuro: inalcanzables,

 Sin embargo claros como el cielo sin una mota de polvo.

 Tarde a la noche la banqueta está fría como el hierro,

 Pero la ventana iluminada de luna huele a durazno.



 KANDO (1825-1904)


 Es como si nuestras cabezas estuviesen incendiadas, el modo

 En que nos aplicamos a la perfección de Eso.

 El futuro no es más que un parpadeo, golpéate,

 Persiste: el mayor esfuerzo no es suficiente.



 SODO (1841-1920)


 La pregunta clara, la respuesta profunda,

 Cada partícula, cada instante una realidad,

 El llamado de un pájaro chilla a través del alba en la montaña:

 Mirá dónde se sienta el viejo maestro, una roca, en Zen.


 MOKUSEN (1847-1920) Al Ascender a la Montaña 

       en  la que Entrenaba Buda


 No importa cuan difícil sea el barranco,

 es sólo después de trepar que uno toma consciencia.

 Sin prisas, seguí las huellas de Tathagata.

 Rugiendo allá abajo, un tigre enfrió el día.


 FUENTE


Lucien Stryk and Takashi Ikemoto. Zen: Poems, Prayers,

Sermons, Anecdotes, Interviews. Doubleday Anchor, 1965.

Este es uno de los primeros libros que compré, hace muchos

años, en Estados Unidos.

Durante muchos tiempo representó un descubrimiento enor-

me. Es cierto que lo releí varias veces en distintas etapas de

mi vida. Las cosas se transforman. Y uno se va enterando

de que es parte de las cosas.


1 comentario:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Apacible el observador disfruta por dos