Esas amapolas
tenían que querer decir algo
La ondulación de sus polleras
en la más ligera de las brisas
La mirada muda de sus ojos negros
con largas pestañas
agitando el aire del tiempo
de la infancia
También el desnudarse de esas amapolas
parecía anticipar algún mensaje
Tal vez una tristeza como cuando los chinos
hablan con cierto particular desgarro
de la caída inevitable de los pétalos del ciruelo
que vuelan hasta el río que los lleva lejos
O la dicha inmensa y fugaz
de la desnudez de las flores
¿Las estaciones de la vida?
Acaso nuestras edades son nuestras estaciones.
En todo caso nos faltaba el río.
Las amapolas parecían recorrer con una danza
de gracia infinita
los jardines.
Mientras nosotros
no sé por dónde andábamos.
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