viernes, 14 de septiembre de 2018

OCHO POETAS COREANOS, SIGLOS XIV A XVI

   


  En 1997 la Universidad de Seúl publicó en cinco tomos
una gran antología de la literatura coreana desde la antigüe-
dad hasta nuestros días. El primer tomo está dedicado a la
poesía clásica, tanto oral como escrita. De este volumen pro-
vienen estos textos. Todos ellos fueron escritos en chino lite-
rario, ya que la poesía en Corea era considerada la cima de 
la literatura, sin importar la lengua en la que fuese escrita.
Aún así, la poesía escrita en chino era tenida por la máxima
expresión, y todos los miembros educados de la sociedad
la estudiaban y escribían.

   YI SAEK (1328-1396)

   Vastas nubes se reúnen alrededor del valle
        donde aún yace la nieve.
   ¿Dónde está el acogedor ciruelo,
        en qué lugar florece?
   He perdido el camino, solo,
        en el sol poniente.



   WÖN CH'ÔNSÔK (ca. 1401-1410)

   La suerte determina ascenso y caída,
       la Terraza de la Luna Llena es pasto de otoño.
   La flauta de un pastor resuena
       a los trabajos reales de quinientos años.
   Un viajero no puede retener las lágrimas
       en el sol poniente.



    HWANG HÛI (1361-1452)

   ¿Están cayendo las castañas
         en el valle de las azufaifas?
   ¿Y los cangrejos arrastrándose en el rastrojal?
         después de una cosecha de arroz?
   El vino está maduro, y pasa un vendedor de cedazos.
         ¿Qué otra cosa puedo hacer que distenderme y beber?





    SÔNG SAMMUN (1418-1456)

     Si me preguntaras qué me gustaría ser
          después de mi muerte,
     Te respondería, un pino, alto y fuerte
          sobre el pico más alto del Monte Pongnae,
     Y ser verde, solitario, verde,
          cuando la nieve llena cielo y tierra.



    SÔ KYÔNGDOK (1489-1546)

      Mi mente es tonta,
         todo lo que hago parece en vano.
     ¿Quién vendría a lo profundo de la momtaña
         con sus espesas nubes, pliegue sobre pliegue?
     Miro para ver si vienes por casualidad,
         cuando quiera que las hojas caídas crujen en el viento.



   CHO SIK (1501-1572)

    Usando ropas de cáñamo en el más crudo invierno,
        mojado de lluvia y nieve en la cueva,
    No he recibido el sol,
        oculto por las nubes.
    Sin embargo, ver el sol poniente
        trae lágrimas a mis ojos.



   KWÔN HOMUN (1532-1587)

    La naturaleza aclara el aire ventoso
         y hace brillar la luna redonda.
    En el jardín de bambúes, sobre el
         cerco de pinos, ni una mota de polvo.
    ¡Qué fresca y limpia mi vida
         con un laúd largo y pergaminos apilados!



    SÔNG HON (1535-1598)

     La montaña está en silencio,
         el agua sin forma.
     Una brisa clara no tiene precio.
         la luna brillante no tiene amante.
     Aquí, siguiendo su estilo,
         envejeceré en paz.




FUENTE


Peter H. Lee. The Columbia Anthology of Traditional
      Korean Poetry. Columbia Univ. Press, 2002.


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