lunes, 10 de septiembre de 2018
UNOS TEXTOS BREVES
(Dos encontrados el otro día en las páginas en blanco,
llamadas extrañamente "páginas de respeto" o "páginas
de cortesía", de El buen soldado Shveik, libro al que in-
tenté leer por completo en más de una ocasión, sin éxito.)
1.
en sus ligeros espejos de aguas suavísimas
pequeñas flores azules dudan
entre
flotar
y
sumergirse
2.
Cuando el padre de J. se mató, calculo ahora, tanto J.
como yo tendríamos unos 9 años. ¿Qué hacer? Lo acom-
pañé un poco autómata por toda la casa. Y eso que él iba
de un lugar a otro, sin ton ni son. De pronto iba a la des-
pensa, a hurgar como solíamos hacer en tiempos normales,
buscando el chocolate escondido, escondido precisamente
de él. O a la salita del piano, que destapaba y volvía a ta-
par como 4 veces, antes de salir al patio y ponerse a patear
la pelota contra la pared. ¿Y yo qué hacía, entretanto?, me pregunto. Trataría de no hablar y menos todavía acerca del
padre, que por otra parte era quien compraba el chocolate,
tocaba el piano, y le había regalado esa pelota para su cum-
pleaños.
Era como una farsa de desentendimiento, como un ritual de
olvido. Él actuaba de algo y yo lo seguía. Buscaba el choco-
late, esperaba al lado del piano como cuando él tocaba, in-
tentaba dirigir la pelota hacia sus pies cuando llegaba cerca
mío.
HOY DIRÍA
Había que poner todo en marcha nuevamente
la sensación era
que había que poner en marcha motores
y la primerísima tarea era encontrarlos.
EN CIERTOS MOMENTOS
En ciertos momentos
el ojo gira como una llave
dentro del cerrojo de la realidad
ENTRADA
Entro en un libro de poesía griega
-contemporánea-
como se entra en un mercado de objetos
desconocidos
"Dame sorpresas"
Algo que recorra súbito
el espinazo
Reflejos que se deslicen fuera de los espejos
Algo que abrace el cuerpo desabrazado
Allá están los mensajes mudos
de todos esos muertos,
acá la liebre erguida
el silencio de la lana
el lugar en el que tejen memoria y anhelo
Esos talleres
de secretos
Thálasa, el mar
debajo de todo, como siempre,
El mar en el que hay una luna
quieta
dejándose lamer dormida
y sin dormirse nunca
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2 comentarios:
Maravillosos textos. Gracias.
Gracias.
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