un pajarito en la selva
NOTA
ese es el nombre del texto y el texto mismo
y es suficiente
como el pajarito en la selva
el pequeño texto tiene que valerse por sí mismo
¿Por qué textos?
¿Y por qué siempre me gustaron las texturas?
Siempre me gustó más la palabra texto que la palabra poema
Un escrito tiene una textura (a veces más de una)
Tocar, acariciar, rozar, frotarlas entre sí con los dos primeros
dedos.
La palma de la mano -parodiando a Bioy que decía "siempre
que digo 'mujeres' me refiero a las mujeres bellas", diría
"siempre que digo la palma de la mano, me refiero a la palma
de las manos de las mujeres"
La textura de la planta de los pies (de las mujeres), también
Ah, y las mejillas de la Señorita Benjamenta, según Walser.
Y, clásicamente, las sedas, la tela femenina, la piel que se po-
nen ciertas mujeres.
Y vienen acá dos palabras que también se han convertido en
fetiches, una transformación que no cualquier objeto o parte
del cuerpo es digna de lograr: rustle es una. Y lo es porque
resulta intraducible. Es el sonido de la frotación, sí, pero no
de cualquier superficie. Las hojas del bambú hacen el rustle
más poético, porque incluyen en su escena a la noche, la lu-
na, el viento, y la espera.
A lo largo de la vida uno va viendo cuáles son sus textos-
texturas. Sólo a lo largo de la vida. Y forman parte de todo
eso que no tiene un nombre conjunto, eso que se nos impo-
ne desde la más temprana edad: lo que nos gusta y lo que
no nos gusta. El gran ensamble de nuestros gustos y recha-
zos, nos define, pero es, por supuesto, innombrable.
Entonces acude la segunda palabra-fetiche: lifetime.
El tiempo transcurrido a lo largo de la vida.
Por ejemplo, Pound: "The mastery of any art is the work of
a lifetime."
Lleva toda una lifetime tener una idea de quién es uno. Y si-
gue siendo una idea parcial, inestable, un saber que no sabe
qué sabe (y qué imagina, todavía).
En lugar de todo esto se puede decir solamente
un pajarito en la selva
1 comentario:
Es fascinante!
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