pocas veces un nombre llevó a tantas conclusiones
schreber hizo en su huerto/cuerpo
maravillosas transformaciones
sin cambiar un pelo de su apariencia
revelando que el cuerpo va por dentro
de los laberintos de la mente
y que un místico o un loco
tienen la llave que abre esos pasillos
cerrados para todos
schreber-schreber se proponía más que nada
recuperar el cuerpo, abrir la jaula
de la voluptuosidad total de un cuerpo,
arrancándolo de las garras poderosas de la sociedad
en la que vive atrapado
sabía lo que sabía, sin saber qué era lo que sabía
-un saber verdadero será siempre eso-
lo que circula a lo largo de varias generaciones
de una familia: otro laberinto al que muy pocos
acceden
en los archivos de Sonnenstein aparece la preciosa frase
que no incluyó en sus Memorias (de las cuales se olvida
con una sospechosa frecuencia el subtítulo), una puertita má-
gica, para no resultar nuevamente encerrado
esta vez por los intérpretes de su mundo interior iluminado
"El sol es una puta".
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