UN CANTO DE AMERGIN
Yo soy el viento que respira sobre el mar,
yo soy la ola del océano,
yo soy el murmullo del oleaje,
yo soy el toro de siete batallas,
yo soy el buitre sobre las rocas,
yo soy el cobertizo roto bajo el sol,
yo soy la más clara de las plantas,
yo soy el pecarí salvaje en cuanto a coraje,
yo soy un salmón en el agua,
yo soy un lago en la llanura,
yo soy una palabra de ciencia,
yo soy la punta de lanza en la batalla,
yo soy el dios que creó el fuego en la cabeza.
¿Quién es el que arroja luz al encuentro en la montaña?
¿Quién anuncia las edades de la luna?
¿Quién enseña el lugar donde descansa el sol?
En la búsqueda de los orígenes y del lenguaje poético más
primario -lo que Robert Graves llama "el antiguo lenguaje
de la poesía"-, nos remontamos al neolítico, nos cruzamos
con el "lenguaje mágico", y aprendemos que ese antiguo
lenguaje sobrevivió exclusivamente en los secretos cultos
Misteriosos de Eleusis, Corinto y Samotracia, entre otros.
Fue luego suprimida por los primeros Emperadores Cristia-
nos, pero siguió enseñándose en las universidades poéticas
de Irlanda y Gales. Se apagaron como religiones populares
a fines del siglo XVII. Esos poetas, llamados fili (o "visio-
nario" en irlandés y derwydd , "conocedor de los árboles",
en galés), eran maestros en éxtasis y ciencia. Herederos de
los antiguos chamanes, probablemente continuaron con sus
rituales de posesión y sus prácticas de lenguaje mágico,
como fuente inspiradora de sus versos.
El Canto de Amergin, data de unos mil años antes de Cris-
to, y llegó a nosotros a través de un trabajo posterior llama-
do Leabhar Gabhala, o Libro de las Invasiones. Se dice
que contiene los "primeros versos jamás escritos en Irlan-
da".
NOTA
Dice Jorge Luis Borges en el riquísimo libro de entrevistas
con María Esther Vazquez, "Borges, sus días y su tiempo":
"La magia era una de las muchas disciplinas que ejercían
los poetas en Irlanda, ya que todo el ciclo de los antiguos
conocimientos fue heredado por los poetas. Ellos cumplían
una triple función: eran narradores de cuentos; eran jue-
ces, que arbitraban tribunales de última instancia y servían
como árbitros en los litigios, y luego, finalmente, eran poe-
tas. Como tales tenían que conocer muy complejas leyes de
la versificación y un vocabulario especial de metáforas,
comparables a las kenningar de las gentes germánicas y de
metáforas hechas de metáforas. Asimismo, el poeta tenía
que conocer toda la historia de Irlanda, la verdadera y la
fabulosa, sobre todo esta última. Tenía que conocer los li-
najes de las grandes casas de Irlanda, la genealogía de los
dioses, todas las leyes de la gramática, tenía que conocer
todos los metros, todo esto correspondía a una larga carre-
ra literaria, por lo menos, doce años y que abarcaba diez
grados..."
(...)
"Después de los diez grados se llegaba a la categoría de
Ollan, la más alta de todas."
(...)
"Uno de los textos más antiguos de la literatura irlandesa
nos muestra a dos poetas disputando para lograr el grado
de primer poeta de Irlanda, y el rey, que tiene que juzgar,
está muy incómodo porque no entiende una palabra de lo
que dicen los dos sabios rivales."
FUENTES
Jerome Rothenberg. Technicians of the Sacred. A Range of
Poetries from Africa, America, asia, Europe & Oceania.
Univ. of California Press, 1985.
María Esther Vazquez. Borges y su tiempo. Javier Vergara,
1984.
Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)
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