Mira mi fidelidad:
con toda el alma
y con todo el pensamiento
estoy contigo,
aunque en la distancia ausente.
Quien de otra manera ama,
en vano en el Destino rueda.
De CARMINA BURANA.
SEPARACIÓN
Tu ausencia ha pasado a través de mí
como hilo por una aguja.
Todo lo que hago es cosido con su color.
W.S. MERWIN. The Second Four Books of Poems.
Ayer noche en la cama me había puesto
por la parte de la derecha la que ocupa
ella cuando está aquí
y esta mañana al despertarme me he encontrado
a la izquierda de donde en la oscuridad escucho insomne
a veces
el potente latido de su ser
Entonces ¿Qué es lo que me ha inducido durante la noche
a abandonar el espacio de su gran
cuerpo ausente
sino el deseo de ser también yo
nada?
Giorgio BASSANI. Epitafios. Es el poema completo.
Mientras miro a la oscuridad
te alejo de mi memoria
como se arrancan las entrañas a un pez que colea.
Henrik NORDBRANDT. Nuestro amor es como Bizancio.
Podré amar mañana, mi poema muerto,
lo ausente que está aquí.
Tomi KONTIO. (Finlandia, 1966). En T. López Mills, 'Tras-
laciones'.
El coche había llegado a una curva de la carretera; lo per-
dió de vista. Siguió corriendo. Cuando llegó a la curva, la
carretera estaba vacía.
Paul BOWLES. (Final de) La casa de la araña.
Nunca volveré a ver este alto prado verde, cubierto de gran-
des árboles negros.
Victor SEGALEN. Viaje al país de lo real. (Su diario de via-
je por la China Central, en 1914. "Escribir este viaje al país
de lo Real, como si yo estuviera solo. Concluir: este viaje
sería imposible de realizar de a dos. Y sería completamente
ridículo de a tres.")
cómo Öe, el novelista
narra el día en que Hirohito salió al aire y habló
como un hombre mortal: "Los adultos se sentaron en torno
a la radio y lloraron."
Anne CARSON. La belleza del marido.
Ningún amor termina,
yace en la cara oscura de la mente
como los objetos en un cuarto
luego de apagar la lámpara.
María MORENO. Cit. por E. Cozarinsky, 'La tercera mañana'.
yo he perdido tu garganta menuda,
menuda,
y tu inefable proximidad.
Henri MICHAUX. Poemas (Fabril)
Difícilmente consigo un ratito para escribir a la verdadera Mi-
lena, ya que otra más verdadera aun estuvo aquí conmigo, todo
el día, en la habitación, en el balcón, en las nubes.
Franz KAFKA. Cit. por N. de Saint Phalle, 'Hoteles literarios'.
Soy lo que falta
del mundo donde vivo,
al que entre todos
nunca encontraré
Valerio MAGRELLI. Ora serrata.
¿qué es el espacio
si no la ausencia del cuerpo en cada punto?
Joseph BRODSKY. No vendrá el diluvio tras nosotros.
Ningún amor termina,
yace en la cara oscura de la mente
como los objetos en un cuarto
luego de apagar la lámpara.
María MORENO. Cit. por E. Cozarinsky, 'La tercera mañana'.
yo he perdido tu garganta menuda,
menuda,
y tu inefable proximidad.
Henri MICHAUX. Poemas (Fabril)
Difícilmente consigo un ratito para escribir a la verdadera Mi-
lena, ya que otra más verdadera aun estuvo aquí conmigo, todo
el día, en la habitación, en el balcón, en las nubes.
Franz KAFKA. Cit. por N. de Saint Phalle, 'Hoteles literarios'.
Soy lo que falta
del mundo donde vivo,
al que entre todos
nunca encontraré
Valerio MAGRELLI. Ora serrata.
¿qué es el espacio
si no la ausencia del cuerpo en cada punto?
Joseph BRODSKY. No vendrá el diluvio tras nosotros.
conducente al irrefutable sentimiento de que el pasado no
ha desaparecido, sino que está en otra parte.
Rudy KOUSBROEK. El secreto del pasado.
Podré amar mañana, mi poema muerto,
lo ausente que está aquí.
Tomi KONTIO. (Finlandia, 1966). En T. López Mills, 'Tras-
laciones'.
El coche había llegado a una curva de la carretera; lo per-
dió de vista. Siguió corriendo. Cuando llegó a la curva, la
carretera estaba vacía.
Paul BOWLES. (Final de) La casa de la araña.
Nunca volveré a ver este alto prado verde, cubierto de gran-
des árboles negros.
Victor SEGALEN. Viaje al país de lo real. (Su diario de via-
je por la China Central, en 1914. "Escribir este viaje al país
de lo Real, como si yo estuviera solo. Concluir: este viaje
sería imposible de realizar de a dos. Y sería completamente
ridículo de a tres.")
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
Idea VILARIÑO. Cit. por Tomás Eloy Martínez, en 'Purga-
torio'.
SEPARACIÓN
Tu ausencia ha pasado a través de mí
como hilo por una aguja.
Todo lo que hago es cosido con su color.
W.S. MERWIN. The Second Four Books of Poetry. Es el poe-
ma completo.
Olvidamos que nunca más
confiará en el mundo un dios.
Paul MULDOON. En T. López Mills (Comp.). Traslacio-
nes.
SEPARACIÓN
Tu ausencia ha pasado a través de mí
como hilo por una aguja.
Todo lo que hago es cosido con su color.
W.S. MERWIN. The Second Four Books of Poetry. Es el poe-
ma completo.
Olvidamos que nunca más
confiará en el mundo un dios.
Paul MULDOON. En T. López Mills (Comp.). Traslacio-
nes.
Pronto
voy a olvidarlo: ¿qué
hay que no haya olvidado?
O que algún día no vaya a olvidar:
este jardín, la brisa
en calma, incluso
las palabras, crisantemos coreanos.
James SHUYLER. Una ciudad blanca.
si acaso la sangre se vuelve negra en su memoria y se
rebalsa
Giorgos SEFERIS. Antología poética. (me recuerda a la
semilla llamada "un objeto karragá")
Lo que pasa es que, por haber de todo, al final ya no hay na-
da; mientras que, como te decía, a pesar de haber todo, antes
era mejor, era en otro sentido era más lógico, no había nada
pero había todo ya que sólo había eso.
Marguerite DURAS. Los ojos verdes.
No estás, y por eso llevaremos a partir de ahora una doble
vida,
en la luz y en la sombra a la vez, en el sol estridente del día,
en la frescura de los pasillos de piedra, en el duelo, en la
alegría.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.
si acaso la sangre se vuelve negra en su memoria y se
rebalsa
Giorgos SEFERIS. Antología poética. (me recuerda a la
semilla llamada "un objeto karragá")
Lo que pasa es que, por haber de todo, al final ya no hay na-
da; mientras que, como te decía, a pesar de haber todo, antes
era mejor, era en otro sentido era más lógico, no había nada
pero había todo ya que sólo había eso.
Marguerite DURAS. Los ojos verdes.
No estás, y por eso llevaremos a partir de ahora una doble
vida,
en la luz y en la sombra a la vez, en el sol estridente del día,
en la frescura de los pasillos de piedra, en el duelo, en la
alegría.
Adam ZAGAJEWSKI. Poemas escogidos.
El cúmulo de mis asuntos, como negro hollín,
hecho cisco, canoso humillo del carburo,
pasará como si fuera un fragmento de paisaje,
reflejado en el espejo retrovisor.
Dmitri VEDENYAPIN. En M. Ignatieva, "La hora de Rusia.
Poesía contemporánea".
El padre de Héctor, militante demócrata, muere asesinado en
1987 por unos paramilitares en una calle de Medellín. Su hijo
llega casi de inmediato. En un bolsillo del traje de su padre,
encuentra un poema atribuido a Borges que empieza con ese
verso en el que se basa el título de su libro: "Ya somos el olvi-
do que seremos."
Philippe LANCON. El colgajo.
estrato por estrato, descubrirá en las canteras de Montmartre y
en los yacimientos de pizarra de los Urales los fósiles de los
animales que vivieron antes del diluvio, y su alma se espanta-
rá ante los miles de millones de años y los millones de pueblos
que ha olvidado la débil memoria de la humanidad.
W.G. SEBALD. Campo Santo. [Acerca de Bruce Chatwin]
ah, los atardeceres de la frontera,
leídos y perdidos para siempre.
Roberto BOLAÑO. Poesía reunida.
Sé nadar como los otros, pero tengo una memoria mejor que
ellos, no he olvidado el anterior no-saber-nadar. Como no lo
he olvidado, el saber-nadar no me ayuda en nada, y realmen-
te no sé nadar.
Franz KAFKA. Carta al padre.
Es extraordinaria la cantidad de cosas que nos han enseñado
a no comprender.
Oscar WILDE. Mínimas.
En esta fiesta, a la orilla del río de la muerte, las más hermo-
sas -desperdiciaban sin consideración su tiempo- soñadoras
incurables de una recompensa celeste.
Takis SINÓPOLUS. Antología de la poesía griega contempo-
ránea.
La incredulidad es el instinto correcto, porque ¿cómo pue-
den estar los muertos realmente muertos? Pienso esto por-
que la ausencia nunca me ha parecido vacía o pasiva, sino
más bien un lugar ocupado, ruidoso e insistente.
Hisham MATAR. El regreso.
Todas las pasiones pasan y se van apagando, excepto las
más antiguas, las de la infancia. Los mitos ambiciosos o libi-
dinosos de la infancia son insaciables, porque la edad madu-
ra -el único momento de la vida que podría saciarlos- desper-
dicia las ocasiones- frescura de los sentidos, circunstancias
positivas en las que esas pasiones podrían haberse expandido
de manera natural.
Cesare PAVESE. Carta del 5 de abril de 1949.
A ti también te dejaré, a ti cuyo nombre no voy a decir,
y de quien no sé casi nada,
aunque a menudo haya pasado tan cerca de ti
que creía que mi vida podría detenerse en ese instante.
Henri MICHAUX. Los que fui.
¡Cuánto más fácil resulta querer al que se despide! Pues la
llama destinada a quien se aleja arde con mayor pureza, ali-
mentada por el fugaz pañuelo que hace señas desde el barco
o la ventanilla del tren. El alejamiento penetra como un tin-
te en aquel que desaparece impregnándole de un suave ardor.
Walter BENJAMIN. Calle de mano única.
Es que estos miles no eran ya regimientos como en tiempos
de paz. Ni siquiera podían compararse a unos cuantos bata-
llones de tropa común como la que había antes. Pero el asun-
to era que no debían haber vuelto. No eran ya oficiales, ni si-
quiera eran soldados, ya no eran nada. Tampoco la revolución
era una revolución, sólo era lo que quedaba cuando todo lo
demás había terminado.
Alexander LERNET-HOLENIA. El estandarte.
Es dulce adormecerse en el corazón roto de las cosas.
Aimé CESAIRE. Antología poética (Fausto)
Pudo gozar por fin a gusto del lujo supremo que consiste en
prescindir de todo.
Marguerite YOURCENAR. Cuentos orientales.
Dirijo sin cesar al ausente el discurso de su ausencia: situa-
ción en suma inaudita: el otro está ausente como referente,
presente como alocutor. De esta distorsión singular nace una
suerte de presente insostenible; estoy atrapado entre dos tiem-
pos, el tiempo de la referencia y el tiempo de la alocución:
has partido (de ello me quejo), estás ahí (puesto que me dirijo
a ti). Sé entonces lo que es el presente, ese tiempo difícil: un
mero fragmento de angustia.
Roland BARTHES. Fragmentos de un discurso amoroso.
HIC ET NUNC
Soy una estatua mutilada
en el fondo de agua clara.
Fijo en un gesto -y roto.
Sólo un temblor de cosas
espejadas -árboles que se encielan
y rápidos vuelos - puede darme
delirio de tiempo,
transformar la nada en palabra.
Leonardo SCIACIA. Sicilia, su corazón. En Diario de poe-
sía N° 16. Poema completo.
Nos vinculan a nuestras pérdidas: o peor,
nos muestran lo que tenemos como antaño fue,
en su cegadora plenitud, como si de haber actuado de otro
[modo
pudiéramos haberlo conservado así.
Philip LARKIN. Las bodas de Pentecostés.
Lo decías a menudo: siempre
falta algo.
*
Acababas de morir.
Henri DELUY. En Diario de Poesía, N° 27, 1993.
Yo he perdido tu garganta menuda,
menuda,
y tu inefable proximidad.
Henri MICHAUX. Poemas.
De pronto,
al perderte,
eras todo lo que me quedaba
RR
Me acordaba de la persona que había yo dejado de ver, y
no comprendía cómo puede dejarse alguna vez de ver a las
personas.
Rainer M. RILKE. Los cuadernos de Malte...
Te fuiste y fui
nada queda de mí.
Max AUB. Antología traducida. (Los textos de Aub son ca-
si siempre apócrifos. Pero en este caso se cita a sí mismo co-
mo si él también fuese un 'autor apócrifo'.)
NOMBRARTE
No el poema de tu ausencia,
sólo un dibujo, una grieta en el muro,
algo en el viento, un sabor amargo.
Alejandra PIZARNIK. Poemas. (Poema completo)
CANCIÓN
Lo olvidó en sueños.
Lo olvidó todo
y se abrazó a él.
Olvidó que se divorciaban.
Eran en sueños. Lo olvidó
y se abrazó a él.
Agnieszka WOLNY-HAMKALO (n.1979). Poesía a contra-
golpe.
Tuve a veces caridad.
No logré que fluyese a través.
Una lucecita como de hacha de viento
que nos guíe y devuelva el esplendor.
Ezra POUND. Canto 116.
Cuando los ojos
hayan hecho su parte,
el pensamiento
hará durar
tal maravilla
en el corazón.
Samuel DANIEL. En T. López Mills. Traslaciones.
Cuando nos separemos, tú serás como la hierba acuática
que vaga a 10 mil li.
LI PO (El li, valga el juego de palabras que casualmente
se produce, mide 576 metros)
Todo lo raro pierde un 90% en el habla.
Henri MICHAUX. Antología poética.
Podría decirse, por ejemplo, que tomar una esposa es dotar-
se de una historia. Y si ello es así, debo entender que yo es-
toy ahora fuera de la historia.(...) O podría decirse que mi
historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin his-
toria.
Raymond CARVER. Tres rosas amarillas.
Aunque estoy en Kyoto,
cuando canta el cuclillo
extraño a Kyoto.
BASHÔ. En viaje.
No es la bienamada quien está lejana, sino que es lo leja-
no la bienamada.
Karl KRAUS.
Sin ti
me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor
Alejandra PIZARNIK
Tantas veces, en el curso de mi vida, la realidad me había
decepcionado porque, en el momento en que la percibía,
mi imaginación, que era mi único órgano para gozar de la
belleza, no podía aplicarse a ella en virtud de la ley inevi-
table que quiere que no se pueda imaginar más que lo que
está ausente.
Marcel PROUST. Cit. por Bataille.
¡Qué difícil era en aquella habitación -frente al calendario,
rodeado de las pertenencias de mi madre, mientras el suave
cántico de los miembros del ashram llegaba apaciblemente
por las ventanas abiertas- negar el hecho de que el pasado
que había dado forma y coherencia a la vida de mis padres
ya no existía para mí!
Pankaj MISHRA. Los románticos.
En opinión de Elías Canetti, la singularidad de Walser con-
sistía en que, al escribir, negaba siempre su miedo en lo más
íntimo, excluía continuamente una parte de sí mismo. En esa
ausencia, decía Canetti, se basaba lo peculiarmente inquie-
tante que había en él.
W.G. SEBALD. El paseante solitario. En recuerdo de Robert
Walser.
¡Argentina! En sueños, con los ojos entornados, vuelvo a
buscarla en mi interior -con todas mis fuerzas. ¡Argentina!
Es extraño y sólo quisiera saber, ¿por qué nunca se me
produjo en Argentina semejante pasión por Argentina?
¿Por qué me asalta ahora, cuando ya me he alejado?
Witold GOMBROWICZ. Diario argentino.
vienen/ iguales y distintas
con cada una es igual y diferente
con cada una la ausencia de amor es diferente
con cada una la ausencia de amor es semejante
Samuel BECKETT. Detritus.
El alejamiento penetra como tinta en aquel que se aleja,
impregnándole de un suave ardor.
Walter BENJAMIN. Dirección única.
Nuestro padre fue sin duda alguna una figura autocrática,
impresionante, solitaria. Había crecido en una familia de
cellistas, amantes de la cultura alemana, había visitado
Alemania en 1930, cuando tenía diez años; había visto a
Hiter en el vestíbulo de un hotel y Hitler lo había deslum-
brado. Pero cuando toda esa celebridad y esa música se in-
terpretaron a sí mismas tan mal en la historia, él se retiró con
sus pasiones, se hizo bautista, escuchó, transportado, sinfo-
níasny trató de recordar los nombres de sus hijos.
Lorrie MOORE. Hospital de ranas.
Lamento haber extraviado aquel primer cuaderno. Recuer-
do la sensación de desasosiego -ahora, atenuado aquello,
sólo me resta curiosidad-, como si al perderlo se me hu-
biera perdido algo de valor incalculable. Siempre me pasa
lo mismo con las cosas que extravío, más aún si son car-
tas o escritos de cualquier índole.
Abelardo CASTILLO. Diarios. 1954-1991
Was is Kunst? ¿Qué es el arte. Una de las respuestas: "El
arte es un intento de defender la integridad del mundo, la
secreta unión entre todas las cosas. Sólo el arte presupone
una secreta relación entre la uña del dedo meñique de mi
mujer y el terremoto de Kobe".
Dubravka UGRESIC. El Museo de la rendición incondi-
cional.
Mis piernas, si tú supieras, ¡qué humo!
Pero tengo siempre tu rostro en la calesa...
Henri MICHAUX. Cit. por G. Picon.
Llegas a mí silenciosa como la lluvia no caída.
Brian PATTEN. Antología.
También llamaba: "¡Oh, vos que me sos tanto y para
quien, quizás, yo no sea ya, casi nada, espejismo en medio
de mi horizonte, rostro tan hermoso siempre en la distancia,
cómo se siente, mi ser, de miserable cuando pienso en nues-
tro amor! ¡Oh, lo no acontecido. Ya no sé buscar lo que me
es bueno. Ya no sé escapar de lo que es mi mal! Las tierras
labradas están detrás de mí. ¡Oh, qué difícil se hace sobre-
llevar el pensamiento de esta idea!"
Henri MICHAUX. Vientos y polvaredas (Inédito en castella-
no)
Estoy persuadido de que una Musa es una mujer muerta,
inaccesible o ausente; de que la estructura poética -como
el cañón que es sólo un agujero rodeado de acero- sólo
puede basarse sobre lo que no tiene y de que en última
instancia sólo podemos escribir para llenar el vacío o al
menos para situar, en relación con las partes más lúcidas
de nosotros mismos, el lugar donde este abismo inconmen-
surable bosteza en nuestro interior.
Michel LEIRIS. Cit. por J. Hawkes en 'Travestía'
Idea, para un atisbo de relato, basado en un ápice de fantasía,
de 2 personas que constantemente han oído hablar una de o-
tra, constantemente han estado a punto de cruzarse, constan-
temente se han perdido. No se han visto nunca por más que
repetidas veces les han dicho que deberían conocerse, etc.
Henry JAMES. Cuadernos de notas (1878-1911).
Se ha encontrado el "manjar de los dioses", pero nosotros
no lo comemos.
Viktor SHKLOVSKI. Zoo o cartas de no amor.
No olvidar las zanahorias.
Los pepinitos. Las hierbas
que se comen. Los repollos.
Las cebollas. Los puerros.
Los rábanos, los nabos, los perifollos,
el perejil. El cebollín y
su orgullo: la lechuga.
No olvidarse de luchar contra la soledad.
Henri DELUY. En Diario de Poesía N° 27.
He sido amada por algo extraño que me ha olvidado.
Djuna BARNES. El bosque de la noche.
Yo tenía un millón y medio de estrellas en el bolsillo; mucho
me temo que se haya perdido alguna.
Henri MICHAUX. Los que fui.
Epicteto decía que cuando Dios ya no es capaz de proveer-
nos de fe, amor, o de lo que sea, es porque está dando señal
de retirada.
Sergio BIZZIO. Rabia.
Te dejó en recuerdo una pulsera de plata,
un anillo de oro,
magullones en el muslo...
Estás cansada, por eso lloras.
Tennessee WILLIAMS. En el invierno de las ciudades.
Luz de gas en las tiendas,
el sino de los barcos,
y el viento de marea
toca la vieja herida.
Hasta que se te entumezcan los nervios y tu ahora sea
un tiempo demasiado tardío para el amor o para tenderse.
Acostumbrado al fin
a haber perdido,
a aceptar la penuria,
la sombra de la muerte.
W.H. AUDEN. Poemas.
Bajo las hojas de arce
Mi viejo hogar
Enterrado.
Entre los helechos del alero
El viento pasa.
Minamoto no Toshitori (s.XIII) Japanese Verse.
Cuando un alcohólico deja de beber, pierde la piel que lo
había protegido de todo aquello de lo que huye.
Alan WALL. Bendito seaa el ladrón.
¡Oh, bienaventurados fingimientos,
que en una ausencia tal, dulces engaños
ofrecéis a los tristes pensamientos!
Luis de CAMOENS (s. XVI) Antología del poema traducido.
Pensamiento olvidado, quisiera escribirlo; escribo, en cam-
bio, que lo he olvidado.
PASCAL. Pensamientos.
Esos cuerpos de nieve
no se van a fundir en sentimiento
si se conservan
Frescos, en el aire de la noche
sobre la superficie de la memoria.
Roxana PÁEZ. La indecisión. En Diario de Poesía 41, 1997.
En la noche del 19 de enero de 1979, cuando me dormía,
oí la voz de mi padre, que me decía algo. Me despabilé, pa-
ra poner atención, y en seguida empecé a olvidar irremedia-
blemente.
Adolfo BIOY CASARES. Descanso de caminantes. Diarios
íntimos.
L.D. se puso la bolsa bajo el brazo y cogió la maleta.
-Sólo quiero decir una cosa más -empezó.
Pero le resultó imposible imaginar cuál podría sea aquella
cosa.
Raymond CARVER: De qué hablamos cuando hablamos de
amor.
La mayor pérdida de Usama, un caballero árabe de la época
de las cruzadas: su biblioteca de 4000 volúmenes.
"¡4000 tomos, escritos valiosísimos! ¡Mientras viva, su pér-
dida seguirá siendo una herida en mi corazón!"
Elias CANETTI. El suplicio de las moscas.
"Cuando el tirador está en posición, su espíritu se concentra
para llegar a un estado de meditación completa." Interpreta
el tiro con arco japonés como un proceso de concentración
que va hasta la aniquilación de sí mismo. En el momento en
que lanza la flecha, el tirador vuelve en sí, y el mundo fami-
liar retoma su aspecto ordinario.
Hisayasu NAKAGAWA. Introducción a la cultura japonesa.
(Se refiere a Herrigel)
En el papel vacío se hallan los cantos más hermosos.
MALLURSSET (¿?). Citado por Marcel Bénabou en "Por
qué no he escrito ninguno de mis libros".
Que toda creación perezca , tan pronto como se la haya con-
cebido;
Que todo dios sea el dios del momento.
Marcel SCHWOB. El libro de Monelle.
Mi vocación se despertó tempranamente: a los 8 años decidí
ser aviador. Por una de esas confusiones, el que la cumplió
fue mi hermano. Supongo que a partir de ahí me quedé sin
vocación y tuve muchos oficios.
Rodolfo WALSH. Ese hombre.
Es la frase de Toukaram: He sufrido males espantosos. Ig-
noro lo que me reserva todavía mi pasado.
Pascal QUIGNARD. Las sombras errantes.
La perdición del creyente es encontrar su iglesia.
René CHAR. Citado por M. Benabou: Por qué no he escrito
mis libros. (Cito ahora a Imre Kertész: "Recuerdo las pala-
bras del párroco de Straslund el año pasado: 'Dios no tiene
religión'". En La última posada.)
LO PERDIDO
Canto lo perdido y lo ganado,
recorro una batalla que se libra de nuevo,
mi rey un rey perdido, perdida tropa mis hombres;
asi corran los pies hacia el alba y el ocaso,
siempre golpean la misma pequeña piedra.
William B. YEATS. Símbolos. (Poema entero)
PADRES
Y cómo flotan esos muertos
en sus palabras
en sus sombras.
FOGWILL. En Diario de poesía N° 27.
Esté todo el tiempo encima de la gente y logrará interferir
con el amor que le estaba destinado; muérase y dejará espa-
cio para usted.
Mark STRAND. En Diario de poesía N° 61.
(Kafka) sabe que el idioma pertenece a los muertos y a los
que todavía no nacieron. A los vivos, sólo les está permiti-
do utilizarlo por un tiempo determinado; después, como el
fuego que no es eterno, se apaga.
Luis GUSMÁN. Kafkas.
Yo soy no enuncia nada que esté dado antes de la enuncia-
ción.
Jean-Luc NANCY. Ego sum.
Me dijo que las víctimas de un trauma no asimilado creen
que están muertas y que no lo saben.
Amy HEMPEL. Cuentos completos.
cuando más vale que un hombre inexistente
haya partido
(ausencia que es gas para inflar globos)
y nos queda aplastado el pensamiento,
la sensación, la voluntad.
Marge PIERCY. En T. López Mills, "Traslaciones".
Aquello que no pudimos cumplir,
aquello negado al amor,
perdido en la anticipación,
se cumple en un descenso,
sin fin: indestructible.
William C. WILLIAMS. En 'Cuaderno de traducciones'.
Creces como cuantos están olvidados
Paul CELAN. Amapola y memoria.
Si te vas es como si no existieras,
y como si tampoco yo existiera.
Marina TSVIETÁIEVA. Antología poética.
La besé en la boca, que estaba vacía de toda pasión pero no
tenía ya la indiferencia de merluza distraída de la primera
vez, sino una tenue calidez amistosa.
Salvador BENESDRA. El traductor.
Mi caso, para ser breve, es éste: he perdido completamente
la facultad de reflexionar o hablar en forma coherente sobre
cualquier tema.
Hugo von HOFFMANNSTHAL. La carta de Lord Chandos.
CEMENTERIO
Sotos de hojas cercan
el cementerio.
Y con la voz suave del verano
dicen
lo que no puede volver.
Por la hierba algún viento busca algo
perdido.
Pero el tiempo ya se fue
por las puertas enrejadas.
Harry MARTINSON. En O. Paz: Versiones y diversiones.
Poema completo.
Tú eras mi muerte,
mientras todo se me escapaba
a tí te podía retener.
Paul CELAN. Cit. por P. Auster en "Pista de despegue".
Quien posee una llave sin cerradura nunca debe tener los
dos pies en el mismo zapato. Tiene que recorrer los mares
y los continentes, con la llave en la mano, probándola en
todo aquello que tenga apariencia de cerradura. ¿Para qué
sirve esto?, suelen preguntar los niños todo el rato, per-
suadidos de que cada objeto es una llave que justifica una
cerradura.
Michel TOURNIER. El árbol y el camino.
Habrá una escritura de lo no escrito.
Algún día esto llegará.
Una escritura breve, sin gramática, una
escritura hecha sólo de palabras.
Palabras sin gramática de apoyo. Perdidas.
Allá, escritas. Y enseguida abandonadas.
Marguerite DURAS. Esto es todo.
Así la ayuda vuelve a irse sin haber ayudado.
Franz KAFKA. En las notitas que escribió en sus últimos
días, cuando ya no podía hablar.
Bach, que, cuando murió su mujer, dijo a los criados que
le dijeran a su mujer que se ocupara de las exequias.
Fleur JAEGGY. El último de la estirpe.
Su espíritu se retrajo a una región más alejada de la vida de
relación, menos responsable, en la que los pensamientos
quedaban libres de girar hacia la esperanza sin arrastrar con-
sigo las tristezas cotidianas.
Jorge BARÓN BIZA. El desierto y su semilla.
No sé qué hacer con el conocimiento que he adquirido.
Podría dárselo a alguien, supongo. Espera, no, entonces
no sabrían qué hacer con él.
Supongo que podría relajarme.
Sí, es lo que debe ser sonreímos.
John ASHBERY. Secretos chinos.
Un día nada es. El tiempo justo de volverse uno mismo,
y sobreviene la noche.
PETRONIO. El Satiricón.
Algunas de las fotos las llevo tan grabadas en el alma que
a menudo siento como si hubieran sido impresas sobre mi
persona en lugar de sobre papel. Se hicieron en mi presen-
cia; yo vi la transformación, en un solo segundo de una per-
sona en fotografía, y sé que de otro modo ese segundo se
habría disuelto en la inmensidad del olvido...
Cees NOOTEBOOM. Lluvia roja.
La poesía es el gato muerto del mundo consumista, hedo-
nista y mediático en el que vivimos. No se puede imaginar
una presencia más ausente, una grandeza más humilde, un
terror más dulce.
Mircea CARTARESCU. El ojo castaño de nuestro amor.
lo que siempre acaba por descubrirse con asombro y per-
plejidad: el hombre al que se ama es un extraño.
Annie ERNAUX. Pura pasión.
Quedaba el último recodo del camino. Por un momento
fue como si una luz nunca vista antes, increíblemente viva,
inundase la tierra. Unos pasos más aún y en aquella luz ve-
ría su casa, y su madre se acercaría a él hijo pródigo, y él
se arrodillaría ante ella, las jóvenes y bellas manos de ella
se posarían sobre su cabeza calva y cana.
Vio los matorrales, los lúpulos. Ni casa, ni pozo; sólo algu-
nas piedras blancas, dispersas en medio de la hierba polvo-
rienta, quemada por el sol.
Permaneció allí, de pie: canoso, encorvado y aún así el
mismo de antes, inalterable.
Vasili GROSSMAN. Todo fluye. (Son las palabras finales
del último libro que escribió.)
Toda la isla está sembrada de homéricos huesos amarillos,
restos de los devotos picnics de la gente de las cercanías.
Aparte de eso, está literalmente pavimentada por la ígnea
losa rojiza de las tumbas sin nombre, que se yerguen, se
quiebran y se desmigajan.
Osip MANDELSTAM. Viaje a Armenia. (Se trata de la is-
la de Sevan)
Mamie sonrió. Pensó en lo agradable que debía de ser ha-
llarse pacíficamente libre del amor, del amor y de sus de-
seos implícitos, un marido y una mujer como dos colegas
del ejército que se cuentan anécdotas y apuestan en los
campeonatos nacionales de béisbol.
Lorrie MOORE. Como la vida.
Estoy en todas partes y en ninguna. Un pasajero en un bar-
co fantasma.
Charles SIMIC. El monstruo ama su laberinto.
Y si no hay mayor dicha que en la coincidencia de un amor
y de una gran esperanza humana, no hay probablemente ma-
yor desgracia que cuando el abandono llega para quitároslo
todo, desde lo que un instante antes era aún lo más carnal-
mente próximo a vosotros, hasta los vastos horizontes que
el pensamiento creía abrazar.
Olivier ROLIN. Port Sudan.
Rico de un amor inmerecido, perdí con ser amado. Toda mi
fortuna se fundió en un sólo día.
Henri MICHAUX. Poemas.
Cuando leemos nos reencontramos, y cuando vamos al cine
nos perdemos.
Marguerite DURAS. Los ojos verdes.
Sólo existe la lucha por recobrar lo que se ha perdido
Y encontrado y vuelto a perder muchas veces: y ahora
[en condiciones
Que no parecen propicias. Pero tal vez ni ganancia ni pér-
[dida.
Para nosotros, sólo existe el intento. El resto no es cosa
[nuestra.
T.S. ELIOT. La tierra baldía.
Esa tarde estaba sentado en el café Deux Magots [...] De
golpe, con una violencia irresistible, se apoderó de mí la
idea de un gráfico que esquematizara mi vida, y en el
mismo momento supe cómo había que encararlo. Era una
cuestión muy simple con la cual exploraba mi pasado, y
las respuestas se dibujaban solas sobre la hoja. Cuando
perdí esa hoja, uno o dos años después, me sentí inconso-
lable.
Walter BENJAMIN. Cit. por Genevieve Brisac. Clarín Cul-
tural, 5/7/90.
Mira el mirlo, la linda golondrina ansiosa,
el milano, y todas las aves que se deslizan
en el suave flujo esencial
del tiempo a través de los hombres, que desaparecen.
Allen TATE. Poemas selectos.
Sé nadar como los otros, pero tengo una memoria mejor que
ellos, no he olvidado el anterior no-saber-nadar. Como no lo
he olvidado, el saber-nadar no me ayuda en nada, y realmen-
te no sé nadar.
Franz KAFKA. Carta al padre.
Es extraordinaria la cantidad de cosas que nos han enseñado
a no comprender.
Oscar WILDE. Mínimas.
En esta fiesta, a la orilla del río de la muerte, las más hermo-
sas -desperdiciaban sin consideración su tiempo- soñadoras
incurables de una recompensa celeste.
Takis SINÓPOLUS. Antología de la poesía griega contempo-
ránea.
La incredulidad es el instinto correcto, porque ¿cómo pue-
den estar los muertos realmente muertos? Pienso esto por-
que la ausencia nunca me ha parecido vacía o pasiva, sino
más bien un lugar ocupado, ruidoso e insistente.
Hisham MATAR. El regreso.
Todas las pasiones pasan y se van apagando, excepto las
más antiguas, las de la infancia. Los mitos ambiciosos o libi-
dinosos de la infancia son insaciables, porque la edad madu-
ra -el único momento de la vida que podría saciarlos- desper-
dicia las ocasiones- frescura de los sentidos, circunstancias
positivas en las que esas pasiones podrían haberse expandido
de manera natural.
Cesare PAVESE. Carta del 5 de abril de 1949.
A ti también te dejaré, a ti cuyo nombre no voy a decir,
y de quien no sé casi nada,
aunque a menudo haya pasado tan cerca de ti
que creía que mi vida podría detenerse en ese instante.
Henri MICHAUX. Los que fui.
¡Cuánto más fácil resulta querer al que se despide! Pues la
llama destinada a quien se aleja arde con mayor pureza, ali-
mentada por el fugaz pañuelo que hace señas desde el barco
o la ventanilla del tren. El alejamiento penetra como un tin-
te en aquel que desaparece impregnándole de un suave ardor.
Walter BENJAMIN. Calle de mano única.
Es que estos miles no eran ya regimientos como en tiempos
de paz. Ni siquiera podían compararse a unos cuantos bata-
llones de tropa común como la que había antes. Pero el asun-
to era que no debían haber vuelto. No eran ya oficiales, ni si-
quiera eran soldados, ya no eran nada. Tampoco la revolución
era una revolución, sólo era lo que quedaba cuando todo lo
demás había terminado.
Alexander LERNET-HOLENIA. El estandarte.
Es dulce adormecerse en el corazón roto de las cosas.
Aimé CESAIRE. Antología poética (Fausto)
Pudo gozar por fin a gusto del lujo supremo que consiste en
prescindir de todo.
Marguerite YOURCENAR. Cuentos orientales.
La tradición oral está muerta y con ella las memorias. La
tribu gitana recuerda, pero los que saben escribir olvidan.
Anota y olvida.
Tomas TRANSTRÖMER. El cielo a medio hacer.
La pasión de amor la barre el hambre;
si no, el tiempo;
y si no puedes servirte de estos remedios, la soga.
CRATES de TEBAS. (s. IV a.C.)
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa, sin saberlo, nos hemos despedido?
Jorge Luis BORGES. Antología poética.
El hombre actual sólo quiere recobrar lo maravilloso, lo mara-
villoso de la extrañeza verdadera.
Henri MICHAUX.
Ya nunca más nos saludamos
con el hermoso saludo de lágrimas.
Indios AXE (de Paraguay), hablando de su extinción.
También dijeron: "Ahora/ nuestras hijas/ lindísimas mujeres/
¿la tierra grande no las cubrió?/ Yo que ya no estoy por entre
las columnas de la selva,/ todavía nada sé que me sosiegue."
En la educación de los hijos, que dura desde los 5 hasta los
20 años, solamente les enseñan tres cosas: montar a caballo,
disparar el arco y decir la verdad.
Ningún hijo se presenta a la vista de su padre antes de los 5
años; antes vive y se cría entre las mujeres de la casa; y esto
se hace con la mira de que, si el niño muriese en los primeros
años de su crianza, ningún disgusto reciba por ello su padre.
HERODOTO. Libro I.
Resuenan pisadas en la memoria
Por el sendero que no recorrimos
Hacia la puerta que no abrimos nunca
En el jardín de rosas
T.S. ELIOT. La tierra baldía. [Jardín de rosas: una metáfora
frecuente en Eliot para el Paraíso.]
está todavía el conmovedor epitafio de Adriano que hizo cons-
truir este imponente mausoleo, tumba de emperadores, hace
unos dos mil años (la fortaleza de Castel Sant'Angelo): "Peque-
ña alma vagabunda y trémula, huésped del cuerpo..."
Vlady KOCIANCICH. Sobre Roma en un artículo publicado
en Clarín el 7/9/97.
Nunca he sido estrechado por los brazos de una mujer con la
plenitud de abandono, los nudos recíprocos, el ardor de pa-
sión que he buscado y cuyo encanto valdría toda una vida.
CHATEAUBRIAND. Cit. por A. Camus en "Carnets".
Yo que tantos he sido
no he sido aquel en cuyos brazos
desfallecía Matilde Urbach.
Jorge Luis BORGES. Poesía completa.
Sin embargo, oh amigo,
Ya que estar libre de sí mismo es alcanzar el cielo,
Hacerle trampa al mundo y no dejar aquí huella alguna:-
¿No es esto lo mejor?
T.E. LAWRENCE. Revista Sur 153/6.
La pasión de amor la barre el hambre;
si no, el tiempo;
y si no puedes servirte de estos remedios, la soga.
CRATES de TEBAS. (s. IV a.C.)
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa, sin saberlo, nos hemos despedido?
Jorge Luis BORGES. Antología poética.
El hombre actual sólo quiere recobrar lo maravilloso, lo mara-
villoso de la extrañeza verdadera.
Henri MICHAUX.
Ya nunca más nos saludamos
con el hermoso saludo de lágrimas.
Indios AXE (de Paraguay), hablando de su extinción.
También dijeron: "Ahora/ nuestras hijas/ lindísimas mujeres/
¿la tierra grande no las cubrió?/ Yo que ya no estoy por entre
las columnas de la selva,/ todavía nada sé que me sosiegue."
En la educación de los hijos, que dura desde los 5 hasta los
20 años, solamente les enseñan tres cosas: montar a caballo,
disparar el arco y decir la verdad.
Ningún hijo se presenta a la vista de su padre antes de los 5
años; antes vive y se cría entre las mujeres de la casa; y esto
se hace con la mira de que, si el niño muriese en los primeros
años de su crianza, ningún disgusto reciba por ello su padre.
HERODOTO. Libro I.
Resuenan pisadas en la memoria
Por el sendero que no recorrimos
Hacia la puerta que no abrimos nunca
En el jardín de rosas
T.S. ELIOT. La tierra baldía. [Jardín de rosas: una metáfora
frecuente en Eliot para el Paraíso.]
está todavía el conmovedor epitafio de Adriano que hizo cons-
truir este imponente mausoleo, tumba de emperadores, hace
unos dos mil años (la fortaleza de Castel Sant'Angelo): "Peque-
ña alma vagabunda y trémula, huésped del cuerpo..."
Vlady KOCIANCICH. Sobre Roma en un artículo publicado
en Clarín el 7/9/97.
Nunca he sido estrechado por los brazos de una mujer con la
plenitud de abandono, los nudos recíprocos, el ardor de pa-
sión que he buscado y cuyo encanto valdría toda una vida.
CHATEAUBRIAND. Cit. por A. Camus en "Carnets".
Yo que tantos he sido
no he sido aquel en cuyos brazos
desfallecía Matilde Urbach.
Jorge Luis BORGES. Poesía completa.
Sin embargo, oh amigo,
Ya que estar libre de sí mismo es alcanzar el cielo,
Hacerle trampa al mundo y no dejar aquí huella alguna:-
¿No es esto lo mejor?
T.E. LAWRENCE. Revista Sur 153/6.
Ya no hay hombres como los que, en tiempos pasados, daban
gracias por el nacimiento de una nueva mañana.
RIGVEDA, Mandala I, Himno 113.
No saqué billete para la vida,
erré la puerta del sentimiento,
no hubo voluntad u ocasión que yo no perdiese.
Fernando PESSOA. Tabaquería.
Pensé en Ptolomeo y por alguna extraña razón ese pensamiento
se precipitó hacia la frase: "¡Cuántos encuentros perdidos!"
RR
Un cabaret con pretensiones (El Patio). Un letrerito al lado, co-
mo quien no quiere la cosa: SE NECESITA BARMAN, MO-
ZOS Y BAILARINAS.
Alfredo BRYCE ECHENIQUE. Crónicas.
Se mece la laguna en oleaje:
sus mil mínimos destellos martirizan la pupila gris
por el tesón de recordar este paisaje
capaz de prescindir de mí.
Joseph BRODSKY. No vendrá....
Dirijo sin cesar al ausente el discurso de su ausencia: situa-
ción en suma inaudita: el otro está ausente como referente,
presente como alocutor. De esta distorsión singular nace una
suerte de presente insostenible; estoy atrapado entre dos tiem-
pos, el tiempo de la referencia y el tiempo de la alocución:
has partido (de ello me quejo), estás ahí (puesto que me dirijo
a ti). Sé entonces lo que es el presente, ese tiempo difícil: un
mero fragmento de angustia.
Roland BARTHES. Fragmentos de un discurso amoroso.
HIC ET NUNC
Soy una estatua mutilada
en el fondo de agua clara.
Fijo en un gesto -y roto.
Sólo un temblor de cosas
espejadas -árboles que se encielan
y rápidos vuelos - puede darme
delirio de tiempo,
transformar la nada en palabra.
Leonardo SCIACIA. Sicilia, su corazón. En Diario de poe-
sía N° 16. Poema completo.
Nos vinculan a nuestras pérdidas: o peor,
nos muestran lo que tenemos como antaño fue,
en su cegadora plenitud, como si de haber actuado de otro
[modo
pudiéramos haberlo conservado así.
Philip LARKIN. Las bodas de Pentecostés.
Lo decías a menudo: siempre
falta algo.
*
Acababas de morir.
Henri DELUY. En Diario de Poesía, N° 27, 1993.
Yo he perdido tu garganta menuda,
menuda,
y tu inefable proximidad.
Henri MICHAUX. Poemas.
De pronto,
al perderte,
eras todo lo que me quedaba
RR
Me acordaba de la persona que había yo dejado de ver, y
no comprendía cómo puede dejarse alguna vez de ver a las
personas.
Rainer M. RILKE. Los cuadernos de Malte...
Te fuiste y fui
nada queda de mí.
Max AUB. Antología traducida. (Los textos de Aub son ca-
si siempre apócrifos. Pero en este caso se cita a sí mismo co-
mo si él también fuese un 'autor apócrifo'.)
NOMBRARTE
No el poema de tu ausencia,
sólo un dibujo, una grieta en el muro,
algo en el viento, un sabor amargo.
Alejandra PIZARNIK. Poemas. (Poema completo)
CANCIÓN
Lo olvidó en sueños.
Lo olvidó todo
y se abrazó a él.
Olvidó que se divorciaban.
Eran en sueños. Lo olvidó
y se abrazó a él.
Agnieszka WOLNY-HAMKALO (n.1979). Poesía a contra-
golpe.
Tuve a veces caridad.
No logré que fluyese a través.
Una lucecita como de hacha de viento
que nos guíe y devuelva el esplendor.
Ezra POUND. Canto 116.
Cuando los ojos
hayan hecho su parte,
el pensamiento
hará durar
tal maravilla
en el corazón.
Samuel DANIEL. En T. López Mills. Traslaciones.
Cuando nos separemos, tú serás como la hierba acuática
que vaga a 10 mil li.
LI PO (El li, valga el juego de palabras que casualmente
se produce, mide 576 metros)
Todo lo raro pierde un 90% en el habla.
Henri MICHAUX. Antología poética.
Podría decirse, por ejemplo, que tomar una esposa es dotar-
se de una historia. Y si ello es así, debo entender que yo es-
toy ahora fuera de la historia.(...) O podría decirse que mi
historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin his-
toria.
Raymond CARVER. Tres rosas amarillas.
Aunque estoy en Kyoto,
cuando canta el cuclillo
extraño a Kyoto.
BASHÔ. En viaje.
No es la bienamada quien está lejana, sino que es lo leja-
no la bienamada.
Karl KRAUS.
Sin ti
me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor
Alejandra PIZARNIK
Tantas veces, en el curso de mi vida, la realidad me había
decepcionado porque, en el momento en que la percibía,
mi imaginación, que era mi único órgano para gozar de la
belleza, no podía aplicarse a ella en virtud de la ley inevi-
table que quiere que no se pueda imaginar más que lo que
está ausente.
Marcel PROUST. Cit. por Bataille.
¡Qué difícil era en aquella habitación -frente al calendario,
rodeado de las pertenencias de mi madre, mientras el suave
cántico de los miembros del ashram llegaba apaciblemente
por las ventanas abiertas- negar el hecho de que el pasado
que había dado forma y coherencia a la vida de mis padres
ya no existía para mí!
Pankaj MISHRA. Los románticos.
En opinión de Elías Canetti, la singularidad de Walser con-
sistía en que, al escribir, negaba siempre su miedo en lo más
íntimo, excluía continuamente una parte de sí mismo. En esa
ausencia, decía Canetti, se basaba lo peculiarmente inquie-
tante que había en él.
W.G. SEBALD. El paseante solitario. En recuerdo de Robert
Walser.
¡Argentina! En sueños, con los ojos entornados, vuelvo a
buscarla en mi interior -con todas mis fuerzas. ¡Argentina!
Es extraño y sólo quisiera saber, ¿por qué nunca se me
produjo en Argentina semejante pasión por Argentina?
¿Por qué me asalta ahora, cuando ya me he alejado?
Witold GOMBROWICZ. Diario argentino.
vienen/ iguales y distintas
con cada una es igual y diferente
con cada una la ausencia de amor es diferente
con cada una la ausencia de amor es semejante
Samuel BECKETT. Detritus.
El alejamiento penetra como tinta en aquel que se aleja,
impregnándole de un suave ardor.
Walter BENJAMIN. Dirección única.
Nuestro padre fue sin duda alguna una figura autocrática,
impresionante, solitaria. Había crecido en una familia de
cellistas, amantes de la cultura alemana, había visitado
Alemania en 1930, cuando tenía diez años; había visto a
Hiter en el vestíbulo de un hotel y Hitler lo había deslum-
brado. Pero cuando toda esa celebridad y esa música se in-
terpretaron a sí mismas tan mal en la historia, él se retiró con
sus pasiones, se hizo bautista, escuchó, transportado, sinfo-
níasny trató de recordar los nombres de sus hijos.
Lorrie MOORE. Hospital de ranas.
Lamento haber extraviado aquel primer cuaderno. Recuer-
do la sensación de desasosiego -ahora, atenuado aquello,
sólo me resta curiosidad-, como si al perderlo se me hu-
biera perdido algo de valor incalculable. Siempre me pasa
lo mismo con las cosas que extravío, más aún si son car-
tas o escritos de cualquier índole.
Abelardo CASTILLO. Diarios. 1954-1991
Was is Kunst? ¿Qué es el arte. Una de las respuestas: "El
arte es un intento de defender la integridad del mundo, la
secreta unión entre todas las cosas. Sólo el arte presupone
una secreta relación entre la uña del dedo meñique de mi
mujer y el terremoto de Kobe".
Dubravka UGRESIC. El Museo de la rendición incondi-
cional.
Mis piernas, si tú supieras, ¡qué humo!
Pero tengo siempre tu rostro en la calesa...
Henri MICHAUX. Cit. por G. Picon.
Llegas a mí silenciosa como la lluvia no caída.
Brian PATTEN. Antología.
También llamaba: "¡Oh, vos que me sos tanto y para
quien, quizás, yo no sea ya, casi nada, espejismo en medio
de mi horizonte, rostro tan hermoso siempre en la distancia,
cómo se siente, mi ser, de miserable cuando pienso en nues-
tro amor! ¡Oh, lo no acontecido. Ya no sé buscar lo que me
es bueno. Ya no sé escapar de lo que es mi mal! Las tierras
labradas están detrás de mí. ¡Oh, qué difícil se hace sobre-
llevar el pensamiento de esta idea!"
Henri MICHAUX. Vientos y polvaredas (Inédito en castella-
no)
Estoy persuadido de que una Musa es una mujer muerta,
inaccesible o ausente; de que la estructura poética -como
el cañón que es sólo un agujero rodeado de acero- sólo
puede basarse sobre lo que no tiene y de que en última
instancia sólo podemos escribir para llenar el vacío o al
menos para situar, en relación con las partes más lúcidas
de nosotros mismos, el lugar donde este abismo inconmen-
surable bosteza en nuestro interior.
Michel LEIRIS. Cit. por J. Hawkes en 'Travestía'
Idea, para un atisbo de relato, basado en un ápice de fantasía,
de 2 personas que constantemente han oído hablar una de o-
tra, constantemente han estado a punto de cruzarse, constan-
temente se han perdido. No se han visto nunca por más que
repetidas veces les han dicho que deberían conocerse, etc.
Henry JAMES. Cuadernos de notas (1878-1911).
Se ha encontrado el "manjar de los dioses", pero nosotros
no lo comemos.
Viktor SHKLOVSKI. Zoo o cartas de no amor.
No olvidar las zanahorias.
Los pepinitos. Las hierbas
que se comen. Los repollos.
Las cebollas. Los puerros.
Los rábanos, los nabos, los perifollos,
el perejil. El cebollín y
su orgullo: la lechuga.
No olvidarse de luchar contra la soledad.
Henri DELUY. En Diario de Poesía N° 27.
He sido amada por algo extraño que me ha olvidado.
Djuna BARNES. El bosque de la noche.
Yo tenía un millón y medio de estrellas en el bolsillo; mucho
me temo que se haya perdido alguna.
Henri MICHAUX. Los que fui.
Epicteto decía que cuando Dios ya no es capaz de proveer-
nos de fe, amor, o de lo que sea, es porque está dando señal
de retirada.
Sergio BIZZIO. Rabia.
Te dejó en recuerdo una pulsera de plata,
un anillo de oro,
magullones en el muslo...
Estás cansada, por eso lloras.
Tennessee WILLIAMS. En el invierno de las ciudades.
Luz de gas en las tiendas,
el sino de los barcos,
y el viento de marea
toca la vieja herida.
Hasta que se te entumezcan los nervios y tu ahora sea
un tiempo demasiado tardío para el amor o para tenderse.
Acostumbrado al fin
a haber perdido,
a aceptar la penuria,
la sombra de la muerte.
W.H. AUDEN. Poemas.
Bajo las hojas de arce
Mi viejo hogar
Enterrado.
Entre los helechos del alero
El viento pasa.
Minamoto no Toshitori (s.XIII) Japanese Verse.
Cuando un alcohólico deja de beber, pierde la piel que lo
había protegido de todo aquello de lo que huye.
Alan WALL. Bendito seaa el ladrón.
¡Oh, bienaventurados fingimientos,
que en una ausencia tal, dulces engaños
ofrecéis a los tristes pensamientos!
Luis de CAMOENS (s. XVI) Antología del poema traducido.
Pensamiento olvidado, quisiera escribirlo; escribo, en cam-
bio, que lo he olvidado.
PASCAL. Pensamientos.
Esos cuerpos de nieve
no se van a fundir en sentimiento
si se conservan
Frescos, en el aire de la noche
sobre la superficie de la memoria.
Roxana PÁEZ. La indecisión. En Diario de Poesía 41, 1997.
En la noche del 19 de enero de 1979, cuando me dormía,
oí la voz de mi padre, que me decía algo. Me despabilé, pa-
ra poner atención, y en seguida empecé a olvidar irremedia-
blemente.
Adolfo BIOY CASARES. Descanso de caminantes. Diarios
íntimos.
L.D. se puso la bolsa bajo el brazo y cogió la maleta.
-Sólo quiero decir una cosa más -empezó.
Pero le resultó imposible imaginar cuál podría sea aquella
cosa.
Raymond CARVER: De qué hablamos cuando hablamos de
amor.
La mayor pérdida de Usama, un caballero árabe de la época
de las cruzadas: su biblioteca de 4000 volúmenes.
"¡4000 tomos, escritos valiosísimos! ¡Mientras viva, su pér-
dida seguirá siendo una herida en mi corazón!"
Elias CANETTI. El suplicio de las moscas.
"Cuando el tirador está en posición, su espíritu se concentra
para llegar a un estado de meditación completa." Interpreta
el tiro con arco japonés como un proceso de concentración
que va hasta la aniquilación de sí mismo. En el momento en
que lanza la flecha, el tirador vuelve en sí, y el mundo fami-
liar retoma su aspecto ordinario.
Hisayasu NAKAGAWA. Introducción a la cultura japonesa.
(Se refiere a Herrigel)
En el papel vacío se hallan los cantos más hermosos.
MALLURSSET (¿?). Citado por Marcel Bénabou en "Por
qué no he escrito ninguno de mis libros".
Que toda creación perezca , tan pronto como se la haya con-
cebido;
Que todo dios sea el dios del momento.
Marcel SCHWOB. El libro de Monelle.
Mi vocación se despertó tempranamente: a los 8 años decidí
ser aviador. Por una de esas confusiones, el que la cumplió
fue mi hermano. Supongo que a partir de ahí me quedé sin
vocación y tuve muchos oficios.
Rodolfo WALSH. Ese hombre.
Es la frase de Toukaram: He sufrido males espantosos. Ig-
noro lo que me reserva todavía mi pasado.
Pascal QUIGNARD. Las sombras errantes.
La perdición del creyente es encontrar su iglesia.
René CHAR. Citado por M. Benabou: Por qué no he escrito
mis libros. (Cito ahora a Imre Kertész: "Recuerdo las pala-
bras del párroco de Straslund el año pasado: 'Dios no tiene
religión'". En La última posada.)
LO PERDIDO
Canto lo perdido y lo ganado,
recorro una batalla que se libra de nuevo,
mi rey un rey perdido, perdida tropa mis hombres;
asi corran los pies hacia el alba y el ocaso,
siempre golpean la misma pequeña piedra.
William B. YEATS. Símbolos. (Poema entero)
PADRES
Y cómo flotan esos muertos
en sus palabras
en sus sombras.
FOGWILL. En Diario de poesía N° 27.
Esté todo el tiempo encima de la gente y logrará interferir
con el amor que le estaba destinado; muérase y dejará espa-
cio para usted.
Mark STRAND. En Diario de poesía N° 61.
(Kafka) sabe que el idioma pertenece a los muertos y a los
que todavía no nacieron. A los vivos, sólo les está permiti-
do utilizarlo por un tiempo determinado; después, como el
fuego que no es eterno, se apaga.
Luis GUSMÁN. Kafkas.
Yo soy no enuncia nada que esté dado antes de la enuncia-
ción.
Jean-Luc NANCY. Ego sum.
Me dijo que las víctimas de un trauma no asimilado creen
que están muertas y que no lo saben.
Amy HEMPEL. Cuentos completos.
cuando más vale que un hombre inexistente
haya partido
(ausencia que es gas para inflar globos)
y nos queda aplastado el pensamiento,
la sensación, la voluntad.
Marge PIERCY. En T. López Mills, "Traslaciones".
Aquello que no pudimos cumplir,
aquello negado al amor,
perdido en la anticipación,
se cumple en un descenso,
sin fin: indestructible.
William C. WILLIAMS. En 'Cuaderno de traducciones'.
Creces como cuantos están olvidados
Paul CELAN. Amapola y memoria.
Si te vas es como si no existieras,
y como si tampoco yo existiera.
Marina TSVIETÁIEVA. Antología poética.
La besé en la boca, que estaba vacía de toda pasión pero no
tenía ya la indiferencia de merluza distraída de la primera
vez, sino una tenue calidez amistosa.
Salvador BENESDRA. El traductor.
Mi caso, para ser breve, es éste: he perdido completamente
la facultad de reflexionar o hablar en forma coherente sobre
cualquier tema.
Hugo von HOFFMANNSTHAL. La carta de Lord Chandos.
CEMENTERIO
Sotos de hojas cercan
el cementerio.
Y con la voz suave del verano
dicen
lo que no puede volver.
Por la hierba algún viento busca algo
perdido.
Pero el tiempo ya se fue
por las puertas enrejadas.
Harry MARTINSON. En O. Paz: Versiones y diversiones.
Poema completo.
Tú eras mi muerte,
mientras todo se me escapaba
a tí te podía retener.
Paul CELAN. Cit. por P. Auster en "Pista de despegue".
Quien posee una llave sin cerradura nunca debe tener los
dos pies en el mismo zapato. Tiene que recorrer los mares
y los continentes, con la llave en la mano, probándola en
todo aquello que tenga apariencia de cerradura. ¿Para qué
sirve esto?, suelen preguntar los niños todo el rato, per-
suadidos de que cada objeto es una llave que justifica una
cerradura.
Michel TOURNIER. El árbol y el camino.
Habrá una escritura de lo no escrito.
Algún día esto llegará.
Una escritura breve, sin gramática, una
escritura hecha sólo de palabras.
Palabras sin gramática de apoyo. Perdidas.
Allá, escritas. Y enseguida abandonadas.
Marguerite DURAS. Esto es todo.
Así la ayuda vuelve a irse sin haber ayudado.
Franz KAFKA. En las notitas que escribió en sus últimos
días, cuando ya no podía hablar.
Bach, que, cuando murió su mujer, dijo a los criados que
le dijeran a su mujer que se ocupara de las exequias.
Fleur JAEGGY. El último de la estirpe.
Su espíritu se retrajo a una región más alejada de la vida de
relación, menos responsable, en la que los pensamientos
quedaban libres de girar hacia la esperanza sin arrastrar con-
sigo las tristezas cotidianas.
Jorge BARÓN BIZA. El desierto y su semilla.
No sé qué hacer con el conocimiento que he adquirido.
Podría dárselo a alguien, supongo. Espera, no, entonces
no sabrían qué hacer con él.
Supongo que podría relajarme.
Sí, es lo que debe ser sonreímos.
John ASHBERY. Secretos chinos.
Un día nada es. El tiempo justo de volverse uno mismo,
y sobreviene la noche.
PETRONIO. El Satiricón.
Algunas de las fotos las llevo tan grabadas en el alma que
a menudo siento como si hubieran sido impresas sobre mi
persona en lugar de sobre papel. Se hicieron en mi presen-
cia; yo vi la transformación, en un solo segundo de una per-
sona en fotografía, y sé que de otro modo ese segundo se
habría disuelto en la inmensidad del olvido...
Cees NOOTEBOOM. Lluvia roja.
La poesía es el gato muerto del mundo consumista, hedo-
nista y mediático en el que vivimos. No se puede imaginar
una presencia más ausente, una grandeza más humilde, un
terror más dulce.
Mircea CARTARESCU. El ojo castaño de nuestro amor.
lo que siempre acaba por descubrirse con asombro y per-
plejidad: el hombre al que se ama es un extraño.
Annie ERNAUX. Pura pasión.
Quedaba el último recodo del camino. Por un momento
fue como si una luz nunca vista antes, increíblemente viva,
inundase la tierra. Unos pasos más aún y en aquella luz ve-
ría su casa, y su madre se acercaría a él hijo pródigo, y él
se arrodillaría ante ella, las jóvenes y bellas manos de ella
se posarían sobre su cabeza calva y cana.
Vio los matorrales, los lúpulos. Ni casa, ni pozo; sólo algu-
nas piedras blancas, dispersas en medio de la hierba polvo-
rienta, quemada por el sol.
Permaneció allí, de pie: canoso, encorvado y aún así el
mismo de antes, inalterable.
Vasili GROSSMAN. Todo fluye. (Son las palabras finales
del último libro que escribió.)
Toda la isla está sembrada de homéricos huesos amarillos,
restos de los devotos picnics de la gente de las cercanías.
Aparte de eso, está literalmente pavimentada por la ígnea
losa rojiza de las tumbas sin nombre, que se yerguen, se
quiebran y se desmigajan.
Osip MANDELSTAM. Viaje a Armenia. (Se trata de la is-
la de Sevan)
Mamie sonrió. Pensó en lo agradable que debía de ser ha-
llarse pacíficamente libre del amor, del amor y de sus de-
seos implícitos, un marido y una mujer como dos colegas
del ejército que se cuentan anécdotas y apuestan en los
campeonatos nacionales de béisbol.
Lorrie MOORE. Como la vida.
Estoy en todas partes y en ninguna. Un pasajero en un bar-
co fantasma.
Charles SIMIC. El monstruo ama su laberinto.
Y si no hay mayor dicha que en la coincidencia de un amor
y de una gran esperanza humana, no hay probablemente ma-
yor desgracia que cuando el abandono llega para quitároslo
todo, desde lo que un instante antes era aún lo más carnal-
mente próximo a vosotros, hasta los vastos horizontes que
el pensamiento creía abrazar.
Olivier ROLIN. Port Sudan.
Rico de un amor inmerecido, perdí con ser amado. Toda mi
fortuna se fundió en un sólo día.
Henri MICHAUX. Poemas.
Cuando leemos nos reencontramos, y cuando vamos al cine
nos perdemos.
Marguerite DURAS. Los ojos verdes.
Sólo existe la lucha por recobrar lo que se ha perdido
Y encontrado y vuelto a perder muchas veces: y ahora
[en condiciones
Que no parecen propicias. Pero tal vez ni ganancia ni pér-
[dida.
Para nosotros, sólo existe el intento. El resto no es cosa
[nuestra.
T.S. ELIOT. La tierra baldía.
Esa tarde estaba sentado en el café Deux Magots [...] De
golpe, con una violencia irresistible, se apoderó de mí la
idea de un gráfico que esquematizara mi vida, y en el
mismo momento supe cómo había que encararlo. Era una
cuestión muy simple con la cual exploraba mi pasado, y
las respuestas se dibujaban solas sobre la hoja. Cuando
perdí esa hoja, uno o dos años después, me sentí inconso-
lable.
Walter BENJAMIN. Cit. por Genevieve Brisac. Clarín Cul-
tural, 5/7/90.
Mira el mirlo, la linda golondrina ansiosa,
el milano, y todas las aves que se deslizan
en el suave flujo esencial
del tiempo a través de los hombres, que desaparecen.
Allen TATE. Poemas selectos.
El hermano que no existió porque vos exististe en su lugar. Si
te hubieran concebido segundos antes o segundos después, no
serías quien sos y no sabrías que tu existencia se perdió en el
aire de ninguna parte sin que siquiera te enteraras. Lo que no
llega a ser nunca se sabe que pudo haber sido.
Tomás Eloy MARTÍNEZ. Purgatorio.
Ya dijo Schopenhauer que lo que tenemos puede no hacernos
felices, pero lo que nos falta nos hace ciertamente desdichados.
Jorge L. BORGES. (¿Fuente?)
Los egipcios parecen haber desconocido el número cero. Pese
a todo, fueron conscientes de tal carencia. Así, en las fuentes,
siquiera de manera esporádica, se puede observar un vacío es-
pecífico dejado por el escriba en el lugar donde nosotros ha-
bríamos puesto en la actualidad un cero.
César VIDAL MANZANARES. La sabiduría del Antiguo
Egipto.
En el fondo, lo que consumo con felicidad resulta ser una
ausencia: proposición en absoluto paradójica, si tenemos en
cuenta que Mallarmé la ha convertido en el principio de la
poesía: "Digo: una flor y... musicalmente se levanta, idea
misma y suave, la ausente de todos los ramilletes".
Roland BARTHES. Lo obvio y lo obtuso.
Habrá una escritura de lo no escrito.
Algún día esto llegará.
Una escritura breve, sin gramática, una
escritura hecha sólo de palabras.
Palabras sin gramática de apoyo. Perdidas.
Allá, escritas. Y enseguida abandonadas.
Margueritte DURAS. Esto es todo.
en cuanto ella dejaba de ser lo desconocido, Proust dejaba de
estar sediento de conocer, dejaba de amar. El amor volvía
con la sospecha de una mentira, por la que Albertine se hur-
taba al conocimiento, a la voluntad de posesión.
Georges BATAILLE. La experiencia interior.
Nos creíamos pobres, desposeídos de todo,
Pero poco a poco perdíamos una cosa y otra.
Así, cada día se convirtió
En una conmemoración de muerte:
Componíamos canciones
Sobre la generosidad de Dios
Y sobre nuestra antigua riqueza.
Anna AJMÁTOVA. Poemas escogidos.
Ya no tengo ninguna noción sobre lo que creía saber o espe-
rar volver a ver.
Ya está, esto es todo.
Marguerite DURAS. Esto es todo.
Oh no tan pronto hagas De mí un ausente
Y el ausente de mí
¡Que no te lleves mi Hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.
Macedonio FERNÁNDEZ. En G. García: MF la escritura en
objeto.
...la ausencia completa de una relación entre la existencia y
la vida real. Ser carente de existencia, o mejor dicho: ser sin
existencia. He aquí la gran novedad de la época.
Imre KERTESZ. La última posada.
Espera en vano a ese desaparecido que no se decide a volver
para quedarse a su lado.
Su madre sí está viva. Pero tan poco viva, tan preocupada,
tan sola. La soledad del pequeño y la soledad de la madre
no concilian ni se encuentran.
Entonces el niño mira el mar gris. Sí, su mirada está perdida.
J.-B. PONTALIS. El que duerme despierto.
Sólo ella a mi lado podría hacerme dormir. El símbolo de lo
inaccesible en este mundo.
Yorgos SEFERIS. Días 1925-1968.
Vivo próximo al río en el puente de Meng
Mi puerta enfrenta la boca del puerto de Meng
Naves que vienen del sur siempre están llegando-
¿Hay alguna carta para mí?
WANG WEI. Poems.
Al final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará de
mañana: el ansia insaciable e innúmera de ser siempre el mis-
mo y otro.
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.
Pájaros blancos sobre el río gris.
Flores escarlata en las colinas verdes.
Veo pasar la primavera y me pregunto
Si alguna vez regresaré a casa.
TU FU. En C. Milosz. A Book of Luminous Things.
Aquello que él había olvidado decirle, fortaleció el cariño en
ausencia de ella.
Peter HANDKE. Historia del lápiz.
El amo de la casa, ¿está o no está?
Hierbajos en el umbral,
polvo en la casa:
El amo de la casa, ¿está o no está?
Mientras en el cuerpo,
lujuria en el corazón:
no, el dueño de la casa no está,
nuestro señor de los Ríos Encontrados.
BASAVANNA (1106-1167). Cantos a Siva.
Obstáculo tan leve sobre mi pecho, cómo te apoyas ahora,
te apoyas tanto ahora que ya no estás.
Henri MICHAUX. El pulso de las cosas.
Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido -todo es tiza
si lo llego a tocar.
Para mí era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.
Marina TSVIETÁTIEVA. Antología poética.
Ya dijo Schopenhauer que lo que tenemos puede no hacernos
felices, pero lo que nos falta nos hace ciertamente desdichados.
Jorge L. BORGES. (¿Fuente?)
Los egipcios parecen haber desconocido el número cero. Pese
a todo, fueron conscientes de tal carencia. Así, en las fuentes,
siquiera de manera esporádica, se puede observar un vacío es-
pecífico dejado por el escriba en el lugar donde nosotros ha-
bríamos puesto en la actualidad un cero.
César VIDAL MANZANARES. La sabiduría del Antiguo
Egipto.
En el fondo, lo que consumo con felicidad resulta ser una
ausencia: proposición en absoluto paradójica, si tenemos en
cuenta que Mallarmé la ha convertido en el principio de la
poesía: "Digo: una flor y... musicalmente se levanta, idea
misma y suave, la ausente de todos los ramilletes".
Roland BARTHES. Lo obvio y lo obtuso.
Habrá una escritura de lo no escrito.
Algún día esto llegará.
Una escritura breve, sin gramática, una
escritura hecha sólo de palabras.
Palabras sin gramática de apoyo. Perdidas.
Allá, escritas. Y enseguida abandonadas.
Margueritte DURAS. Esto es todo.
en cuanto ella dejaba de ser lo desconocido, Proust dejaba de
estar sediento de conocer, dejaba de amar. El amor volvía
con la sospecha de una mentira, por la que Albertine se hur-
taba al conocimiento, a la voluntad de posesión.
Georges BATAILLE. La experiencia interior.
Nos creíamos pobres, desposeídos de todo,
Pero poco a poco perdíamos una cosa y otra.
Así, cada día se convirtió
En una conmemoración de muerte:
Componíamos canciones
Sobre la generosidad de Dios
Y sobre nuestra antigua riqueza.
Anna AJMÁTOVA. Poemas escogidos.
Ya no tengo ninguna noción sobre lo que creía saber o espe-
rar volver a ver.
Ya está, esto es todo.
Marguerite DURAS. Esto es todo.
Oh no tan pronto hagas De mí un ausente
Y el ausente de mí
¡Que no te lleves mi Hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.
Macedonio FERNÁNDEZ. En G. García: MF la escritura en
objeto.
...la ausencia completa de una relación entre la existencia y
la vida real. Ser carente de existencia, o mejor dicho: ser sin
existencia. He aquí la gran novedad de la época.
Imre KERTESZ. La última posada.
Espera en vano a ese desaparecido que no se decide a volver
para quedarse a su lado.
Su madre sí está viva. Pero tan poco viva, tan preocupada,
tan sola. La soledad del pequeño y la soledad de la madre
no concilian ni se encuentran.
Entonces el niño mira el mar gris. Sí, su mirada está perdida.
J.-B. PONTALIS. El que duerme despierto.
Sólo ella a mi lado podría hacerme dormir. El símbolo de lo
inaccesible en este mundo.
Yorgos SEFERIS. Días 1925-1968.
Vivo próximo al río en el puente de Meng
Mi puerta enfrenta la boca del puerto de Meng
Naves que vienen del sur siempre están llegando-
¿Hay alguna carta para mí?
WANG WEI. Poems.
Al final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará de
mañana: el ansia insaciable e innúmera de ser siempre el mis-
mo y otro.
Fernando PESSOA. Libro del desasosiego.
Pájaros blancos sobre el río gris.
Flores escarlata en las colinas verdes.
Veo pasar la primavera y me pregunto
Si alguna vez regresaré a casa.
TU FU. En C. Milosz. A Book of Luminous Things.
Aquello que él había olvidado decirle, fortaleció el cariño en
ausencia de ella.
Peter HANDKE. Historia del lápiz.
El amo de la casa, ¿está o no está?
Hierbajos en el umbral,
polvo en la casa:
El amo de la casa, ¿está o no está?
Mientras en el cuerpo,
lujuria en el corazón:
no, el dueño de la casa no está,
nuestro señor de los Ríos Encontrados.
BASAVANNA (1106-1167). Cantos a Siva.
Obstáculo tan leve sobre mi pecho, cómo te apoyas ahora,
te apoyas tanto ahora que ya no estás.
Henri MICHAUX. El pulso de las cosas.
Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido -todo es tiza
si lo llego a tocar.
Para mí era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.
Marina TSVIETÁTIEVA. Antología poética.
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