Anna Swirszczynska en sus tiempos de enfermera.
También conocida como Anna Swir
Nacida en Varsovia en 1909
Muerta en Cracovia en 1984
Hija de un pintor, criada en un ambiente artístico
Su primer libro en 1936
Pasó los años de ocupación nazi en Varsovia
Participó como enfermera del Alzamiento de Varsovia de
1944
Pensaba que un escritor tiene dos metas básicas: "Primero,
crear su propio estilo. Segundo, destruir su propio estilo."
Su crónica del Alzamiento de Varsovia apareció en 1972 y
se denominó Construyendo la barricada.
Se la ha descrito como 'feroz, lúcida, extática, aterradora'.
Siempre se la consideró ocupando un lugar ligeramente más
allá de ser una poeta eminente, siempre se las ingenió para
desconcertar y sorprender.
ESTOY PINTANDO
Por qué hablar
si uno puede gritar
por qué caminar
si uno puede correr
por qué vivir
si uno puede arder.
Estoy corriendo y gritando de alegría
Estoy corriendo y gritando de desesperación
Estoy jadeando
mis pulmones trabajan como locos.
Los sentimientos violentos
son buenos, he oído decir, para tu salud.
LA ANCIANA
Su belleza
es como Atlántida.
Todavía está por descubrirse.
Miles de humoristas
han escrito acerca de sus deseos eróticos.
Los más dotados de ellos
entraron a la escuela leyendo listas.
Solamente su hacer el amor con el diablo
tenía la seriedad
del fuego alrededor de la estaca
y estaba dentro de la imaginación humana
de la misma manera que estaba ese fuego.
La humanidad creó para ella
las más abusivas
palabras del mundo.
ELLA NO SE ACUERDA
Ella fue una malvada madrastra
En su vejez está muriendo lentamente
en una casucha vacía.
Ella se estremece
como un manojo de papel quemado.
Ella no se acuerda de que era malvada.
Pero sabe
que tiene frío.
EL MISMO INTERIOR
Caminando hacia tu casa para una fiesta amorosa
vi en una esquina
a una anciana mendiga.
Tomé su mano
besé su delicada mejilla,
hablamos, ella era
el mismo interior que yo soy,
de la misma clase,
me dí cuenta al instante
como un perro conoce por su olor
a otro perro.
Le dí dinero,
no podía apartarme de ella.
Después de todo, uno necesita
a alguien que esté cerca.
Y entonces ya no supe
por qué iba caminando para tu casa.
ME GOLPEÉ LA CABEZA CONTRA LA PARED
De chica
puse un dedo en el fuego
para convertirme
en santa.
Como adolescente
todos los días me golpeaba la cabeza contra la pared.
Como una joven
salí por una ventana de un altillo
al techo
en orden de saltar.
Como mujer
tenía piojos por todo el cuerpo.
Crujían cuando estaba planchando mi pulóver.
Esperé sesenta minutos
para ser ejecutada.
Tuve hambre
durante seis años.
Entonces tuve un hijo,
me estaban esculpiendo
sin ponerme a dormir.
Entonces me mató un rayo
tres veces
y tuve que surgir de los muertos tres veces
sin ayuda de nadie.
Ahora estoy descansando
después de tres resurrecciones.
MÁTAME
No me beses, mi amor.
No me abraces, mi amor.
Si me amas
mátame, mi amor.
UNA MUJER LE HABLA A SUS MUSLOS
Es sólo gracias a su buena apariencia
que puedo formar parte
de los ritos del amor.
Éxtasis místicos,
traiciones delicia
como un lápiz labial carmesí,
un rococó perverso
de involuciones psicológicas,
dulzura de los anhelos de la carne
que pueden quitarte el aliento,
hoyos de desesperación
hundiéndose hasta el mismo fondo del mundo:
todo esto se lo debo a ustedes.
Qué tiernamente debería cada día
azotarlos con un látigo de agua fría,
si sólo ustedes me permiten poseer
belleza y sabiduría
irreemplazables.
Las almas de mis amantes
se abren a mí en un momento del amor
y las tengo bajo mi dominio.
Yo miro como lo hace un escultor
a su trabajo
a sus rostros cerrados de pronto con párpados,
inmolados por el éxtasis,
espesados
de felicidad.
Yo leo como lo hace un ángel
pensamientos en sus cráneos,
yo siento en mi mano
un corazón humano batiente,
y escucho las palabras
que son susurradas por un ser humano a otro
en el momento más sincero de la vida de uno.
Entro en sus almas,
vago por
un camino de deleite o de horror
a tierras tan inconcebibles
como el fondo de los océanos.
Más tarde, cargada de tesoros
regreso lentamente
a mí misma.
Ah, muchas riquezas,
muchas preciosas verdades
creciendo inmensas en un eco metafísico,
muchas iniciaciones
delicadas y sorprendentes
te debo, muslo mío.
El más exquisito refinamiento de mi alma
no me proveería ninguno de esos tesoros
si no fuese por el claro, suave encanto
de un pequeño animal amoral.
De CONSTRUYENDO LA BARRICADA
CONSTRUYENDO LA BARRICADA
Teníamos miedo mientras construíamos la barricada
bajo fuego.
El tabernero, la amante del joyero, el peluquero,
todos nosotros cobardes.
La sirvienta cayó al suelo
mientras arrastraba un adoquín, estábamos terriblemente
[asustados
todos nosotros cobardes-
el conserje, la señora-del-mercado, el pensionista.
El farmacéutico cayó al suelo
mientras arrastraba la puerta de un baño,
teníamos todavía más miedo, la mujer-contrabandista,
el modisto, el conductor de tranvía,
todos nosotros cobardes.
Un pibe del reformatorio se cayó
mientras arrastraba una bolsa de arena,
usted ve cómo estábamos realmente
asustados.
Aunque nadie nos obligaba,
igual construimos la barricada
bajo fuego.
VEINTE DE MIS HIJOS
En mi sala
yacen veinte vientres de soldados.
Destripados, sangrientos,
luchando fieramente
por sus vidas.
Los conozco a todos de memoria,
de día les llevo escupideras, les lavo el excremento.
De noche sueño
que les llevo escupideras,
les lavo el excremento.
Cuando uno de sus vientres
muere en mi sueño
me despierto con un susto
y voy hasta su cama en puntas de pie.
En mi sala
peleando con uñas y dientes contra la inexistencia están
veinte de mis hijos.
APLASTA BARRICADAS
A lo largo de una calle a la que se le barrió la gente
rueda un tanque disparando.
Ejecuta casas
aplasta barricadas.
De una entrada salta un pibe
con una botella de gasolina en el puño.
A lo largo de la calle a la que se le barrió la gente
corre agazapado
tras el tanque.
ÉL ROBA PIELES
Un proyectil despedazó la puerta
del negocio del peletero.
Un hombre salta dentro,
agarra una brazada de pieles,
las arrastra hasta la entrada en una sola corrida.
A la entrada otro proyectil
despedaza al hombre.
UNA MUJER LE DIJO AL VECINO
Una mujer le dijo a su vecino:
"Desde que mi marido fue asesinado no puedo dormir,
cuando hay disparos me sumerjo bajo la frazada,
tiemblo toda la noche bajo la frazada.
Me voy a volver loca si tengo que estar sola esta noche,
tengo algunos cigarrillos que dejó mi marido, por favor
no dejes de pasar por casa esta noche."
HE ESTADO ESPERANDO
Ese joven larguirucho tal vez medía un metro ochenta,
ese trabajador de corazón ligero de Powisle
que luchó
en el infierno de la calle Zielna, en el edificio de teléfonos.
Cuando le cambié el vendaje de
la pierna que estaba despedazada
gesticuló de dolor, y se rió.
"Cuando termine esta guerra
iremos a bailar, señorita.
Yo invito".
Lo he estado esperando
estos treinta años.
NOTA
Acerca de el Alzamiento de Varsovia, escribió Anna:
"El Alzamiento de Varsovia fue uno de los eventos más
trágicos de la Segunda Guerra Mundial. La destrucción
que produjo en una ciudad de más de un millón de perso-
nas sólo puede compararse con la destrucción que se vio
en Hiroshima. Varsovia fue transformada en un páramo
cubierto de cadáveres, ruinas y cenizas ardientes. La par-
te de la población que sobrevivió al infierno fue sacada
de ahí y deportada a varios campos de concentración. Los
soldados alemanes quemaron y dinamitaron sistemática-
mente los edificios restantes. Himmler dijo: 'Varsovia debe
ser nivelada al suelo, en orden de establecer un desalenta-
dor ejemplo para el resto de Europa'".
FUENTE
Czeslaw Milosz. Postwar Polish Poetry. Univ. of Califor-
nia Press, 1983.
Las versiones en inglés de los primeros poemas son del
mismo Milosz; las versiones de Construyendo las barri-
cadas, son de Magnus Jan Krynski y Robert A. Maguire.
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
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