domingo, 19 de diciembre de 2010

"EL MÁS PERFECTO EPIGRAMA"


"Ese milagroso original, que John W. Mackail llama 'tal
vez el más perfecto epigrama que se haya escrito en
cualquier lengua'".

El Epigrama de CALÍMACO de KYRENE (s. III a.C.).
Nacido en 305 a.C., en Kyrene, en el norte de Africa,
maestro de escuela en Alejandría, y luego catalogador de
la biblioteca real (la más famosa biblioteca de los anti-
güedad), produjo un catálogo sistemático de la biblioteca
que ha sido denominado "la primera historia literaria
científica". Ha escrito variadas formas de poemas breves,
por considerar que los poemas extensos eran "un anacro-
nismo".
Escribió su propio Epitafio: "Estás caminando sobre la
tumba de Calímaco, quien poseía habilidades para cantar
poemas y sabía cuándo reír con su vino". Murió en 238 a.C.

Poco se sabe de Herakleito, salvo que era, según Diógenes
Laercio , "un poeta elegíaco de Halikarnaso". Seguramente
tituló la colección de sus poemas "Ruiseñores". Es de
lamentar que sólo se haya conservado uno de ellos:

[La tierra está recién excavada, las semi-marchitas
      guirnaldas de hojas cuelgan sobre la faz de la lápida.
¿Qué dicen esas letras, viajero? ¿Qué pueden decirte
    acerca de los pulidos huesos que la losa dice que guarda?
"Extranjero, yo soy Aretemias de Cnidus. Yo era la esposa
  de Eufro. Los dolores de parto no me fueron rehusados.
Dejé a uno de los gemelos para que guiara la vejez de mi
                                                                                 marido,
y llevé al otro conmigo para que me lo recordase."]


He traducido cuatro versiones del epigrama de Calímaco:


1. La versión de Dudley Fitts: "Poems from The Greek
Anthology", 1956.

Alguien me trajo la noticia de tu muerte, ah Herakleito
                                                                       amigo mío,
Y lloré por ti, recordando
Cuan a menudo habíamos visto ponerse el sol mientras
                                                               conversábamos.

Y tú eres cenizas ahora, viejo amigo del Halikarnasso,
Cenizas ahora:
pero tus cantos de "ruiseñores" viven aún,
y la Muerte, esa destructora de cada cosa querible
no podrá tocarlos con sus ciegos cercenantes dedos.

(ELEGY ON HERAKLEITOS
One brought me the news of your death, O Herakleitos my friend,
And I wept for you, remembering
How often we had watched the sun set as we talked.

And you are ashes now, old friend from Halikarnassos,
Ashes now: but your nightingale songs live on,
And Death, the destroyer of every lovely thing,
Shall not touch them with his blind all-canceling fingers.)


2. Versión de Willis Barnstone: "Greek Lyric Poetry",
1962.

Me trajeron palabra de tu muerte,
Herakleitos,
y lloré por ti
recordando cuantas veces vimos ponerse el sol
mientras hablábamos.

Querido amigo Halikarnásseo,
tú yaces en otra parte ahora
y no eres más que cenizas;
sin embargo tus cantos -tus ruiseñores- vivirán,
y nunca el mundo subterráneo
que lo destruye todo,
podrá tocarlos con su mortífera mano.

(ON THE DEATH OF A POET
They brought me word of your death,
Herakleitos,
and I wept for you
remembering how often we watched the sun
setting as we talked.

Dear Halikarnassian friend,
you lie elsewhere now
and are mere ashes;
yet your song -your nightingales- will live,
and never will the underworld,
destroying everything,
touch them with its deadly hand.)


3. Versión de Peter Jay: The Greek Anthology, 1973.

Alguien habló de tu muerte, Herakleito. Me trajo
lágrimas, y recordé cuan a menudo juntos
vimos ponerse el sol hablando... en alguna parte
hace ya tiempo eres polvo, mi amigo Halikarnasiano.
Pero tus Ruiseñores siguen vivos, y aún el Dios-muerte
que lo arranca todo, no podrá tocarlos.

(Someone spoke of your death, Herakleitos. It brought me
Tears, and I remembered how often together
We ran the sun down with talk... somewhere
You've long been dust, my Halikanassian friend.
But your Nightingales live on. Though the Death-god
Claws at everything, he will not touch them.)


4. Versión de Kenneth Rexroth: "Poems from the Greek
Anthology", 1962.

Alguien me ha contado que estabas muerto,
Herakleito, y lloré cuando
Recordé cuántas veces
El sol se había puesto mientras charlábamos
Juntos cuando viniste una vez
A verme desde Halikarnaso.
¿Dónde estás ahora? Hace mucho, mucho ya eres
Cenizas. Pero tus "Ruiseñores" aún
Viven. La muerte lo arrebata todo, pero
El no pondrá su  mano sobre ellos.

(Somebody told me you were dead,
Herakleitos, and I wept when
I remembered how many times
The sun had set as we gossiped
Together when you came to see
Me once from Halikarnassos.
Where are you now? Lon, long ago
Ashes. But your "Nightingales" still
Live. Death snatches everything, but
He shall not lay his hand on them.)


Hay un epigrama que éste me trae a la memoria, y
ése epigrama me parece mucho más bello. Y perfecto,
también, si 'perfecto' significa que no podría haberse
escrito mejor.
Es el epigrama de Ezra Pound llamado ERAT HORA y
no voy a transcribirlo acá, para que cada quien lo busque
y lea por su cuenta.

¿Para qué sirven los epigramas -o la poesía?
En latín se diría que para caedi su peresse: para escapar
de la matanza.
O porque graviter ferre opus est: es necesario (se necesita)
sentir mucho.
¿Y por qué en latín? Para que se oiga como algo muy antiguo
pero nuevo. O para que se oiga como si nunca lo hubiésemos
oído antes. Para intentar devolverle su música perdida  a las
palabras. Para poder decir "speravi mus ista": tuvimos
esperanza.

1 comentario:

DonGiuliano dijo...

Me gustó esta bitácora y navegué por ella. -En el siglo XVIII, Juan de Iriarte lo definió usando la misma forma del epigrama:
A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.
Saludos, y adelante con la pagina.