Yo, R.R., vengo de los grandes lagos
y de los bosques del norte
Mi madre debió mudarse a esa ciudad hecha
de viento, hielo y nieve
mientras yo estaba pensando quién sabe qué
en su vientre.
El frío que sufrió mi madre
parece que permanecerá dentro mío
hasta encontrarse con la muerte.
NOTA
Algo más de un año después me encuentro con estos versos
de Joseph Brodsky, que vienen al caso:
He nacido y crecido en las ciénagas bálticas, al amor
de las olas de zinc, que siempre revientan a pares,
y es de aquí que provienen las rimas, y de aquí,
la voz apagada
que se trenza entre ellas como el pelo mojado
si es que aquélla se llega a trenzar.
Un caso raro el de Brodsky para mí: admirable ensayista,
parece saberlo todo acerca de la poesía, pero salvo excep-
ciones (como los versos recién citados), no me soplan la
piel sus poemas, por más fama que carguen.
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