En Blilkla tienen un nombre para eso
un nombre preciso
exacto
al que les llevó 7 mil años
arribar
Pero nosotros no lo hemos
recibido
(Ese nombre pulido
tallado
extraído
y purificado
del ser mismo de la cosa)
Al carecer de ese término
nos vemos obligados a describir
bordear
circunvalar
escribir interminablemente
borrascas de palabras
bosquejos, borradores,
intentos fallidos
tachados
por otros intentos
más fallidos todavía
Acerca de la falta en ser
acerca del agujero-vacío
acerca (sin acercarnos siquiera)
del sinsentido
esencial
de la falla primera
que precipita
la sucesión de fallas
que sería interminable
si no existiese
esa otra falta
que las absorbe a todas
en su interior sin espacio
Es la deserción de todas las clases de fuerzas
es la inoperancia de los sistemas
es el desenchufe de la máquina simbólica
que lo insufla todo artificialmente
Es el fin de las fuerzas y de los esfuerzos
es el arranque de los cables de la causa inicial
la detención de los ríos y de todo lo que se mueve
para que todo siga moviéndose
Es la parálisis del deseo
la traición final del lenguaje
la pérdida del tapón del foso de la angustia
la desconexión del sujeto
la mirada sin nada que ver
ni nadie que vea
Aunque los de Blilkla
nos dieran la palabra
ya es tarde
No sabríamos qué hacer con ella
La miraríamos como a una piedra
esférica y cerrada
en la palma de la mano
justo antes de que la arrebataran
la furia del oleaje
y la voracidad de las tormentas
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