martes, 27 de septiembre de 2016

DESDE UN SUEÑO




 miro, miro, le dice, pero no veo nada
 es el olhar vacío
 (a veces ensarta palabras en otros idiomas)
 lo que escribía eran gotas, le dice,
 o líneas a veces paralelas
 generalmente hacia afuera
 líneas que podrían haber sido de vuelo
 o trayectorias de minipartículas
 raspones de hierro punzante sobre hierro 
 gotas a veces un racimo
 a veces panzonas como cargadas hasta el borde
 todo eso, le dice, era su idioma
 el muñón de idioma de sus sueños
 mientras respiraba por una caña de bambú
 desde un entrepiso
 dormido apenas
 en un lecho de madera
 arriba abajo a los costados
 dormido como debajo de un enorme hormiguero
 soñando con invasiones de guerreras nocturnas
 soñando como un globo aerostático, le dice
 agitado por suaves curvos vientos nocturnos
 esperando la tormenta, le dice,
 la grande
 la que se viene formando desde su infancia
 acumulando
 gotas y rayas
 gotas y rayas
 el lenguaje emitido desde atrás de las barreras
 los barrotes la selva los acantilados
 donde los vientos son libres como lobos
 y aúllan de semejante manera
 y el globo aerostático de su conciencia, le dice,
 giraba alocado ahí afuera
 afuera
 afuera de cualquier región o zona 
 o coto humano
 lejos y afuera
 de cualquier conexión de cualquier relato
 allá
 muy muy allá
 afuera

2 comentarios:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Los sueños nos llevan a lugares tan insospechados, que volvemos alucinados!

Robert Rivas dijo...

¿No son los sueños alucinaciones?