viernes, 11 de abril de 2014

LOS POEMAS DE AMOR DE 'MARICHIKO'

 


Kenneth Rexroth publicó estos poemas, estas 'versiones'.
 Son los poemas de una escritora contemporánea.
Ya había publicado 4 antologías, dos de poesía china y dos
de poesía japonesa.
 Hay un secreto en la identidad de la poetisa Marichiko.
 No es el momento de revelarlo.
 Sólo es el momento de transcribir mis versiones de sus
poemas.
 

A Marichiko

Kenneth Rexroth


A Kenneth Rexroth

Marichiko



  II

Si pensara que podría escapar
E ir a tu encuentro,
diez mil millas serían como una milla.
Pero ambos estamos en la misma ciudad
Y no me atrevo a verte,
Y una milla es más larga que un millón de millas.


 V

El otoño cubre todo el mundo
con brocado Chino antiguo.
Los grillos pregonan "remendamos ropa vieja".
Son más frugales que yo.


 VII

Hacer el amor contigo
Es como beber agua de mar.
Cuanto más bebo
Más sedienta me vuelvo,
Hasta que nada puede extinguir mi sed
Sino beber el mar entero.


 IX

Me despiertas,
Apartas mis muslos, y me besas.
Te doy el rocío
De la primera mañana del mundo.


 X

La escarcha cubre las cañas del marjal.
Una fina lluvia sopla a través de ellas,
Haciendo crujir las largas hojas.
Mi corazón entero pulsa de felicidad.


 XIII

Yaciendo en la pradera, abierta para tí
Bajo el sol del mediodía,
Humo brumoso esconde a medias
Mis pétalos de rosa.


 XV

Porque sueño
Contigo cada noche,
Mis días solitarios
Son sólo sueños.


 XVI

Abrasada de amor, la cigarra
Chilla. Silenciosa como la luciérnaga,
Mi carne se consume de amor.


 XVIII

Arden
fuegos en mi corazón.
Nu surge humo.
Nadie se entera.


 XIX

Paso el día tensa, en-
soñando contigo. Me relajo con gozo
Cuando en el crepúsculo oigo
Las campanas de las vísperas sonando de templo en templo.


 XXIV

Grito cuando me muerdes
Los pezones, y el orgasmo
Escurre mi cuerpo, como si
Me hubiesen cortado en dos.


 XXVIII

La primavera llega temprano este año.
Laurel, ciruelas, duraznos,
Almendras, mimosas,
Todos florecen a la vez. Bajo la
Luna, la noche huele como tu cuerpo.


 XXXII

Sostengo tu cabeza apretada entre
Mis muslos, y presiono contra tu
Boca, y floto a la deriva
Para siempre, en una barca
De orquídeas en el Río del Cielo.


 
 XXXIII

No puedo olvidarme
De la oscuridad perfumada dentro
De la carpa de mi vello negro,
Mientras nos despertamos para hacer el amor
Luego de una larga noche de amor.


 XXXVII

¿Es sólo el viento
En la hierba de bambú,
O eres tú, que vienes?
Al menor sonido
Mi corazón se saltea un latido.
Trato de suprimir mi tormento
Y de dormir un poco
Pero sólo consigo desvelarme más.


 XXXVIII

Esperé toda la noche.
Para la medianoche estaba en llamas.
Al amanecer, anhelando
Encontrar un sueño de tí,
Recosté mi fatigada cabeza
Sobre mis brazos plegados,
Pero el canto de los pájaros
Que despertaban me atormentó.


 XLII

Hace cuántas vidas
Entré por primera vez en el torrente del amor,
Para descubrir al fin
Que no hay otra orilla.
Y sin embargo sé que volveré a entrar una y otra vez.


 LVIII

Medio en sueños
Me doy cuenta
De que las voces de los grillos
Se tornan lánguidas en el creciente Otoño.
Me duelo por este solitario
Año que está pasando
Y mi propio ser
Se torna más tenue y se va apagando.



FUENTE

Kenneth Rexroth. Flower Wreath Hill. Later Poems.
New Directions, 1991.

 










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