En 1970, un año inaugural sin duda, un pequeño libro edi-
tado por Rodolfo Alonso me voló el techo, y entonces me
llovió poesía.
El autor del libro era Vicente Zito Lema que a través de va-
rias visitas a Jacobo Fijman en el Hospicio (que él delicada-
mente llama el Hospital Neuropsiquiátrico), logró estimular
y captar la profunda, la altísima capacidad poética del loco.
"Los locos... ¿Pero acaso hay otra gente? No, no la hay", di-
ce el mismo poeta loco.
Luego de una breve presentación, Zito Lema, él mismo un
excelente poeta, le cede la palabra a Fijman en un capítulo
llamado "Los fuegos mentales". La tercera parte del libro, denominada "Viaje hacia la otra realidad", es la multiplica-
ción poética que se genera cuando Zito Lema le desliza-dis-
para una serie de preguntas a este santo medio enajenado,
que a partir de ellas asciende a los cielos y desciende a los
infiernos con asombrosa facilidad. Finalmente, se incluye
un resumen biográfico que completa este retrato a mi enten-
der único, que Vicente Zito Lema traza del poeta mayor
que es Jacobo Fijman.
Transcribo aquí palabras de Fijman que no debieran quedar
encerradas en ese casi inencontrable, bellísimo libro.
* "Los médicos me aplicaron el electroshock. Seguramente
veían en mí un mal que pretendieron expulsar con la elec-
tricidad. Y ciertamente parece que me hizo bien. Hace años
que no me resfrío..."
* "Vine a la Argentina cuando tenía seis años. Nací en Urif,
Besarabia, Que después pasó a ser Rumania. Pero cuando
yo nací era de jurisdicción rusa. Y ahora no sé. Los rusos
han cambiado toda la geografía. (...) Mis padres murieron
hace tiempo. A veces los veo, hablamos..."
* Recorrí los conventos romanos. Desde el interior, aunque
no haya sol, se puede ver cualquier montaña. En Florencia
iba al convento de San Marcos; en cada una de sus celdas
había pintado Fra Angelico. Los colores del cielo eran a ve-
ces conocidos por los hombres... En una celda, pequeña, res-
guardada por un perro con cabeza de triángulo, estaba el ca-
dáver de San Buenaventura.
* Con lo que ahorré pude ir a España. Lo primero que me
impresionó fue una exposición de cuadros no conocidos del
Grecco. En Toledo, en casa de Valle Inclán. También cono-
cí al escritor; recuerdo que una noche, en su peña, se produ-
jo un incidente entre él y unos escritores portugueses. Estos
lo llamaron imbécil y arrojaron vino por los aires. Yo me
paré sobre una mesa y les grité que no podía ser imbécil
quien escribió Flor de Santidad. Así nació mi amistad con
Don Ramón.
* Y sin embargo, existe la muerte. Ella también se corpori-
za. Pero aquí, en el hospicio, sus apariencias son las más te-
rribles. ¿Acaso imaginan el velatorio de un loco?...
*Yo, sobreponiéndome a todo, con ayuda divina, me cons-
sidero un muerto. Vivo en Cristo. No es una muerte fácil-
mente entendible. Aunque también es corporal. Y estoy
muerto aquí. Muerto porque he seguido esa carrera. De
muerte en muerte. En cambio, para los corruptos, muerte
será la oscuridad. Nunca tendrán la visión...
*El símbolo de mi vida es la cruz.
Pero a veces me despierto y grito Cuervos, Cuervos.
Y me agarro la punta de los pelos.
DE VIAJE HACIA LA OTRA REALIDAD
* El color negro...
Hubo muchos pintores que no lo han tenido en cuenta como
color; pero sí lo es.
Lo caracteriza su luz mínima, pobrísima.
(...)
Y si no fuera color entraría en la categoría de misterio.
* El número uno es multirud. Dos es el primer número.
* Todo lo que uno recibe es pasión.
Se tiene pasión del sol. Y de esos carros al pasar...
* Dios, en cambio, me ha dado personalmente el pan.
Pan francés. Con fiambre. Era exquisito. Sin pedir nada.
Premiando simplemente mi bondad.
Ello prueba la existencia de la poesía.
* El remordimiento proviene, según San Agustín de "mor-
sus", que quiere decir morder.
* Muchos hombres odian a las mujeres.
Yo los he visto besarse en el parque.
Indefectiblemente estos seres luego matarán a sus mujeres.
Pero de esto no es culpable ningún médico.
* Pero sin embargo en el Apocalipsis se lee que la Luna
caerá sobre la Tierra. La Luna tiene también aire y fuego, y
sólo el milagro puede darnos a entender que los astros se
mantengan en el cielo. Que no destruyan esta ciudad.
* Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con
ellas.
* Yo estoy esperando que Dios haga de mí lo que quiera.
* El séptimo día descansó. Pero según la Ley o el Antiguo
Testamento Dios descansó de su obra el día sábado.
Según la Ley de Gracia o del Nuevo Testamento, el descan-
so es el domingo. Porque es el día de la resurrección.
Nunca he tenido un día de esos que los humanos llaman
felicidad, y en el que se come parece que ravioles.
La felicidad también es pasión.
Aunque no mire al sol tengo pasíon del sol. Y estoy movi-
do no sólo por el sol sino por todas las cosas. Pero también
sería difícil precisar cuál es el día de mi mayor dolor.
* Delirio es como salirse del surco. Como si un arado se
saliese del surco.
(...)
El delirio son instantes. Puede durar toda la vida.
* La pregunta la hace uno al otro.
Los animales tienen una fantasía, parece interrogante.
Fundamentalmente cuando no se les da la comida a la hora.
(...)
Distinto es contestar que dar una respuesta.
La respuesta se hace en la pregunta.
* Yo podría tocar el alma.
* El alma del león tiene la forma del león.
* Los espiritistas llaman al alma para saber qué número se-
rá premiado en la lotería. Pero viene la policía y les pega.
Por idiotas.
* Fin del mundo no quiere significar destrucción, sino sim-
plemente falta de movimiento.
Se pararán los astros... todo quedará inmóvil, estático.
La muerte...
Mi padre, que ha muerto, comía manzanas en esos valles.
* No es muy fuerte mi afecto hacia las cosas.
Además, prácticamente no tengo nada. Alguna ropa, unos
libros, una pipa... Pero hay casas donde hasta un cuadro de
Modigliani está fuera de lugar. Y amo entonces la mesa y
el mantel.
* A Artaud lo conocí en un café. Estuvimos a punto de pe-
learnos. Yo me identificaba con Dios y Artaud con el Dia-
blo.
Sin embargo, le tengo aprecio.
Un poeta tiene que estar al servicio de Dios.
Y si no que esté al servicio del Demonio.
* -¿De qué manera está estructurado el paraíso?
Es una especie de selva. Nadie ha entrado.
* Si viene la pantera y me invade, yo quedo quieto...
En mis sueños a veces viene la pantera. la miro... la dejo
hacer...
He pasado la acción y la oración. Ahora soy un contempla-
tivo.
* El médico no contempla nada. Para ellos el bien es salud.
Muchos médicos están por la experiencia; otros por la razón.
Todo es una tragedia.
* En esta ciudad nadie sabe lo que es el tacto, la vista, el ol-
fato...
* Los pobres ahorcados quedan lívidos; sin sangre.
A uno lo bajaron del árbol, lo pusieron en el suelo.
Y lo toqué...
Nadie entiende lo que es un sentido...
* Caminando por las vías que llegan a Resistencia, donde
luego se toman un vaporcito, encontré un asesino. Me contó
que toda la noche se quiso separar de su víctima, pero por
más que corría y corría, el muerto siempre estaba a su lado.
* Los médicos no entienden esas cosas. Se portan fácilmente
bien.
Pero no pueden ser lo que no son.
Simplemente toman la temperatura de la piel. Dan pastillas,
inyecciones, como si se tratara de un almacén.
Y olvidan que en el fondo es una cuestión moral.
Y es que no existe nadie que pueda entender la mente.
Sin embargo no los odio. Hacen lo que pueden.
Lo terrible es que nos traen para que uno no se muera por
la calle.
Y luego nos morimos todos aquí...
Vicente Zito Lema a fines de los 70.
Todo cuanto se lee aquí lo considero un semillar.
Al menos así ha funcionado para mí.
También se podría decir que Zito Lema ha tocado el alma
de Jacobo Fijman. Y que al hacerlo, brotó poesía.
He tocado mil veces estas palabras, conozco sus notas y los
grandes silencios que las sobrevuelan y los grandes silencios
que les subyacen.
Todo funciona por relaciones invisibles, conexiones eviden-
tes y maravillosas.
Por eso es que Cocteau decía que Picasso decía que todo era
milagro y que también era un milagro no disolverse como un
cubo de azúcar en la bañera.
En aquellos mismos tiempos leí un libro de Zito Lema lla-
mado "Feudal cortesía en la prisión del cerebro", editado tam-
bién por Rodolfo Alonso, en 1969.
Este es un fragmento de un poema publicado en otro libro de
Z.L. titulado "Rendición de cuentas" (Poesía 1971-1981), edi-
tado por la Comisión Argentina de Derechos Humanos, en
Amsterdam, 1982.
TRISTEZAS POR LA MUERTE DE UN POETA
in memoriam de Jacobo Fijman
Es abril y llueve desciendes bóveda del suplicio
en la ciudad
Mientras recuerdo a un viejo amigo con el letrero
de loco
La marca de la infamia en su cabeza pelada
Y en los ojos hierba de miseria
Durante 30 años lo habían recluído en una jaula
Expuesto a la curiosidad
Como a una bestia negra de aliento de fuego y
de veneno
Y a cambio del sufrimiento nos dió la poesía
Hablando con Dios
Y repartiendo a manos llenas las flores del saber
Que llevaba en su alma en una cajita de música
Junto al sol los evangelios y peces de cristal
azules y verdes
No fui a visitar su tumba
A pesar de andar toda la tarde con la tristeza de su muerte
Pero me senté en un parque y leí lentamente uno de sus libros
Y cuando volví a la vida algo en mí debe haber cambiado
Tendría aspecto de león o de homicida o de un descabezado
que echaba por el cuello señales de humo.....
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1 comentario:
Si "todas las palabras son
esenciales y lo dificil es
dar con ellas",
decir me llovio poesia es una forma de dar con ellas.
Si,si cada frase siembra...
Recordado Jacobo Fijman
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