Uno de mis más admirados críticos: el poeta catalán Gabriel Ferrater (1922-1972).
Libertad de pensamiento que Ferrater lleva hasta el hueso en
su notable obra "Noticias de libros".
Este 'informador' de libros (se trata de 225 informes de lectu-
ra que G.F. llevó a cabo por encargo de la editorial Seix Barral entre 1961 y 1964, ¡en francés, inglés, italiano y alemán!) es
bastante despiadado, al punto de que termina siendo graciosa
la forma en la que desmenuza obras y autores.
El otro gran crítico, aunque él no definiría de ese modo su tra-
bajo, es Roland Barthes.
Abrir el abanico de elementos que se encuentran encriptados
en una obra, ya sea por deseo del autor, como por efecto de su formación y referencias ocultas. Hacer visible lo que un lector común, desprovisto de tanta lucidez (luz), se perdería de y en
una obra maestra.
La tarea de Ferrater en este caso es bien opuesta. Su misión
consiste en recomendar o desestimar las obras leídas en otra
lengua para su traducción y eventual edición en castellano.
Eso posibilita y hasta genera un humor ácido, la posibilidad
de seguir navegando en aguas espesas, o en dique seco.
También hay informes de obras mayores, de grandes escrito-
res. Ahí Ferrater se aproxima a la versión Barthes de un crí-
tico. La diferencia radica en una circunstancia escencial: Bar-
thes lee y comenta a los autores que más le gustan y Ferrater
se ve obligado a leerlos a todos y a discernir en la borrasca.
Utilizaré una desopilante serie de recortes de sus comenta-
rios para abrir una nueva sección en esta página, que se de-
nominará "¡Libros!", una palabra cuya acentuación puede in-
clinarnos a pensar en el valor incomparable de la producción
literaria, así como sugerir irónicamente que sólo se trata de
libros, después de todo. Como quien dice, para tranquilizarse,
"Es sólo una película".
Elsa Blakely, The time of Bulu.
No le veo a esto ni pies ni cabeza. (...) Es muy posible que
el libro tenga algún valor como repertorio de hechos poco
conocidos. De todos modos, si se quiere un juicio literario,
habría que decir que es ridículo. (...) Un bonito ejemplo
(p.22) "Y aunque el divorcio era frecuente, no existía la infidelidad marital que
cabría esperar." Me gustaría conocer el fundamento de esa expec-
tativa tan encantadora.
Laura Archera Huxley. You are not the target.
No puedo encontrarle a este libro ni pies ni cabeza, ni creo
que nadie pueda.(...) Es un prodigio de irrealidad: es un go-
teo de palabras dulces que actúan como un ácido y disuelven
el mundo de los objetos sólidos.
Una muestra:
¿Cómo escoges el pan?
Conté cincuenta y seis panes diferentes en un supermercado. Además del sabor y el
precio, ¿qué se debería buscar?
Cuidado con las etiquetas largas y difíciles.
Los alimentos están en las barras de las tiendas para que los compren y se los coman
millones de hombres y mujeres, no para que unos pocos profesores de química los
lean y entiendan.
Como estímulo de fantasías surrealistas lo encuentro difícil
de superar...
El libro recuerda el mundo de Thurber (...) la verdad es que
no parece haber sido escrito por Thurber. Parece haber sido
escrito por uno de sus perros.
Emily Hahn. Indo.
Increíble. Una muestra de tontería y de surrealismo involun-
tario tan estupenda que uno no puede esperar tropezar con
otro semejante en muchos años.
En el tercer párrafo de la novela leemos: "Podía ver sus ojue-
los en el espejo, apuntándome como estiletes gemelos mientras
ella hablaba", y la calidad de la escritura nunca se aparta del
derrotero que marca esta frase.(...)
Shirley Ann Grau. The house on Coliseum street.
Si tengo que juzgar el libro como una obra literaria, lo único
que puedo decir es que es imbécil. Está escrito en el típico es-
tilo sensiblero de las revistas femeninas americanas, y en rea-
lidad los contenidos no piden ningún otro estilo. Según la con-
tracubierta, Shirley Ann Grau ha publicado algunos relatos en
The New Yorker. Eso tuvo que ser hace mucho tiempo.
Robert Creeley. The island.
Muy pocas veces, afortunadamente, me he topado con nove-
las tan aburridas como esta.
La novela está artificiosamente construída mediante una su-
perposición de plagios. (...) El autor ha tomado Under the
volcano de Malcolm Lowry no puede decirse que como mo-
delo, sino más bien como un almacén que puede saquearse
tranquilamente.
Jean-Jacques Susini. Histoire de l' O.A.S.
Uno duda antes de decidir si este libro es más imbécil que
innoble o a la inversa. (...) para ser sincero, aparte de darle
un vistazo general, he leído con atención sólo hasta la pági-
na 21, en la que un general español expone con deleite la
técnica para preparar un golpe militar.
Alberto Arbassino. Certi romanzi.
No- it wont do. A mí, personalmente, me pasa como a la mu-
jer de Carlyle, que después de leer Sordello no sabía si Sor-
dello era un hombre, un libro o un pueblo. (...) Pero no tengo
la menor curiosidad por la clave del enigma, y no creo que
la haya podido sentir ningún otro lector de este libro.
John Berger. Success and failure of Picasso.
El libro quiere ser un análisis marxista de Picasso. (...) En
cuanto a las líneas generales del libro, son francamente des-
enfrenadas. El punto de partida es que la pintura de Picasso,
si no es marxista (cosa bien cierta-¿cómo se las apaña un
cuadro para ser marxista?) es (¡oh, Dios!) bakuninista. (...)
Todos estos disparates culminan en la afirmación de que la
caca del asesino Siqueiros reproducida en la página 166 es
el gran cuadro de la guerra española (¿marxista?-¿y de la
sociología de la pequeña burguesía mexicana, qué?) y no
el bakuninista Guernica.
Me parece impensable hacer que la gente de aquí se trague
este libro.
Max Frisch. Tagebuch.
No veo nada claro cómo juzgar este libro- quiero decir sus
posibilidades de venta. Como literatura es muy fácil de juz-
gar: Frisch es una especie de André Maurois de ahora, exac-
tamente de ahora, exactamente ajustado y ortodoxo (de iz-
quierda, simpatizante con los jóvenes y con los negros, ene-
migo de los yanquis en Vietnam y de los rusos en Checoslo-
vaquia, etc.)(...)
No hace falta decir que Frisch no es ningún La Rochefou-
cauld. Su nivel de wit es, p.e.:
"La experiencia vuelve estúpido... Esta frase que ahora oímos
decir con frecuencia a los estudiantes tiene una base de ver-
dad: se funda en la experiencia." (...)
En conjunto, me parece que da lo mismo traducir el libro que
desestimarlo: nadie notará demasiado su presencia ni su au-
sencia.
[Un comentario: puedo no coincidir con Ferrater. ¿Y enton-
ces? ¿Y si esto se repitiera? Puedo no coincidir con él y sin
embargo admirar su estilo, su desenvoltura que más quisie-
ra... El desparpajo, también. ¡Qué seguridad escurridiza, la
suya! Contratapa de Montauk: "Montauk fue escogida por
el prestigioso crítico alemán Marcel Reich-Ranicki como
una de las veinte novelas canónicas de la literatura alemana
de todos los tiempos." No importa tanto, aunque sí. Son to-
das opiniones, ideas, mutantes, anguladas. De este libro só-
lo quisiera sugerirle al posible lector, las 7 páginas (104/110)
en las que describe su propuesta de/ su matrimonio con -una
misteriosa mujer que no nombra, corriendo de Zurich a Ná-
poles, de Roma a Como, de Francfort a Klagenfurt. Se trata
de una escritora, eso sí nos da a saber Frisch. Y del trastorno
que lo que siente por ella le causa.]
Rudolf Hagelstange. Spieball der Götter.
Increíble: las memorias -digo las memorias, en primera
persona- de París, el raptor de Helena.
Uno no creía que libros así se escribieran desde Pierre Louÿs.
Porque está hecho perfectamente en serio, con una seriedad
plúmbea, queriendo "desentrañar el misterio de la hermosura
femenina". Lo que está lleno de misterios por desentrañar es
la mente literaria alemana. (...)
Sería disparatado traducir el libro.
John Dos Passos. Brazil on the move.
No es agradable en absoluto observar lo que al parecer ha
acabado siendo ahora John Dos Passos. En la página 12 de
este libro, la presentación de un rabino fugitivo de Europa
que se refugia en Brasil termina con la frase: "Sólo en Bra-
sil había llegado a comprender el significado de la libertad".
De acuerdo, Dos Passos no sobresalió nunca como estilista,
pero da bastante congoja verlo recurrir a un tópico periodís-
tico tan trivial. (...)
De todas formas, el libro no es tan repugnante como ridícu-
lo; y, por desgracia, no acierto a encontrar ningún consuelo
mejor.
Junto a éstas, y son numerosas, hay críticas muy positivas e
interesantes de verdaderas obras literarias.
Por ej. "Vladimir Nabokov. The gift. Esta es una obra mayor,
no sólo un divertimento como creo que es Pale fire, contra el
entusiasmo de Mary McCarthy y otros...
"Auberon Waugh. Path of dalliance. Sí, es un acierto
pleno. Ingenioso, divertido, frenéticamente esnob y esnobís-
ticamente resuelto a reírse de su propio esnobismo, justo la
mezcla correcta...
"E.E. Cummings. The enormous room. Decididamen-
te, el libro es bueno. (...) El estilo del libro es amaneradísimo
pero ya lo era cuando salió, y no es amaneramiento de época,
sino perfectamente fresco ahora como el primer día...
"Michael Hamburger. Contraries. Si no se tratara de
ensayos sobre literatura alemana, diría que estos estudios son
correctos pero no geniales. Ahora bien, dada la calidad de la
crítica alemana y, sobre todo, de la crítica que los alemanes
suscitan, me parece que son superlativamente buenos..."
Con esta reseña del libro del gran crítico que es para mí Ga-
briel Ferrater, me propongo dedicar una sección de esta pági-
na llamada "Inútiles misterios" a la crónica, reseña y difusión
de aquellos libros que me han gustado más que ninguno, de
los que me han impresionado fuertemente en otros tiempos
sin lograr lo mismo ahora, de series del mismo autor, de re-
laciones entre distintos libros de distintos autores, etc.
Paul Valery dijo que "un hombre que escribe nunca está so-
lo". Se puede extender ese concepto, diciendo que tampoco
está solo un hombre que lee.
Y menos aún si comparte sus lecturas.
Conexiones, líneas asociativas, andariveles, 'líneas de fuga',
no importa cómo se lo llame, eso es lo que genera el mundo
simbólico. Vínculos entre cosas distantes.
Haciendo uso, voy a mencionar entonces una buena canti-
dad de los comentarios críticos reunidos por Constantino
Bertolo en una obra llamada "El ojo crítico". El prólogo
del autor tiene por título: "La crítica literaria: quien tiene
boca se equivoca". Glorias y miserias de la crítica literaria.
En este caso, miserias.
Caso 1
The New Yorker acerca de "Bajo el volcán" de Malcolm
Lowry (la obra que, curiosamente, menciona Ferrater en
uno de sus comentarios críticos):
"Mr. Lowry toma tremendamente en serio cuanto tiene que
decir sobre la esperanza y la derrota humanas, pero a pesar
de su seriedad sólo logra escribir una imitación bastante
buena de una gran novela".
Caso 2
El Boston Evening Transcript acerca de "Babbit" de Sinclair
Lewis:
"Como humorista, Mr. Lewis se esfuerza con valor en ser
gracioso. Simplemente acierta a ser estúpido. En realidad,
como novela no puede ser más floja de lo que es".
Caso 3
En estos días apareció una reedición de los relatos de Sher-
wood Anderson llamados "Winesburg, Ohio", con varias re-
señas en los suplementos culturales, que resaltan la notable
calidad de los mismos.
The Nation, en cambio, en 1918, publicó esto:
"Estamos de acuerdo con Mr. Anderson y con lo que preten-
de hacer. Trata de encontrar semidioses americanos puros.
Sin embargo, en verdad nunca logra encontrarlos o no sabe
explicar con claridad lo que ha encontrado. Parece probable
que incluso esté caricaturizando Winesburg, Ohio".
Caso 4
Ahora se trata nada menos que de Edmond Wilson, que
escribió en The shores of light (Las orillas de la luz) lo si-
guiente:
"En Mr. Auden se da el curioso caso de un poeta que escri-
be un lenguaje poético original, en la más sólida tradición
inglesa, pero que parece haber quedado retenido en la men-
talidad de un escolar adolescente".
Caso 5
Tres comentarios acerca de "Orgullo y prejuicio" de Jane
Austen, publicado en 1813.
a)
¿Por qué gusta tanto Miss Austen? Estoy perpleja a este
respecto... Difícilmente me gustaría vivir entre sus damas
y caballeros, en sus elegantes pero enrarecidos hogares...
Miss Austen es sólo sagaz y observadora.
Charlotte Brontë. Carta a G.H. Lewes, 1848.
b)
Mamá dice que (Jane Austen) era la más bonita, tonta, afec-
tada mariposa cazamaridos que recuerda haber visto nunca.
Mary Russell Mitford. Carta a sir William Etford, 1815.
c)
No logro entender por qué la gente tiene las novelas de Miss
Austen en tan alta estima, ya que a mí me parecen vulgares
tonterías, setériles en imaginación artística, prisoneras de las
despreciables convenciones de la sociedad inglesa, carentes
de genio, talento y conocimiento del mundo. Nunca la vida
fue tan mezquina y estrecha. El único problema en la mente
de la escritora... es llegar al matrimonio. El suicidio es más
repetable.
Ralph Waldo Emerson, Diario, 1861.
(En este caso, lamentablemente, es muy posible que los crí-
ticos tengan razón.)
Caso 6
Sobre Honoré de Balzac
Muestra poca imaginación en la ficción, al crear los perso-
najes y la trama y al describir la pasión... El lugar de H. de
Balzac en la literatura francesa nunca será importante ni en-
cumbrada
Eugène Poitou. Revue des Deuz Mondes, 1856.
Caso 7
Acerca de Las flores del mal de Charles Baudelaire.
"Dentro de cien años, los libros de historia de la literatura
francesa sólo mencionarán esta obra como una curiosidad".
Emile Zola, en Emile Zola, 1953.
Caso 8
Virginia Woolf escribe en su diario:
"Acabé Ulises y me parece un fracaso... El libro es difuso.
Es salobre. Pretencioso. Vulgar, no sólo en el sentido co-
mún sino también en el literario. Quiero decir que un escri-
tor de primera línea respeta demasiado el acto de escribir
para permitirse hacer trampas".
Caso 9
Marc Humboldt, un editor francés le escribió esto en una
carta de rechazo a En busca del tiempo perdido de Marcel
Proust:
"Mi querido amigo, quizá debo estar muerto de cuello para
arriba pero por más que me devano los sesos no acierto a
ver por qué alguien necesita treinta páginas para describir
cuántas vueltas da en la cama antes de dormir".
Caso 10
Cuatro comentarios acerca de Shakespeare.
a)
Otelo
"Puro melodrama. No hay un solo toque en la caracterización
de los personajes que podamos sentir en la piel".
George Bernard Shaw. Saturday Review, 1897.
b)
Hamlet
"Es una obra bárbara y vulgar que no hubiese sido tolerada
por el más salvaje populacho de Francia o Italia... Podría i-
maginarse que esta pieza es la obra de un salvaje borracho".
Voltaire, en 1768. Obras de M. de Voltaire, 1901.
c)
El sueño de una noche de verano
"La obra más insípida que he visto en mi vida".
Samuel Pepys, Diario
d)
"El nombre de Shakespeare pueden estar seguros, está colo-
cado absurdamente alto y tendrá que bajar. No tenía imagi-
nación para sus historias, ninguna en absoluto. Tomó todas
sus tramas de novelas antiguas y montó sus historias en for-
ma teatral, con tan poco esfuerzo como el que Ud. y yo ne-
cesitaríamos para volver a escribirlas en forma de historias
en prosa".
Lord Byron, Carta a James Hogg, 1814.
Ya terminaba esta breve crónica de opiniones y desatinos
aparentes. ¿Por qué digo 'aparentes'? Porque nada es fijo e
inmutable en el mundo de las ideas, o en el de los sentimien-
tos, ni mucho menos en el de las opiniones.
Pero se me ocurrió buscar un número de "Diario de Poesía",
una publicación valiosísima que lamentablemente ha suspen-
dido su existencia, en la que apareció un Dossier dedicado
a Gabriel Ferrater. Supongo que en el momento en que apa-
reció no me interesaba mucho el catalán (fue en setiembre de
2002). La nota es bastante completa (incluye poemas, una en-
trevista, algunas cartas intercambiadas con Gil de Biedma,
un artículo ("¿Qué es la métrica?"), etc. El asunto es que eso
me condujo a otro ejemplar del Diario de Poesía, mucho más
reciente (2010) en el que aparece una reseña del libro Ensa-
yos murmurados, de Arturo Carrera. Una de sus joyas (tiene
unas cuantas: El vespertillo de las parcas me parece uno de
los libros de poesía más bellos que haya leído). Casualmen-
te, una vez más, en ese libro, Arturo menciona varios comen-
tarios críticos de Borges, y alguno de Bioy. (Hoy se hablaba
del tema Bioy en un diario, por el problema que ha suscitado
su sucesión.)
Borges: "Toda la obra de Oliverio (Girondo) cabe en una
página de Jules Renard o de Gómez de la Serna. Toda la
obra de Oliverio son tres o cuatro greguerías; lo demás son
márgenes y letras en cuerpo veinte".
"Los que la admiran y no admiran a Betina Edelberg, ¿por
qué no admiran a Betina? Es tan mala como cualquiera".
"Una personalidad tenue que está imponiéndose es la de
Juan L. Ortiz. No pasa un día sin que me lo nombren. Yo
creo que ya es inexpugnable. Si escribís versos en líneas
muy cortas, de estilo alusivo y delicado... entonces no te sa-
can ni a patadas".
Bioy: "Leemos absurdas cacografías de la Pizarnik".
A.C. incluye estos comentarios a pesar de que me consta
que ambos poetas -Pizarnik y Juanele- son muy admirados
por él. Comparto su opinión acerca de Alejandra. Me alejo
un par de pasos de la otra.
Opiniones: ¿acaso no se trata de gustos?
Deleuze decía que aún nuestras ideas más conceptuales son,
en el fondo, gustos. Y si bien no somos responsables de nues-
tros gustos y de nuestros rechazos, sí somos responsables de
lo que hacemos con ellos. No es cuestión de andar a los toma-
tazos porque no nos gusta el tomate, por ejemplo.
Les cuento una de esas pequeñas coincidencias que no signi-
fican nada, que casi haría mejor no contándolas. Hoy apareció
en un suplemento cultural una nota muy elogiosa de los poe-
mas -inconseguibles o poco menos en la Argentina- de Ga-
briel Ferrater, justamente cuando estaba por cerrar esta breve
nota. En la misma página, como ilustración de la reseña de un
libro compilado por Tomás Vera Barros, hay una foto de Artu-
ro Carrera, sonriente, mostrando la tapa de su libro Potlatch,
(lo que me recuerda que 'intercambiamos figuritas' con él
cuando estaba componiendo ese libro).
Gustos. Esto comentaba en esa nota Ferrater: "Me gustan la
ginebra con hielo, la pintura de Rembrandt, los tobillos jó-
venes y el silencio. Detesto las casas donde hace frío y las
ideologías".
Comparto, cuando menos, sus dos rechazos. Nací en un lu-
gar demasiado frío como para que me guste ese estado tanto
sea dentro como fuera de una casa, y las ideologías me pare-
cen las religiones de los ateos.
Un comentario que hace Jaime Gil de Biedma, amigo y com-
pañero de viaje intelectual de Ferrater acerca de éste en su
Retrato del artista en 1956: " Gabriel vende su biblioteca. Di-
ce que está harto de literatura y que quiere hacer dinero. La
decisión debe de ser simbólica, supongo: vender sus libros
no le va a sacar de mucho apuro. Comprendo que su situación
nada tiene de brillante, y que emplee una porción considera-
ble de su tiempo y energía verbal en distraerse de ella. Trein-
ta y cuatro años, inteligentísismo, poco dinero, pocas posibi-
lidades establecidas de progreso. Conoce los entresijos de la
vida práctica con una extrema lucidez, y al mismo tiempo es
radicalmente inapto para la vida práctica. Una de esas perso-
nas -yo me tengo por otra- que con los mismos defectos pero
con menos cualidades, hubiera funcionado mucho mejor".
(Una aclaración: el Retrato del artista es en realidad auto-re-
trato. Se trata de un diario que Gil de Biedma sólo permitió
que se imprimiera luego de su muerte.)
Jaime Gil de Biedma le dedicó este poema.
A TRAVES DEL ESPEJO
(In memoriam Gabriel Ferrater)
Como enanos y monos en la orla
de una tapicería en la que tú campabas
borracho, persiguiendo jovencitas...
O como fieles, asistentes
-mientras nos encantabas-
al santo sacrificio de la fama
de tu exceso de ser inteligente,
éramos todos para ti. Trabajos
de seducción perdidos fue tu voda.
Y tus buenos poemas, añagazas
de fin de fiesta, para retenernos.
(En Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo. Barral,
1975.)
1 comentario:
Este poeta y critico desconocido
que impresiona implacable se
torna ciertamente admirable con
estas paginas abre puertas.
Y la puerta se abrio a un
documental imperdible
IMPRESCINDIBLES-GABRIEL FERRER
Una amplia semblanza y la lectura
de poemas maravillosos,lo recomiendo.
Gracias
.
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