martes, 24 de junio de 2014
DESCALZA EN LA BASÍLICA
camina descalza por el corredor de la basílica
el viento cancelado
la lluvia enmudecida
las baldosas están frías
y ella
tiene un pecado más dulce y más cruento
que ningún otro
porque es el suyo
pero
no está ahí para ser bendecida
o perdonada
está solamente lejos por un rato
de los vientos tormentosos
y de la lluvia
sólo quiere sentir los olores
y el frío del piso
sólo quiere oir los ruidos provenientes
de una cerrada sacristía
o de la áun más alejada cocina
y no puede evitar pensar
en las cocineras gordas preparando sopas y guisos
para los curas del monasterio vecino
ah, pero entonces ella
sería la monja de todos ellos
la única monja de todos ellos
la más dócil monja
y la monja-reina
los días se presentarían
en puntas de pie
habría oraciones pasadas por las telas de la luz
y oraciones dormidas en las brumas de la sombra
de vez en cuando
la súbita música del órgano
se alzaría como una estremecedora bandada de pájaros
mientras ella ordenara los bancos
supervisara la limpieza
llevase apuntadas todas las cuentas
ordenase las compras
dirigiese con mano firme cocina y cocineras
y los hábitos de los monjes pasarían por sus sabias manos
y conocería como nadie antes
sus sábanas y su ropa interior
limpia o sucia
sus manos
ah, sus manos
están unidas en este momento
por las yemas de los dedos
y oye en el interior de su propio templo
cómo se agolpan latidos y silencios
sagrada y consagrada
su mirada se eleva de sus pies descalzos
a los altos arcos de la iglesia
ella es sin duda alguna
la reina más despojada
del universo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
A.Lundkvist dice que "el poema es
el unico angel que queda velando
tanto a los que duermen como a los
que velan" y este poema produce
eso por su tematica particular,no
"conocida",porque interroga sobre
el disparador, porque parece un
cuento breve muy logrado.
Y tambien tienta estar dentro de
ese lugar que tal vez sea muy
lejano.
Muchas gracias.
Muchas gracias por tu amable comentario
Precioso poema!
Gracias, Carmen.
Publicar un comentario