sábado, 3 de julio de 2021

SALE DE LA CASA

 Sale de la casa:

 la ciudad está sólida

 De una pieza. Sólida.

 Sin movimiento alguno.

 Ni las nubes se mueven.

 Es la misma ciudad pero vista desde varios ángulos

 Hace rato que no hay música en sus sueños

 ¿Puede haber alguien en el interior de roca

      de la ciudad?

 No lo sabe

 Se da cuenta de que su casa forma parte

        de la ciudad petrificada

 Él mismo: no está tan seguro

 Ha salido de su casa

 ¿Podría volver a entrar?

 Parpadea (algo es algo)

 Los pensamientos hablan en el interior de su cabeza

 Le alegra albergar ese hormiguero

     aunque no entienda realmente  

     nada

     de lo que hacen y hablan esas hormigas.



 Sale de la casa:

 la costa está cerca

 Pero apunta para allá, para 'el otro lado'

 O sea que su casa está sobre el agua

 Es un agua espesa

 No hay algo que pueda llamarse oleaje

     solo un suave paso de ondas

     largas y lentas

 No se sabe todavía

    si su casa se aleja de la costa

    o si se acerca

 A veces parece una cosa

 y al rato la contraria

 Hay sol y sería un magnífico día de playa

     si no fuera...

 La casa es un mirador

 Hace rato que no aparecen en sus sueños 

     ni enanos, ni hipopótamos, 

     ni vendedores ambulantes

 Se puede tocar la brisa con la yema de los dedos

 Le sorprende lo silenciosa que resulta

      una brisa

      cuando no se frota contra algo



 Sale de la casa

 El río es color chocolate claro

    y corre repleto de basura

     y de objetos varios que va arrastrando

 Lleva un ritmo preocupante

     como si viniera de atrás otro río

     bastante más grande

     y este solo fuese la punta inicial

     del verdadero

 Y ya produce desmoronamientos laterales

 Su casa está en el borde

     como detenida en una foto antigua

     como parada sobre una pelota de goma

 Hace rato que no sueña que es él mismo

      siempre otros

      en los que vagamente reconoce a alguien

      sin ninguna certidumbre de nada

 El río ahora parece de aguas rabiosas

 No se puede entender nada 

       a partir de esa clase de ira

 A nadie se le ocurriría

       ir hasta la casa a buscar

       un aparejo de pesca,

       una línea de anzuelos,

       una red cualquiera.



 Sale de la casa:

 una tribu se ha instalado

 todo alrededor de la casa y de la desprolija

 llanura de los aledaños

 Observa figuras humanas

     pero son como sombras y no se llega

     a distinguir

     qué hacen

 Y sin embargo están cerca

 Se escuchan sus voces, se perciben sus olores

 Pero nadie se dirige a él

     y su casa parece que debiera

     ir desdibujándose

     en el viento caliente

     que no sopla, sino que da vueltas

     en redondo

 Hace rato que no sueña con pedales, ni con remos,

      ni con raquetas de nieve 

 De las pequeñas cabañas

      -que le hacen pensar que se trata de una tribu

      muy pobre- 

      brota un humo finito

     como si proviniera de un fuego

     escuálido, muy enfermo

 Sí, si se pudiera caminar por ahí, lo haría

      por supuesto.



 Sale de la casa:

 la mira

 Se da cuenta enseguida de que no hay casa

 no está su propio cuerpo;

 solo existe su mirada

 Hace rato que no sueña con mapaches

      revolviendo la basura

      con árboles abrazándose al viento

      con timbres de bicicletas despertándose

      en el sueño de la infancia

 Ve mucha gente que hacía rato que no veía

 Ve lo que sienten 

      y ve cómo él siente lo que sienten

 Tan naturalmente

      sucede todo esto:

      este casi nada de sentir sintiendo

 Sale de la casa de sí mismo

       sale y sale

       como de abajo de la tierra

       como de adentro del tiempo

       y del aire

 No se puede impedir, evitar,

       siquiera obstaculizar

       que de pronto la casa 

       lo absorba por completo a su interior

       o que él absorba por completo la casa

       a su interior

       y esta casa, a la vez, desaparezca.

  Ahora los sueños soñaban con nada,

       eran como bolsas de aire ondeando en el viento.

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