domingo, 9 de mayo de 2021

SIETE POETAS CHECOSLOVACOS

 Los llamamos así porque estos poemas son previos a la divi-

sión de Checoslovaquia en República Checa y Eslovaquia.

Las nacionalidades cambian, aunque sea por fuera. En este

caso más que cambiar, se restituyen. Un croata o un esloveno

eran yugoslavos antes del '89. Pero cada uno de esos pueblos

tenía su propio idioma y nacionalidad internos. 


VLADIMIR HOLAN (1905-1980)




Nació en Praga, donde pasó la mayor parte de su vida. 

Un poeta expresionista, que influyó en las jóvenes genera-

ciones. Tal vez su libro más importante sea Bolest, su diario

poético, cuya versión definitiva apareció en 1966. 


EN CASA DE MI MADRE LUEGO DE MUCHOS AÑOS


Este es el momento en que el fuego del hogar

necesita ser cubierto con cenizas...

Las manos de tu anciana madre lo harán,

manos que tiemblan, pero manos

cuyo temblor es todavía la medida 

de la confortación... Habiendo sido arrullado por ellas

                  te duermes

y es tan placentero... Costumbre, calor, deleite y calma,

la intimidad del aliento y algo animal-divino,

para ser tanto el dador y el receptor

cuando te entregas

todo esto niega que podrías tener más de cuarenta.

Y por cierto, si sollozaras un poquito hacia la mañana,

sería tan sólo porque

un niño nunca se ríe mientras duerme,

solo llora... ¡Un niño!




FRANTISEK HRUBÍN (1910-1971)



Su carrera como poeta comenzó en la era de oro del surrea-

lismo de Praga en los años treinta, y alcanzó su madurez ya

bajo el régimen nazi, en forma clandestina, y su cenit a fines

de los 40 y principios de los 50, para caer en el descrédito

en la década siguiente. Entonces Hrubín escribió libros para

niños y publicó su autobiografía.


De LA CIUDAD DE LA LUNA LLENA (Fragmento)


Cuando el gran viento apagó las luces de la calle

los peatones fueron empujados dentro de sus sombras,

rostros de telarañas se sentaban entre las casas

llenando curiosamente los viejos asientos familiares,

y solo la mitad de la ciudad vieja descansaba,

otros manoseaban como si buscasen botellas

en los sótanos, mientras el viento se calmaba

de a poco después de muchos días y noches.


grandes campos de nieve rodeaban por todas partes

a la ciudad, lugares-de-campo quedaron expuestos

desprevenidos, mucho viejo papel se encendió en llamas,


y el estruendoso viento, puro y desatado,

corrió a través de las noches y las mañanas con su nieve

en todas las calles donde mi perdido rostro podía ir.



ANTONÍN BARTUSEK (1921-1974)


 Estudió historia, historia del arte y filosofía en la Univer-

sidad de Praga. Es también traductor de poesía europea y

norteamericana y autor de ensayos sobre historia, literatu-

ra y escenografía.


CANTO DE AMOR


A través del cielo

un réquiem solitario de nubes-

Las manos plegadas del viendo rezando

en las ramitas secas-


Topos

emergiendo de fortalezas subterráneas-

Serpientes todavía

reticentes-


La primavera

prometiéndole a las muchachas

el asesinato del amor

detrás de las cercas de los jardines-


Por la noche el estanque

te ofreció 

mi auténtica

semejanza-




MIROSLAV HOLUB (1923-1998)



Nació en Pilsen y fue un distinguido inmunólogo además

de poeta. Viajó a Occidente. Tradujo a muchos poetas y creó

junto a otros colegas una publicación que agrupaba traduc-

ciones poéticas en ambas direcciones. Fue un escritor muy

laureado, además de un reconocido científico.


ANIMALES EXPERIMENTALES*


Se hace más fácil con conejos que con perros o gatos. Un

animal experimental no debería ser inteligente. Es

incómodo cuando sus acciones semejan las de los humanos,

es incómodo cuando puedes entender su terror 

y tristeza.


Pero la cosa más triste es trabajar con cerdos recién nacidos.

Son feos.


No poseen ni desean nada aparte de su fuente de leche.


Sus duras y desmañadas patas se abrochan debajo suyo, sus

hocicos y sus minúsculas pezuñas son extraordinariamente

                            inútiles.


Son feos y estúpidos.


Cuando tengo que matar a un cerdito siempre me detengo

          por un momento.

Entre cinco y seis segundos.


Entre cinco y seis segundos en el nombre de toda la belleza

y tristeza del mundo.


-Manos a la obra, - dice alguien entonces.


o lo digo yo mismo.




EL DESIERTO DE GILA EN ARIZONA


 Y hace seis horas que viajamos, rocas, arena, cactus

sirviendo ídolos, la campana de la noche temblando

de un extremo del horizonte al otro. El cielo, cortado

por el disco rotarorio de este planeta, sangra abiertamente.

 Joseh Conrad escribió:

 Me acuerdo de mi juventud

 y de un sentimiento que nunca regresará,

     el sentimiento de que puedo vivir para siempre,

     más tiempo que el mar,

     o la tierra,

     más que toda la gente.




JOSEF HANZLÍK (1938-2012)



Nació cerca de Praga, en Neratovice. Estudió psicología y

luego se convirtió en editor de poesía. También traductor 

de la poesía inglesa, rusa y yugoslava. Ejerció una fuerte in-

fluencia en los escritores jóvenes.


QUIÉN ES ESE QUE CONDUCE UN CARRO NEGRO


Quién es ese que conduce un carro negro

a través de la lluvia desconsolada

quién es ese que no perdona a los exhaustos caballos

con las ruedas ahogándose en el barro


Quién es ese que conduce un carro

a través de este paisaje sin tabernas en las cunetas

y sin madera de pino ardiendo

ignorando la noche sin amanecer


Quién es el que conduce

a lo largo de este fútil camino a través de un mundo ahogado

consumido hasta los huesos


Quién es ese que conduce un carro vacío

quién sino el sepulturero quien como el capitán

muere último




MIROSLAV VÁLEK (1927-1991)



 Uno de los más destacados escritores eslovacos. Se preparó

para una carrera en ciencias económicas y terminó siendo un

escritor Ministro de Cultura (en 1969). 


LA MANZANA


La manzana de la alacena rodó al suelo.

Empaca tus cosas y vete.


Ella se reclinó contra la puerta

y con los ojos gritó:

¡Por el amor de Dios, por favor, no!

Pero yo supe todo el tiempo que ya había tenido bastante;

me paré

levanté la manzana,

polvorienta y aún verde,

y la puse sobre la mesa.

incesantemente me rogó, vino hasta la mesa,

y lloró.

Ella me miró, limpió la manzana,

y lloró.

Hasta que yo dije: ¡Deja esa manzana y vete!


Los hechos se desenrollaron como yo había previsto.

¡Qué importa si la secuencia fue diferente!

Ella abrió la puerta,

yo empalidecí y dije ¡Quédate!

Pero ella empacó sus cosas y se fue.


La manzana de la alacena rodó al suelo.




DANIEL SIMKO (1959-2004)



 Nacido en Bratislava, emigró a los 10 años junto a su fami-

lia a los Estados Unidos, justo después de que el Pacto de

Varsovia (o sea la Unión Soviética) invadiera Checoslova-

quia en el '68. Escritor y traductor (es el mayor traductor al

inglés de la poesía de Georg Trakl). Se recibió en la Univ.

de Columbia como Master en Bellas Artes. 


EL CEMENTERIO JUDÍO DE PRAGA


Se hace más difícil salir caminando

de esos cráteres que impiden

que entre la luz.

El cielo, doblándose sobre un cuerpo

toca la pálida piel del pasto

como la afiebrada cabeza de un niño.


Dejaste atrás el pueblo.

Los árboles anhelan alzarte

suavemente de la cama astillada

al viento. No hay ninguno.

Ha salido de tus cuerpos.


EL ARRIBO

         siguiendo a una foto casi tomada en Berlín


Mojados techos de pizarra. Palomas. Una luz.

Una hoja en la vereda.

Las sombras deslizándose entre guijarros.


Ya está oscuro

cuando arribas 

desde París,

el humo brotando del Diesel

mientras tú bajas

con tu negro pelo desatado.


Yo estoy casi siempre

convirtiéndome en ese humo,

en las palomas que aterrizan

sobre el techo de cristal.


O me despierto

y tú vienes

con un chal

negro estrellado.

                             París, 1980.



* Este poema me recordó un pensamiento de John Ban-

ville: "El único placer que no compartimos con los ani-

males es el que sentimos ante la belleza."


FUENTE



Emery George (Ed.) Contemporary East European

Poetry. An Anthology. Oxford Univ. Press., 1983.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


 

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