sábado, 15 de mayo de 2021

ANNE CARSON: LA VERDAD ACERCA DE DIOS (FRAGMENTO)

                       




                        LA VERDAD ACERCA DE DIOS


MI RELIGIÓN

Mi religión no tiene sentido

y no me ayuda

por ende la prosigo.


Cuando veamos

qué simple hubiese sido

nos azotaremos.


Tuve una visión

de toda la gente del mundo

que están buscando a Dios


aglomerados en un cuarto

de un lado

de una partición


que mira 

desde el otro lado

(el lado de Dios)


transparente

pero somos ciegos.

Nuestros gestos son ciegos.


Nuestros ciegos gestos continúan

durante algún tiempo hasta que al fin

desde alguna parte


del otro lado de la partición ahí estamos

mirándolos de vuelta a ellos.

Es muy muy tarde.


Vemos cuan intermitentemente

cuan cuidadosamente

cuan enfermos


nuestros gestos ciegos

parodiaban

lo que Dios realmente quería


(alguna cosa simple).

El pensamiento de ello

(la cosa simple)


es como una criatura

suelta en un cuarto

y martillando


para salir.

Martilla mi alma

con la culata de su rifle.



 EL ATAQUE* DE DIOS  

         [* En el sentido de "a Dios le dio un ataque"]

A veces Dios deja caer un ataque sobre vos.

Te deja en tu cama aullando.

No lo tomes mezquinamente.


Porque los muros exteriores de Dios son de vidrio.

Veo un millón de almas trepando los muros desde adentro

para escapar de Dios que está ardiendo,


desatendido.


EL GOLPE DE ESTADO DE DIOS

Dios tiene un gran corte en el corazón.

En el camino donde el hombre va surgiendo Él puede,

como dice el profeta,

retrasarse.


POR DIOS

A veces durante la noche no sé por qué

me despierto pensando en preposiciones.

Tal vez sean claves.


"Dado que desde el Hombre llegó la Muerte."

Estoy perpleja por escuchar que el Hombre es el agente 

                                      de la Muerte.

Tal vez significa


Que el Hombre estaba parado en la curva

y pasó la Muerte.

Una vez yo tenía un perro


iba con cualquiera.

Tal vez a la escucha

poco a poco de la primera unión.



DESVIAR

Tengo un amigo que está rojo ardiente de dolor.

Siente las luces como lluvia dura a través de sus poros.

Juntos nos fuimos a preguntarle a Isaac.


Isaac dijo te contaré la historia que me contaron a mí.

Era de Adán

emitió las luces.


De las luces de su frente se formaron todos los nombres

                             del mundo.

De las luces de sus orejas, nariz y garganta

surgió una función que nadie ha logrado definir.


Desde las luces de sus ojos -pero espera-

Isaac espera.

En teoría


las luces del ojo debieron brotar del ombligo de Adán.

Pero entre las luces mismas sucedió 

una entrada de aliento


y cambiaron su camino.

Y fueron separadas.

Y quedaron atrapadas en la cabeza.


Y de esas luces separadas vino

aquello que te duele

en sus recados (aquí mi amigo empezó a llorar)

                           a través del mundo.


Ya que él aseguró que no eres el único que lloras.

Isaac azotó su cola.

Cada rango de mundo


fue causado para descender

(al menos un rango)

a la terrible presión de la luz.


Nada permaneció en su lugar.

Nada evitó ser capturado excepto

entre las esquirlas y las raíces y la materia


algunas luces

de los ojos de Adán

nutrieron ahí de alguna manera.


Isaac detuvo su rugido.

Y mi amigo para entonces adormilado como una serpiente

se aquietó detrás de un montón de sílabas de dorso azulado.


EL NOMBRE DE DIOS

Dios no tenía nombre.

Isaac tenía dos nombres.

Isaac también se llamaba El Ciego.


Dentro del oscuro cielo de su mente

Isaac podía oír a Dios

bajando un camino de campo bordeado de árboles.


Por la manera en que los árboles se reflejaban en Dios

Isaac supo cuáles eran rectos y altos

o cuando cargaban sus ramas


como un cuerpo carga con la cabeza

o por qué algunos se agachaban hasta el piso en matorrales.

Oír cómo Dios se movía a través del universo


le dio a Isaac su pregunta.

Yo podría decirles su respuesta

pero no ayudaría.


El nombre no es un sustantivo.

Es un adverbio.

Como las pequeñas libretas negras que llevaba Beethoven


en el bolsillo de su saco

para el uso de aquellos que deseaban conversar con él,

el adverbio Dios


es una calle de una sola mano que va dondequiera que estés.

No vale la pena decirles qué es.

Sólo mastíquenlo y frótenselo.



Este fragmento del poema es poco menos que la primera 

mitad del mismo. Da una idea. Ann Carson (Toronto, 1950),

escribe así. Tómelo o déjelo. Su formación clásica es impo-

nente. Este poema pertenece a un libro publicado en 1995

con el título de Glass, Irony, and God, por New Directions.


FUENTE


Eliot Weinberger (Ed.) World Beat. International Poetry

Now. New Directions, 2006.








  



No hay comentarios: