LAMENTACIONES
1. El Logos
Ambos estaban quietos,
la mujer apenada, el hombre
ramificándose dentro del cuerpo de ella.
Pero dios estaba mirando.
Ellos sintieron su ojo de oro
proyectando flores en el paisaje.
¿Quién supo lo que él quería?
Él era dios, y un monstruo.
Así que esperaron. Y el mundo
lleno con su fulgor,
como si quisiera ser entendido.
Lejos, en el vacío al que él le había dado forma,
él acudió a sus ángeles.
2. Nocturno
Un bosque surgió de la tierra.
Oh lamentable, tan necesitado
el furioso amor de Dios-
Juntos eran bestias.
Yacen en el inalterable
crepúsculo de su negligencia;
desde las colinas, vinieron lobos, mecánicamente
atraídos a su calor humano.
su pánico.
Entonces los ángeles vieron
cómo Él los dividió:
el hombre, la mujer, y el cuerpo de la mujer.
Sobre los juncos mezclados, las hojas sueltan
un lento gemido de plata.
3. El pacto
Fuera del miedo, construyeron un lugar para vivir.
Pero un niño creció entre ellos
mientras dormían, mientras intentaban
alimentarse.
Lo pusieron sobre una pila de hojas,
el pequeño cuerpo descartado
envuelto en la limpia piel
de un animal. Contra el cielo negro
vieron el masivo argumento de la luz.
A veces se despertaba. Mientras estiraba sus manos
ellos entendieron que eran la madre y el padre
no había ninguna autoridad por encima de ellos.
4. El Claro
Gradualmente, a través de muchos años,
el pelaje desapareció de sus cuerpos
hasta que estuvieron parados en la brillante luz
extraños el uno para el otro.
Nada era como antes.
Sus manos temblaban, buscando
lo conocido.
Tampoco podían apartar sus ojos
de la blanca piel
en la que las heridas podían mostrarse claramente
como palabras sobre una página.
Y de los insignificantes marrones y verdes
por fin surgió Dios. Su gran sombra
oscureciendo los cuerpos durmientes de Sus hijos,
y saltó al cielo.
Qué hermosa debe haber sido,
la tierra, esa primera vez
vista desde el aire.
5. Canto nocturno
Mira la luz del farol.
¿No lo ves? La calma de la oscuridad
es el horror del Cielo.
Hemos estado separados tanto tiempo, tan dolorosamente
separados.
¿Cómo puedes soportar soñar,
dejar de mirarse? Creo que debes estar soñando,
tu cara está llena de suave expectación.
Necesito despertarte, recordarte que hay un futuro.
Por eso somos libres. Y ahora alguna debilidad en mí
ha sido curada para siempre, así que no soy forzada/o
a cerrar mis ojos, a regresar, a rectificar-
La playa está quieta; el mar, purificado de su vida superflua,
opaco, como pétreo. En montículos, en racimos vegetales,
aves marinas duermen en el muelle. Charranes, asesinos-
Estás cansado, puedo ver eso.
Ambos estamos cansados, hemos actuado un gran drama.
Hasta nuestras manos están frías, que eran como leña.
Nuestras ropas están desparramadas en la arena; lo raro
es que nunca se convirtieron en cenizas.
Tengo que decirte lo que he aprendido, lo que sé ahora
lo que les pasa a los que sueñan.
No se dan cuenta cuando cambian. Un día
se despiertan, se visten, son viejos.
Esta noche no tengo miedo
de sentir las revoluciones. ¿Cómo puedes querer dormir
cuando la pasión te da esa paz?
Eres como yo esta noche, uno de los afortunados.
Obtendrás lo que quieres. Obtendrás tu olvido.
Louise Glück nació en la ciudad de Nueva York en 1943.
Ha enseñado en la Universidad de Virginia, en la de Carolina
del Norte, y en el Goodard College. Vivió varios años en
Plainfield, Vermont. Actualmente trabaja en el Williams Co-
llege de Williamstown, Massachusetts.
Ah, hoy le otorgaron el premio Nobel de Literatura.
FUENTE
Este poema apareció en The New Republic, en junio de 1978.
Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)
3 comentarios:
Me gusto su poesía. Estoy contenta de que le hayan dado el premio.
Me encanta su página, que es un pequeño pero sutil, elegante fogonazo para una arrumbada poesía(pequeño porque es un blog frente al océano de páginas dedicados a otros asuntos) . De la poetisa ganadora del Nobel no he leído nada,por lo que me guardaré mi opinión hasta hacerlo. Un saludo, vate.
Hola Sergio. ¡Qué lindo comentario! Gracias. Es, también, pequeño, pero vale mucho. Un abrazo.
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