domingo, 25 de octubre de 2020

UN PEQUEÑO HOMENAJE A FLANN O'BRIEN

 



 Una buena parte de la aventura de la vida, que en otros 

tiempos consistía, por ejemplo, en una extensa recorrida

del África Occidental Francesa, como se la llamaba en

esos tiempos (Sierra Leona -uno está tentado de decir "la

Sierra Leona de Graham Greene"-, Dakar y el Senegal, 

Abidjan y el mercado de máscaras más grande de África,

The Gambia...), se ha convertido en la búsqueda de auto-

res y de sus libros. Descubrimientos de territorios bastante

poco explorados. O, también, mucho menos explorados de

lo que debieran serlo.

 Hace poco entré en contacto por segunda vez, pero en este

caso de manera decisiva, con un escritor irlandés de vida

trágica. Lo que se cuenta de esa tragedia está referido a su

obra, a los avatares de su obra. Tentado desde el principio

de decir "si tres son los genios literarios de Irlanda en el

siglo XX, no dudaría en desplazar a Yeats, para acomodar

en su lugar a Flann O'Brien, junto a los al parecer definiti-

vos Beckett y Joyce". Son provocaciones menores y sin con-

secuencias, y me permiten sentir un ligero vértigo de esos

que en otro tiempo hubiesen sido briznas de brisa perdidas

y nada más. Edna O'Brien (sin otro vínculo familiar con 

Flann que el apellido) ha dicho que este es uno de los tres

mayores escritores irlandeses, pero que, además, es el más

divertido de los tres.




 O'Brien estuvo partido entre su vocación literaria y la rea-

lidad, como tantos otros autores. Su primer libro en serio

se tituló "En nadar dos pájaros". Borges habló (escribió, en

realidad) cosas muy elogiosas de ese libro. Un mérito, sin

duda, ya que en su país de origen el libro vendió exactamen-

te 244 copias. Se nota que el autor de "Otras Inquisiciones"

obtuvo, milagrosamente, uno de ellos. Su segundo libro, una

obra maestra que me atrevo (sí, también mis atrevimientos de

otros tiempos eran de otra clase) a llamar "deslumbrante". El

genio de O'Brien en su máxima expresión. La cuestión es que

el libro fue rechazado de plano por varias editoriales, el escri-

tor no logró publicarlo -recién apareció editado un año después

de su muerte- y la frustración, junto a su tendencia bastante

compartida por esos lares al alcoholismo, comenzaron la des-

trucción tanto del O'Brien persona, como del escritor.




 Trabajó en periódicos y en la radio, aparte de sostener un

puesto oficial que maniataba sus expresiones artísticas en

un país sumamente conservador, publicando notas que han

sido reunidas en La gente corriente de Irlanda, un libro que

no logra ocultar ni la erudición ni el tremendo sentido del hu-

mor de este hombre de genio. Pero él sintió que esas tareas

menores se devoraban al escritor que tenía dentro. En unos

cuantos años su vida se derrumbó por completo (había nacido 

en Strabane, una villa del norte de Irlanda en 1911 y murió en 

Dublín en 1966): la gran biografía que escribieran Peter Coste-

llo y Peter Van de Kamp, habla del deterioro notable de las fac-

ciones de O'Brien en ese declive que debía concluir con su 

total destrucción.




 Pero Flann O'Brien encendió una luz y esa luz permanece

y creo que permanecerá encendida por mucho mucho tiempo.

Encendió una luz triste, aguda, irónica, dura, comiquísima,

imaginativa y dolorosa.

 Después se fue. Todos nos vamos, pero algunos no se van

del todo.

 Eso es lo que quería decir hoy. Eso y recomendar la lectura

de su obra maestra (a mi entender): El tercer policía. También

son muy buenos los otros dos que mencioné . Y también Cró-

nica de Dalkey, que Harold Bloom colocó, junto a su otra obra

maestra en el Canon Occidental. Y también el muy triste La

boca pobre, donde cuenta la forma de vida de su pueblo y épo-

ca, sin faltarle nunca la veta de humor. 




 Miro el rostro de O'Brien. ¡Cuánto dice ese rostro! Me revuel-

ve en una insistencia de la que no desisto: se lee a un autor por

su obra, pero, además, y casi diría fundamentalmente, porque 

nos despierta sentimientos. Un afecto extraño, perteneciente 

tan sólo a la relación entre artista y observador o lector. Vivió

en tiempos difíciles. casi podría decirse "¿quién no?". Bueno,

las suyas, junto al lugar en el que le tocó nacer, produjeron una

combinación especial. 



                                   (Por Kernoff Harry)


 Un genio llamado Flann O'Brien. O Brian O'Nolan.

 O Myles na g Copaleen. O George Knowall (Sabelotodo).

O Peter the Painter. O John James Doe. O Brian O Nuallain.

O Count O Blather (decir tonterías). O Winnie Wedge. 

O Brother Barnabas. o Stephen Blakesley. O Lir O'Connor.



                                               (Por Brian Keating)


 Tanto Sergio Pitol como Gianni Celati han escrito ensayos

valiosos acerca de O'Brien, cuya lectura también recomiendo.



                             La casa en Strabane

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En la foto parece un actor con su sombrero Fedora , me ha gustado la historia de este hombre , la verdad que no suelo conocer a los autores que usted analiza, de hecho como estoy muy preocupado por el genocidio armenio , me dije: voy a pasar por el blog de Robert Rivas a ver si cuenta algo de poetas armenios y del genocidio de 1915 y bingo!! , encontré su post sobre los dos poetas armenios . El caso es que los cobardes gobiernos europeos están callados , pero creo que si los armenios se ven perdidos bombardearon las centrales nucleares del Cáucaso . Estamos gobernados por auténticos chabacano/as que aparte de tonto/as son unos psicópatas narcisistas.

Eugenio Lomb

Robert Rivas dijo...

Hola. Como hay muchos psicópatas narcisistas gobernando, me resulta difícil conjeturar dónde vivís...

Anónimo dijo...

Hola caballero , soy de Santander . En España tenemos 17 presidentes autonómicos y los dos de Ceuta y Melilla , aparte del gobierno de Madrid , y en cada sitio hay normas diferentes , ahora estamos en estado de queda ya que hubo mucho desmadre y movimiento en el verano , estamos viviendo un pandemonio y situaciones muy extravagantes , los niños se portan muy bien en la escuela , pero los demás no piensan más que en beber , comer y el botellón, supongo que en Argentina pasará lo mismo , de hecho también pasa en Alemania o Francia , al menos no hay disturbios , aunque hay mucha crispación por las actuaciones de los políticos, en España los emigrantes se portan bien pero hay una preocupación muy grande por Venezuela , y más ahora que ha llegado Leopoldo huido desde la embajada , tenemos también un millón de rumanos , son eslavos latinos y muchos aprenden el idioma casi perfecto en un año , en cambio un español aunque viva 8 años en Rumanía no aprende rumano , aunque hay palabras que son iguales . El poeta más representativo de Santander es José Hierro , , como novelista José María Pereda y como ensayista Menéndez Pelayo . Hay también una gran pintora santanderina llamada María Blanchard.
Bueno, soy un pesado , buenas noches señor.
Eugenio Lomb