sábado, 21 de febrero de 2015

OTROS 20 POETAS RUSOS



                                                    Natalia Goncharova (1881-1962) Calle de Moscú, 1909.


La poesía rusa se remonta al siglo XII, con el Canto de
la Campaña de Igor. La grandeza narrativa de ese poema
es continuada con una rica tradición folclórica, tanto épi-
ca como de cuentos de hadas conocidos como byliny.
 La antigua Rus se mantuvo aislada de Eurasia hasta que
Pedro el Grande abrió la famosa "ventana a Europa" que
significó, en términos literarios, una 'invasión', primero
de la cultura alemana y luego de la francesa. Se inició la
Edad Dorada de la poesía Rusa, que culminó con la poe-
sía de Gavriil Derzhavin (1743-1816) y Aleksandr Push-
kin (1799-1837), quienes le devolvieron el habla viva de
Rusia a su literatura. En el campo poético aparecieron
Mikhail Lermontov, Fyodor Tyutchev, Afanasy Fet y Ni-
kolai Nekrasov, junto a sus contemporáneos del sigloXIX.
En el terreno de la prosa, nada menos que Dostoievski,
Tolstoi, Turguenev y Chejov, llevaron a la literatura rusa
a los primeros planos de la literatura universal.

 El siglo XX comenzó con un reverdecimiento de la poe-
sía y de todas las artes en lo que se conoce como la Era
Plateada (más o menos entre 1894 y 1922). En el centro
de ese movimiento, nada menos que la Revolución de Oc-
tubre. El primer movimiento de esa Era lo constituyó el
Simbolismo, que duró hasta 1910. Influídos por los simbo-
listas franceses y por Schopenhauer, Kant y Dostoievski,
además de un intento de sintetizar las ideas de la Grecia
clásica con las del cristianismo, estos poetas nunca cons-
tituyeron un verdadero grupo. El filósofo ruso Vladimir
Solovyov representó también una fuente de ideas para
estos poetas, entre los cuales podemos citar a Dmitri Me-
rezhkovski, Zinaida Gippius, Konstantin Balmont, Alek-
sander Blok y Andrei Beli.
 Blok: "Yo, que también concedo gran valor a la estética,
que amo el individualismo, que soy víctima de la deses-
eración; en resumen, soy un intelectual".
 Beli o Bieli: "¡No tengo una habitación! Soy un escritor
de la tierra rusa, y no tengo siquiera una piedra, una pie-
dra, sí, pero no estamos en la pétrea Galilea, sino en el
Moscú revolucionario, en donde al escritor se le debería
prestar ayuda. ¡He escrito Petersburgo [de la cual se ha
dicho que es una de las grandes novelas del siglo (R.R.)]!
He previsto la caída de la Rusia zarista, he visto en sue-
ños el final del zar..."
 Beli o Bieli, de nuevo: "Nosotros, los simbolistas, no he-
mos sido hijos de la burguesía. Yo soy el hijo de un mate-
mático, profesor de la Universidad de Moscú, me crié es-
cuchando hablar de Darwin, Spencer, Mill; Alexander
Blok es hijo de un profesor universitario, nieto de un fa-
moso botánico, csado con la hija del conocido científico
D. Mendeleiev; Soloviev, él mismo un profesor de la Uni-
versidad de Moscú, también hijo de un historiador, profe-
sor universitario; Briusov es hijo de un pequeño comercian-
te; Annenski es un pedagogo, profesor y director de un Co-
legio..." [Cuando se vive en un régimen en el cual hay que
dar tantas explicaciones para no ser sospechado de traición
o de algo peor, la pobreza es, sin duda, el mal menor. R.R.]

 El grupo Acmeísta rechazaba el Simbolismo y sus am-
biguedades místicas y buscaba un regreso a la claridad
y precisión de las palabras. En 1912 un grupo de seis jó-
venes poetas formula las bases del movimiento e inventa
para sí el nombre de acmeístas, que es un término prove-
niente del griego (Acme) que significa "grado máximo de
algo". Lo formaron Gumilev (en cuya casa se reunían), Aj-
mátova, Mandelstam, Gorodetsky, Zenkevich y Nárbut.
El acmeísmo tiene el propósito de crear una poesía en cu-
yo centro esté el hombre como dueño de su propio mundo.
 Mandelstam: "El poeta eleva el fenómeno a la décima po-
tencia, y la modesta apariencia de una obra de arte nos en-
gaña frecuentemente con respecto a la realidad terriblemen-
te densa que la obra posee".

Tanto los Futuristas como los Cubo-Futuristas, desde 1912, oponiéndose a los simbolistas emitieron un manifestó lla-
mado "Un cachetazo en la cara del gusto público". Víktor Shklovski, mi referente en cuanto a aquellos tiempos ru-
sos, dice que el grupo se autodenominó Budetlian (de la
palabra budu -que viene a ser la primera persona del verbo
ser: seré.)
 En ese contexto se produce la Revolución, con la cual se
entusiasman tanto los Futuristas como los Constructivistas
entre los cuales están el mismo Blok y Vladimir Kirillov.
 Hacia 1930 la imposición estatal del realismo socialista
comienza a producir movimientos de rechazo. Blok mu-
rió prematuramente en 1921, Serguei Esenin se suicidó
en 1925 después de escribir una despedida con su propia
sangre, y Vladimir Maiakovski, ferviente poeta de la Re-
volución siguió los pasos de Esenin en 1930, pegándose
un tiro. Ese año había escrito: "Pero me sometí, y puse mi
talón sobre la garganta de mi propio canto." Mandelstam
fue arrestado y murió en prisión en 1938. Según Roman
Jakobson: "fue la generación que desperdició a sus poetas."
 Esta selección sigue un orden cronológico, para dar a co-
nocer diversos estadios de esta inmensa poesía. Deberé pu-
blicar varias secciones más para dar un panorama de la va-
riedad y riqueza de sus poetas.




KONSTANTIN SLUCHEVSKY (1837-1904)
(Su padre fue senador y él tuvo altos puestos administra-
tivos durante el gobierno del Zar. Graduado en San Peters-
burgo, estudió luego en la Sorbona y en Alemania. Siendo
un ferviente conservador, vio aproximarse el colapso de la
sociedad a la que pertenecía, y hasta se burló un tanto de
ella.)

LE DIJE (a ella)...

Le dije: las veredas están barrosas,
El cielo es sombrío, todo el mundo está deprimido...
Le dije que los días son todos iguales
Y que me enferman de corazón,
Que los bailes, el teatro -me enervan...
"¿De veras?"

Le dije que hay cólera en la ciudad,
Tal y tal han muerto, tal y tal se están muriendo...
Que para nosotros la poesía es una bolsa de trucos,
Que el talento está pereciendo en embriaguez,
Que en Rusia la vida no tiene ninguna meta...
"¿De veras?"

Le dije: tu hermano va a ser fusilado,
Está deshonrado, se ha entregado al vicio...
Le dije, pidiéndole que no se asuste:
¡Tu padre ha muerto! A la noche el médico
No logró llegar a tiempo.
"¿De veras?"



VLADIMIR SOLOVYOV (1853-1900)
Hijo de un famoso historiador, fue un influyente filósofo
y teólogo. El poema que publicamos, evoca los dilemas de
la época: el deterioro del imperio, la acechanza del "peligro
amarillo" y el tóxico mesianismo ruso.

PANMONGOLISMO

¡Panmongolismo! La barbarie del mundo,
Aún cae dulcemente en mi oído,
Como si fuese un poderoso portento
Del gran destino que Dios le guarda al hombre.

Cuando, durante la corrupción bizantina,
El fuego de los altares sagrados se hubo enfriado,
Y el Mesías fue abjurado
Por sacerdotes y pueblo, príncipe y zar,

Entonces desde el Este se convocó
A un pueblo extraño y desconocido,
Y bajo el arma pavorosa del destino
Allí cayó en el polvo la segunda Roma.

No deseamos aprender la lección
De cómo cayó Bizancio, y por qué,
Y los aduladores de Rusia le dicen:
Tú eres Roma la tercera, tú eres Roma la tercera. *

¡Que así sea! Dios, para nuestro castigo,
Tiene aún reservado un instrumento.
Y nuevos asaltos están siendo montados
Por enjambres de frescas, nacientes tribus.

Desde Altai a las aguas malayas
Los líderes de las islas Orientales
Junto a los muros de la voluntariosa China
Han reunido multitudes de tropas.

Como hordas de incontables langostas,
E insaciables de codicia,
Custodiados por un poder sobrenatural,
Las tribus se mueven hacia el norte.

¡Olvida tu antigua gloria, Rusia!
La doble águila ha sido aplastada,
Los trapos y jirones de tus banderas son dadas
A niños amarillos para sus juegos.

Aquel que olvida los preceptos del amor
Debe rendirse en miedo y temblor.
Y ahora la tercera Roma yace en cenizas,
Y Roma la cuarta jamás podrá ser.

* Después de la captura de Constantinopla (Bizancio), la "segunda Roma",
por los turcos en 1453, Moscú se convirtió en el centro de la Iglesia Orto-
doxa y se pensó a sí misma como la "tercera Roma", que jamás moriría.



INNOKENTY ANNENSKY (1856-1909)
Renombrado por sus vastos conocimientos, Annensky era
el director del Liceo de Tsarskoye Selo, en el cual muchos
poetas, incluyendo a Aleksander Pushkin y a Anna Ajmato-
va, se educaron. Es un antecesor de la escuela Acmeísta,
que se oponía al reinante Simbolismo, e influyó en poetas
como Vladislav Khodasevich y Boris Pasternak.

NIEVE

Podría haber amado el invierno,
Pero la carga es pesada.
Ni siquiera el humo no puede
Escaparse hacia las nubes.

Las líneas claramente grabadas,
El rígido vuelo,
El pauperizado azul
Del hielo hinchado de lágrimas.

Pero amo la nieve, debilitada
Por la vida fácil de encima,
A veces brillando blanca,
A veces lila púrpura...

Y particularmente en el deshielo,
Cuando, revelando los picos,
Se acuesta cansada
Sobre un deslizante precipicio.

Sueños inmaculados,
Como ganado en la niebla,
Sobre el borde agonizante
Del holocausto de la primavera.


DIMITRI MEREZHKOVSKY (1866-1941)
Uno de los pioneros de la poesía Simbolista. Se casó con
la poetisa Zinaida Gippius. En 1914 publicó una colección
de 24 tomos de sus trabajos, los cuales incluían una trilogía
novelística. Fue un feroz enemigo de la Revolución de Oc-
tubre y emigró a Francia en 1919. Desde allí luchó contra
el comunismo hasta el punto de poner sus esperanzas en la
guerra de Alemania contra Rusia. No fue publicado en la
Unión Soviética entre 1925 y 1985.


ELLA ME AMA, ELLA NO ME AMA

Amo o no lo hago; la desesperación me viene fácil:
Aunque puede que nunca sea tuyo,
Sin embargo hay tal ternura a veces
En tus ojos, como si yo fuese amado.

No es por mí que vivirás, ni es por mí que sufrirás,
Y yo he de pasar como la sombra de las nubes;
Pero tú nunca me olvidarás,
Y mi distante llamado no morirá en ti.

Soñamos una misteriosa dicha,
Y sabíamos en el sueño que era un sueño...
Sin embargo hay una agonizante dulzura
Para ti en esto, que yo no soy él.


WASSILY KANDINSKY (1866-1944)

                                          V.K. Cosacos, 1910.
Kandinsky se destacó como pintor, siendo uno de los fun-
dadores del arte abstracto, pero ha tenido también una pe-
queña actividad como poeta.
Estudió piano, cello, economía y leyes. Viajó a conocer a
las tribus distantes del norte de Rusia y publicó trabajos
acerca de ellos. Vivió en Múnich desde 1896 hasta el co-
mienzo de la primera guerra mundial. Partió de la Unión
Soviética en 1921 y desde entonces permaneció fuera de
su país.

¿POR QUÉ?

"Nadie salió nunca de ahí."
"¿Nadie?"
"Nadie."
"¿Ni uno?"
"No."
"¡Sí! Y cuando yo pasé, sin embargo uno estaba parado ahí."
"¿Delante de la puerta?"
"En frente de la puerta. Estaba ahí y abrió los brazos."
"¡Sí! Es porque no quiere que entre nadie."
"¿Nadie entró ahí?"
"Nadie."
"¿Ése, que abrió los brazos, estaba ahí?"
"¿Adentro?"
"Sí, adentro."
"No lo sé. Abrió los brazos sólo después, para que
nadie pudiese entrar allí."

"¿Lo pusieron ahí para que nadie entrase?"
"¿El que abría los brazos?"
"No. Vino solo, se paró ahí y abrió los brazos."
"¿Y nadie, nadie, nadie salió de ahí?"
"Nadie, nadie."


IVAN BUNIN (1870-1953)
Hijo de un terrateniente, Bunin es uno de los mayores pro-
sistas líricos de Rusia. Maestro de Katayev y de otros poe-
tas. Se opuso a la Revolución de Octubre y emigró a Fran-
cia. Fue el primer escritor ruso laureado con el Nobel. Mu-
rió en la pobreza.

ERA CERCA DE MEDIANOCHE

Era cerca de medianoche cuando entré:
Ella estaba dormida; la luna brillaba
A través de su ventana, iluminando
El colgante raso de su frazada.

Ella estaba boca arriba,
Sus pechos desnudos separados,
Y mientras dormía, su vida era aún
Como un platillo de agua.


TEFFI (NADEZHDA ALEKSANDROVNA LOKHVITS-
KAYA, luego también BUCHINSKAYA, al casarse)
(1872-1952)
 Hija de un reconocido abogado y profesor de derecho
penal, Teffi fue poeta, cuentista y dramaturga. Su hermana
era la poetisa Mirra Lokhvitskaya, y su hermano fue gene-
ral en jefe de las Tropas Expedicionarias Rusas en Francia
durante la primera guerra mundial.
Se asiló en Francia en 1920.

ANTE EL MAPA DE RUSIA

En una tierra extranjera en una antigua tierra extranjera
Su retrato cuelga de la pared,
Ella, muriendo, como una mendiga, sobre heno,
Con tormentos para los cuales no hay un nombre

Pero aquí en el retrato ella está completa, como antes,
Es rica, es joven,
Está con su lujurioso vestido verde,
Con el cual siempre la han retratado.

Miro tu rostro como se mira un ícono...
"Bendito sea tu nombre, asesinada Rus."

Tocaré tu vestido suavemente con mi mano
Y con esta mano me santiguaré.


MAXSIMILIAN VOLOSHIN (1877-1932)
 Estudiante de abogacía, nacido en una familia de la noble-
za, estudió luego en París entre 1903 y 1917, y volvió a Ru-
sia para siempre en ese mismo año, viviendo en Crimea.
Su casa, que fue convertida en museo, estaba abierta para
todos, Rojos y Blancos. Trató de mantenerse neutral en el
conflicto entre ambas partes. Sólo le importaba el futuro de
Rusia. Debido a su refinada cultura, adquirida en los años
parisinos, fue rechazado por los críticos soviéticos.

EN EL FOSO SIN FONDO

En memoria de A. Blok y N. Gumilyov

Día tras día más brutal y más salvaje,
Un horror mortífero mantiene esclava a la noche.
Vientos pútridos extinguen vidas como velas.
Ya no hay fuerzas para gritar, para ayudar, para llamar.
Oscuro es el destino de los poetas rusos
E inescrutables los caminos que hollan:
Pushkin se paró frente a una pistola en un duelo,
Dostoievsky enfrentó un pelotón de fusilamiento.
He de sacar mi número y conocer mi suerte,
Amarga Rusia, fiero infanticidio:
Puedo resbalar sobre sangre fuera del calabozo,
O perecer terriblemente adentro de él,
Pero tu Gólgota jamás abandonaré,
Y tus tumbas jamás serán renegadas.
Muerto ya sea por hambre o por odio,
No he de elegir otro destino:
Si morimos, que podamos morir juntos,
Y alzarnos como Lázaro de entre los muertos.


SASHA CHORNY (1880-1932)
Su nombre original era Aleksandr Mikhailovich Glikberg.
Su poesía despliega un don para la sátira, y juega ácida-
mente con la hipocresía de la sociedad burguesa. Maia-
kovski aprendió mucho de él. Emigró primero a Vilnius y
más tarde a Berlín y a París.. Su poesía no fue publicada
en la Unión Soviética entre 1925 y 1060. Dmitri Shosta-
kovski le rindió un póstumo homenaje con su pieza Sáti-
ras, de 1960, para voz de soprano y piano, basada en un
ciclo de cinco de sus poemas.

MI AMOR

Algunos aman a una lavandera y otros aman a una duquesa,
    El opio de cada persona es el propio,
Pero yo estoy enamorado de la hija de la conserje.
    Nuestro romance es una cosa otoñal.

En nuestra cuadra, Liza es considerada remilgada,
    No le gustan los despliegues amorosos,
Pero aún así a menudo se desliza por ahí para verme,
    Escapando de las instancias de su madre.

Bajo mi guitarra de la pared
    Y retuerzo mi bigote con garbo,
Le he dado todo: el retrato de Korolenko*,
    Y un collar de cuentas verdes.

Suavemente, suavemente, apretándonos uno contra el otro,
    Masticamos nuestras almendras saladas,
Una fuga de noviembre nos es tocada por el clima,
    Nos calentamos con un chal ruso.

Y ahora el gato de Liza entra tras ella,
    Olfateando alrededor de los pisos del departamento
Y de repente estira su cuello,
    Cruza la mesa y se sienta delante nuestro.

El cactus de la chimenea estira sus púas,
    La pava borbotea como un abejorro,
Las manos de Liza son maravillosamente cálidas,
   Sus ojos son como los de una joven gacela.

El siglo veinte ha volado a lo lejos
    Y no tenemos pena por el pasado;
Somos marineros de un naufragio, sólo dos personas
   Comiendo en paz nuestras almendras.

Pero cuando las tablas del piso crujen en el pasillo
   Y la puerta se abre ampliamente,
Liza parte con los párpados bajos
   Al lado de su madre.

Los libros están desparramados sobre el viejo escritorio,
    Su pañuelo yace abandonado en el suelo,
Y pegajosos higos están dispersos en mi sombrero;
    En el rincón yace una silla volcada.

Déjenme tratar de aclarar lo que ha ocurrido
   Ahora que Liza se ha ido.
Tengo que decir la solemne verdad:
   Liza sólo tiene tres años.

[* Korolenko: Vladimir Galaktionovich Korolenko (1853-1921), un escritor ruso
de cálidos y humanitarios cuentos líricos, que se oponía ácidamente al régimen bol-
chevique.]



VELEMIR KHLEBNIKOV (1885-1922)
Su nombre completo era Viktor Vladimirovich Khlebnikov,
hijo de un ornitólogo, estudiante de matemáticas y ciencias
naturales que no se recibió y que perteneció a los círculos
vanguadistas, siendo uno de los fundadores del Futurismo
ruso. Obsesionado con el elemento mismo del lenguaje,
el trabajo de Khlebnikov es básicamente experimental.
Para Shklovski, "un verdadero campeón", y para Maia-
covski, "Khlebnikov no es un poeta para el consumidor,
sino un poeta para el fabricante."
A V.K. le interesa hallar nuevas palabras, desembarazarse
del Simbolismo, desarrollar un "lenguaje trans-sens", más
allá del sentido (zaumnyi iazyk, o zaum).
Su poesía es compleja, difícil, caótica; el reconocimiento
que fue logrando a través del tiempo, inmenso.

UNA VEZ MÁS, UNA VEZ MÁS

Una vez más, una vez más,
Soy para vos
Una estrella.
Desgracia para el marinero que dirige
Su nave en un curso errado
Por una estrella:
Se romperá contra las rocas.

Sobre un banco de arena submarino.
Desgracia entonces para vos cuando diriges
Tu corazón en un curso errado por mí:
Te romperás contra las rocas,
Y las rocas se reirán largo y tendido
De vos,
Como vos te reíste largo y tendido
De mí.


NECESITO BIEN POCO

¡Necesito bien poco! Un mendrugo de pan
y sólo una gota de ligero
cielo sobre mi cabeza,
¡estas nubes sobre la colina!


PERSONAS, GENTE Y LOS AÑOS

Personas, gente y los años
Corren y escapan para siempre
Como el río más allá de la orilla.
El vidrio flexible de la naturaleza revela
Las estrellas -una red, los peces- nosotros,
Dioses- los productos de la imaginación en lo profundo.


GEORGY SHENGELI (1894-1956)
Abogado e hijo de abogado, formó parte de lo que se de-
minó el Círculo Lírico. Entre 1925 y 1927, fue presidente
de la Unión de Poetas Rusos (sea eso lo que fuere).
Ha escrito importantes tratados teóricos. Fue enemigo de-
clarado de Maiacovski y escribió un libro ofensivo acerca
de quien él llamaba "un megalomaníaco".

27 DE JULIO 1830

La mujer anciana fue derribada por una bala perdida.
Un regimiento de guardias, estacionado en el cruce de
                                                                       [caminos,
Miraba, mientras un carrito de repollos reptó frente a
                                                     [ellos con el cadáver;
Las antorchas enrojecieron y las banderas saltaron al
                                                                            [aire.

Pasó la medianoche. Siguió moviéndose,
La multitud siguió creciendo, absurda, inmanejable,
Y la rabia se fusionó, y la cal llovía desde el cielo,
Y se rompió un cristal en cada ventana.

Pero en una pobre choza, allá en el camino de Sèvres,
Un joven cura, sintiendo una oscura alarma,
Decidió permanecer sentado y esperar la mañana.

Y mientras él se prosternaba ante la cruz,
No sabía que con sus muertas manos
Su anciana madre había derribado un trono.


GEORGY IVANOV (1894-1958)
De padre aristócrata y militar, él mismo se graduó de la
Academia Militar en San Petersburgo. Ubicable dentro
del grupo Acmeísta, puede decirse que esa parte de su
obra resulta bastante mediocre. Pero en 1923 emigra a
París y cede el protagonismo a su mujer, Irina Odoyevs-
teva, cuyas obras maestras recibían amplio reconocimien-
to ("Suelo de vidrio" y "Cochero", particularmente).
Sin embargo, lo que convirtió a Ivanov en un verdadero
poeta con mérito propio ha sido su evocación de la vida
de los emigrados.

GENTE

¿Gente? ¿Qué me importa a mí la gente?
Un campesino llevando un toro;
Una mujer del mercado, en cuclillas -toda
Pechos y piernas, sin cintura, un chal.

¿Y la naturaleza? Aquí está la naturaleza para vos-
Lluvia y frío, o calor.
Y tedio en todas las estaciones.
Como el zumbido de un jején.

Por supuesto, hay diversiones también:
Los tormentos del amor, el miedo a la pobreza,
Las enfermizas atracciones del arte,
Suicidio para un final.


SI QUIERES VIVIR

Si quieres vivir, pues vive...
Aunque signifique darle con el pico,

Palear carbón, o trabajar con metales,
O transportando barcazas por el poderoso río,
Con un "¡suelten amarras!"...
                             Es todo un asunto soñado.
Nadie necesita estos brazos tuyos.

No hay nada para que alcen tus hombros.
Esto es, no hay nada para reprocharle a Dios.
Hay tabaco. Hay vodka también.
A todos se los trata de la misma manera en el bar.


ANDREI PLATONOV (1899-1951)
Su verdadero apellido era Klimentov. Es considerado uno de
los mayores escritores rusos del siglo XX. Sus tres obras en
prosa: Chevengur, Foso Fundacional y Mar de Yuvenil, sólo
fueron publicadas 50 años después de haber sido escritas.
El régimen no lo envió a él al Gulag, pero sí a uno de sus hi-
jos, que murió al regresar de la cárcel en el hielo, a los 18
años. A Platónov el régimen lo persiguió a la manera de Aj-
mátova y Tsvietáieva. Acusado por los críticos referentes de
Stalin, pasó varios años en la mayor pobreza, completamente excluído del mundo literario.

EL VAGABUNDO

En el mundo hay caminos distantes,
Un campo y una madre callada,
Profundas noches oscuras-
Juntos no esperamos a nadie.
Le abrirás a un vagabundo a la medianoche.
Entrará un amigo olvidado.
No esconderás tu alma secreta.
El vagabundo verá y entenderá.
El cielo está alto y quieto,
Las estrellas radiantes de siglos.
En el campo no hay ni viento, ni un grito,
Ni un solitario sauce blanco.
Saldremos con la última estrella
A buscar la verdad de nuestro abuelo...
Los siglos partirán en orden.
Y no es para nosotros el entender siquiera al pasto.


VLADIMIR NABOKOV (1899-1977)
Nació en una familia aristocrática. Nieto de un ministro de
justicia. Hijo de un importante abogado. Emigró en 1919
y completó su formación en literatura francesa en Cambridge.
Entre 1922 y 1937 vivió en Berlín. Luego emigró a los Esta-
dos Unidos, donde escribió la famosa Lolita. Es el emigrado
que logró, a pesar de lo que puede sugerir el poema que in-
cluímos, la mayor integración con su nueva realidad: pasó
de escribir en ruso a escribir en inglés, con un extraordina-
rio dominio del idioma.
Durante una encuentro con Bella Ajmadulina, que lo visitó
en Suiza, Nabokov le dijo: "Es una lástima que no me queda-
ra en Rusia, que me haya ido..." La esposa de Nabokov repli-
có: "Pero seguramente ellos te hubiesen enviado a pudrirte
en los campos (Gulags). ¿No es cierto, Bella?". De pronto
Nabokov sacudió la cabeza: "Quién sabe, tal vez hubiese lo-
grado sobrevivir. Pero entonces más tarde podría haber sido
un escritor totalmente diferente y, tal vez, uno mucho mejor."
Este poema no está incluido en "Poemas desde el exilio", la
versión en castellano de Magarena Carvajal, que editó Pre-
Textos en 2001.

LA EJECUCIÓN

En ciertas noches tan pronto como me acuesto
mi cama comienza a derivar hacia Rusia,
y en este momento estoy siendo conducido a un barranco,
a un barranco conducido para ser asesinado.

Me despierto -y en la oscuridad, desde una silla
donde yacen el reloj y los fósforos,
hacia mis ojos, como la boca resuelta de un revólver,
el encendido dial mira fijo.

Con ambas manos acorazando pecho y cuello-
¡en cualquier momento va a disparar!
no me atrevo a apartar la mirada
de ese disco de fuego opaco.

El tictac del reloj se pone en contacto
con la helada conciencia;
y vuelvo a poseer la afortunada
protección de mi exilio.

Pero cómo hubieras deseado, mi corazón(1),
que esto es lo que realmente hubiese sido:
¡Rusia, las estrellas, la noche de la ejecución
y lleno de racemosas(2) el barranco!

(1) Los freudianos hubiesen encontrado aquí un "deseo de muerte" y los marxistas,
no menos grotescamente, "la expiación de mi culpa feudal." Puedo asegurarles a ambos
grupos que la exclamación de este verso es totalmente retórica, un truco de estilo, una
sorpresa plantada deliberadamente, semejante a la construcción de un problema de aje-
drez.
(2) "Racemosa" es el nombre que uso para la cheryomuha rusa, la "guinda racemosa
del viejo mundo".
Notas de Nabokov.



IRINA ODOYEVTSEVA (1901-1990)
Publicó sus primeros poemas en 1921 y su primer libro,
"Corte de los milagros", un año después. La semi-hambrien-
ta bohemia de la Petrogrado revolucionaria sabía sus poemas
de memoria. Emigró a París en el 22 con su marido, Georgy
Ivanov, y dejó la poesía para publicar una serie de novelas.
Después de la Segunda Guerra Mundial volvió a publicar
poesía, pero también dos libros de memorias que fueron
muy valorados. Regresó a la Unión Soviética en 1988: en-
tonces se publicó allí una gran edición de sus memorias.

SUELO DE VIDRIO

Un soldado regresó a casa un día
contabilizando todo lo que había ganado:
"¡Con seguridad tendremos paga nuestra comida esta noche,
nosotros y los pequeños!"

"¡Hay siete mil! ¡Una gran redada, hoy!
¡He tenido algo de suerte diría!
En la sal diaria he mezclado
un poco de vidrio molido hoy."

"¡Dios mío! ¡Dios mío! gritó su mujer:
¡Asesino! ¡Ajh! ¡Bestia!
Eso es peor que robar, sabes,
morirán por la mañana cuando menos!"

"¡Nacimos para morir!", dijo el soldado,
"¡No les deseo el mal!
Ve a encender una vela en la iglesia
esta tarde, si quieres."

Comió y se fue a "Paraíso",
el nombre anterior de su taberna.
Habló del comunismo un rato
y bebió té soviético.

De regreso en casa se durmió enseguida,
a su alrededor todo estaba quieto.
Hasta la medianoche cuando graznó un cuervo
debajo del alféizar.

"¡Oh, desgracia para nosotros!" su esposa suspiró hondo:
"¡Hay problemas en camino!
Un cuervo jamás grazna de noche
por nada, así dicen!"

Pero pronto el segundo macho graznó,
el soldado, sucio de ánimo,
se negó a ir a "Paraíso":
para los clientes él era un ordinario.

Era medianoche en la casa del soldado,
y todo estaba oscuro una vez más,
el golpe de alas de cuervos carroñeros
se escuchó más allá de su puerta.

Saltaban y chillaban sobre el techo,
los pibes pronto se despertaron,
su esposa suspiró pesadamente toda la noche
mientras él dormía como un roble.

Al amanecer se levantó, antes que todos,
su estado de ánimo estaba asqueroso de nuevo.
Su esposa rogó perdón para él
con su frente contra el suelo.

"¿Por qué no visitas tu pueblo natal
un día o dos?" dijo él.
"Estoy enfermo con ese maldito vidrio-
¡va a ser mi muerte!"

Pronto le dio manija a su gramófono
y se sentó muy cerca.
¡Uy! escuchó un toque de difuntos
que lo hizo temblar de miedo.

Un andrajoso equipo de siete yeguas
pasan cargando siete féretros.
Un lloroso coro de mujeres canta:
"¡Descansen con Dios por fin!"

"¿A quién estás llorando, Konstantin?"
"¡Mi Masha querida!" gritó él.
"Fue a una fiesta el jueves por la noche,
ya el viernes a la mañana estaba muerta!"

"Nuestro Foma murió, y también Klim,
y el yerno de Kolya.
¡Una extraña enfermedad que en mi vida
lo juro, jamás había visto!"

Una luna menguante se alzaba,
el soldado se fue a la cama.
Una cama doble, toda fría y firme,
¡un ataúd para los muertos!

Pronto apareció un cura 'corvideo'*
(¿o acaso lo estaba soñando todo?).
Detrás suyo siete cuervos sostenían
elevado, un único, panel de vidrio.

Entraron, se quedaron junto a la pared,
la oscuridad pesaba una tonelada.
"¡Fuera de aquí, demonios! ¡No venderé
vidrio molido a nadie!"

¡Demasiado tarde! El lamento murió en sus labios,
hasta que siete le graznaron al cura.
Sobre las andas de las alas de los cuervos
fue transportado el muerto.

Lejos lo llevaron al lugar
en el que crecen siete áspides,
alimentadas por las hace mucho muertas aguas
de un cenegal muy profundo.


NINA BERBEROVA (1901-1993)
Su padre era armenio y trabajaba para el Zar. Para 1920
los poemas de Berveroba eran reconocidos en los círculos
literarios de Petrogrado. En 1922 pidió autorización para
partir de Rusia con su marido, Vladislav Khodasevich. Se
establecieron en París. Allí publicó varias novelas (algunas
de ellas traducidas al castellano y editadas por Circe). En
1950 se mudó a los Estados Unidos, y enseñó en la Univer-
sidad de Princeton hasta su retiro. En 1973 publicó su bio-
grafía, que le significó un pronto acceso a la fama. En el
año 1988 regresó triunfante a la URSS, para descubrir que
era famosa en su propio terruño.

ÁGUILAS Y MARIPOSAS

Águilas y mariposas (y algunas otras cosas)
Aún viven. Dejémoslas en paz.
Y las nubes. No las perturben a ellas tampoco.
Que haya tú y yo, dos paraguas y la lluvia.
Y si todo se rompiera, no habrá nada.
Y las personas han roto tanto adentro.


NIKOLAI ZABALOTSKY (1903-1958)
Hijo de un agrónomo, vivió hasta su adolescencia en un
pueblito de campo. Luego estudió en Moscú y en Petrogra-
do, graduándose en letras. En los años 30, su poesía partió
de los (para entonces peligrosos) temas sociales, a una suer-
te de panteísmo. Fue arrestado, sin embargo, durante las
oleadas de terror de Stalin en 1938. Pasó cerca de seis años
en el Gulag. Después de la muerte del tirano fue rehabilita-
do.

ÚLTIMO AMOR

El auto se estremeció y se detuvo,
Ellos caminaron hacia los espacios de la noche,
Y el conductor desgastado se acostó
Exhausto sobre el volante.
Allá lejos, a través de las ventanas,
temblaban fieras constelaciones.
El hombre mayor, con su amiga,
Se detuvieron frente al cantero de flores.
Y ojos-pesados, el conductor
Estaba asombrado por sus dos rostros
Perdidos para siempre el uno en el otro,
Olvidados de sí mismos.
Un suave brillo emanaba
De cada uno de ellos, y la belleza del verano
Al partir los envolvía
En su abrazo de múltiples pliegues.
Como vasos de vino rojo sangre,
Ellos eran cabezas-en-llama allí,
Y plumas de grises aguileñas
Y margaritas con discos dorados de ojos de buey.
Este breve hechizo de felicidad
Envolvió a los amantes como un océano,
Aunque la pena podía sentirse a la vista
Y los días de otoño estuviesen cerca.
Y apretándose uno contra el otro,
Estos niños desposeídos de la noche
Caminaron en silencio en un círculo floral,
En el brillo eléctrico de las luces.
Y el auto permaneció en la oscuridad,
Con el motor estremeciéndose,
Y el conductor sonrió cansadamente,
Bajando la ventanilla.
Porque él sabía que el verano llegaba a su fin,
Que venían los días de lluvia,
Que su canción había terminado hacía rato,
Lo cual, piadosamente, ellos ignoraban.


YELENA BLAGININA (1903-1989)
Habiendo sido conocida como poetisa para niños, después
de muerta se encontraron muchos poemas suyos para adul-
tos. No sólo contrastaban con los anteriores por el público
al que estaban dirigidos, sino que también diferían totalmen-
te en su vena anímica, por así decir. los hallados eran bellos
y algo sombríos, mientras que su poesía infantil estaba llena
de alegría.
El poeta Georgy N. Obolduyev era su marido.

A LA MEMORIA DE G.N. OBOLDUYEV

¡Qué duro que es!
No apareces en mi imaginación,
mente o ensueño diurno. No respiras
detrás mío.
Y a la noche en dichosos sueños,
tampoco apareces...
¡Hombre orgulloso!
¡¿Qué me estás haciendo?!
¿Es posible que desde tu elevado olvido
no puedas agacharte hacia nuestra amarga inquietud,
ser sólo un reflejo, una sombra,
ser sólo como una línea, no leída?

Sin embargo, corta es la memoria de un corazón.
El triunfo de la muerte es tan impiadoso
que es imposible liberar de la oscuridad
ya sea la voz o un suspiro... Nada.


ARSENI TARKOVSKY (1907-1989)
Estudió literatura entre 1925 y 1929, mientras trabajaba
como redactor de un diario llamado Gudok. Luego fue
traductor de la poesía clásica del Este: Turcomanos, Ka-
rakalpakes, Árabes y la poesía Georgiana. Su poesía es
considerada formalmente perfecta. Compuso pocos poe-
mas, pero trabajó exhaustivamente en ellos.
Es el padre del director de cine Andrei Tarkovsky, uno de
los mayores realizadores del cine ruso, quien incluyó el
poema "Primeros encuentros" en su película biográfica
"Espejo". Su hijo murió en París en 1986 y está enterra-
do allí. Arseni, el padre, murió tres años después, y está
enterrado cerca de Moscú.


PRIMEROS ENCUENTROS

Cada momento que estuvimos juntos
Lo celebramos, como Epifanía,
Solos en el mundo entero. Tú eras
Audaz y más liviana que el ala de un pájaro,
La cabeza un torbellino vertiginoso, corrías
Bajando la escalera y me conducías
A través de lilas húmedas a tus dominios
Del otro lado del espejo.

Cuando venía la noche, un favor
Me era concedido, las puertas del altar
Se abrían amplias y en la oscuridad
Nuestra desnudez era radiante
Y lentamente me inclinaba,
Y, despertando, te decía:
"¡Dios te bendiga!"
Y yo sabía que mi bendición
Era presuntuosa: tú estabas durmiendo,
Y la lila se estiraba fuera de la mesa
Para tocar tus párpados con un universo de azul,
Y, tocados por el azul, tus párpados
Permanecían quietos, y tu mano era cálida.

Sin embargo detrás de un cristal, los ríos pulsaban,
Las montañas humeaban con niebla, los mares destellaban,
Y tú sostenías la esfera de cristal
En tu palma, y dormías en un trono,
Y -Honrado Dios- eras mía.
Te despertabas y transfigurabas
Las palabras humanas de todos los días,
Y tu habla estaba llena hasta inundar
Con poder sonoro, y la palabra
Descubría su nuevo significado y éste era: Rey.
Todo en el mundo se transfiguraba, aún
Las cosas simples -el lavabo, una jarra- cuando
El agua, en capas e inalterable,
Se ubicaba entre nosotros, como en guardia.

Éramos conducidos, sin saber adónde.
Ciudades construidas por milagro
Retrocedían ante nosotros, como espejismos,
La menta silvestre yacía bajo nuestros pies,
Y los pájaros viajaban por nuestra misma ruta.
Y los peces en el río nadaban contracorriente,
Y el cielo se desplegaba ante nuestros ojos...

Cuando el destino siguió nuestras pisadas.
Como un maniático con una navaja en la mano.



IGOR CHINNOV (1909-    )
Hijo de un juez, vivió en Rusia entre 1914 y 1922. En los
años 30 estudió abogacía en Riga. Entre 1944 y 1947 vivió
en Alemania, y luego en París hasta 1953, en que regresó
a Alemania. Emigró a los Estados Unidos en 1962, convi´r-
tiéndose allí en profesor de lenguas eslavas. La carga metafí-
sica de sus poemas contrasta en cierta medida con su carác-
ter afable y su cortés generosidad.
Como escritor pertenece a un movimiento en el exilio que
corresponde s los post-acmeístas.

A VECES, TE ENTREGAS

A veces, te entregas a la enfermedad,
Y yaces en un hospital por tanto tiempo,
Pidiendo salud y vida,
Y mira, al amanecer, a través del silencio-
Como una voz que viene desde muy lejos
(No sé la de quién y no pregunto)
Pero está tan llena de tormento-
Más aterrorizante que esas noches en el hospital...

Lleno de pena, con dolor por todo el mundo
(miras alrededor, retorciendo el pañuelo)
Un extraño sufrimiento, que no es de aquí,
Como de felicidad, te atraviesa...

¿Qué hay de ti? Tu rostro está distorsionado,
El músculo de tu labio tiembla.
Equivocadamente pensaste
Que alguien te contestaba.


BIBLIOGRAFIA

El puntal de esta serie de poemas es la obra de Yevgeny
Yevtushenko, con una introducción a cargo de Albert C.
Todd, llamada "20th Century Russian Poetry". Publicada
por Anchor Books en 1994.

Otros textos:
Olga Andreyev Carslisle y Rose Styron: Modern Russian
Poetry. Viking, 1972.
G. Stanton Smith. Contemporary Russian Poetry: A Bilin-
gual Anthology. Indiana Univ. Press, 1993.
B. Deutsch. Modern Russian Poetry: An Anthology. Forgo-
tten Books, 2012.
V. Nabokov. Verses and Versions. Three Centuries of Ru-
ssian Poetry. Harcourt, 2008.
R. Chandler/ I. Mashinski/ B. Dralyuk. The Penguin Book
of Russian Poetry. Penguin, 2015.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


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