martes, 31 de diciembre de 2013

TAMPOCO ÉSTE

 Tampoco éste soy yo.
¿Cuál era? ¿Cuál de todos fui?
¿Todos? ¿Todos cuáles?
"Cuando me quedo cavilando, muchas veces siento que
se me clava en el corazón una aguja ardiente, horrenda.
Yo siempre seré el mismo; cuando agonice a los noventa,
la muerte ejecutará a un muchacho de diez años." Eso es-
cribió Ernö Szép a los 45.
El mundo del Otro y de los otros que soy me en-ajenan.
¿Cuánta determinación tienen
las sensaciones y el recuerdo?
La espada de tu riesgo aparece un tanto desafilada.
Ya te has gastado la moneda de salir caminando de vos
mismo.

Pero el mal viene igual, romo o raudo
y sin llamado.
¿Quién puede decir dónde se encuentra, agazapado?

Volvamos al principio.
¿Cuál y cuáles soy?
¿En qué instante he sido yo, para perderme luego en los
múltiples mezclados inapresables?
¿En el del miedo como pasta por el cuerpo?
¿En el del coraje "irresponsable"?
Son todos sólo rostros, nombres: vagas representaciones.
Todos lo sabemos.
Bueno, algunos están mucho más convencidos que otros.
O así parece de lejos.
¿Y de cerca?
El tiempo pasa, sí, pero, ¿pensamos en lo que pasaría si se
quedase quieto?
Mejor que pase.
Esa quietud que tanto se anhela, esa 'tranquilidad' que pa-
rece que nunca llega...
Creeme: llegará.
"Un criado trajo piña.
La fruta humedeció los labios de la señora.
En la ocuridad, sus dientes brillaron como hielo."
Eso también escribió el bueno de Szép para nosotros,
en Hungría, en 1935. (Hoy se me ocurrió leerlo)
El tiempo pasa, el tiempo corre, traemos a nuestra mente
y a nuestro corazón -no siempre al mismo tiempo- imáge-
nes que nos crean dolor porque pertenecen al pasado.

NO REDEMPTION

El que se prueba en la vida de todos los días.
Se prueba el ser (como una ropa igual o diferente)
Se prueba (para ver si resiste, si puede)
Se prueba (porque la identidad reclama pruebas, a veces)
Sé prueba, también, de algo (un camino, un recorrido) o
de alguien (testigo, testimonio: los seres amados rexisten
a su borramiento)
¿Diste tu 'vuelta de tuerca'? ¡Pasajero! ¡Pasajero!
No dura para siempre el viaje éste.

¿Tu rostro es el que mira o el que duerme?

Por la ventana al fin vencida/ saltaba al interior de su noche
Por la ventana al fin vencido/ saltaba a su interior la noche
A la tanta soledad se la ha convertido en un poco de poesía

Al menos eso hizo el viejo Pound, al final de todo
"Lo que bien amas perdura
     lo demás es escoria
De lo que bien amas no te privarán
lo que bien amas es tu herencia verdadera." (Canto LXXXI)

También las palabras están hechas de tiempo
Y esa sonrisa tuya que se diluye una vez más en mi cuerpo
Y la infancia de todo
Y las promesas dichas
y las ahogadas
También el silencio parece hecho de tiempo

Amasados con las manos del deseo: porvenir y pasado

La extrañeza que ha vuelto
y se despliega:
y de nuevo soy yo mismo.





1 comentario:

Recomenzar dijo...

Maravilloso
me gusta el sabor que que le has dado a tu blog