lunes, 10 de junio de 2013
CUADERNOS: 4 NOCHES EN CAMBODIA
¡Qué furtivos!
Nunca lo suficiente
¡Qué deseo de furtividad!
Convertirse en un insecto
especialmente de noche
La noche es su Imperio
La vida no es más pequeña ni más grande
Si se puede elegir
no ser uno de los luminosos/ fosforescentes
Entre cazadores
se podría decir "cazadores entre cazadores"
pero no se siente así
siempre los cazadores son los otros
Incómoda -estoy bromeando- situación
Ah, eso sí, la humedad es eterna
La eternidad es humedad
La vegetación es soberana
La lluvia celebra
la inútil perennidad del reino
La noche, boquiabierta
Eso que hace sufrir más hondo
a esta noche:
un buey atrapado en las raíces
La tierra convertida al agua
te traiciona y tracciona
¿Qué hacemos acá?
¿Qué hacemos siempre?
Deslizamientos,
Bashô: súbitos chapoteos
En casa, en cama
En casa, en cualquier parte
Fumando, funámbulos
sobre cuerdas tendidas entre infinidad
de cuerdas
tendidas en el suelo
retorcientes
Insomnes, imposibles insonoros
Todo tose, se parte o quiebra
¿Para qué podría venir un nuevo día?
Sólo por venir
por llegar a su borde
y aferrarse
sin un grito
O por desbordarse
aguas en su sinfin
Bastante grita la selva
y aún peor es su silencio
¡Con cuántos pesos cargamos!
Mensajeros de la muerte-
esperándola
acampados en las lluvias
y en sus selvas
Mensajeros mortales
¡qué mortales!
más que nada en el mundo
Insectos a la menor distracción
devorándose
¿Y a qué otra cosa podemos dirigirnos
tarde o temprano
que a la distracción?
Durmiendo como serpientes
desveladas
Despertando como muertos
con un día de gracia
¿Cambodia? Eso dijeron
Al cuarto día el gran insecto se presenta
y desciende
entre la lluvia verdosa
y la selva grisácea
Calados, pirados, vaciados
inundados
de un cansancio profundo
irredimible
4 noches más
de terror
disuelto
en su propio jugo:
el nuestro.
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