sábado, 22 de febrero de 2020

LA MAÑANA

 es de mañana
 el pincel del disturbio ya inicia
 su desprolija tarea

 ¿cuánto podría tardar 
 en ahogarse del todo
 la isla de su infancia?

 trazos que escapan de las palabras escritas
 a veces por desesperación
 a veces por arrebatadas
 otras veces como efecto de un drenaje masivo
 aplicado a una manada grande de palabras

 yo pierde con facilidad su soberanía
 los obstáculos lo atraviesan como piedras
 al papel
 y yo ahora tiene que luchar
 para salir de su charco
 (era de agua
 y no muy limpia)

 ¿emergerá?
 apaciguarse
    las tareas se colocan en fila
    ¡pasmoso!
 sus dificultades han decidido cooperar
 sería importante para yo
 encontrar su ser
 desflecado, hecho serpentinas
 como fuere
 y a partir de ahí

 entrelazar
 ¡ah, homeostasia
 que se ha rehusado siempre,
 podría ahora, convocada
 desde lo más hondo de un vacío
 de la existencia, aparecer? 

 por el borde de un instante

 sacudidas   inercias
 cables enroscados en norayes
 de muelles abandonados

 aprender cómo se encapillan las gazas en la bita

 invisibles pero interminables
 actividades interiores
 mudanzas, pequeñas
 descarrilamientos, también pequeños
 algo inmutable
 lo observa todo desde muy temprano
 entre sentimientos de presencias
 y sentimientos de ausencias

 de los variados brazos de la mente
 que bobinan, alzan barreras,
 golpean el portón de hierro

 el agua hasta los tobillos
 ¡si se pudiera abrir esa ventana!
 pero el hacha resbala nuevamente
 hay que volver a encontrarla

 se disloca, se divide, se subleva
 insiste hasta el delirio
 en la realidad de su existencia

 hay palabras que exhaustan el sentido

 ocurrentes   recurrentes
 recurren a ocurrir
 mientras les dura la cuerda
 la curda la curva
 la gula la biela

 tiene que decirlo
 con palabras que no han sido horneadas todavía
 con palabras selladas:
 que nunca sabremos qué quieren decir

 ¡así que las palabras quieren decir!



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