domingo, 23 de noviembre de 2025

CINCO POEMAS DE LA GRAN JANET FRAME

  TOMO ENTRE MIS BRAZOS MÁS
  DE LO QUE PUEDO SOSTENER


  Tomo entre mis brazos más de lo que puedo sostener

  Estoy abrumada por el mundo

  una creación de escalerillas, pianos, escaleras

  excavadas en la roca

  un devorador mundo de dientes donde aún 

  el simple caracol

  le come el corazón a un bosque

  como vos y yo hacemos, los que somos humanos, de noche


  aún así tomo entre mis brazos más de lo que 

  puedo sostener.


       De "The Goose Bath Poems", 2006.




   CÓMO EMPECÉ A ESCRIBIR


  1.

  Entre mí misma y los pinos de la colina

  pasaban pensamientos, como regalos. Desenvolviéndolos,

  encontré palabras que yo, no los árboles, conocía 

  y podía costear: solitaria, suspiro, noche. Los pinos

  me habían dado mi yo-misma de siete años,

  pero conservaban su propio significado en el cielo.


  Ahora, en intercambio de sueños con este mundo remoto

  todavía desenvuelvo, identifico los regalos;

  y siempre un cansado reconocimiento le da lugar a la

                                                       [esperanza

  de que pronto podré encontrar una nueva, una con

  forma de cumpleaños, una esencia aparte obtenida

  sin  amenaza ni engaño,

  un auténtico vocabulario de lo que es y lo que no.


    2.

   Las vocales giran como ruedas, la carroza está vacía.

   Altas ardientes consonantes encienden la desierta calle.

   Desenvolviendo el mundo,

   desenvolviendo el mundo

   donde los pinos aún dicen solitaria, suspiro, noche 

   y se rehúsan, rehúsan

   y sus agujas de engaño caen en mis ojos,

   yo comencé a escribir.



   POETAS


   Si los poetas mueren jóvenes

   le legan dos tercios de su vida a los críticos

   para pastar y engordar en

   pastos visionarios.


   Si los poetas mueren viejos

   viven sus propias vidas

   escriben sus propios poemas

   son su propio podría-haber-sido.


   Los poetas jóvenes muertos son preciados cometas.

   Los críticos hacen cola con sus carros vacíos listos

                                                [pata el enganche.

   

   Los poetas ancianos vivos 

   permanecen fielmente camuflados en su propio cielo.

   Hasta puede resultar olvidado que han estado brillando

                                                 [tanto tiempo.

   El recordatorio viene junto con su caída

   y extinción dentro de la tierra.

   El cielo está vacío, el sol y la luna se han ido,

   no hay suficientes luces en la calle, luciérnagas,

   bichitos de luz como para iluminar


   y durante un tiempo parece que no va a haber más estrellas.


   (Poema inédito en vida)



   LA TORRE DEL RELOJ


   Me he asentado ahora en mi piso.

   Coloqué mis libros favoritos en la biblioteca,   

   Corrí la mesa de trabajo a la privacidad y a la luz.


   Hay un cerezo color uva-madura,

   un macizo de geranios,

   una mujer caminando con zapatos blancos, guantes blancos,

                                                    [sombrero blanco.


    Una gaviota vuela en círculos alrededor de la torre del reloj.

   Sus funerarias alas blancas semejan

    trozos de viejas lápidas volando

   cuando el viento pasa por la tumba de una ciudad de mar.



   CUANDO EL SOL BRILLA

   MÁS AÑOS QUE TEMOR


   Cuando el sol brilla más años que temor

   cuando los pájaros vuelan más millas que rabia

   cuando el cielo contiene más pájaros

   velas más nubes

   brilla más sol

   que la palma del amor porta odio,

   aún entonces en este fatigado

   banquete de los setenta años diré, La-que-espera- el-sol,

   La-que-espera-a-los-pájaros, La-que-espera-al-cielo,

   No tengo hambre,

   llévense mi plato.

    

   

  JANET FRAME (1924-2004). Es la mayor escritora/escritor 

de Nueva Zelanda. Su nombre completo es Janet Paterson Fra-

me Clutha. Novelista, cuentista, poeta y ensayista. Recibió la

Orden de Nueva Zelanda, el más alto honor civil del país.


 Tuvo una dramática vida personal. La literatura la salvó li-

teralmente de una muerte psíquica, cuando estando internada

psiquiátricamente se planteó hacerle una lobotomía. Un trata-

miento bestial más entre los muchos que se han usado contra

los que padecían de trastornos mentales. Y la salvación llegó

providencialmente, ya que pocos días antes de su "ejecución",

la primera edición de  sus cuentos recibió de manera inespera-

da un premio literario nacional. Más adelante, un psiquiatra

formado en Estados Unidos ( Alan Miller), sostuvo que Janet

nunca había padecido de esquizofrenia.

 Su mayor obra en prosa es su autobiografía en tres tomos.

 Una síntesis de la misma sirvió de argumento para uno de los

mejores films de la realizadora neozelandesa: Jane Campion.

La película (y el libro que también ha sido editado en castella-

no) se llama Un ángel en mi mesa. Nadie que la haya visto

puede haberla olvidado. El novelista australiano dijo que

los dos primeros volúmenes de esa trilogía estaban "entre las

maravillas del mundo". 

Falleció de una leucemia mieloide aguda, a los 79 años de

edad.

Dejó varios libros de cuentos, varias novelas (Cuando canta

el búho, Rostros en el agua, Al margen del alfabeto) y algún

libro infantil como Mona Monim y el olor del Sol.

 También escribió dos libros de poemas: The Pocket Mirror

y The Goose Bath.


  Ha sido un placer traducir sus poemas. Siempre al borde de

la magia. Vida y obra profundamente entrelazadas. Una escri-

tora entrañable.

                        


  

No hay comentarios: