jueves, 1 de agosto de 2019

HURONES

 descubre-ya sabía
 que la asfixia no es una buena partera

 como un hurón de superficie
     pasillos, terrazas, edificios abandonados,
             edificios suspendidos en construcción
vertederos
   arroyos vírgenes

¿Qué recorrido me trajo hasta acá?
¿Qué es "acá"?

las ramas secas (ah, cómo enseña levantarse
 de noche en el monte)
sólo sirven 
    para quebrarse
         o para rasgar

"dícese de aquellas tristezas infecundas"

se registran muchos 
    encuentros secretos
         con el miedo

 no conocemos el resultado
    de esas negociaciones

amor es un  barco encallado   
       a disposición de las mareas
dos voces de altaluz y bajaniebla
       llamándose

araba en su lago particular
que alguna vez provino de una fuente
      
  busca, bajo el agua borrosa
            las canillas
algunas todavía por abrir
   las otras inundantes

¡qué contratiempo!
      va contra el tiempo
             vuelto viento de frente

¿en qué bolsillo guardaba
       los cantos de alabanza?

(yo era el testigo de su preciosa carga de sombras)
(estremecidas estremecientes sombras)

corrientes, oleajes, perspectivas
        escalas direcciones

desencajes

   (en la cabeza
        marascas de hilos
           cestos y más cestos
                 de hilos inertes
      entre los cuales finas serpientes
      se deslizan entre el terror la fuga y el ataque)

¿te duelen los dolores?
     se despiertan como hogueras contagiosas

miradas tenues
    húmedas
       de la primera agua de la mañana
             se ven -todavía

alientan fuelles
    ocultos en la maleza
      fuelles en el follaje

que ralea
   perspiran en un silencio tenso
     las palabras listas para dar su único salto

la cabina
    el humo
         fino
             delicioso como el peligro
                       en cierta dosis

"¡no hay apuro!", es la orden
             que circula de pronto 
haciendo correr ríos frescos de calma
     por las trincheras

hora de afeitarse
   de realizar, mister providence
       los ordenamientos necesarios
plegar la locura frondosa
     prolijamente
     o amontonando

¡ya, ya! hay que salir a escena
   aunque el teatro esté vacío
    y en otra parte
          (una ciudad de Sunecia, por ejemplo)
recomienza la comedia 
         que propone el día
y la gavilla de hurones corre
       a huronear rabiosamente
            bajo tierra
y en algún momento
    por algún misterio
       que alguna vez podría ser revelado,
               carajo,
            se echan a dormir

                  y descansan


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