jueves, 24 de septiembre de 2015

UNA POETISA LITUANA: DAIVA CEPAUSKAITÉ



 Originalmente se lo llamaba el Gran Ducado de Lituania,
y apareció en los mapas de Europa a mediados del siglo
XIII. Existió en esa condición durante 500 años, teniendo
su apogeo a comienzos del siglo XV, gobernado por el
Gran Duque Vytautas. La vida cultural se inicia en el siglo
XIV, y el Ducado fue el último estado Europeo en aceptar
la fe católica.
 El primer libro Lituano, llamado Las simples palabras del
Catecismo, se publicó en 1547. La poesía épica se escribía
originalmente en polaco y en latín. Sin embargo la Acade-
mia de Ciencias de Lituania conserva los textos de al menos
medio millón de cantos folclóricos.

 La poesía modernista lituana tiene su inicio con Kristijonas
Donelaitis (1714-1780), y su poema épico, Metai (Estacio-
nes).

 Uno de los mayores poetas románticos es Maironis (1862-
1932), cuya poesía reúne la tradición étnica lituana con la
gran cultura europea.

 Es un país con muchos poetas. La población es de 3,5 mi-
llones de habitantes y se cuentan entre ellos al menos 4 mil
poetas.

 Daiva Cepauskaité, nacida en 1967, es poeta y guionista,
graduada como médica en la Academia Médica de Kaunas.
 Esta selección proviene de un poema llamado "Siete poe-
mas al navegar".




 II         al capitán

Véndeme un besugo,
mi hija tiene hambre,
hemos estado navegando dos días
dos eternidades.
La cubierta está llena de silencio,
el silencio está lleno de agua,
el agua llena de cielo,
el cielo lleno de velas,
las velas llenas de dos eternidades.
Los pescadores nunca duermen
no tienen tiempo que perder,
sólo pueden perder algunos peces.
Véndeme un besugo,
mi hija tiene hambre.
Somos perseguidas por una mariposa
que vive sólo este día.



 IV

Al amanecer un castor se acercó paleteando
a nuestro barco
cabeceando hacia el borde -
examinó sus lados blancos,
observó el tope del mástil
y se alejó nadando y farfullando
es demasiado temprano para ir a misa



 V

Ese pez tenía un sueño muy alterado.
Una vez se asustó,
saltó fuera del agua,
dio una vuelta en el aire,
relumbró, cencerreó,
como una barra de un xilofón roto,
entonces de pronto se despertó y
volvió a sumergirse, desconcertado.
Encontré el guijarro más blanco
de la orilla,
me lo puse en la boca
para impedirme reir en voz alta,
lo chupé y estaba contenta
tan contenta
que lo vi todo.



 (SIN TÍTULO)

Regresaste en medio de la tormenta de nieve,
trajiste de vuelta un banco de nieve
en tu oreja.
Yo cavé y cavé
toda la noche
con la pala
de mi pequeña uña
para que pudieras oír
ladrar a la luna.


FUENTE

Edita Page (Ed.). The Baltic Quintet. Poems from Estonia,
Finland, Latvia, Lithuania and Sweden. Wolsak and Wynn
Publishers Ltd., 2008.

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