: una nueva ola sumerge otra vez esas grandes rocas
y luego el agua retrocede para tomar impulso
las rocas de cabelleras de algas espumeando
entregadas por entero a su goce
y una ¿nueva? ola vuelve a sumergirlas
con gran fuerza
¿SIENTEN?
(no hay 'petrificación' en la roca, que simplemente
persevera en su ser, así como el mar persevera en la
irreductabilidad de su movimiento y de sus aguas)
Y ese devenir, para la mirada,
para el afuera y el adentro y el detrás
de la mirada
significa algo,
algo crucial incluso, sin saber qué es,
ese suceso, ese HECHO,
ESO tan desbordante de sentido y de sinsentido
al mismo tiempo:
la ola que estalla sumergiendo por completo
esas rocas que parecen ahogarse en cada ataque,
aunque uno sepa que es una escena independiente
de cualquier mirada, de cualquier cosa subjetiva
o 'humana',
de cualquier significación que podamos imaginar
o que intentemos asignarle
NOTA
Por supuesto que Wang Wei lo ha expresado mucho mejor
-y mucho más brevemente:
No ha llovido en este paso de montaña:
Sólo el azul del vacío nos moja la ropa.
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