miércoles, 29 de junio de 2022

TRES VARIACIONES DEL POEMA DE MELISSANTHI "RESARCIMIENTO" POR KATHRYN HARRIS

 



 REPARACIÓN


 Cada vez que pequé una puerta se abrió a medias y los 

                                                                                            [Ángeles

 que nunca me encontraron lo suficientemente virtuosa

                                                                                [como para ser bella

 volcaron el jarrón de flores que era sus almas.

 Cada vez que pequé era como si una puerta se abriera

 y lágrimas de compasión cayeran sobre el césped.

 Y aunque la culpa me expulsó de los cielos como una espada,

 cada vez que pequé una puerta se abrió a medias y aunque

                                                        [los hombres

 me hallaban fea, los Ángeles me hallaban hermosa.






 RESARCIMIENTO


 Mis razones para ello:

 1. Los hombres me veían hermosa, los Ángeles me veían

                                                                                  [fea.


 2. Cada vez que pensé que podía ser hermosa, los ángeles

    me dijeron No.


 3. Cada vez que abrí la puerta trasera, mi alma estaba ahí

    en la hierba, expulsada del cielo - donde no se me hallaba

    hermosa.


 4. Cuando los hombres me dieron flores, los ángeles estaban

    en el jarrón, diciéndome que había pecado, mi virtud esta-

    ba medio llena, y yo no era hermosa.


 5. Aunque les ofrecí mi culpa, me mantuvieron apartada con

    una puerta.


 6. Cada vez me incliné a un costado, mis lágrimas cayeron

   sobre un ángel cuya compasión bloqueó la puerta como una

   espada, y nunca me dejaron entrar.


 7. Quiero que todos me encuentren hermosa.




  RESARCIMIENTO


 Aunque podemos imaginar que los Ángeles son hermosos,

 hay una evidencia de lo contrario. ¡Por ejemplo, el Ángel

que blandió su fiera espada cuando expulsó a nuestros Pa-

des del Edén debe haber sido espantoso! De igual modo, 

los Ángeles pueden ser menos compasivos de lo que supo-

nemos; seguramente nosotros, también, abandonaríamos la

noción de la virtud si entreviéramos los pecados del Hom-

bre cada vez que nos atreviéramos a abrir nuestra puerta.

¡Qué horrible debe parecer nuestro mundo, qué lleno de

culpa! Las cosas que el Hombre crea -una foto, un jarrón,

aún una Catedral- nunca serán ni la mitad de hermosas que

una flor que brota del pasto, o la lluvia que son las lágrimas

de Dios. Debemos sacarnos el sombrero ante los Ángeles,

solo ellos saben por qué nos toleran.



 Melisanthi, cuyo verdadero nombre es Eva Chougia, nació

en Atenas en 1907. Estudió francés, inglés, alemán, música

y filosofía. Fue profesora de francés y periodista. 

 Este es su poema más famoso.

 Murió en 1991.


 Las tres versiones son de la poeta norteamericana Kathryn

Maris, nacida en Nueva York, y que vive en Londres desde

1999. 

 Me parece que esta poesía a la segunda potencia, es decir,

poemas-versiones acerca de un poema "ajeno", es un territo-

rio rico en posibilidades. Digo "ajeno" justamente para sub-

rayar que sin despojar de la autoría al poeta inicial, se utili-

za la polisemia del poema logrado para recrear otros poemas

invisibles. Hay que animarse. Kathryn Maris lo hace.


 



FUENTE
Modern Poetry in Translation, Third Series, Number Ele-
ven. Frontiers, 2009.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

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