sheng, o el Caballero que Esencialmente se Cultiva a Sí
Mismo. Como cualquier otro poeta chino, estuvo atado
a los vaivenes políticos de su convulsionado país. El Im-
perio, parcialmente dominado por los mongoles, traslada
la capital de China al norte, convirtiendo a Pekín en la
Gran Capital. Liu Yin se traslada a esa ciudad, pero ate-
niéndose a su formación filosófica (era un seguidor de las
ideas de Chu Hsi, un Neo-Confucionista), se niega a par-
ticipar en forma directa del gobierno.
Vivió entre 1249 y 1293.
He aquí algunos de sus poemas.
SUBURBIOS DEL OTOÑO
Caminando a través del bosque verde, a punto de volverme,
Descubro la choza de alguien entre la foresta.
Las nubes medio cargadas de lluvia avanzan;
Los vientos las soplan lejos, revelando, apenas, montañas.
Con experiencia del mundo, uno aprende a valorar la indi-
ferencia;
Mientras el brillo de las cosas se va desgastando, uno apre-
cia la calma del otoño.
El cielo ha convertido estos finos paisajes en desafío para
la poesía,
Y en una dificultad para que un ermitaño permanezca de-
trás de puertas selladas.
LA MITAD DE MI VIDA
La mitad de mi vida me las arreglé a duras penas,
Solo y acosado por problemas.
Mis escasas palabras provienen de no acumular nada:
La excentricidad es una forma de pura pereza.
Me aprovisiono en la niebla de la mañana,
Mi vida social como lluvia nocturna.
Ningún invitado viene a mi portón de paja,
Que está lejos de todo, y, aparte, cerrado hace rato.
QUEDÁNDOME A DORMIR EN LO DE UN GRANJERO
Sucede que me quedo a dormir con una familia granjera,
Se me da una bienvenida digna de un inmortal:
Comida y bebida extendidas junto a la puerta,
Esposa y niños se inclinan frente a la lámpara.
Cuando los ojos disparan amor u odio, ¿quién puede estar
en paz,
O cuando las emociones pasan fácilmente de fuego a hielo?
¡Quién lo hubiera pensado, aquí más allá del mundo de los
hombres,
Hay gente rústica de simpatía sincera!
LA PEONÍA DE MADERA
El mundo cambia, se vuelve más delgado cada día;
Las flores, también, deben hacer lo mismo.
Sospecho que en la remota antigüedad
Su belleza no podría igualar la de hoy.
DE LA VIDA RURAL
Gritando, sacándome de la cama desde afuera de la ventana,
El anciano de al lado corrió para decirme:
"Los últimos días no se podía ver las montañas;
Esta mañana están bañadas en un azul muy fresco."
FUENTE
Yoshikawa Kôjirô. Five Hundred Years of Chinese Poetry,
1150-1650. Translated by John Timothy Wixted. Princeton
Library of Asian Translations, 1989.
Sí, por extraño que parezca, son versiones de poesía china
vertidas al japonés, y luego al inglés, y luego...
Tiene que haber mucha poesía en los versos de Liu Yin
para soportar tanto paso de fronteras. Ya dijo alguien: "Poe-
sía es lo que merece traducirse."
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
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