Para Horacio Cardo
In Memoriam
¿Quién sabe cuántas semillas de la muerte
tiene sembradas en su cuerpo-vida?
¿Cómo podría saberse cuáles de todas las semillas
del cuerpo-vida son en realidad células
terroristas 'dormidas'?
¿Quién sabe cuántas semillas de la muerte
han hecho el intento y fallado
-sin que nos diésemos cuenta?
No, a estas no las plantó nadie.
Surgen de la 'tierra'.
Estuvieron siempre ahí.
Olvidadas de sí mismas.
Y en algún momento algo las despierta,
algo las toca y recuerdan.
Como animales que emergen del invernar,
como relojes inteligentes-idiotas
que simplemente inician su tic-tac.
El sujeto ignora, teme, niega, desafía,
imagina, cede, anhela u odia esa muerte encerrada
en sus semillas.
¿Son 'suyas'?
¿Son las suyas?
¿Suerte de reparto?
Hay suerte en el reparto.
Millares incontables de semillas
NEUTRAS
entre las que moran las otras
como las plantas de la tierra
las tierras áridas y las frondosas
-'plantadas' (como hace a veces la policía)-
ley que rompe las leyes
ley que prohíbe la ley
Pero aquí nos encontramos
hablando de intenciones
Y, hasta donde sabemos
si de algo carece la muerte es de intenciones
Somos nosotros quienes estamos llenos
de intenciones
intensidades y desintensidades
¿Quién sabe cuáles fertilizan mejor
las semillas de la muerte?
Las emociones, en el más vasto y profundo
sentido de la frase, vienen a ser el clima,
la atmósfera
'los elementos'
para las semillas.
¿Hasta dónde se extiende el territorio
de cada existencia?
¿Hay alguno que sienta: "estoy preparado para el horror"?
NOTAS
1) En muy pocos casos he visto semejante lucha entre las pul-
siones de vida y las de muerte, como en el de Horacio.
Ahora -porque ya sabemos el desenlace- parecía previsible
que tamaña energía vital necesitara una contrapartida igual-
mente brutal.
2) Su 'broma' acerca de la muerte siempre giraba en torno a
que lo venía a buscar la barca de Osiris. No cuesta mucho re-
lacionar esta metáfora con su mayúscula admiración por la
civilización egipcia. Para Horacio el arte egipcio no había si-
do equiparado a lo largo de los milenios transcurridos. No ha-
blamos del nombre de la barca, pero supongo que se referiría
a Neshmet, la barca de Osiris que se usaba durante la fiesta de
los Misterios de Osiris.
Osiris representa -conscientemente o no- el
deseo de Horacio: es el dios egipcio de la resurrección.
Una forma sutil de la resurrección es la obra.
La otra es la memoria:
revivimos cuando alguien nos recuerda.
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