jueves, 21 de febrero de 2019

OXIDADO

 Oxidado
 todo el filo
 que tenía que ver con la verdad

 sacar los viejos manuales
 de los armarios
 y tirarlos

 una pandilla de armadillos cruzando la ruta
 que, como un filo, atravesaba la costra
 impenetrable de 
 una patagonia

 si mirabas al cielo no veías
 más pájaros
    que esas nubes que venían migrando
         desde más allá del tiempo

 oxidado
     el filo de cortar
             un tajo en la carne de la verdad

 la sangre

 si es que definitivamente
      ibas a saber algo
              antes de
                   o después de todo

el filo de la angustia
         (sabe)
         cuando hiende la carne
               (sabe -otro "sabe")

 ah patagonias
           abandonadas

 ya no ibas a escuchar rumores
           opiniones
                comentarios de rutina
                     informes insustanciales
                            pavadas a montones

 los armadillos se dispersan
 y encuentran uno a uno sus madrigueras
 donde seguir esperando

este viento no arrulla, compañero
 ¡este viento ahuyenta!

 el cielo, por su parte, se estira
          una vuelta más (una octava)
               de la clavija
 pero no estalla

 no aún
 no todavía

 una tarde más se desliza a lo largo
    de la ruta que va de una punta de la infinidad
                 a otra
 como una sombra 
 que vuela sin necesidad de alas

                 no se ven pájaros
                y dentro de un rato
        la noche revelará una nueva vez
            que lo que parece un cielo
                es otro y otro y otro
                     ocultamiento
                           más

miércoles, 20 de febrero de 2019

ALGUNOS POEMAS DE W.G. SEBALD




 Durante algunos años la irrupción de la fantástica obra
literaria de W.G. Sebald conmocionó a innumerables lec-
tores. Sebald empezó a publicar tarde (también a escribir),
y murió en un accidente cuando se encontraba en su pico
creativo. Vértigo, su primer libro publicado (ya buscaba
ahí la forma literaria que acabó creando), no es por cierto 
el mejor. Luego vinieron Los emigrados, Los anillos de
Saturno (que muchos consideran su mejor obra), y, final-
mente, Austerlitz. Por cierto que también publicó dos li-
bros de ensayos -casi excluyentemente acerca de la litera-
tura alemana- Campo Santo y Pútrida patria, y un ensayo
acerca de los bombardeos aliados sobre una Alemania ya
vencida (Historia natural de la destrucción), además de
un libro conteniendo tres poemas más o menos extensos:
Del natural. Desde su muerte han aparecido numerosos
estudios acerca de su obra, y se han esperado en vano nue-
vos textos inéditos suyos. Lo cual torna inexplicable -para
mí al menos*- que no se hayan traducido sus otros poemas,
editados por primera vez en Alemania en 2008, y luego en
Gran Bretaña -su país de nacimiento y su país de adopción-
en 2011. Supuse, porque los hechos me probaron equivoca-
do, que existía una verdadera avidez por recibir nuevos 
textos de Sebald. 
 El libro se titula Across the Land and the Water. Selected
Poems, 1964-2001, y reúne todos los poemas de Sebald des-
de su época de estudiante hasta sus últimos días. Lo que sig-
nifica que este enorme escritor de prosa (en su estilo de ex-
trema lucidez, solía decir que su medio "era la prosa... y no
la novela") no establece una verdadera diferencia entre gé-
neros en su obra. Así deben ser leídos estos poemas: como
estrechamente vinculados a sus libros más famosos. 
 He publicado anteriormente algunos, y ahora vuelvo a ha-
cerlo, en la esperanza de ser leído por algún editor en bus-
ca de los textos mayores de la literatura del siglo XX.

 *Debería decir "a menos"... a menos que lo relacione con
que se trata de un libro de poesía. De haber sido uno de 
los textos en prosa de W.G.S., seguramente ya habría sido
traducido a varias lenguas, la nuestra entre ellas.




   A TRAVÉS DE HOLANDA EN LA OSCURIDAD

 Los pepinos
 acechan en sus invernaderos

 El oficial de aduanas
 toma prestado mi diario de la tarde

 Una mano mojada
 no echa sombra

 El Kaiser Willem
 todavía fuma sus cigarros

 No hay señal alguna
 de la tierra reclamada




 LA EMIGRACIÓN DE K.

 Sus efectos personales
 están listos para partir

 Ingresado
 con buena anticipación
 el endoso caligráfico
 una cifra alfabética
 válida para un sólo viaje

 Fotos enviadas
 en ruta saludos
 desde la Suiza Bohemia
 y una foto grupal
 delante de los Altos Tatras

 No se sacaron
 ustedes su 
 foto tomada
 en Franzensbad también



 RÁFAGA HELADA

 Rodeada de madres
 Alemanas e hijos 
 conscriptos en viaje a casa
 en el Bundesbahn: la inclinada

 torre de Landsberg
 el asesinato en el Hotel Hahn
 la fábrica de queso de Buchloe
 los lunáticos de Kaufbeuren
 las ventanas de la escuela de la abadía
 el abismo de la infancia

 Y en la oscuridad
 alzando sus polleras
 Santa Elizabeth
 parándose con delicadeza
 sobre refulgentes rejas de arado



 AL BORDE

 de su visión
 el perro todavía ve
 todo como era
 al principio




 QUÉ PLATEADAS

 en aquella
 mañana de enero
 las torres 
 de Fráncfort
 se elevaban
 en el frío como el hielo
 aire





  INALTERADOS DURANTE AÑOS

 ahora estas comidas
 inter-
 regionales
 clichés el desayuno
 buffet completo
 el queso feteado
 el jamón cocido
 los huevos revueltos
 el turrón de nueces
 crème el guiso del
 día el abundante 
 goulash el Bratwust 
 de Nuremberg la papa
 salada la hamburguesa

 con el pancito
 la carne de res de la abuela
 aceitunas tus favoritas
 barra de chocolate el maní
 salado De Beukelaer
 galletitas rellenas-
 de-chocolate Nordhäuser
 Doppelkorn las antiguas
 Asbach la fineza de
 Gau Köngerheimer
 Vogeslang &
 el Rotkäppchen
 seco.


 [ Nordhäuser Doppelkorn es una bebida alcohólica de
alta graduación; Gau Köngernheimer Vogeslan es un vino
 de la región de Rheinhessen; y Rotkäppchen -Caperucita
Roja- un vino espumante de Alemania Oriental. "Las anti-
guas Asbach", incluye un juego de palabras con el nombre
de un brandy alemán, el Asbach uralt, literalmente "El vie-
jo Asbach".]





 UN REINO PACÍFICO

 Como un geógrafo precoz
 pinto un león o dos 
 o algún otro
 animal salvaje
 en los blancos campos
 de mi memoria

 Puercoespín, camaleón
 lenguado y urogallo
 chacal y unicornio
 xanthos* y ratón

 Afuera con los verdaderos
 pájaros gritando en la oscuridad
 prestan guardia
 suponiendo con sus
 pequeñas cabezas qué ha de
 advenir todavía
 antes de que el sol
 se apague

 Cocodrilo, mono
 búfalo, liebre
 dromedario, leopardo
 tortuga del barro, oso

 Es suficiente
 para ser dominado
 por el sentimiento
 ante unas pocas palabras
 del primario
 de nuestros niños

 Son estos los emblemas
 de nuestro amor


 [Xanthus o Xanthos es un mitológico caballo inmortal de
la Antigua Grecia]
 (En estos dos últimos versos Sebald deja latente la am-
bigüedad del sentido. Pueden leerse como una afirmación
o como una pregunta. 
 "Are these the emblems 
  of our love"
 Son estos los emblemas
 de nuestro amor
 o bien
 ¿Son estos los emblemas 
 de nuestro amor?
 Por otra parte, el traductor nos señala que estos versos
están escritos en inglés en el original -que es por cierto
el alemán.
 El texto entero tiene por semi-oculta referencia al artista
naive Edward Hikes (1780-1849), que pintara una serie
de obras conocidas como "El reino pacífico", basadas en
un versículo de Isaías: "El lobo cohabitará con la oveja,
y el leopardo yacerá con el cabrito; y el ternero y el joven
león y el  juntos; y un pequeño niño los guiará". Los cua-
dros presentan una cierta reminiscencia de "Paisaje Para-
disíaco, de Jan Brueghel.]



 OLA DE CALOR DE OCTUBRE

 Desde el paso elevado
 que desciende hacia
 el Túnel
 Holanda vi
 el disco rojo
 del sol
 alzándose sobre
 la ciudad prometida.

 Temprano 
 a la tarde el
 termómetro
 alcanzaba los ochenta-
 y cinco y una neblina
 azul acerado
 colgaba entre las
 resplandecientes torres

 mientras que en la Conferencia
 sobre Clima
 de la Casa Blanca el
 Presidente escuchaba
 a los expertos hablando
 acerca de convertir
 las algas verdes en
 combustible limpio y yo yazgo

 en mi ensombrecido
 cuarto de hotel cerca de
 Gramercy Park
 soñando a través
 del rugido de Manhattan
 con un gran río
 que se abalanza
 hacia una catarata.


 Por la noche
 en una recepción
 me paré junto a una ventana
 Francesa abierta
 y me compadecí del
 lisiado árbol
 que crecía en una cuba
 en el patio.

 Prácticamente defo-
 liado era 
 de una especie 
 incierta, su tronco
 y sus ramas
 envueltas con
 hilos de pequeñas
 lámparas eléctricas.

 Una mujer joven
 se me acercó
 y dijo que aun-
 que de vacaciones
 se había pasado
 todo el día en
 la oficina
 la que a diferencia

 de su departamento tenía
 aire acondicionado y
 era frío como la
 morgue. Ahí,
 dijo ella, estoy
 feliz como una
 ostra abierta
 en un lecho de hielo.


 [85° Fahrenheit, equivalen a unos 30°Celsius]



 EN EL VERANO DE 1836

 dijo el guía
 Friedrich Chopin
 se quedó acá en la Posada
 del Cisne Blanco. Le había

 llevado nueve
 días desde París en carruaje,
 para encontrarse con su amada,
 Marie Wodzinska. Él

 le daba frecuentes recitales
 en el piano a un pequeño
 círculo que se reunía por
 las noche. Los picos

 de las azules montañas
 de Bohemia se tornaban
 aún más oscuras a través
 de las ventanas. El frío

 húmedo clima pesa 
 en su pecho el doctor
 murmura algo acerca de
 tuberculosis incipiente. Al

 inicio de noviembre
 su compromiso se deshace
 el padre de ella en Dresde ha
 sido determinante.

 Trece años más tarde
 un paquete de pálidas
 cartas es hallado en la casa
 del fallecido 

 pianista. Atado con
 lazo lleva la
 inscripción: Moja
 Bieda- Mi desdicha.


 [Chopin se enamoró de la joven Maria Wodzinska cuando
ella tenía 16 años. En 1836 (él tenía 26), le propuso matri-
monio en la Posada del Cisne Blanco, en Marienbad, don-
de estaba residiendo la familia de ella. La madre participó
del secreto, pero poco después la familia de Maria regresó
a Polonia, y los planes matrimoniales nunca pudieron lle-
varse a cabo. El amor sólo salió a la luz cuando murió Cho-
pin, y fue a raíz de encontrarse las mencionadas cartas.]



NOTA
Finalmente, algo que he notado (¿que es notable?, ¿que 
hay que anotarlo?). ¿Podemos atribuirlo a la intuición de
Sebald? 
 Uno de los poemas no traducidos aquí se llama "Some-
thing in my ear". Es un texto que tiene que ver con una
sensación: la de percibir algo confuso, perturbador, que
produce cierto anonadamiento. Y uno de los párrafos, 
porque Sebald escribe poesía por párrafos, diría yo, dice:

 As I awake                                Mientras despierto
 sudden cardiac                         súbitas ondas cardíacas
 death waves                              de muerte
 from the other side                    desde el otro lado
 of the abyss                               del abismo

 En otro de los poemas -que tampoco traduje todavía- es
aún más explícito:

 During the journey home
 fantasies of a fatal accident.

 (Durante el viaje de regreso a casa
 fantasías de un accidente fatal)

 El 14 de diciembre de 2001, en Norfolk, cerca de su casa
en Norwich, East Anglia, Sebald sufre un ataque cardíaco
mientras manejaba llevando a su hija Anna a su casa. Per-
dió el control del auto, seguramente por una pérdida de 
conciencia, y el auto chocó de frente con el tráfico que
venía en sentido contrario. Sebald murió (o tal vez ya es-
taba muerto) en ese accidente. Su hija Anna sufrió graves
heridas.
  
 Escribir esto me recordó que Henri Michaux publicó a los
27 años un texto llamado "Utilidad del fuego", en su tono 
irónico-lúdico-transgresor, que dice lo siguiente:
 ¿Realmente es por el calor o la luz que los hombres se in-
teresaron por el fuego y se sirvieron de él?
 Tal vez hizo falta, para que el fuego pareciera algo bueno,
que Ndwa empujase a su mujer al fuego, por causa del pla-
cer que le daba ver desaparecer los largos cabellos.
 Tal vez hizo falta que la forzara a quedarse ahí hasta el mo-
mento en que se rostizó excesivamente, se carbonizó y le mo-
lestó para respirar; que luego la retirara del fuego, la co-
miera y encontrara mejores al gusto los pedazos de su mu-
jer cocidos que los pedazos no expuestos aún al fuego.
 Este texto apareció en Qui je fus (El que fui), un libro que
luego el autor no quiso que se reeditara, ya que le parecía
que estos escritos eran demasiado inmaduros, una suerte de
ensayos previos a su escritura propiamente dicha.

 Michaux contrajo matrimonio con Marie-Louise Termet,
a quien él llamaba Lou - a quien había conocido 10 años
atrás- en 1943. El matrimonio se interrumpió 5 años des-
pués: Marie-Lou murió por las quemaduras producidas por
un incendio en su casa. El poeta estaba de viaje en Bruse-
las. Los días finales de su amada están reflejados en el be-
llísimo poema "Nosotros dos aún", el más dramático y per-
sonal de todos los escritos de Henri Michaux.





FUENTES




 W.G. Sebald. Across the Land and the Water. Selected 
Poems, 1964-2001. Hamish Hamilton (Penguin Books),
 2011.
El libro cuenta con la destacada traducción del alemán al
inglés de Iain Galbraith, premiado por sus traducciones
literarias en 2004.

 La foto de W.G.S. fue tomada por Christian Scholz, en 
1997. Publicada en: Searching for Sebald. Photography
after W.G. Sebald. Edited by Lise Patt (with Christel Dill-
bohner). The Institute of Cultural Inquiry. Los Angeles,
2007.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

sábado, 16 de febrero de 2019

POEMAS DE LA EXTINCIÓN. LOS AHTNA ATHABASKANOS

 Fueron los últimos indios en ser descubiertos en América
del Norte. Es necesario expresarse así, porque en la Ama-
zonia pueden existir pequeñas tribus que se han refugiado
tan bien del hombre blanco, que aún no han sido descubier-
tos. En el caso de los Ahtna (se pronuncia ot-naw), buena
parte de lo poco que les resta de existencia cuenta con un
notable representante: John E. Smelcer es descendiente de
esa comunidad aislada de Alaska. Su abuela era de pura 
sangre indígena, la última de la familia. Hoy en día exis-
ten unos mil miembros de esa tribu, pero sólo unos 40 ha-
blan la lengua original. Él mismo es la única persona que
puede tanto leer como escribir en ese idioma condenado a
la desaparición. 
 Sólo hay un puñado de poemas-canciones remanentes de
esa cultura que, como la de todos los indios americanos,
está muy ligada a la naturaleza.


 EL PROFETA

 ¿Puedes entender mi idioma?

 Casi nadie puede.
 Casi nadie se acuerda.

 Estoy solo y enfermo
 y débil de tanto llorar.



 BAUTIZANDO AL ÚLTIMO CHAMÁN

 El día que nació este niño
 en Batzulnetas

 un sacerdote llegó trayendo
 agua de la fuente en
 una tetera.

 Cuando lo bautizó
 al chico le empezó a sangrar la nariz.



 CANTO DE DUELO
 PARA EL ÚLTIMO INDIO

 Cuando el Pueblo Indio ya no sea
 los árboles cantarán y llorarán
 las montañas temblarán
 los lobos aullarán
 y los lagos y ríos habrán de secarse.

 Cuando el Pueblo Indio ya no sea
 una luna roja se alzará para siempre.



 LA DANZA DE LA VIUDA

 En enero, el mes de las adivinanzas,
 bajo una aurora roja -
 'el fuego en el cielo que quema el frío',
 un marido danzó sobre el hielo
 junto a la mecha ardiente de una lámpara de aceite 
                    hecha de piedra.

 Él bailó la danza del duelo
 hasta que la luz del alba llegó
 y se lloró hasta dormirse*.        


 *[Llorarse como cantarse, sería:
    "and he cried himself to sleep"]



 MI CONVERSACIÓN CON UN ZORRO

 Cuando el atribulado zorro
 emergió de su espeso bosque

 me arrodillé en una luz color cuervo
 gimiendo como una liebre herida

 hasta que se acercó
 nervioso y reticente

 para interrogar mi paciente mano
 abierta como una rosa de la tundra.



 FELICIDAD

 La felicidad para el zorzal 
 y para el lobo
     es existir.

 Para los Indios,
 es conocer la existencia
    y maravillarse en ella.





 FUENTE


John E. Smelcer. Ahtna Athabaskan Poems. En Looking
Eastward. Modern Poetry in Translation N° 21. 2003.

 La extraordinaria contribución que realiza esta publicación
periódica británica es invaluable. Sus textos, recogidos a lo
ancho del planeta, se cruzan con grandes traductores.
 Hoy leí que en Estados Unidos sólo el 3% de las publicacio-
nes son traducciones, un dato relevante.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


Otros textos vinculados:


martes, 5 de febrero de 2019

OTRO DE "EL LIBRO DE ABAJO"

                                    OTRO VIAJE

 Nos recordó, a los que quedábamos,
 ese otro viaje, esa vez sobre la planchada 
 de un barco bananero
 Un verdadero deleite cuando el trópico
 cocina cuerpos y almas sobre el acero oxidado
 de la planchada
 -que aparte de la pequeña cabina del capitán y su hijo
 es el único lugar 'habitable'-
 Otro deleite, no menor, es para los amantes de las arañas
 el surgimiento de cientos de ejemplares
 por las ranuras innumerables del barco
 Como si las bananas se hubiesen transformado
 en animales de ocho patas del tamaño de una rata
 grande
 ¿Y adónde van a ir?
 Ya lo dijimos: hay un sólo lugar habitable
 más allá de la ahora cerrada a doble llave
 cabina del capitán y su secuaz
 Que sonríe con una sonrisa
 que creemos haber visto en fotos de las trincheras
 del 14
 más a menudo en los muertos
 entre las alambradas
 Cada uno munido de una caña de alrededor de un metro
 empujando a las inocentes criaturas 
 al río
 para que se refresquen
 o para que reanuden su guerra a muerte
 con las pirañas
 Guerras arcaicas
 anteriores a la aparición de cualquier humano
 sobre el planeta
 Ahora vemos acercarse los troncos montados
 simulando un muelle
 y un delgadísimo indio haciéndonos señas
 Es probable que podamos renovar nuestra provisión
 de alcoholes
 comer peixe frito
 en un aceite que parece extraído de los motores del barco
 mientras el aroma del aceite hirviendo
 se entremezcla con el ácido olor del río
 que se entremezcla con el olor de nuestros sudores
 el de las victorias amazónicas, las superbas, las numerosas
 chinches,  las ranas, los renacuajos, las salamandras, las
 anacondas, los escarabajos
 y el pequeño baño de cañas
 el Desmayador de Gigantes
 el Atroz, que anestesia flores a cien metros de distancia
 el Estrangulador
 la Bestia
 el Pozo Real de la Muerte
 el Inexorable
 que muchos años después rememoraremos
 en un lugar muy pero muy distante
 fumando
 esa niebla de la nostalgia
 que crea cualquier belleza con el horror

DEL "LIBRO MUERTO"

                                       

                                          BALDES

 Sacan los baldes con el agua Pulva, muy codiciada y,
lógicamente, difícil de hallar
 Han intentado con muchas clases de recipientes, pero
sólo un balde tradicional junta la cantidad necesaria de
agua Pulva
 Los ubican en lugares justos (algunos están marcados
en esos patios tan numerosos que resisten desde hace
siglos el asedio de sediciosas enredaderas bárbaras)
 Para recibir diversas cantidades e incidencias de la luz
lunar
 Cada noche, muchos, muchos baldes
 (Son muy ricos, algunos; otros tienen uno solo, o bien
uno entre varios)
 A la mañana, los resultados
 En cada balde el agua Pulva se ha transformado en una
luna
 Si el agua es pura y reciente, la luna resulta absoluta-
mente esférica y de un color blanco transparente
 Si el agua era más vieja, la luna puede tener una forma
irregular
 Y la coloración tiende a la de los ojos de sus mujeres
 (Tanto a ellos como a ellas, pero por razones comple-
tamente diversas, les gustan esos irónicos mensajes)
 El tamaño de cada luna depende, en cambio, no del 
agua, sino de la cantidad de luz lunar que ha absorbido
y desde qué ángulo
 Si el agua era mucha, puede resultar imposible extraer
la luna del balde sin quebrarla
 Si, por otro lado, la cantidad de luz, debido al grado de
inclinación, a la relación con otros astros, y a la fuerza
de la gravedad de esa noche (las variaciones pueden pa-
recer pequeñas, hasta insignificantes, pero los efectos
son notables), ha sido escasa, se obtiene una luna del
tamaño de una ciruela pulposa y cuya piel es una luz 
que tiembla
 De más está decir que se las comen de inmediato
 Pero las otras lunas, obviamente no son comestibles
 Las acumulan en toda clase de contenedores
 El pueblo está literalmente plagado de lunas
 Han intentado venderlas, pero no hubo ningún interés en
los pueblos vecinos, ni en comunidades remotas tampoco
 Muchos puestos abandonados, abarrotados de mercadería
lunar
 Pero seguir 'pescándolas', por así decir, es una tenta-
ción inquebrantable para esta gente
 Las muelen, pero no reducen con eso la cantidad pura
 También las entierran, y las arrojan en los fosos de piedra, 
que proliferan en esa zona, pero nada alcanza
 Se han ido formando colinas nuevas, que nadie diría que 
son de sustancia lunar, porque las hiedras salvajes las recu-
bren de inmediato


 Lo cierto que el tamaño de la luna no es el mismo
 La verdad es que las mareas ya se han mareado, que las cose-
chas tienen confusa la noción del tiempo, y que la duración 
de los días está prácticamente desquiciada

 Ante estos acontecimientos, las autoridades del pueblo han recurrido a culpar al agua Pulva
 Eso ha convertido su extracción, traslado y uso en clandes-
tinos
 Han comenzado diciendo que ciertos párrafos de sus tex-
tos sagrados se referían desde los orígenes a la evidente
relación del agua con Los Males
 Han realizado muchas reuniones, han creado templos para
difundir esta verdad revelada
 Y lo cierto es que han logrado que cada vez haya menos po-
bladores que sigan creyendo en la inocencia del agua (pero
sin dejar por ello de colocar sus baldes por las noches)
 A éstos ya han comenzado a llamarlos apóstatas, y no pasará 
mucho tiempo antes de que se les prohíba poner en duda la
versión oficial
 Con lo cual toda esta cuestión, seguramente, quedará resuel-
ta y zanjada 

sábado, 2 de febrero de 2019

DE "EL LIBRO DE ABAJO"

                                   

                                       EN BARCO


 olor a mandioca y a río espeso
 el barco colea un poco
 como en el barro
 dos tipos hablando en guaraní fuerte
 (sólo entendimos "turbia" y "desgracia", en su idioma)
 una noche reventada sobre el río
 el barco y las orillas
 cargadas de plantas carnívoras dormidas
 y de árboles con caimanes entre las raíces mojadas

 un velorio en un pueblo
 carpa abierta a los costados
 un toldo, bah, pero blanco
 y cuatro postes
 y un puñado de personas
 luz de neón y velas
 una hostil combinación
 para que el muerto repose
 cuando todavía no se acomodó
 a estar muerto

 entre la fricción de los insectos
 su tremular, sus siseos circulares,
 ah aguafuerte tomamos
 vidriosas las miradas
 a la costa
 al cielo que es tan grande
 -cuando el barco ataca el río abierto-
 que es una burla
 se ríen de nosotros los últimos
 pájaros despiertos
 los últimos monos
 sonámbulos

 'somos una selva en viaje'
 dice uno como si cantase al aire
 que no esperaba el canto

 nos hubiese gustado oír la bocina  
 del barco
 en ese instante
 partiendo en dos el tiempo
 para siempre