lunes, 31 de agosto de 2020

TRES TEXTOS DE DANIIL JARMS



 UN EVENTO EN LA CALLE

 Una vez un hombre saltó de un tranvía, pero tan torpemen-
te que cayó debajo de un automóvil.
 El tráfico de la calle se detuvo, y un policía trató de averi-
guar cómo había sucedido el accidente.
 El conductor estuvo explicando algo durante bastante tiem-
po, señalando con su dedo las ruedas delanteras del automó-
vil. El policía palpó las ruedas con su mano y escribió el nom-
bre de la calle en su pequeña libreta. 
 Se reunió una cantidad bastante grande de gente.
 Un hombre de ojos tenues se caía de la garita policial todo el
tiempo.
 Una mujer seguía mirando alrededor todo el tiempo a otra
 mujer, que a su vez seguía mirando todo el tiempo a la prime-
ra mujer.
 Luego la gente se dispersó y el tráfico comenzó a moverse de
nuevo.
 El ciudadano con los ojos tenues seguía cayéndose del pues-
to durante largo rato, pero al final él, también, desesperando
claramente de poder sentarse con firmeza en la garita del po-
licía, simplemente se acostó en la vereda. En ese momento
un hombre que llevaba una silla se cayó fuerte, debajo del
tranvía.
 Un policía vino de nuevo, otra vez se juntó un montón de
gente, y se detuvo el tráfico. El hombre de los ojos tenues
empezó a caerse de la garita del policía. Bueno, y entonces
todo salió bien, y hasta Ivan Semyonovich Karpov entró a un
restaurante.



   SINFONÍA No. 2

 Anton Mikhailovich escupió, dijo "Ugh", escupió de nuevo,
dijo "Ugh" otra vez, escupió de nuevo, y salió. Al diablo con
él. Mejor les cuento acerca de Ilya Pavlovich.
 Ilya Pavlovich nació en 1893 en Constantinopla. Cuando
aún era un niño pequeño, se mudaron a San Petersburgo, y ahí
se graduó de la Escuela Alemana sobre la Calle Kirochnaya.
Después tuvo un trabajo en alguna clase de negocio; después
hizo otra cosa; y cuando empezó la Revolución, emigró. Bue-
no, al diablo con él. Mejor les cuento acerca de Anna Ignatie-
vna.
 Pero no es tan fácil contarles acerca de Anna Ignatievna. En
primer lugar, no sé casi nada acerca de ella, y segundo, me aca-
bo de caer de la silla y me olvido de lo que iba a decir. Así que
mejor les cuento acerca de mí mismo.
 Soy alto, medianamente inteligente; me visto meticulosamente
y con buen gusto; no bebo, no voy a las carreras, pero me gus-
tan las damas. Y yo no les disgusto a ellas. Les gusta cuando 
salgo con ellas. Serafima Izmaylovna me invitó a su casa más
de una vez, y Zinaida Yakovlevna también dijo que siempre le
agradaba verme. Pero me pasó una cosa graciosa con Marina 
Petrovna que quiero contarles. Una cosa absolutamente común,
pero divertida. A causa mía, Marina Petrovna perdió todo el pe-
lo - pelada como la palma de tu mano. Ocurrió de esta manera:
una vez fui a ver a Marina Petrovna, y ¡bang! perdió todo el pe-
lo. Eso fue todo.



  EL COMIENZO DE UN HERMOSO DÍA (UNA SINFO-
NÍA)

 El gallo apenas había cantado cuando Timoefy saltó por la
ventana al techo y asustó a todos los pasantes que estaban en
la calle a esa hora. El campesino Khariton se detuvo, levantó
una piedra, y se la arrojó a Timofey. Timofey desapareció en
algún lado. "¡Esa es una buena!" gritó el rebaño de gente, y
Zubov corrió a toda velocidad y estrelló su cabeza contra una
pared. "¡Oh!" gritó una señora con una mejilla hinchada. Pero
Komarov la fajó a la mujer, y la mujer salió corriendo a los
gritos a través de la entrada. Fetelyushin pasó caminando y se
rió de ellos. Komarov lo encaró y dijo "¡Eh, vos bola de gra-
sa!", y le pegó a Fetelyushin en el estómago. Fetelyushin se 
reclinó contra la pared y comenzó a hipar. Romashkin escupió
desde la ventana del piso superior, tratando de darle a Fetelyu-
shin. En ese momento, no lejos de ahí, una mujer de nariz gran-
de estaba fajando a su hijo con un abrevadero. Una joven ma-
dre gordita frotaba la cara de su pequeña hija contra la pared
de ladrillos. Un pequeño perro se rompió la delgada pata y
rodó por el pavimento. Un niño pequeño comió alguna clase 
de cosa repugnante de un escupidero. En el almacén había una
larga cola para comprar azúcar. Las mujeres puteaban y se em-
pujaban unas a otras con bolsas. El peatón Khariton se embo-
rrachó con alcohol desnaturalizado y se paró enfrente de la
mujer con los pantalones desabrochados y dijo malas palabras.
 Así comienza un hermoso día de verano.


  DANIIL KHARMS o DANIIL IVÁNOVICH JARMS
nació en San Petersburgo en 1905

 Lideró un grupo literario de vanguardia posrevolucionario conocido como OBERIU (un acrónimo de las palabras rusas pa-
ra "Asociación del Arte Real (-o Verdadero)". Sus escritos fan-
tásticos o absurdistas, y su humor negro se volvieron más y más peligrosos en los tempranos años del estalinismo, y Kharms
fue desterrado a Kursk en 1932. Se vio forzado a retirarse de 
sus experimentos literarios y comenzó a escribir cuentos para niños. Pero en 1937 aún estos fueron confiscados por el régi-
men, privándolo de su medio de subsistencia.
 Finalmente fue arrestado en agosto de 1941 y asesinado en 
febrero del año siguiente. Algunas versiones refieren que mu-
rió de hambre en la cárcel.
 Ese marco de horror produce un efecto de rotación del sen-
tido aparentemente trivial de sus textos, que cobran una fuer-
za extraordinaria al ser confrontados con los hechos vividos
por el autor y la persecución sufrida a causa de estos escritos.




FUENTE

Carolyn Forché. Against Forgetting. Twentieth Century Poe-
try of Witness. W.W. Norton & Company, 1993.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

domingo, 30 de agosto de 2020

"LA CIUDAD DE LA LUNA", POR KENNETH REXROTH



 LA CIUDAD DE LA LUNA

                                          Para Kimiko Nakazawa


     I

 El sol se pone mientras la luna
 Se alza. Las hojas de arce
 Empalidecen al color
 De un corazón que envejece.


     II

 En la fina lluvia cálida
 Que cae sobre el tardío descoloramiento
 De las hojas de arce, un uguisu
 Canta como si fuese primavera.


     III

 El Viento Este trae nubes
 Y lluvia. En el estanque agitado
 Juegan felices peces de colores.
 Pero es el final del onceavo mes, caluroso,
 Para esta época del año.


     IV

 Aunque estoy lejos de casa
 Las rojas hojas de arce
 Sobre el antiguo estanque
 Del jardín del templo
 Están cayendo junto con
 Hojas de ciruelo junto a mi propia ventana.


      V

 No, no dije una palabra.
 No tiene sentido
 Pretender que el sonido de la lluvia
 Es una voz humana.

 Haré destruir los bananos
 Junto a mi ventana.
 El golpeteo de 
 La lluvia suena como el llanto
 De todos los espíritus
 Del aire, y el 
 Viento rompiendo las hojas suena como
 El sonido de la seda desgarrada.




         VI

 En un sueño despierto,
 Una princesa de la antigüedad
 Viene a mí sobre
 Los recodos de un puente,
 Por el medio de la ciénaga
 De iris amarillos
 Y toca ligeramente mis labios.
 La delicada sensación
 De completa intimidad
 Persiste mientras se apaga la luz,
 Y las hojas del iris 
 Murmurando y crujen
 En el viento del anochecer.


       VII

 Aunque el gran avión
 Vuela rumbo al sol,
 El cuervo de la mañana
 Aún se posará en el balcón
 Del Parque Ueno del corazón.


        VIII

 EL AÑO NUEVO

 La medianoche pasa-
 Un nuevo año -Orión marcha
 Hacia las cálidas olas
 Al oeste de Yamashina
 Donde el rojo y el oro
 De un glorioso otoño
 Yacen bajo la nieve.


         IX

       ICHÔ

 El avión trepa a través
 De nubes que nievan. Mucho más abajo dos
 Gingkos de otoño resplandecen,
 Quemando oro entre las entridentes
 Luces nocturnas de Tokio.


        X

 Buda tomó algunas hojas de otoño
 En sus manos y le preguntó 
 A Ananda si estas eran todas
 Las hojas rojas que había.
 Era otoño y las hojas
 Caían alrededor por todas partes,
 Más de las que podrían jamás
 Contarse. Así que Buda dijo,
 "Te he dado 
 Un manojo de verdades. Aparte
 De estas hay muchos
 Miles de otras verdades, más
 De las que alguna vez puedan ser contadas."


        XI

 Las nubes son pensamientos del
 Cielo. Es difícil 
 Leer los pensamientos de
 Otras personas, pero siempre
 Podés leer los del cielo.



 Kyoto, Noviembre de 1972.


Rexroth, 1905-1982, es uno de los grandes poetas estadouni-
denses. Eso no es poco, ya que las dos 'cuerpos' poéticos más
importantes del siglo XX son los de Estados Unidos y Rusia.
Nunca recibió el reconocimiento que hubiese merecido. Es,
además, autor y traductor de varios libros de poesía japonesa
y china. Creó el personaje de Marichiko, cuyos poemas han
recibido a su vez numerosas publicaciones y traducciones.
Una forma sutil de 'devolverle' algo a la poesía oriental que
le diera tanto a él. Este poema aparece en Flower Wreath Hill.
Later Poems. Editado por New Directions en 1991.
Flower Wreath Hill es "Colina de la Guirnalda de Flores".



Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)

viernes, 28 de agosto de 2020

POEMAS DE CHIA TAO (779-843)




 Chia Tao es uno de los poetas rescatados en este libro
excepcional de Red Pine y Mike O'Connor. Es una edi-
ción bella por fuera y por dentro. Contiene las versiones
en chino de cada poema. Chia Tao fue un monje budista 
de la dinastía T'ang. Nació en una familia muy pobre en
una localidad cercana a la actual Beijing. Se convirtió en
monje siendo muy joven, con el nombre religioso de Wu-
pen. A los 31 años abandonó la vida monástica para dedi-
carse a la poesía, formando parte de un grupo de notables
poetas que residían en la capital literaria del Imperio, lla-
mada Ch'ang-an (actualmente Xi'an), que en ese momento
era la ciudad más grande del mundo. Han Yu (768-824),
Chang Chi (776-ca.829) y Meng Chiao (751-814) eran
algunos de los compañeros de grupo de Chia tao. Su pa-
sado religioso le abrió las puertas de los monasterios que
iba conociendo en sus viajes. Se le bautizó Lang-hsien,
el Errante Inmortal. Murió en circunstancias muy modes-
tas. Su poesía nunca dejó de lado ni al Tao ni al budismo,
y sus temas siempre siguieron rondando los paisajes de la
vida solitaria y contemplativa.


 DESPEDIDA EN UNA NOCHE DE INVIERNO

 A la primera luz, tú partes
 raudamente sobre el puente de la aldea;

 Las flores del ciruelo caen 
 sobre el arroyo y la nieve sin derretir.

 Con los días breves y el clima frío,
 es triste ver partir a un invitado;

 Las Montañas de Ch'u son ilimitadas,
 y el camino, remoto.



 EN I-CHOU, SUBIENDO A LA TORRE
 DEL TEMPLO LUNG-HSING

 PARA OBSERVAR LAS ALTAS MONTAÑAS
 DEL NORTE

 Los picos más altos
 al norte del distrito-
 riscos tan altos
 que bloquean los senderos de las nubes.

 Al atardecer,
 subo a la torre para echar un vistazo,
 sintiendo gradualmente
 su sereno efecto.

 En una niebla
 azul-humo,
 la masa de picos
 aparentan estar unidos.

 ¿Cuándo escalaré
 y haré pie ahí,
 para mirar debajo
 a toda la creación?



 BUSCANDO PERO NO HALLANDO AL ERMITAÑO*

 Bajo pinos
 le pregunto al chico;

 él dice: "Mi Maestro se ha ido
 a recoger hierbas.

 Sólo sé 
 que él está sobre esta montaña,

 Pero las nubes son demasiado profundas
 como para saber dónde."

 *Ermitaño, solitario.



 DURANTE UN VIAJE

 Con tantas cosas en mi mente,
 es difícil expresarse en letras*.

 ¿Cuánto ha pasado desde que dejé mi casa?
 Los viejos amigos ya no son jóvenes.

 Hojas heladas caen dentro de nidos vacíos;
 las luciérnagas del río tejen a través de ventanas abiertas.

 Me detengo en lo de un monje del bosque,
 y paso la noche en "sentarse en silencio".


 * Se puede interpretar como letras o como cartas.



 PASANDO LA NOCHE EN UN TEMPLO
 BUDISTA EN LA MONTAÑA


 Masas de picos perforan
 el cielo coloreado de frío;
 una vista
 de las caras del monasterio.

 Pasan estrellas fugaces
 a través de árboles de escasas ramas;
 la luna viaja para un lado,
 las nubes para el otro.

 Pocas personas vienen
 a esta cima de la montaña;
 las grullas no se juntan
 en los elevados pinos.

 Un monje budista,
 de ochenta años,
 nunca ha oído
 de los asuntos* del mundo.

 *Asuntos, problemas.



 MIRANDO ACLARARSE EL FIN DEL DÍA
 DESPUÉS DE LA NEVADA

 Apoyándome en mi báculo,
 miro clarear al cielo después de la nieve;
 las nubes están en capas altas
 sobre el arroyo de la montaña.

 Mientras el leñador
 regresa a su cabaña,
 un frío sol se pone
 entre peligrosos picos.

 El fuego de un granjero
 quema el pasto junto a una cresta;
 volutas de humo de cocina se alzan
 entre pinos adheridos a las rocas.

 Regresando al templo
 por el camino de montaña,
 escucho el tañido
 de la campana nocturna.






 ESCRITO JUNTO A LA MORADA
 DE UN ERMITAÑO

 Aunque tienes una puerta de malezas,
 no se ha cerrado por mucho tiempo;

 Unas pocas nubes, unos pocos árboles
 han sido tus únicos acompañantes.

 Sin embargo, sospecho que si permaneces más tiempo,
 la gente empezará a saber de este lugar;

 Te veremos mudándote
 más alto en la montaña.


  FUENTE




 Red Pine and Mike O'Connor (Ed.). The Clouds Should
Know me by Now. Buddhist Poet Monks of China.
Wisdom Publications, 1998. 

Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)

miércoles, 26 de agosto de 2020

CINCO POEMAS DE FRANK O'HARA

  


 Cofundador de la Escuela de Nueva York, junto a Kenneth 
Koch y a John Ashbery, O'Hara nació en 1926 y murió en 
1966. Para él la ciudad de Nueva York, a la que arribó en 1951
era una buena parte de su vida, y sus poemas la reflejan una y 
otra vez desde los más diversos ángulos. "¡Y acá estoy, el/ cen-
tro de toda belleza!/ ¡Imagínense!" Curador, crítico, metido a 
fondo en el arte -eran los tiempos del Expresionismo Abstrac-
to -, amante del jazz (especialmente el que tocaban Mingus y 
Monk o el que cantaba Billie Holiday), y también de la Compa-
ñía de Ballet de la Ciudad de Nueva York, dirigida por George Balanchine, había sobradas razones para sentir que esa ciudad,
en los años '50 y '60 era la capital cultural del mundo.



  EL DÍA QUE MURIÓ LA SEÑORA

 Son las 12 y 20 en Nueva York un viernes
 tres días después del día de la Bastilla, sí
 es 1959 y voy a pegarme una lustrada
 porque me bajo del de las 4 y 19 en Easthampton
 a las 7 y 15 y de ahí me voy derechito a cenar
 y no conozco a la gente que me va a dar de comer

 subo por la húmeda calle comenzando a solear
 y me como una hamburguesa con una malteada y compro
 un feo ESCRITURA DEL NUEVO MUNDO para ver
 lo que los poetas de Ghana están haciendo en este tiempo
                              voy hasta el banco
 y la Señorita Stillwagon* (primer nombre Linda oí una vez)
 ni siquiera mira mi resumen por primera vez en su vida
 y en el GRIFFIN DE ORO consigo un pequeño Verlaine
 para Patsy con dibujos de Bonnard aunque pienso 
 en Hesíodo, trad. Richmond Lattimore o
 la nueva obra (teatral) de Brendan o Le Balcon o Les Négres
 de Genet, pero no lo hago, me quedo con Verlaine
 después de prácticamente irme a dormir con la disyuntiva

 y para Mike simplemente paso por la Licorería
 de PARK LANE y pido una botella de Strega y
 después regreso por donde vine a la 6a. Avenida
 y el tabaquero del teatro Ziegfeld y
 pido de manera indiferente un cartón de Gauloises y
 un cartón de Picayunes, y un NEW YORK POST
 con su cara en él

 y estoy sudando un montón para entonces y pensando en
 reclinarme en la puerta del baño del SPOT 5
 mientras ella susurraba una canción sobre el teclado
 a Mal Waldron y todos y yo paramos de respirar


 *Stillwagon: Traducción textual: carro detenido.



 AUTOBIOGRAFÍA LITERARIA

 Cuando era un chico
 jugaba solo en un
 rincón del patio escolar
 completamente solo.

 Odiaba las muñecas y
 odiaba los juegos, los animales no
 eran amistosos y los pájaros
 se volaban.

 Si alguien me 
 buscaba yo me escondía detrás de
 un árbol y gritaba: "soy 
 huérfano".

 ¡Y acá estoy, el 
 centro de toda belleza!
 ¡escribiendo estos poemas!
 ¡Imagínense!








 CANTO

 estoy atascado en el tráfico en un taxi
 lo cual es típico
 y no sólo de la vida moderna

 el barro trepa por el enrejado de mis nervios
 ¿deben los amantes de Eros terminar estando con Venus?
 muss es sein? es muss nicht sein*, te digo

 cómo odio la enfermedad, es como preocupaciones
 que se vuelven reales
 y simplemente no debe poder ocurrir

 en un mundo donde vos sos posible
 mi amor
 nada puede salir mal para nosotros, decímelo


 * muss es sein? transforma una frase usada por Beethoven:
"muss sein": "¡Tiene que ser!". En cambio muss nicht sein
significa "no hay necesidad", o "no tiene que ocurrir", o "No
necesito eso".




 POEMA

 Johnny y Alvin se van para casa, duermen ahora
 están abanicando el aire con respiraciones desde la misma
                                                        cama.

 La luna está cubierta de gasa y las risas
 no están en ellos. Los barcos tocan la bocina y las gabarras

 tiran un poco, así que el río es movido por una leve brisa.
 ¿Dónde están los buses que podrían llevarlos a otro estado?

 parados en las esquinas; una enfermera aguarda con una cartera
 y un asesino escapa de los detectives tomando un transporte

 público a través de los verdes reflejos del verano.
 Hay demasiada lima en el mundo y poco gin,

 susurran ellos. Los amables son curiosos, pero los curiosos
 no son amables. Así que las respiraciones vuelven a casa
                                                                      y duermen.



 AVE MARÍA

 Madres de América
           ¡dejen a sus chicos ir al cine!
sáquenlos de la casa para que no sepan en qué estás
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
              pero qué hay del alma
que crece en la oscuridad, repujada con imágenes plateadas
y cuando te ponés viejo porque tendrás que ponerte viejo
              no te odiarán
no te criticarán no sabrán
              estarán en algún 
                país encantador
que vieron por primera vez un sábado a la tarde o jugando
                                 al hockey
hasta puede que te estén agradecidos
                por su primera experiencia sexual
que sólo te ha costado un cuarto de dolar
               y no alteró la paz del hogar
sabrán de dónde vienen los caramelos
               y las bolsas gratuitas de
               pochoclo
tan gratuitas como salir del cine antes de que termine
con un agradable extraño cuyo departamento está en el Cielo
               en Earth Bldg   (Edificio Tierra)
cerca del Puente Williamsburg
            oh madres habrán hecho tan felices
            a esos pequeños
que si nadie los pasa a buscar por el cine
ni se darán cuenta
            y si alguien lo hace será puro
                jugo
y se habrán entretenido de verdad de ambos modos
en lugar de dar vueltas por el patio
                      o en sus cuartos
                                     odiándote
prematuramente ya que no les habrás hecho nada horriblemente
                malo 
                     todavía
excepto preservarlos de los placeres más oscuros
                    es imperdonable esto
                               último
así que no me culpes a mí si no querés tomar este consejo
                        y la familia
                           se rompe
y tus chicos crecen viejos y ciegos delante de un televisor
                         viendo
películas que no los dejaste ver cuando eran jóvenes


FUENTE (de AVE MARÍA)
Mark Strand and Eavan Boland. The Making of a Poem.
W.W. Norton & Company, 2000.



 Kenneth Koch (1925-2002), un gran amigo de Frank, co-
menta acerca de la poesía de O'Hara: "Él también mencionaba 
un montón de cosas sólo porque le gustaban- por ejemplo, las gominolas [en la Argentina, a esos caramelos masticables los llamamos "gomitas"]. Algunas de estas cosas no habían apare-
cido antes en la poesía. Su poesía contenía aspirinas, botones 
de Dientes Sanos, y pistolas de agua. Sus poemas estaban lle-
nos de pasión y vida; no eran triviales porque las cosas peque-
ñas eran llamadas en ellos por sus nombres." 
 Koch escribió un largo libro-poema dedicado a Francis (Frank) O'Hara:  Cuando el sol intenta encenderse, escrito en 1953. Y 
la historia de ese poema tan extenso: resulta que cuando llevaba escritas unas 70 líneas, se lo dio a leer a su amigo, y este le dijo
"¿por qué no lo seguís hasta donde llegues?". Y eso hizo.
El poema terminó teniendo 2400 líneas, y entretanto Frank
decidió escribir uno largo también [que se llamó Second Ave-
nue]. Entonces escribían en paralelo y se hablaban por teléfo-
no cada día, leyéndose mutuamente los resultados. Y esto los
inspiró a ambos.

 No es mi intención contradecir a Koch, sólo registrar lo que
la casualidad (de leerlo al día siguiente) y las esquirlas de ca-
da poema-granada producen.
 Escribe Yorgos Seferis, en Cokinarás, el 5 de agosto de 1928,
en un poema que tituló "Carta de Matías Pascal" (el persona-
je de la novela de Pirandello):

 Los rascacielos de Nueva York no conocerán jamás
       el rocío que cae en Kifisiá
 (...)

 Cómo pelea, dioses, la vida por seguir adelante, como 
      un río crecido por el ojo de una aguja.
 hasta de noche cerrada sigue el calor, las estrellas
      despiden mosquitos, bebo ácidas gaseosas y sigo
      con sed;
 luna y cine, fantasmas y un viejo fondeadero agobiante.



FUENTE

The Collected Poems of Frank O'Hara. Alfred A. Knopf,
1970.


La foto de Frank y del manuscrito del último poema, junto
a los comentarios de Kenneth Koch, provienen del bellísimo
libro The Hand of the Poet. Poems and Papers in Manuscript.
By Rodney Phillips. The New York Public Library (¡qué lu-
gar!), 1997.

 La experiencia neoyorkina de Seferis pertenece a "Poesía
completa". Alianza Tres, 1986. Kifisiá es un barrio rico de
Atenas.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

martes, 25 de agosto de 2020

TEMPORADAS



 Dos parejas -desavenidas- de avestruces alquiladas por la
                                          temporada
 Uno de los inmensos caracolares de Guberne, con sus 
                    movimientos a cualquier hora del día o noche
 Montículos repletos de termitas hambrientas de la meseta 
                    Kikish
 Manojos de serpientes mezcladas, sobrantes del Butantá
 El tapir solitario de Mintsa, que se niega a cualquier inter-
                     cambio dentro o fuera de su especie
 Cajones transparentes de alacranes Reales: los famosos
                     "Condes" y "Duques" de los alacranes
 Los cocodrilos gigantes de las ciénagas de Makabudia,
                     con sus pájaros limpiadientes (vienen en
                        grupo, cinco es la cantidad mínima)
 Los arañales de Cziposz, con sus dos clases de redes: las
                     grandes, desprolijas, que descienden en pica-
                         da desde los árboles, y las invisibles para el
                         ojo humano y de algunos insectos voladores
 Pincsines, los pajarillos más pequeños de toda la fauna,
                      millones, del tamaño de un grano de mijo
 Si se cuenta con un pequeño lago artificial, se pueden
                       alquilar turbas de gansos, pavos, cisnes y
                          flamencos por un par de días, una tarde,
                              un rato
 Y si se tiene piscina, un atún de 400 kilos es una verdadera
                       distracción para los niños

 La gente tiene gustos variados, no hay duda de eso.
 Algunos se deleitan alquilando por toda la temporada media
        tonelada de avispas rojas, negras y moteadas,
              que viven en guerra entre ellas y contra todo
              lo que se mueve (y si hay algún alérgico vienen
              y las retiran, sin olvidarse ningún ejemplar, en un
              ratito)


 Y algunos alquilan los pájaros azules de Silimna
   que vienen en grandes jaulas de tapa y piso de madera
   y barras metálicas cilíndricas, separadas entre sí a la
   distancia justa para que los 300 y pico de ejemplares
   entren y salgan a gran velocidad, todo el día
   Por la noche conmueve verlos quietos, en sus perchas,
   uno junto al otro, como en formaciones -para este lado,
   para aquel- mirando con recelo a los observadores, por-
   que descansan, pero no duermen
   No aceptan -furia que aterra- ni agua ni comida
   Uno de los orgullos de la especie es que se los proveen por 
         sí mismos; el otro es su color azul pintando obras maes-
         tras en el aire incesantemente, que duran un segundo o,
         con mucha suerte, dos.

  


                     
                    

lunes, 24 de agosto de 2020

VIAJAR POR UN RÍO PESADO


 como es que se encontraban en una barca, llamativamente
pesada, tanto es así que el borde apenas sobresalía de la
superficie del agua, que también parecía pesar mucho más
de lo que pesa de común el agua. Y todos ellos tenían que 
remar con fuerza para mantener a la barca andando, ya que
de lo contrario, con toda seguridad se hundiría irremisible-
mente en poco rato.
 Les llevó un buen tiempo descubrir parte del lastre y ese
descubrimiento, producto de un fenómeno inexplicable
como lo es el súbito y breve aclaramiento de las aguas de 
un río barroso, que por otro lado podría haberse llamado el
"Tigris", por la velocidad de su cauce, los condujo de inme-
diato a conocer mejor la verdadera condición en la que se encontraba su viaje, ya que lograron ver en la proa de la
embarcación un par de caballos hundidos, pero aún colgando
en cierta forma de sus varas, con los arreos puestos, aparen-
temente exánimes por el esfuerzo que ellos también debían 
realizar en esas condiciones especiales.
 De manera que no tuvieron más remedio que conjeturar que
la supuesta barca era en realidad un carro, y que no solo de-
bían remar 'por la barca', sino también por el peso de los ca-
ballos y el tiro, ya que las orillas del río estaban pobladas 
de colonias de caimanes, que si bien parecían dormidos,
se mantenían en una actitud de sobreentendida vigilancia. 
 Enseguida dedujeron también que debajo de la barca irían las
ruedas con sus ejes y radios, pesadas como rocas de monta-
ña, por lo cual redoblaron sin pensarlo sus esfuerzos sabien-
do que era más que improbable, a la velocidad que llevaba
el río, lograr en algún momento trepar a la costa por esas
entradas que si bien son muy raras se encuentran a veces
en una curva pedregosa, conduciendo a la tierra firme y seca,
cosa que hubiese generado una algarabía inmensa en los sacrificados tripulantes de la barca-carro.

domingo, 23 de agosto de 2020

YO, ROBERT LOWELL

     


  Yo, Robert Lowell, rara vez en pleno dominio de mis
facultades anímicas, para beneficio de la poesía
y perjuicio de las vidas habituales,
declaro haber ajustado cuentas con los romanos:
hablé del Maxentis fall, y del Edicto de Milán -año 312-
por el cual el cristianismo fue instituido como religión
oficial del Imperio.
Luego salté unos cuantos siglos, observando que la escritura
es un formidable vehículo para eso,
pero sin olvidar que "la letra mata, mas el espíritu vivifica."(1)
Letra y lengua me llevaron a Job quien se pregunta con crudeza:
"¿Sacarás tú al Levitán con anzuelo, o con cuerda que le eches
en su lengua?"(2)
Extraño, porque algunos años antes, hablando de la pesca,
yo había escrito estas líneas: "Sólo las truchas arco iris
de boca sanguinolenta se alzaron hasta mi carnada."
¿Está todo unido en alguna parte, más lejos, más cerca,
o es este estado de mi mente el que recoge los rastros
casi sin darse cuenta?
Entonces sentí que una metamorfosis estaba operando
en mi sistema vital: me quité la ropa del historiador,
justo cuando estaba frente a la puerta de la vieja casa
de mi padre. ¡A tiempo de presenciar sus últimos días,
de contar el infortunio que hay en el  matrimonio -estas
palabras ya son mías- a tiempo de ir a traer el cuerpo 
de mi madre en barco desde Rapallo, en pleno invierno.
"El cadáver estaba envuelto como un panetone en papel
de estaño italiano", escribí, reconociéndome sin necesidad
de ningún espejo. 
Había pasado imperceptiblemente -al cruzar ese umbral-
de La Historia a mis historias. Estaba en mi río del tiempo
y escribí, en ese estado nuevo: 
"Las tortugas envejecen, pero nadan amorosamente,
fósiles medio congelados, caballeros errantes
con armaduras salidas de un sueño absurdo."
Creo que sin querer estaba hablando de mis viejos trajes.
¡Rapallo! ¿Cuánto tiempo vivió allí el viejo sabio
que fui a visitar al hospital psiquiátrico?
Ese que había escrito un verso que parecía una simple
revelación, una de esas revelaciones que deberían servir
para transformar vidas:
"sólo la emoción perdura", había dicho el poundiano.


(1) Epístola de San Pablo a los Corintios.
(2) Job 41.1

jueves, 20 de agosto de 2020

UN TEXTO DE SEMEZDIN MEHMEDINOVIC

                      


                 MARCAS DE DIENTES EN LA MANZANA
                 (ACERCA DE LA TRADUCCIÓN POÉTICA)

 Mientras permanecía como invitado en una hermosa casa del
St. Mary's College junto al lago, pasé la tarde en la compañía de jóvenes profesores que discutían el Holocausto, y cuando quise
fumar -salí, y ahí fue cuando Sanja tomó algunas fotos de la ca-
sa... Cuando los jóvenes profesores partieron levanté una man-
zana, pero el sabor me repelió y, sintiéndome culpable, la puse
de nuevo en el cesto para que las marcas de los dientes se 
ocultaran.
 Por la noche estoy leyéndoles mis poemas a los estudiantes
que preguntan: ¿qué pienso acerca de traducir poesía? Siempre
me preguntan eso y yo respondo -como siempre respondo- que
conocí a un amigo, ayer o el día anterior, un americano de Ale-
jandría que ahora vivía en Sarajevo, y me dijo en el restaurante,
de la nada, "Cuando hablo en bosnio fumo, y cuando hablo en
inglés, no lo hago", así que uso sus palabras para salir y encen-
der uno.
 Pero más adelante -cuando regresé a la casa de campo, no me
dí cuenta, pero Sanja dijo: "Hay alguien en esta casa," así que
presté atención y sentí pasos sobre las tablas del piso, alguien
abría la puerta de la heladera; y entonces yo prendo la luz y,
sin tener opción, bajo las escaleras. En la espaciosa habitación
de la planta baja: nadie; entro a la cocina: nadie; abro la hela-
dera, la cierro, regreso... -Pero cuando apagué la luz, las pisa-
das empezaron de nuevo, el piso rechinaba; Sanja logró dor-
mirse pero soñó que se despertaba y encontraba una lata llena
de lombrices vivas bajo la almohada.
 Con prudencia le pregunto a Jules Boykoff, que enseña litera-
tura en el St. Mary's College, acerca de los sonidos de la casa,
y él me dice: sí, ha oído acerca de eso, "Pero", dice, "no espe-
raba que te sucediera a vos también."
 Dejé la película para revelar hoy, en la esperanza de que las
fotos pudieran revelar una señal, una forma, la cara del "inqui-
lino de la casa"... Las fotos están sobre la mesa ahora, despa-
rramadas ante nosotros; en cada una de ellas está, por supues-
to, la casa y en cada una de ellas, en la sombra del porche -ahí
estoy en una nube de humo de cigarrillo: pero si me ignoramos
no hay nada más ahí. Yo digo, "No hay nada ahí..." Y Sanja
dice: "Hay, pero se rehúsa a exponerse." No sé. Puede que ella
tenga razón. Creo que traducir poesía es posible hasta un cierto
punto pero una parte siempre permanece oculta. De todo yo es-
pero - todo, y de una manzana espero al menos dos bocados.


 Versión al inglés (del bosnio) por Alexander Hemon.


 El poeta bosnio Semezdin Mehmedinovic nació y vivió en
Sarajevo. Allí soportó el asedio serbio durante la guerra ser-
bo-bosnia, entre abril de 1992 y diciembre de 1995. La capi-
tal bosnia sufrió un duro asedio, hubo masacres étnico-religio-
sas, y finalmente los serbios fueron derrotados (ya estaban en
una guerra con demasiados frentes). Después de eso, Mehme-
dinovic migró a Washington DC. Como le sucediera a otro mi-
grante -Joseph Brodsky- buena parte de su actividad poética 
se vio cruzada con el problema de la traducción. Entre los ex-
tremos que representan Robert Frost, por una parte -alguien que nunca cambió de territorio ni de lengua-: "Poesía es lo que se pierde en la traducción"- y Brodsky, que sufrió en carne propia tener un pie en cada orilla lingüística, y que definió: "Poesía es 
lo que se gana en la traducción", este poeta bosnio, a través de
la metáfora de la manzana, establece su posición.


FUENTE

Poetry (Magazine). April 2006. The Translation Issue.

Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)

martes, 18 de agosto de 2020

LA PRINCESA-POETA SHIKISHI (S. XII)

                                                 
                                                    La Princesa Shikishi
                                                  Imagen de Mauvemylord
                                   on DeviantArt

 
 Entre los mayores poetas de fines del siglo XII, se encuen-
tra la Princesa Shikishi (Shikishi Naishinnô), hija del Empe-
rador Retirado Go-Shirakawa (1127-92). Lo más sorprenden-
te de esta poeta es que no participando de los frecuentes con-
cursos de poesía del Imperio -una tradición muy fuerte, que 
ayudó enormemente a construir una cultura poética que en su momento era de las más importantes del mundo, y que ha si-
do la fuente de la gran poesía japonesa a través de los siglos-, 
49 de sus poemas fueron seleccionados para formar parte del 
Shin kokinshû. Esta es una de las Grandes Antologías, otra 
fuente fundamental para cimentar la tradición poética de esa nación. La Princesa Shikishi es sumamente versátil, sin dejar 
de apegarse a la tradición. Por eso sus poemas también giran alrededor del ciclo de las cuatro estaciones, dándole frescura 
a los antiguos tópicos, como el arribo de la primavera, el
desperdigarse de los pétalos de cerezo, el amado ausente, la 
luna iluminando la noche, y el perfume de los naranjos silves-
tres en el verano. Alguien ha dicho que la poesía de Shikishi 
es una combinación de los ideales de Fujiwara no Shunzei 
(1114-1204), quien aparte de ser uno de los mayores creadores 
del tanka -la tradicional forma poética japonesa que precedió al haiku- ha sido un profundo pensador y crítico de ese género. 
Esos ideales son el yügen y especialmente el enla belleza romántica asociada con la composición formal de la corte.
 Se supone que la Princesa -a quien también se la conoce por
los nombres de Shikiko, Shokushi y Noriko, nació en 1149.
La fecha de su muerte (1201) sí es exacta.
 Nunca contrajo matrimonio. En los últimos años de su vida
se convirtió en una monja budista.
 Forma parte de los llamados "Nuevos treinta y seis inmorta-
les" de la poesía japonesa.





 1

 Aquí en lo profundo de las colinas,
 mi puerta de pino nunca podría saber
   que ha llegado la primavera-
 sino por un hilo roto
   de joyas de la nieve derretida.


  2

 Olvidando que él no puede saber,
 me encuentro al caer la noche
   lamentando mi destino-
 consciente sin embargo de que yo sola
  sé que nuestro tiempo está pasando.


  3

 Aquí estoy, esperando
  pero tratando de evitar que mi corazón
        escuche,
 mientras ignora mis esfuerzos-
 ese viento soplando sobre los juncos.


  4

 En la quietud 
    que viene con cada nuevo amanecer,
 miro con tristeza
  a aquellos que aun duermen
   en la oscuridad de la profunda noche*.

 * "La oscuridad de la profunda noche" se refiere
a aquellos que viven en este mundo sin el benefi-
cio de la iluminación budista.


  5

 Aún en mis sueños
   las brisas siguen soplando
     a través de desdibujadas flores-
 impidiendo cualquier sensación de calma
   a mi siesta en un día de primavera.

 Otra versión:
  
 Con las flores del ciruelo del cerco
 visitando mis mangas,
 los sueños mientras dormito
 se disipan en mi almohada

     

  6

  La clase de lugar
    donde el camino de las pisadas de un viajero
 desaparecen en la nieve
 es algo a lo que te acostumbras-
 tal lugar en este mundo nuestro.


   7

 ¡Ah, cómo he deseado
   que algo más que flores
     me diesen consuelo!
  Dispérsense, entonces- estén tan distantes 
     como yo mirándolas.


   8

  El agua fragante en mis manos,
  la rastré contracorriente,
  donde encontré la fuente
  bajo un naranjo
  en flor

 *Poema en respuesta al de Ariwara no Narihira

    ¡Inaudito aun en la era 
    de los poderosos dioses:
    tiñendo las aguas
    del río Tatsuta 
    en carmesí de Corea!


   9

  Ligeramente como la fogata
    de un pescador en alta mar,
    lo vi
    y desde entonces
    he estado enamorada


  10

  De noche cuando,
   sola,
   dejo mi aldea,
   sé que al menos la luna
   vendrá a despedirme


  11

  Aquí en el crepúsculo
   mientras el viento va pasando
   sobre las hojas de los juncos,
  me olvido por un momento
   que últimamente él ha dejado de venir.


  12

  Idas las flores,
  no busco ningún color en especial
    mientras miro a lo lejos-
  y entonces desde el cielo vacío
    la lluvia de primavera comienza a caer.*

 * Este poema alude al de "El Diario de la Dama Ukyô
Daibu":

  Mi corazón a la deriva
     sin rumbo fijo, con inseguros pensamientos,
  miro al cielo-
  a las nubes que no me dan ninguna pista
    de que haya un final a la vista.


  13

 Me acostumbré a la puerta de pino    
   sin cerrar,
 dejándosela a la luz de la luna
   que cada noche 
 cruza el Río del Cielo


  14

  Los días se acumulan;
   cuanta más nieve cae,
     más humo brota de los hornos de carbón
   desolada
     en la aldea 
       Ôhara


   15

 "Estoy muy enamorada, pero mírame,
     sobreviviré a todo esto"-
         eso no es lo que dije
             y tú lo sabes.


  16

   Esperándote, 
     no he entrado en mi alcoba.
       No dejes de brillar
          sobre mi puerta de ciprés,  
             luna en el borde de la colina


  17

  Hilo de cuentas*,
    si debes romperte, rómpete. 
     Si duras más tiempo,
        mi resistencia
            seguro se debilitará.

 * El hilo de cuentas ("string of beads"), o de abalorios, o
hasta de perlas, es una metáfora de la vida.(1)


    



  
 FUENTES

 Steven D. Carter. Traditional Japanese Poetry. An Antholo-
gy. Stanford University Press, 1991.



 Hiroaka Sato and Burton Watson. From the Country of Eight
Islands. An Anthology of Japanese Poetry. Anchor Books,
1981.




 También existe este libro que desafortunadamente no tengo:

Princess Shikishi. String of Beads. Complete Poems of P.S.
Translated by Hiroaki Sato. Shaps Library of Translations,
1993.

  
NOTA

Y al rato me cruzo con estos versos del poeta bosquimano
Dia!kwain (1844-1876), que pertenecen al dialecto katkop:

 A la tierra la siento como si estuviera abierta ante mí,
 porque la cuerda se ha roto para mí,
 Entonces,
 a la tierra no la siento agradable para mí,
 debido a esto.

 ¿La cuerda de la que hablaba Shikishi hace 800 años, es la
cuerda que menciona Dia!kwain, un joven bosquimano que
murió a los 22, más de mil años después?

(El poema de Dia!kwain aparece en "51 Poetas. Antología
íntima", Selección, introducción y notas por J.M. Coetzee,
2015.)
 Ayer releí una entrevista a Justin Cartwright, uno de mis es-
critores preferidos, que lamentablemente murió en diciembre
de 2018, en la que comentaba su admiración por su compa-
triota Coetzee. "Creo que es un maravilloso escritor. Pero hay
en el canon del trabajo, esa escritura del apartheid- como lla-
mamos a los escritores Sudafricanos blancos por no tener un
término mejor- una marcada falta de humor." Cartwright es-
cribió su libro más autobiográfico acerca de este tema: White
Lightning, que no ha sido traducido al castellano -como la ma-
yor parte de su magnífica obra.
 Olvidé mencionar que la asociación provino de que los bosqui-
manos (nombre impuesto por los afrikáans, ellos se llaman a sí
mismos san, basarawa, o !kung), en una proporción menor, vi-
ven en Sudáfrica.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


Otros textos vinculados:

LOS "TANKAS" DE IZUMI SHIKIBU

UNA LUNA PARA OCHO ISLAS: TANKAS JAPONESES DE 8 SIGLOS

POETAS JAPONESAS DEL SIGLO VII AL XIII