jueves, 31 de enero de 2019

DE "EL LIBRO VACÍO"

                                     

                        EL NIÑO ALBINO

                       El niño albino
                       frunce el ceño
                       está tan lleno de luz
                       que no soporta
                       ni un soplo más
                       de claridad

                       ya está al borde
                       al tope
                       y despojado de palabras 
                       teme el inminente
                       rebalse

                       sabe que su dique
                       es una piel
                       y que sólo 
                       una enorme 
                       helada
                       oscuridad
                       puede ampararla



 Algo acerca de "El libro vacío"




Estas son silicuas de jacarandá. Su misión, que es muy nítida
en este sentido, ha sido cumplida. Las semillas ya han sido 
transportadas a salvo hasta la tierra fresca. Las silicuas per-
manecen vacías. Como bocas cuyas palabras ya han sido di-
chas.

"Vacía", en este caso, no significa para nada carente de be-
lleza. 

Ahora su belleza es un grado inefable de modestia.
Podrían pasar desapercibidas hasta disolverse del todo en la
tierra. El tiempo, para una silicua vacía, no constituye un
rival a vencer. 
Por el contrario: podría muy bien postularse como una prue-
ba palpable de la existencia del tiempo. 
Está, a la vez, hecha de una maravillosa indiferencia.



LOS VICZXYS

 Tienen un idioma cuyas letras se pelean unas con otras.
De esas mezclas -porque lucha y sexo son parientes cer-
canos en esas costas- ha surgido una raza de lengua con-
trahecha, un amasijo de fuerzas en pugna, verdaderos 
torbellinos de sentidos y direcciones, con los cuales tie-
nen forzosamente que entenderse entre ellos. Bueno, en-
tenderse es un término que, en su lengua, podría desatar
una guerra de risas desencajadas. Y sí, han tenido y tie-
nen numerosas guerras de todas clases. Si casi no han 
tenido otra cosa. Sus escribas, a cuchillo entre los dientes 
se ven confrontados a defender lo escrito con su vida.
¿Pero es que hay poesía entre los VICZXYS? Considé-
rese que es una lengua en germen permanente, una len-
gua en la que se enfrentan ramas y raíces, brazos y pier-
nas, para decirlo de algún modo. "Un poeta en VICZX-
YA", suele decir un amigo mío, "tiene la suavidad de la 
que es capaz un tornado." Quiere decir que alza algo con 
la punta de los sentidos, una persona, un galpón, un lago, 
y lo deposita en un campo de girasoles a 50 kilómetros de 
distancia.
 Ahí no se cree en el azar, se lo crea de manera... ¡Qué
gracioso, estuve a punto de decir "constante"! No exis-
te, por supuesto tal cosa, en esos lares. Si entre nosotros
los más atrevidos propusieron como tarea extrema "fijar
vértigos", a los VICZXYS, que viven en lo vertigino-
so, les parece la tarea más heroica e improbable lograr
"fijar algo".
 De más está decir que no lo han conseguido. Allí una
reminiscencia se arroja de inmediato a un combate sal-
vaje con una reivindicación, un atisbo le prende fuego a
una perplejidad. 
 Es difícil para ellos. La más simple de sus palabras es
una tenaza, una anguila eléctrica, una manga de langostas,
una pandilla de pirañas. Lo lógico sería que ya no hubiese
VICZXYS de ninguna clase. Pero ahí están. Todos están
repletos de cicatrices, pequeños o grandes faltantes corpo-
rales, trazas de mordiscones, golpes y arañazos. Pero an-
dan. Andan por ahí tratando de no encontrarse. Pero lo
inevitable sucede mucho más a menudo de lo que se po-
dría creer y, como al fin y al cabo todo el mundo, de algu-
na manera u otra se las arreglan para seguir andando.



DE "EL LIBRO CON RÍO"

 Abrió un libro con río

 enseguida la casa se llenó de intrusos
  que atravesaban las paredes
     como si fuesen invisibles
 enseguida también y además se prepara un viaje
     ¿colectivo?
    y la gente de la casa 
            arma valijas
                numerosas 
y baúles cubiertos de etiquetas
          con manglares y serpientes
              con placas robadas
                 de calles que muy posiblemente
                       hayan dejado de existir
                           al perder el nombre
mientras tanto giran los clientes 
      en esas tiendas
        sobre pequeñas plataformas 
                 circulares
                    que los llevan de una punta a la otra
                exponiéndolo todo a su mirada
                    y giran como muñecos
       ¿y quién está vivo en esas
              dependencias que imitan
                    lo fastuoso 
                       y presentan infinidad de objetos
                            nuevos y brillosos
                             que anhelan ser tocados 
                                   en su espera codiciable?
mientras la noche 
             gira afuera como una cinta transportadora
                  cambiando los personajes
                       las mujeres de piernas como obuses
                 los señores que creen saber quesloquebuscan
los autos hacen chirriar las cubiertas
               en las cintas de asfalto
                      manos en los volantes
                            manos creyentes
                  ¿no dirigen el rumbo, acaso?
en este momento
     alguien sale de ese salón iluminado
        para arrojarse al tren, al río, a la soledad
            inmensa de su cuarto
el cuarto insoportable en su cabeza
              todo esto, Señor
                    todo esto, sí, Señor
                         ¿por qué nos has dado?
y todo el resto
        y todos los que duermen
                y todos los que sueñan
                      y todos los que no pueden dormir
                          y están sentados a la espera 
                             del desistimiento de sus preocupaciones
y están aquellos que se disfrazan una última vez
            ante el espejo grande
               antes de desparramarse en una cama
                  que podría ser un bote desmayado 
                     en un océano
                            de olvido
                                 y de rabia

domingo, 27 de enero de 2019

DE "UN LIBRO INHALLABLE"

                               LA FRONTERA

 Todos, en voz baja, la llaman "la frontera". Pocos la han
visto, pero todos hablan de ella. Cuando pueden, cuando
están seguros de que no los oye nadie, cuando no dan más.
Y, hay que admitirlo ahora que la hemos visto, que la fron-
tera existe. Lo que pasa es que es una frontera móvil, y lo
otro que pasa (¡justamente hablando de fronteras!) es que
su tamaño... es minúsculo. Imposible que pase por ella un
cuerpo humano. No, al menos, en una sola pieza, o sin 
ser interminablemente aplastado. ¿Un enano? ¿Un niño
de un año? No, sin duda no. Digamos que es una frontera
para cartas. ¿Encomiendas? Mínimas. Perdón, según lo
que se entienda por encomienda. Raciones de algo, en una
palabra. Y ese fragmento de frontera es lo único que queda
después de lo que ya sabemos. Esa delgadísima ranura.
Casi siempre cerrada. Se la persigue, la mayoría de las ve-
ces no se la encuentra, se juega uno la vida porque es im-
probable ocultar las intenciones del que busca la frontera.
Hay que llegar a un punto. Móvil, como dijimos. Ágil, 
como no llegamos a decir. Cambiante. Llegar en el momen-
to preciso. Una aguja en un pajar. Y hay que ser diestro: sa-
ber arrojar la carta para que atraviese el aire agitado de la 
minúscula frontera y vaya a dar del otro lado.
 ¿Y qué hay del otro lado?
 ¿Alguien lo sabe?
 ¿Es el anverso de la ranura la línea de fractura de un 
océano?
 ¿Espera allá el cuerpo completo de censores y asesinos
en su garita-pabellón de vigilancia?
 ¿O flota la simple carta en plena antimateria, sorbiéndonos?

 Pienso en dos cosas. Nada que ver, ¿eh?, pero es lo que
se me ocurrió hace un momento:
 El picotazo de un ave de caza justo debajo de la línea de
superficie de un lago dormido
 Una taza de porcelana junto a la ventana abierta, el asa
decapitada, pero es primavera

viernes, 25 de enero de 2019

UN TEXTO DE "UN LIBRO INACABABLE"

 

 DE TRANSICIÓN

 hasta que no se durmiesen los demás
 una especie de sello
 en la nuca
 el nudo desnudo
 y vulnerable

 fue de la partida
    estuvo
 la camioneta iba a gran velocidad
 zigzagueando 
 por el campo nocturno

 había que levantar espanto

 un pájaro grande
 un pez/pescado grande
 no hay dos expresiones para pájaro vivo y muerto

 algunas de sus frases de entonces
 se nota que están hechas
 bajo una lupa
 a otras se le notan los montantes

 todo es desvarío
 puro y duro
 en el mejor de los casos

 eso lo escribió con la afiladora

 alguien lloraba en la oscuridad
 apoyado en la mesa grande
 el perro lo sintió llorar
 pero como los perros no fingen
 igual se durmió, apoyando
 la cabeza en los brazos

 locamente triste esta alegría
 ¿no te parece?

 el deseo mil veces retorcido 
 en su secreto
 y el secreto mil veces escondido
 en su deseo

 una frase que le pareció ajena
 recorrió con imagen y todo
 el canal de su mente:
 native silver




miércoles, 16 de enero de 2019

DIEZ POETAS RUSAS Y UNA MÁS

    
                            Estatua homenaje a Marina Tsvietáeiva

   Siempre hay más poetas rusos para descubrir. Y más
poetas rusas, también. De esa fuente al parecer inago-
table, voy extrayendo nombres y versos, historias y vi-
siones. Como si fuese cierto que podemos 'comunicar-
nos'. Que algo puede, en efecto, pasar de uno a otro, sin
perderlo todo en el camino. ¿No es acaso ése el gran in-
tento?
  

  LARISA MILLER. 1940. Muy reconocida. Vive en Mos-
cú.

   LLENEMOS EL FORMULARIO

 Llenemos el formulario: fecha de nacimiento-
 ése es el inicio del engaño,
 el comienzo del delirio o sueño...
 El problema es claro, parece.
 Y en la casilla debajo de la fecha
 damos nuestra dirección y número de teléfono;
 a la izquierda -nuestro sexo, abajo a la derecha
 damos nuestra nacionalidad,
 luego viene la firma. Bueno, ¿es más clara la vida
 ahora y cómo manejarla?



  OLGA IVANOVA.  Moscú, 1965. A veces publica bajo
el seudónimo de Polina Ivanova.

  ¿SOSTENGO AL PASADO EN MIS MANOS?

 ¿Acaso sostengo al pasado en mis manos
 Tal vez
 Un poco demasiado firmemente?


  EL TIEMPO

 El tiempo vuelto del revés
 Cuelga de mí
 Como mangas vacías


  ENCUENTRO

 Me encuentro conmigo misma de nuevo cada día
 Nunca me dejo sola
 Ni estoy fuera de la vista ni por un segundo
 Así que simplemente fallo en entender
 Qué pudo haber sucedido con
 Esa cara
 Que me mira 
 Desde viejas fotografías




   INNA KULISHOVA. N. en Thilisi, en 1969. Muy ad-
mirada por Joseph Brodsky.


 OSCURIDAD TOTAL

 Oscuridad total. 
 La luz de la cocina está apagada,
 y la gente se irá al cuarto.
 La ventana cerrada,
 prenden la tele, donde un poeta
 (muy amado) dice que todos vamos a morir
 y sin embargo
 algo permanecerá, sólo un rastro.
 Aunque no fue él, de ningún modo,
 él no, quien dijo esto. De inmediato,
 todo es olvidado. Pero
 eso no importa. La cosa más importante, un rastro
 permanecerá. Y para apreciar 
 esto no vale los días
 que pasan tan velozmente, los años, hace tanto tiempo.
 Y ni siquiera vale
 vanidad de vanidades.
 La cosa más importante es el rastro.
 Que es de noche, oscura. Que es tarde.



 VERA PAVLOVA. Moscú, 1963. 

 MADRE

 Lo más gracioso de todo fue el parto.
 -Andá,- gruñó la enfermera
 y la envió al pasillo.
 Ella se sostuvo la panza desde abajo, y salió.
 Caminó, caminó, de pronto - un espejo,
 y en el espejo -una panza
 en una camisa hasta el ombligo,
 sobre delgadas, temblorosas
 piernas de lila.

 Se rió durante cinco minutos.
 Después de otros cinco dio a luz.


 Y DIOS VIO

 Y Dios vio 
 que estaba bueno
 Y Adán vio
 que estaba excelente
 Y Eva vio
 que estaba pasable



 OLGA KHVOSTOVA. N. en Maili-Sai Sai, en 1965.

 DÍA

 ¿Por qué vos, llegando al mar, te sentás junto al río
 del tiempo, lavándote los pies en él, machucándote los sesos,
 alzando tu ganchuda nariz hacia el cielo? 
 Durante muchos días no hay un miau ni un ladrido.
 Como este río, esta agua,
 el silencio crece en vos como la barba en un paisano
 y mientras un erizo de mar o una estrella 
 salen flotando del fondo
 vos pensás
 'Síííí',
 qué voraz es el tiempo, la manada de cuerpos
 se ha ido por un momento, desapareció
 entre los botes de remos y las goletas
 las Sirenas sollozan en su último viaje.
 los delfines catapultan.



  NEGAR. (Negar Hasan-Zadeh). N. en Bakú, en 1975.

 PERDONAME 

 Perdoname que abrí silenciosamente tu puerta,
 sin golpear entré a tu destino,
 que prendí el fuego pero luego se enfrió.
 que busqué pero no encontré.
 Perdoname porque confié, no conocí la vergüenza,
 que te encanté con mi audacia.
 Perdoname que me haya convertido ahora y por siempre
 en una cicatriz indeleble en tu alma.
 Perdoname por la risa, perdoname por las lágrimas,
 perdoname por la sinceridad que vos no aceptaste.
 Perdoname, querido, por los sueños rosados,
 por el que nunca me entendieras.
 Perdoname todo en el presente,
 perdoname todo en el pasado
 que por casualidad siguió en tus talones,
 por mi abrir una vez tu puerta.
 bueno, ahora la cerraré de un golpe detrás mío.



 INNA LISNIANSKAYA. N. en Bakú en 1928 y murió
en Haifa en 2014. 

 ENTRE ESPERANZA Y FRACASO

 Entre esperanza y fracaso-
 y árboles con espuma en los labios-
 la cama se acordaba de cómo la noche había pasado.

 El cuaderno recolectaba cómo había pasado el día,
 como pasaba la vida: nieve y pétalos caídos.
 Cómo pasa la muerte, polvo y cenizas no olvidarán.



OLGA MARTYNOVA. Nació en Siberia, en 1962.

 QUÉ SABE EL RÍO

                                 En el corazón de este negro mundo
                                                 Cubierto de interminables jardines-
                                                 Mira: en uno la mañana sin abrir
                                                 Se alzó, y esto, cerrado por la noche.


 ¡Qué sabe el río de su propio lecho,
 O la araña de la telaraña?

 ¿Qué sabe una tela de un cuadro?

 ¿Quién sabe lo que cualquiera entiende o necesita?
 En este oscuro abismo, todo
 es aterrador y amable al mismo tiempo.

 ¿Qué sabe el telón de fondo acerca de la seda?

 Estamos en la oscuridad, escondidos
 vacío lleno de cantos, lamentos, silbidos
 y el chasquido de los dedos.

 Escucha.



 EVELINA SHATS. Nació en Odessa y ha vivido muchos
años en Italia, escribiendo poesía en ambos idiomas.

 DUERME PROFUNDO, QUERIDO POETA

                                      "No me gustan los hombres que dejan detrás
                                                          un humeante rastro de mujeres llorosas."
                                                           (Auden)

                        Dejaré de lloriquear
           no dejaré, lloriqueando, un humeante rastro
                así que el amor no incordiará a Auden
                  así Joseph puede dormir profundo
         el sueño de un genio y salvar al mundo con su
                     rigurosa -casi delirante-
               desesperada dedicación a la palabra


[Joseph por Brodsky]



 NATALYA GORBANEVSKAYA. N. en Moscú, en 1936,
fue una activista de los derechos civiles. Murió en París,
en 2013.


 ALGUIEN TELEFONEA

 Alguien telefonea, me llama durante la noche.
 Alguien quiere oír mi voz, pero él mismo
 ha buscado refugio en el receptor, ni un suspiro,
 su alma comprimida entre el hombro y la oreja.


 FUENTE


 Valentina Polukhina (Ed.) Russian Women Poets.
Modern Poetry in Translation. N° 20, 


 Y UNA MÁS: IRINA RATUSHINSKAYA
 Nacida en Odesa en 1954, fue encarcelada en Rusia por
sus actividades disidentes y se exilió del país en 1986.
Es autora de varios libros de poesía y dos autobiografías.

 VIVIRÉ Y SOBREVIVIRÉ

 Viviré y sobreviviré y me preguntarán:
 Cómo me golpeaban la cabeza contra un caballete,
 Cómo tenía que congelarme durante las noches,
 Cómo mi pelo empezó a encanecer...
 Pero yo sonreiré. Y me rajaré alguna broma
 Y apartaré la invasora sombra.
 Y le rendiré homenaje al seco septiembre
 Que se convirtió en mi segundo alumbramiento.
 Y me preguntarán: "¿No te duele recordar?"
 Sin decepcionarse por mi directa ligereza.
 Pero los nombres del pasado detonarán en mi memoria-
 Potentes como un viejo cañón.
 Y hablaré de la mejor gente de toda la tierra,
 La más tierna, pero también la más invencible,
 Cómo dijeron adiós, cómo fueron para ser torturados,
 Cómo esperaron las cartas de sus seres amados.
 Y me preguntarán: qué nos ayudaba a vivir
 Cuando no había ni cartas ni noticias- sólo muros,
 Y el frío de la celda, y la cháchara de las mentiras oficiales,
 Y las enfermantes promesas hechas a cambio de la traición.
 Y hablaré de la primera belleza
 Que vi en cautiverio.
 ¡Una ventana cubierta de escarcha! No mirillas, no muros,
 No rejas de la celda, no el dolor largamente soportado-
 Sólo una resplandor en una pequeña hoja de vidrio,
 La trama sinuosa de encaje- ¡nada más hermoso podía ser
        [soñado!
 ¡Cuanto más claramente mirabas, más poderosamente flore-
        [cían 
 Todos esos bosques forajidos, esas fogatas y esos pájaros!
 Y cuántas veces había un clima de amargo frío
 Y cuántas ventanas destellaban después de aquella-
 ¡Pero nunca se repetía la agitación del arco iris de hielo!
 Y de todos modos, ¿de qué me serviría ahora,
 Y cuál sería el pretexto para ese festival?
 Un regalo así sólo puede recibirse una vez,
 Y una vez es probablemente suficiente.


  (De la versión en inglés que hiciera David McDuff)

 FUENTE

 Wayne Miller and Kevin Prufer. New European Poets.
     Graywolf Press, 2008.


   Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)              


domingo, 6 de enero de 2019

LOS LIBROS QUE MÁS ME GUSTARON

 Tuve que elegir esa palabra. Es una palabra usurpada por
ciertos medios masivos de "comunicación". Como dice un
filósofo coreano que se ha formado en Alemania, esta es la
época de los "me gusta", sin la opción de "no me gusta".
 Pero usaré este término a pesar de esa forma alienante que
ha cobrado. Porque lo utilizo de otra manera: una manera 
muy amplia. Que engloba desde lo que me gusta un poco,
lo que me afecta profundamente, lo que me emociona, lo
que me cambia la manera de ver el mundo, de pensarme, de
escuchar a los otros, y eso. También incluye aquello que me
ha gustado de una vez y para siempre, los libros que releo sin
cansarme nunca de ellos. Los libros. Es tanto lo que tendría
que decir acerca de los libros que prefiero este ejercicio, con
todo lo que muestra y oculta, sugiere y tienta, a enhebrar una 
serie de pensamientos teóricos tanto acerca de la literatura co-
mo de la lectura. 
 Una lista que se inicia con los que han sido los libros "capi-
tales" en mi vida, aquellos que más me han movido. Luego,
aquellos libros que me han gustado mucho, que me han pro-
porcionado mucho placer. O goce -en el sentido psicoanalí-
co, y siguiendo la división que estableciera Roland Barthes
en "El placer del texto" -¿dónde si no?- entre aquella litera-
tura que es armónica con los modos lógicos o habituales del
pensamiento, llamados del orden del placer, versus aquellos 
que nos desordenan, alteran nuestra lógica, generan una sen-
sación de anomalía, llamados textos del orden del goce.

 Finalmente, una lista de libros que me han gustado de distin-
tas maneras, en distintas épocas de mi vida, sin llegar a esta-
blecerse a lo largo del tiempo. 

 Las listas muestran los huecos, así como los textos mues-
tran lo no dicho. En este caso, lo no leído. O lo que leí y no
me movió. O no lo leí bien. Y así indefinidamente. De mane-
ra que una lista, que parece destinada justamente a definir
alguna cosa, termina siempre fracasando.

 Alguien, no cualquier alguien, decía que una de las mejores
maneras de recrear el pensamiento de un hombre sería recons-
truir su biblioteca. Es muy posible. Sin embargo, esta lista es
una biblioteca dentro de la biblioteca. Algunos de estos ejem-
plares ni siquiera están ya en mi biblioteca. Sólo en el recuer-
do. Lo que es muy difícil de rearmar es la manera en que ese
hombre ha leído esos libros. No siempre la atención o la sen-
sibilidad están en el mismo nivel. Todo es tan variable, que
en este barco que se sacude en las mareas, va, vuelve, gira,
viaja, se pierde, reencuentra, hace puerto, naufraga, cualquier
forma de identidad firme es casi una broma. Si no nos gene-
rase náuseas la divergencia del movimiento del mar-mundo
por una parte, y de los muchos uno-mismo por la otra, nos 
reiríamos con ganas.

 Y también hay que mencionar a Eric Jarosinski, que escri-
be aforismos en Twitter.
 "#ListaDeLecturas
 En primavera: Proust. En París.
 En verano: Kerouac. En la carretera.
 En otoño: Sontag. En Nueva York.
 En invierno: Dostoievski. Con un viento helado. Y un abri-
         go fino."

 Me doy cuenta de que ninguno de estos autores está en mi
lista...


Franz Kafka. Diarios (¿Es el libro más determinante que he
                     leído?) 

Franz Kafka. El castillo.

Franz Kafka. Escritos acerca de sus escritos.

Franz Kafka. Carta al padre y otros escritos.

Franz Kafka. La muralla china y otros relatos.

Franz Kafka. La condena.

Franz Kafka. Consideraciones acerca del pecado, el dolor,
                     la esperanza y el camino verdadero.

Franz Kafka. El proceso.

Franz Kafka. Cartas a sus padres 1923-1924.

Henri Michaux. Poemas 1927-1954. (¿Es el libro más deter-
                    minante que he leído?)

Henri Michaux. La vida en los pliegues.

Henri Michaux. Ecuador.

Henri Michaux. Un bárbaro en Asia.

Henri Michaux. Conocimiento por los abismos.

Henri Michaux. En otros lugares.

Henri Michaux. Darkness moves.

Henri Michaux. La noche se agita/ Plume precedido por
                         Lejano interior.

Henri Michaux. Frente a los cerrojos (seguido de) Puntos
                          de referencia.

Henri Michaux. Emergencias/ Resurgencias.

Ezra Pound. Antología poética. (Edición de Fabril)

W.G. Sebald. Los anillos de Saturno.

W.G. Sebald. Los emigrados.

Robert Walser. Jakob von Gunten.

Valéry Larbaud. Obra completa de A.O. Barnabooth.

Thomas Bernhard. Trastorno.

Fernado Pessoa. Poemas (Edición de Fabril)

Fernando Pessoa. El poeta es un fingidor.

Fernando Pessoa. Libro del desasosiego.

Fernando Pessoa. Poemas de Alberto Caeiro.

Fernado Pessoa. Odas de Ricardo Reis.

Fernado Pessoa. Poemas de Alvaro de Campos. Tomos
                         I, II y III.

Aldo Pellegrini. Antología de la poesía surrealista.


Luego


W.G. Sebald. Austerlitz.

Paul Bowles. El cielo protector.

Paul Bowles. Déjala que caiga.

Paul Bowles. El tiempo de la amistad.

Paul Bowles. Un episodio distante.

Paul Bowles. Cabezas verdes, manos azules.

Flann O'Brien. El tercer policía.

Flann O'Brien. La gente corriente de Irlanda.

Tomas Tranströmer. Deshielo a mediodía.

Tomas Tranströmer. El cielo a medio hacer.

Gena Caponi. Conversations with Paul Bowles.

Russell Lucas. Noches en Mongini's.

Philip Roth. Patrimonio.

Walter Benjamin. Infancia en Berlín hacia 1900.

Andrzej Stasiuk. Camino a Babadag.

Jacques Lacan. Seminario 3: Las psicosis.

Jacques Lacan. Seminario 7. La ética del psicoanálisis.

Jacques Lacan. Seminario 16. De un Otro al otro.

Jacques Lacan. Seminario 20. Aún.
                         El triunfo de la religión.
                         Mi enseñanza.


Viktor Shklovski. Tercera fábrica/ Erase una vez.

Viktor Shklovski. Zoo o cartas de no amor.

Serena Vitale: Shklovsky: Witness to an Era (entrevistas).

Viktor Shklovsky. A Reader.

Antonin Artaud. Van Gogh, el suicidado por la sociedad.

Antonin Artaud. El pesa-nervios.

Antonin Artaud. Cartas a la vidente.

René Daumal. El monte análogo.

Roland Barthes. Fragmentos de un discurso amoroso.

Ezra Pound. Cantares completos.

Ezra Pound. Personae.

Ezra Pound. Primeros poemas 1908-1920.

Ezra Pound. Antología de poemas. (Univ. de Sevilla)

Justin Cartwright. Soñando con los Masais.

Michael Ondaatje. Escrito a mano.

Michael Ondaatje. El viaje de Mina.

Martin Amis. La zona de interés.

Jorge L. Borges. Ficciones.

Jorge L. Borges. El Aleph.

Jorge L. Borges. Otras Inquisiciones.

Lorrie Moore. Como la vida misma.
                        Al pie de la escalera. ("Temía que Sarah fue-
            se una de esas mujeres que en vez de reírse decían
            "qué gracia", que en vez de sonreír decían "es curio-
            so", o que en vez de decir "eres tonta del culo" de-
            cían "bueno, creo que es un poco más complicado 
            que eso".)
                         Hospital de ranas
                         Autoayuda
                         Pájaros de América

Maggie O'Farrell. La extraña desaparición de Esme Lennox.
                (La mejor caracterización que he encontrado de 
                 una persona psicótica)

Jean Rhys. Sonríe, por favor.

Claire Keegan. Tres luces.

Ezra Pound. Las Analectas de Confucio.

Joseph Roth. Viaje a Rusia.

Jospeh Roth Crónicas berlinesas.

Jean Cocteau. Opio. Crónica de una desintoxicación.

Amitav Ghosh. Líneas de sombra.

W.H. Auden. La mano del teñidor.

Paul Bowles. La misa de gallo.

Paul Bowles. La tierra caliente.

Paul Bowles. Memorias de un nómada.

Rudy Kousbroek. El secreto del pasado.

Tillie Olsen. Dime una adivinanza.

Bruno Schulz. Obra completa.

Joy Williams. Cuentos escogidos.

Denis Johnson. Ángeles derrotados.




Luego

Frédéric Beigbeder. 13,99 euros.
                                Socorro, perdón.
                                Windows on the world.

Djuna Barnes. El bosque de la noche.

Agota Kristof. Claus y Lucas.

Herta Müller. El hombre es un gran faisán en el mundo.

Louis-Ferdinand Celine. Viaje al fin de la noche.

Richard Ford. Rock Springs.
                       Francamente, Frank.
                       Pecados sin cuento.
                       Canadá.
                       La última oportunidad.
                       Incendios

Philip Roth. El lamento de Portnoy.

Jon Lee Anderson. La herencia colonial y otras maldiciones.

Kathryn Harrison. La mujer de nieve.

Artur Lundkvist. Journeys in Dream and Imagination.

Michel Surya. Georges Bataille. An Intellectual Biography.

Witold Gombrowicz. Lo humano en busca de lo humano.
                     (Conversaciones con Dominique de Roux)

Giorgio Chirico. Hebdomeros.

Malcolm Lowry. Por el canal de Panamá.

Anton Chejov. Cuaderno de notas.

David Kidd. Historias de Pekín.

Denis Johnson. Sueños de trenes.

Cynan Jones. La tejonera.

Georges Simenon. Carta a mi madre.

Lawrence Durrell. La celda de Próspero.
                              Limones amargos.

Maurice Blanchot. Thomas el oscuro.
                               La sentencia de muerte.
                               El espacio literario.
                               De Kafka a Kafka.

Rainer Maria Rilke. Los apuntes de Malte Laurids Brigge.

Werner Herzog. Conquista de lo inútil.
                           Herzog por Herzog. (Notable repaso de su
                                  filmografía)
                           Del caminar sobre hielo.
                           Manual de supervivencia. (Conversaciones
                             con Hervé Aubron y Emmanuel Burdeau)

Josh Bazell. Burlando a la Parca.

Witold Gombrowicz. Testamento.
                                   Diario (1953-1969)
                                   Bacacay.

Stanislas I. Witkiewickz. Insaciabilidad.
                                         Adiós al otoño.

Russell Lucas. La fábrica de hielo.

Renate Dorrestein. Álbum de familia.

Kazuo Ishiguro. Cuando fuimos huérfanos.

Marguerite Duras. La pasión suspendida.

Marguerite Yourcenar. Alexis, o el tratado del inútil com-
                                bate.

Tom Reiss. El orientalista.

Sandor Marai. Confesiones de un burgués.

Hunter Thompson. Miedo y asco en las Vegas.

Georges Bataille. Mi madre.

Leon Tolstoi. La muerte de Iván Illich.

Chantal Maillard. India.

Alejandra Pizarnik. Obra poética completa.
                                Diarios. 1954-1971.

Michael Ondaatje. Running in the family.

Giorgio Agamben. Lo que queda de Auschwitz.

Jacques-Alain Miller. El ultimísimo Lacan.
                                   Extimidad.

Gerard Pommier. La excepción femenina.

Cornelius Castoriadis. Lo que hace a Grecia. 1. De Homero
                          a Heráclito.

Roland Barthes. El grano de la voz. (Entrevistas)
                           Cómo vivir juntos.
                           La preparación de la novela.
                           Lo neutro.
                           La cámara lúcida.
                           Ensayos críticos.

Dan J. Marlowe. El nombre del juego es muerte. (El mejor
policial que he leído)

Juan Rulfo. Pedro Páramo. 
                   El llano en llamas. (Hace unos cuantos años, pe-
                ro no tantos, estaba parado, solo, en un stand de
                la Feria del Libro. Uno de los mayores escritores
                del siglo, ignorado, esperando en vano que algún 
                lector le pidiera su firma.)

Raymond Carver. Tres rosas amarillas.
                              De qué hablamos cuando hablamos de
                                 amor.
                              Catedral.
                              Principiantes.
                              ¿Quieres hacer el favor de callarte, por
                                    favor?
                              Un sendero nuevo a la cascada.

Harold Brodkey. Esta salvaje oscuridad.

Cormac Mccarthy. La carretera.

Conversations with W.G. Sebald. The emergence of me-
                 mory. (Lynne Sharon Schwartz).

John Cheever. Diarios.
                        Relatos completos.





Luego

Martin Amis. Koba el terrible.

Imre Kertesz. Yo, otro.

Imre Kertesz. Diario de la galera.

Francois Bizot. El portal. Prisionero de los jemeres rojos.

Geoff Dyer. Yoga para los que pasan del yoga.

Geoff Dyer . Arenas blancas. Experiencias del mundo exterior.
                  
Geoff Dyer. Zona.

Peter Englund. La belleza y el dolor de la batalla. La 1°
                     Guerra Mundial en 227 fragmentos.

Marcel Gauchet. La condición histórica.

Kathryn Harrison. Los pies de la concubina.

Paul Bowles. Palabras ingratas.
                      Desafío a la identidad.

Henri Michaux. El infinito turbulento.

Octavio Paz. Poemas 1935-1975.

Paul Klee. Diarios.

Walter Benjamin. Haschich.

Solomon Volkov. Conversations with Joseph Brodsky.

Mariusz Szczygiel. Gottland. (El libro es acerca de la Re-
            pública checa -su "Gottland"- durante el régimen
            soviético. "El señor K. (educación superior, tres
            idiomas) trabajaba en comercio exterior. El Parti-
            do decidió que ahora va a poner asfalto en las ca-
            lles. El señor K. es una de las 700 mil personas a
            quienes obligaron a cambiar de trabajo en 1970.")

Charles Simic. Alquimia de tendajón. (Horrible traducción
          del título -Cornell notebooks es el original-, pero lue-
          go las versiones de los textos son mucho más respe-            
          tuosas. Y los textos, estupendos.)

Alfred Polgar. La vida en minúscula.

Varlam Shalámov. Relatos de Kolimá. Vol. III. El artista de
                                    la pala.
                               Relatos de Kolimá. Vol. V. El guante o
                                    RK-2.

Jacques Rancière. El maestro ignorante.

Sándor Marai. Diarios 1984-1989. (Tristes, pero ricos)

María Esther Vazquez. Borges, sus días y su tiempo. (Entre-
                 vistas con Borges, el brillante)

Ray Monk. Ludwig Wittgenstein.

Vita Sackville-West. Pasajera a Teherán.

Zbigniew Herbert. Un bárbaro en el jardín.
                               El laberinto junto al mar.
                               Informe desde la ciudad sitiada.

Ian Mcewan. Los perros negros.
                      El inocente.

Justin Cartwright. Míralo de esta manera.

Julian Barnes. Hablando del asunto.
                        El sentido de un final.

Alexander Lernet Holenia. El estandarte.

Isak Dinesen. Anécdotas del destino.
                       Sombras en la hierba.

James Joyce. Ulises. ("No hay inmundicia concebible para
                la mente humana que no haya sido vertida en es-
                tas páginas imbéciles", dijo de este libro un tal
                Alfred Noyes.)
James Joyce. Giacomo Joyce.

Jean Rhys. Ancho mar de los Sargazos.
Jean Rhys.  Los tigres son más hermosos.

Michel Tournier. El Rey de los Alisos.
                            Medianoche de amor.
                            El árbol y el camino.

Fleur Jaeggy. El ángel de la guarda.
                      Los hermosos años de castigo.
                      Proleterka.
                      El temor del cielo.

Ian Buruma. Mientras se juega el partido.

Robert Walser. La rosa.

James Salter. Anochecer.
                      La última noche.
                      Juego y distracción.

Lawrence Durrell. Poemas escogidos 1935-1963.

Giorgio Agamben. Autorretrato en el estudio.
Giorgio Agamben. El fuego y el relato.

Philip Kerr. Una investigación filosófica.

Ernst Jünger. Pasados los setenta.
                      El teniente Sturm.

Giogio Faletti. Apuntes de un vendedor de mujeres.

Pete Dexter. El chico del periódico.
Pete Dexter. Paris Trout.

Hunter Thompson. El diario del ron.

Harry Matthews. Veinte líneas por día.

Thomas de Quincey. Bosquejos de infancia y adolescencia.
                                1785-1800.

J.M.G. Le Clezio. El africano.

Henri Michaux. Miserable milagro.

Arturo Carrera. El Vespertillo de las Parcas.

Valerio Magrelli. Vetas y naturalezas.
                             Ora serrata retinae.

Charles Baudelaire. Diarios íntimos.

Jacques Lacan. Mi enseñanza.

Isidoro Vegh. El prójimo.
                       Retorno a Lacan.

Michel Foucault. La hermenéutica del sujeto.

Lawrence Durrell. Antrobús. 

Helen Garner. La habitación de invitados.

C.M. Bowra. Poesía y canto primitivo.

Nikolaus Watschmann. KL Una historia de los campos de
                    concentración nazis.

Roberto Bolaño. El gaucho insufrible. 

Milan Kundera. Los testamentos traicionados.
                          El telón. Ensayo en siete partes.
                          La insoportable levedad del ser.

Yukio Mishima. Confesiones de una máscara.

Lanza del Vasto. Peregrinación a las fuentes.
                            Principios y preceptos del retorno a la
                                 evidencia.

Alexander Solzhenitsyn. Un día en la vida de Iván Deni-
                            sovich.
                                        La casa de la matrona.

Tzvetan Todorov. Deberes & delicias.

Octavio Paz. Versiones y diversiones.

Paul Auster. Leviatán.

Alexander Lernet Holenia. El Barón Bagge. (Una suerte de
                                   antecedente de "Pedro Páramo")

Italo Calvino. Las ciudades invisibles.

V.V.A.A. Introducción a Ezra Pound. Antología general de
               textos.

Yasmina Reza. Una desolación.
                         Hammerklavier.

Osamu Dazai. El sol que declina.
                        Indigno de ser humano.

Pierre Lemaitre. Nos vemos allá arriba.
                           Irene.
                           Camille.
                           Vestido de novia.
                           Alex.

Paul Auster. Experimentos con la verdad.

Italo Calvino. Seis propuestas para el próximo milenio.

Predrag Matvejevic. Breviario mediterráneo. (También
                      él ha escrito un libro acerca de Venecia. Se
                      llama "The Other Venice: Secrets of the City")

Antonio Tabucchi. El ángel negro.

Ryonosuke Akutagawa. Kappa.

Ella Maillart. Oasis prohibidos.

Peter Fleming. Noticias de Tartaria.

Bruce Chatwin. En la Patagonia.
                          Colina negra.
                          Anatomía de la inquietud.
                          Los trazos de la canción.
                          ¿Qué hago yo aquí? ("Rock escribió que es-
                  te tipo de suicidios eran como <espíritus del vien-
                  to>, trayendo a la memoria de Pound al Paolo y
                  la Francesca de Dante, cuyas sombras <tan ligeras
                  eran en el viento>, y que, como los lectores del
                  Infierno recordarán, se enamoraron locamente
                  cuando leían un libro de caballería.")

Franz Werfel. Una carta con letra de mujer. (También tradu-
                      cido en otra versión como Una letra femenina
                      azul pálido.)

Eudora Welty. La palabra heredada. Mis inicios como escri-
                        tora.

André Gide. Viaje al Congo.

Frederic V. Grunfeld. Profetas malditos. 

Jean Servier. El hombre y lo invisible.

Annie Ernaux. Diario del afuera./ La vida exterior. 

D.H. Lawrence. Phoenix. Poemas.

Anthony Northey. El clan de los Kafka.

Miguel Sanz. Thomas Bernhard: una biografía.

Ludwig Wittgenstein. Diarios secretos. (Sus diarios en el
                         frente de guerra, entre octubre del 14 y agos-
                         to de 1916.)

Kjell Askildsen. Cuentos reunidos.

Samuel Beckett. Poesía completa.

Torgny Lindgren. El agua y otros cuentos.

Kenzaburo Oé. Salto mortal.

Ronald Laing. El yo dividido.

William Goyen. Ángeles y hombres.

P.G. Wodehouse. ¡Pues vaya! Lo mejor de Wodehouse.

Andrzej Stasiuk. El mundo detrás de Dukla.

Joseph Roth. Hotel Savoy.
                      La cripta de los capuchinos.
                      Fuga sin fin.
                      La tela de araña.
                      El juicio de la historia.

A. Bioy Casares. Borges.

Rodrigo Rey Rosa.  Imitación de Guatemala.
                                Tres novelas exóticas.
                                 Fábula asiática.
                                 La cola del dragón.
                                 El material humano.
                                 1986. Cuentos completos.

Roberto Calasso. Cien cartas a un desconocido.
                            Los cuarenta y nueve escalones.
                            K.

Michel Houellebecq/ Bernard-Henri Lévy. Enemigos públicos.

Victor Segalen. Viaje al país de lo real.

Victor Segalen. Estelas.

Clarice Lispector. La legión extranjera.
                             Cerca del corazón salvaje.

Jorge Baron Biza. El desierto y su semilla.

Junichiro Tanizaki. El elogio de la sombra.

Lucia Berlin. Manual para mujeres de la limpieza.
                      Una noche en el Paraíso.

Amy Hempel. Cuentos completos.

Tess Gallagher, El amante de los caballos.

Joan Didion. El año del pensamiento mágico.
Joan Didion. Noches azules.
Joan Didion. Según venga el juego.

Pat Barker. Línea difusa.
                   Doble visión.

Boris Pahor. Necrópolis.

Pankaj Mishra. Los románticos.

Carlos Busqued. Bajo este sol tremendo. [Tremendo es el
                           libro]

Salvador Dalí. Rostros ocultos.

Adam Thirwell. La novela múltiple.

Max Beckmann. Escritos, diarios y discursos (1903-1950)

Marcelo Percia. Sujeto fabulado 1 y 2.

Carmen González Táboas. La salvación por el síntoma. Una
                         apuesta lacaniana. (Un libro notable)

Lisa Randall. La materia oscura y los dinosaurios.

Blake Crouch. Wayward Pines. El paraíso.

V.V.A.A. Bartleby: Preferiría no hacerlo. Lo bio-político,
                         lo post-humano.

Angus Charles Graham. El Dao en disputa. La argumenta-
                         ción filosófica en la China antigua.

Howard Griffin. Conversations with Auden.

Henri Michaux. Las grandes pruebas del espíritu.

Marek Bienczyk. Melancolía. 

Michel Tournier/ Jean-Max Toubeau. El vagabundo inmó-
                        vil.

Cees Nooteboom. Cartas a Poseidón.
                              Hotel Nómada.
                              La historia siguiente.

Eric Vuillard. El orden del día.

Jean Hatzfeld. Una temporada de machetes.

Eric Mccormack. Paradise Motel.

Jean Francois Billeter. Cuatro lecturas sobre Zhuangzi.


Pascal Quignard. Las sombras errantes.
                            Retórica especulativa.                            
                            La barca silenciosa.
                            El sexo y el espanto.

Amitav Ghosh. El cromosoma Calcuta.

Marguerite Yourcenar. Cuentos orientales.
                                     Memorias de Adriano.

V.V.A.A. Kafka: preindividual, impersonal, biopolítico.

Kazuo Ishiguro. Los restos del día.

Grace Paley. Enormes cambios en el último minuto.

Marguerite Duras. El amante.
                              El vicecónsul.
                              La vida material.
                              Los ojos verdes.

Albert Camus. La caída.
                        El verano/ Bodas.

Jacques Derrida. Seminario La bestia y el Soberano. Tomos
                          1 y 2.

William Goyen. La misma sangre.

Tristan Tzará. Poemas. ("y nadie tendrá el corazón tal vez
                      de franquear el espeso silencio de lana/
                      sin recuerdo")

Mauro Armiño. Antología de la poesía surrealistaaaa...
                        ("Buscas mas te sobra angustia
                          Para hallar tu paradero". René Crevel)

Braulio Arenas. Actas surrealistas.

Jules Renard. Diarios íntimos.

Juan Gelman. Si dulcemente. [Los poemas dedicados a su
                      hijo asesinado]

Hubert Benoit. La doctrina suprema. 

Romain Rolland. Vida de Vivekananda.

Orlando Figes. Los que susurran.

Emmanuel Carrére. El adversario.
                                Limónov.
                                Una semana en la nieve.

Ethan Canin. El ladrón de palacio. (En especial, los cuentos
                      "La ciudad de los corazones rotos" y "El ladrón
                      de palacio")

Yorgos Seferis. Poesía completa.
                         Seis noches en la Acrópolis.
                         Días 1925-1968. (21 de mayo (1938) "Las
                        flores han despertado con tantas ganas este
                        año")

Peter Handke. Ayer, de camino.
                        El peso del mundo.
                        Escrito a lápiz.

Rithy Panh. La eliminación. [El encuentro con uno de los
                  cerebros y mayores asesinos del régimen Khmer
                  Pol Pot, en Cambodia.]

Eliot Weinberger. Las cataratas.
                             Algo elemental.
                             Invenciones de papel.

Jacques-Alain Miller. Del síntoma al fantasma. Y retorno.
                                   Introducción a la clínica lacaniana.
                 ("El analista es la escena misma, lo que se llama
                 el lugar del Otro, ofrecida al paciente: una esce-
                 na en la que se escucha un monólogo.")

Mircea Eliade. Fragmentos de un diario.

Pablo Maurette. La carne viva.

Anne Michaels. Piezas en fuga.

Arturo Carrera. Tratado de las sensaciones.

D.H. Lawrence. Amores.

Kathryn Harrison. El beso.

Ed Regis. ¿Quién ocupó el despacho de Einstein?

Patrick Deville. Ecuatoria.

Marcel Gauchet. La condición histórica.

Sharon Olds. La materia de este mundo.

César Aira. Continuación de ideas diversas.

Olivier Rolin. Meroe.

Curzio Malaparte. El Volga nace en Europa.

Helen Garner. Historias reales.

Ryszard Kapuscinski. Ébano. 
                                    Imperio.

Felicien Marceau. Carne y cuero.

Vasili Grossman e Ilya Ehrenburg. El libro negro.

V.V.A.A. Poesía a contragolpe. Antología de poesía polaca
               contemporánea.

Viktor Shklovski. Viaje sentimental.

Hanns Zischler. Kafka va al cine.

Henri Michaux. El pulso de las cosas. Antología poética.
                     (Versiones de Ulalume González de León y
                       Jorge Esquinca) ("Sueña, con el anzuelo
                       en el corazón")

Woody Allen. Para terminar de una buena vez con la cultura.

Alan Wall. Bendito sea el ladrón.

Adam Zagajewski. En la belleza ajena.

Claude Levi-Strauss. De cerca y de lejos. (Entrevistas por
                                 Didier Eribon) ("¿Por qué he trabaja-
                     do tanto? Cuando trabajo, vivo momentos de
                     angustias, pero cuando no trabajo siento un
                     aburrimiento sombrío y mi conciencia me per-
                     fora. La vida de trabajo no es más alegre que
                     la otra, pero al menos no se siente pasar el 
                     tiempo.")

Michael Ondaatje. Divisadero.
                               Luz de guerra.

Hans Magnus Enzensberger. El hundimiento del Titanic.
                                               Hammerstein o el tesón.

Jane Bowles. Dos damas muy serias.

Henry Miller. La sabiduría del corazón.

Ernesto Cardenal. En Cuba.
                              Homenaje a los Indios Americanos.

Juan D. Nasio. El magnífico niño del psicoanálisis.

Russell Lucas. Lip Service.

Djuna Barnes. Una noche entre los caballos.

Guido Ceronetti. El silencio del cuerpo.

Marina Tsvietáieva. El diablo.
                                 Cartas  a la Amazona                                                                           Diarios de la Revolución de 1917.

Valerio Magrelli. Epígrafes para la lectura de un diario.
                            La vecindad de la carne.

Massimo Recalcati. Las manos de la madre. deseo, fan-
                            tasmas y herencia de lo materno.

Michel Houellebecq. Intervenciones.

Walter Mosley y toda la serie de su personaje Easy Rawlins.
            Un perro amarillo.
            De pesca.
            El demonio vestido de azul.
            Mariposa blanca.
            Betty la Negra.
            Una muerte roja. (¡Todos magníficos!)

W.G. Sebald. Pútrida patria.
                      Campo santo.

William Maxwell. Adiós, hasta mañana.
                              The Outermost Dream. Literary Sket-
                                       ches. (Excelentes ensayos litera-
                                       rios.)

Roald Dahl. Cuentos completos.







También

Slavenka Drakulic. Como si yo no estuviera.

John Mcgahern. Cuentos completos.

Leonardo Sciascia. A cada cual lo suyo.
                                Cándido o un sueño siciliano.
                                Sicilia como metáfora. Conversaciones.

Tennessee Williams. En el invierno de las ciudades.

Kurt Vonnegut. Barbazul.
                          Matadero cinco.

Jon Krakauer. Hacia rutas salvajes.
                       Por mandato del cielo.
                       Mal de altura. [Un relato apasionante]

Ioan P. Couliano. Más allá de este mundo. Paraísos, purga-
                      torios e infiernos; un viaje a través de las cul-
                      turas religiosas. ("De acuerdo con Ginzburg,
                      la brujería europea no es otra cosa que el cha-
                      manismo".)

Mircea Eliade. Diario íntimo de la India.
                         La prueba del laberinto.

Jean-Claude Carrière. Diccionario del amante de la India.

Philippe Sollers. Diccionario del amante de Venecia.

Juan José Saer. Una forma más real que la del mundo.
                        Conversaciones compiladas por Martín 
                        Prieto. ("Lo único que queda de nuestra
                        experiencia del mundo son textos.")

Anna Ajmatova. Réquiem.
                           Poemas escogidos.

Joseph Brodsky. Marca de agua. (Su libro sobre Venecia)
                           No vendrá el diluvio tras nosotros. Anto-
                                logía poética (1960-1996).

Imre Kertesz. La última posada.
                       La bandera inglesa.
                       Sin destino.
                       Dossier K.

Geza Von Cziffra. El santo bebedor. Recuerdos de Joseph
                             Roth.

Joseph Roth. La marcha de Radetzky.

Georges Duhamel. Diario de un aspirante a santo.

Nathaniel Hawthorne. Wakefield. (Un antecedente de Bar-
                        tleby el escribiente y de "Me voy", de Eche-
                        noz.)

Sandor Marai. ¡Tierra, tierra!

Giorgio Bassani. Los anteojos de oro.
                            El jardín de los Finzi Contini.
                            Detrás de la puerta.

Georges Schehadé. Poesías.

Grace Paley. Batallas de amor.

Antonio Tabucchi. Dama de Porto Pim. 

Vicente Fatone. El budismo nihilista.
                          La existencia humana y sus filósofos. (Mi
                      primer acercamiento al existencialismo, una
                      verdadera 'reve/revolución')

 Juan Arnau. La palabra frente al vacío. Filosofía de Nagar-
                     juna. (Un trabajo impresionante)

Thomas Bernhard. Maestros antiguos.
                               Relatos autobiográficos.
                               Hormigón.

Patrick Modiano. El horizonte.

Kenzaburo Oe. Cartas a los años de nostalgia.
                          ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era!

Isidoro Vegh. El abanico de los goces.

Italo Svevo. La conciencia del señor Zeno.

César Aira. La costurera y el viento.

Torgny Lindgren. En elogio de la verdad.

Hunter Thompson. Mescalito.

Pier Paolo Pasolini. El olor de la India.

Arundhati Roy. El final de la imaginación.

V.V.A.A. Contexto en psicoanálisis 8. Los goces.

Edgardo Castro. Diccionario Foucault. ("Después de 
                Nietzsche, la filosofía ya no tiene como tarea
                tratar de decir una verdad que pueda valer para
                todos y para todos los tiempos, sino diagnosti-
                car.")

Claudio Magris. El infinito viajar.
                           El Danubio.

Jonas Mekas. Ningún lugar adonde ir. (Acaba de morir, ene-
          ro de 2019.)

Richard Gwyn. El desayuno del vagabundo. (Enfermo de
         muerte, esperando un trasplante de hígado que re-
         quiere que otro deba morir, surge este libro. "Mien-
         tras tropiezo con las palabras como despojado, confi-
         nado a un lenguaje inferior, a una especie de letanía
         murmurada, a un lenguaje de deterioro y locura.")

Joao Gilberto Noll. Hotel Atlántico.

Paul Davies. Cómo construir una máquina del tiempo.

Mircea Cartarescu. El ojo castaño de nuestro amor.

Jean Giono. Renadio.

John Ashbery. Otras tradiciones.

Katherine Mansfield. Diario 1910-1922.

Oscar del Barco. Escrituras. Filosofía.

César Antonio Molina. Regresar a donde no estuvimos.

Jean Amery. Levantar la mano contra uno mismo.

Nicholson Baker. Humo humano. Los orígenes de la Se-
             gunda Guerra Mundial y el fin de la civilización.

Otto Dov Kulka. Paisajes de la Metrópoli de la Muerte.
             (Regreso a Auschwitz)

Karl Kraus. Dichos y contradichos.

Hans Magnus Enzensberger. El perdedor radical.

Constantino Kavafis. Poesía completa.

Francis Picabia. Caravanserail. ("Mi amigo Francis Picabia,
            el más flexible espíritu que conozco" Jean Cocteau)

Hugh Kenner. The Pound Era.

Sandor Marai. El último encuentro.

Georges Simenon. Los vecinos de enfrente.

Alan Isler. El Príncipe de West End Avenue.

Sergio Bizzio. Rabia.
                        Borgenstein.
                        Mi vida en Huel
                        Diez días en Ré

Graham Greene. Viajes con mi tía.
                            El cónsul honorario.
                            El americano impasible.
                            Un cierto sentido de la realidad.
                            La infancia perdida y otros ensayos.

Henning Mankell. El hombre inquieto.

Gabriel Ferrater. Noticias de libros.

Henry Miller. Los libros en mi vida.

T.S. Eliot. Poesías reunidas 1909-1962.

Derek Walcott. El reino del caimito.

Victor Serge. El caso Tuláyev.

Rolf Rothmann. Morir en primavera.

Vladimir Nabokov. Habla, memoria.

Cesare Pavese. El oficio de vivir/ El oficio de poeta.
                 "La mejor defensa contra un amor es repetirse
                 hasta el bourrage [el hartazgo], que esa pasión
                 es una tontería, que no vale la pena, etc. Pero la
                 tendencia de un amor es justamente ilusionarnos
                 con que se trata ed un gran acontecimiento, y su
                 belleza estriba justamente en la continua concie-
                 cia de que nos está ocurriendo algo extraordina-
                 rio, inaudito."

Miklós Szentkuthy. A propósito de Casanova.

Adolfo Bioy Casares. De jardines ajenos.
                                   Descanso de caminantes.

Amelie Nothomb. Estupor y temblores.
                              Ordeno y mando.
                              La nostalgia feliz.

Paul Celan. Amapola y memoria.

Jerome David Salinger. El guardián entre el centeno.

Julien Gracq. A lo largo del camino.

Walter Benjamin. El libro de los pasajes.

Eugenio Trías. Filosofía y carnaval.

Yves Depelsenaire. El reverso del decorado (o la guerra
                        que siempre recomienza)

Francois Cheng. La escritura poética china.

Francois Jullien. La gran imagen no tiene forma.
                           Elogio de lo insípido.

Bertold Brecht. Poemas y canciones.

Ernest Hemingway. Cuentos.

Denis Lehane. Ese mundo desaparecido.
Denis Lehane. Después de la caída.

M. John Harrison. Preparativos para un viaje.

Edward Bunker. No hay bestia tan feroz.

Geoff Dyer. Amor en Venecia, muerte en Benarés. 

Don Carpenter. Dura la lluvia que cae.


Las revistas literarias que más me gustaron

En primer lugar (cronológico, en este caso), Sur. Leía
pocos artículos de cada ejemplar, pero los dedicados
a la literatura de un país me gustaron mucho: Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, India y Japón,
por ejemplo.

Crisis. Tengo toda la colección. No la releo, pero en su
momento leía prácticamente de punta a punta cada nú-
mero, que esperaba con ansia.

Diario de poesía. Una gran publicación, que logró ex-
tenderse en el tiempo, una verdadera hazaña. Y con
muchas notas buenísimas.

Cormorán y Delfín. Valiosa colección de poetas de todo
el mundo, realizada por Ariel Canzani D. (He publicado 
algún escrito ahí)

Luego... El lagrimal trifurca, Opium, Tsé-Tsé, Hablar de
poesía, Eco contemporáneo, El escarabajo de oro y algu-
nas otras que iré recordando.


 Y las antologías.
 Gran debilidad por las antologías.
 Una de ellas, con una sola (buena) alcanza, me abrió el
camino a una gran diversidad de poetas desconocidos. Es
la que encabeza la lista.
 Pero me parece un verdadero jolgorio poder conocer a
una interesante cantidad de poetas en un solo libro.
 La segunda fue también enormemente fecunda para mí.
 Y las otras...
 En el caso de las antologías agrego datos de edición, pa-
ra que no sean confundidas con otras.

 Miguel Brascó. Antología Universal de la Poesía. Ed.
      Castellví. Como le pegaba a las páginas en blanco
      de este libro recortes y copias a máquina de otros
      poetas, la fecha de edición me ha quedado vedada.
      Quedó registrada, sin embargo, la fecha en que lo
      compré: marzo de 1965.
 Aldo Pellegrini. Antología de la poesía surrealista. Fa-
      bril, 1961. (Mi ejemplar es del 74)
 José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal. Antología de
      la poesía norteamericana. Aguilar, 1963. (1965)
 Lysandro Z.D. Galtier. La traducción literaria. Antología
      del poema traducido. Tomo II. (Galtier es el autor de
      la excepcional traducción de los poemas de Michaux
      que editara Fabril). Ed. Culturales Argentinas, 1965.
 Raúl Gustavo Aguirre. Poetas franceses contemporáneos.
      Fausto (que produjo durante unos -escasos- años una 
      serie de grandes ediciones de poesía), 1974.
 Rodolfo E. Modern. Poesía alemana del siglo XX. Faus-
      to, 1974.
 E. L. Revol. Poesía inglesa contemporánea. Fausto, 1974.
 Horacio Armani. Poetas italianos del siglo XX. Fausto,
       1973.
 E. L. Revol. Poetas norteamericanos contemporáneos. Faus-
       to, 1977.
 William Shand y Alberto Girri. Poesía norteamericana con-
       temporánea. Bibliográfica Omega, 1966.
 Alberto Girri. 15 poetas norteamericanos. Bibliográfica
       Omega, 1966.
 Antología de la poesía francesa actual 1960/76. Sin títulos
       acerca de los traductores. Editora Nacional, 1979.
 Manuel Alvarez Ortega. Poesía francesa contemporánea
       (1915-1965). Taurus, 1967.
 Revista Espiral 8. Nueva escritura francesa. 1980.
 Antonio Cisneros. Poesía inglesa contemporánea. Barral,
        1975.
 Horacio Armani. Antología de poesía italiana contempo-
        ránea. Losada, 1997.
 Jorge Fondebrider. Poesía francesa contemporánea 1940-
        1997. Libros de Tierra Firme, 1997.
 Jorge Fondebrider y Gerardo Gambolini. Poesía irlandesa
        contemporánea. Libros de Tierra Firme, 1999.
 Rigas Kappatos y Carlos Montemayor. Antología de la
        poesía griega del siglo XX. Unam, 1993.
 Mauro Armiño. Antología de la poesía surrealistaaa...
        Visor, 1971.
 Santiago Kovadloff. Poesía contemporánea del Brasil.
        Fabril, 1972.
 Darie Novaceanu. Poesía rumana contemporánea. Barral,
       1972.
 Jaime Tello. Poetas norteamericanos traducidos por poe-
       tas venezolanos. Caracas, 1976.
 José Pierre y Jean Schuster. Los arcanos mayores de la 
       poesía surrealista y su exaltación. Argonauta, 1992.
 Tedi López Mills. Traslaciones. Poetas traductores 1939-
               1959. (Realmente estupendo)
 César Moro. Versiones del surrealismo. Tusquets, 1974.







 Faltan muchos. ¿Demasiados? Seguirán arribando a este
homenaje los que vaya recordando. Libros que me enrique-
cieron, aunque siga siendo pobre. Mi mente debería estar
llena de lugares, escenas y frases para recorrer, producto de
mis lecturas, y sin embargo no sucede nada de eso.
"Rico de un amor inmerecido, perdí con ser amado: toda mi 
fortuna se fundió en un sólo día", escribió Henri Michaux en 
uno de los poemas más bellos que he leído. Probablemente provenga de algo así el deseo de escribir una lista. Para recordármelos a mí mismo, además (además) de dejar algún registro. Pocas cosas dicen tanto de nosotros como las lec-
turas que hemos hecho. Lo que dejé afuera, ya sea porque no 
lo leí o porque no me gustó; los escritores cuyas obras apare-
cen mencionadas en varias ocasiones; las afinidades, los recorridos. 
 Tres de estos libros diría que son fundacionales (de algo).
Los Diarios de Kafka, en la hermosa edición del Emecé de
entonces, y los Poemas, tanto de Fernando Pessoa como de
Henri Michaux, ambos en la edición de Fabril, que en esos
años nos brindó una serie muy valiosa de libros de poesía.