domingo, 29 de enero de 2023

LOS OTROS TIEMPOS

                                cubierto completamente el mar

                                por la noche

                                y ambos por la oscuridad

                                sólo se escucha el silencio de la luna




¿Cuando decía "desenhebrar a la palabra

  de su ojal en el hueso", ya sabía que no

  había que saber lo que se decía para decir

  algo?

 "Usar a la vida para escribir..."



            la duda como remolino o como vórtice

            sujeto por la duda

            en esa especie de aire


 el juego de formones

 su manera de dar forma "cepillando"

 madera y cuerpos son lo mismo para los formones

 y la sierra mecánica

 la temible, nunca-domada

 se quedaba tarde o temprano con algún dedo


 dedos

 mi abuelo

 el índice de la mano izquierda

 parte del anular de la mano derecha

 su tributo al oficio

 al saber ancestral

 

 no fotografié el taller

 ni las manos de mi abuelo

 

 el silbidito de ese hombre tan silencioso

 con la cuchara de hojalata la sopa del atardecer

 que las manos de mi abuela

 que tampoco fotografié

 ni la cocina a leña


 la brevedad de sus frases

 cortadas a formón:

 "Rivas... la comida"





 afuera del tallercito de carpintería

 con el que se ganó la vida 

 y sostuvo a su familia

 tapizado de viruta

 por la pequeña ventana

 el gallinero

 los gallos bravos 

 rojos

 las batarazas

 las gallinas-pigmeo

 el estar picoteando el suelo todo el tiempo

 y sus súbitos altercados

 incomprensibles desavenencias






                             elegir a las palabras por su semblante

                                     o dejarlas surgir a bocanadas



se dedican a sacarlas

  a tarascones

o de a puñados

las voces de las cosas:

hablan así las piedras,

las aguas,

las horas

y la ausencia





HOSPITAL DE ESQUIMALES


Lo primero que se conoce es el olor.

Allí los salmones seguramente vivirían a gusto.

Pero el personal no se acostumbra nunca y sin querer

se llevan a sus casas ese infaltable tufo.

Después, las risas. Se ríen juntos, o de a varios, por tandas,

agitando de una manera tan peculiar el aire.

Saben reír en varios idiomas y múltiples dialectos. Y no se

privan de usarlos en sus intercambios.

Pero nunca se escucha en ese Hospital una sola risotada.

La risotada les produce un intenso rechazo. 

La risa mediana, sí. Y la pequeña. ¡Ah, la pequeña!

Es su favorita. La frotan, la amasan, la hacen correr, son

expertos afinadores de risas. Y no paran hasta que logran

empequeñecerlas al mínimo. Lo que se considera uno de los

mayores logros de la especie.

Eso puede durar horas.

A veces se despierta uno de noche y retoman.

También han aprendido a pasarle el hilo ya muy fino de risa

a otro, que la retiene con sumo cuidado al principio -son muy

huidizas-, hasta lograr amaestrarla. 

Una risa, dicen ellos, cuando no se ríen de un modo u otro,

-que son momentos muy extraños que se producen por ejem-

plo cuando una mujer está dando a luz o uno de los explora-

dores ha perdido a un hijo durante una cacería- conserva

siempre su naturaleza salvaje, su venir del "más allá de los

humanos".

Por supuesto que siendo un Hospital, todos los internos están

aquejados de diversos males. Pero no son estos sufrimientos 

los que imperan ahí. Por el contrario: los males dependen

de la capacidad de producir y amaestrar diferentes especies

de risas por parte de los esquimales. "Hay muchísimas", nos

decía un anciano, mientras le cosían una mano, abierta por

un arpón: "muchísimas más especies de risas que de cualquier

otra cosa que conozcamos."

Habrá que acordar que el suyo es un mundo en extremo simple.

Y, sin embargo, verlos junto a sus familias, los domingos por

la tarde, a la hora de las visitas, en esta pequeña sala de un

Hospital en medio del hielo eterno y del vozarrón de los vien-

tos, entonando, enarbolando casi, intercambiándose millares

de pequeñas, gráciles, bellas, delicadas risas, es un espectá-

culo un tanto turbador.

lunes, 23 de enero de 2023

EN LOS ANDENES DE ÁLGONA

 


 En los vastos andenes de Álgona

 -a veces multitudes,

 otras tres o cuatro solitarios dispersos-

 crecen algunos yuyos,

 vuela la hola de algún viejo diario.

 Cambiantes posibles pasajeros

 sentados en el gastado banco del medio

 o caminando en ligero zigzag,

 deliberando

 interminablemente

 en sus laberintos privados

 si tomar o no

 el próximo tren a la Luna

domingo, 22 de enero de 2023

TRES POEMAS DE LA GRIEGA MARIGO ALEXOPOULOU

 EL ESPÍRITU DE UNA MUJER CHINA



 Estás blanca,

perdiendo sangre y vida.

Parás un taxi.

El conductor te mira por el espejo.

No estás ahí.

Dejás una espada en el asiento trasero

como pago.

Te convertís en agua sagrada,

un avión amarillo,

un tren de juguete.

Te sacás la máscara,

tu sueño blanco.

Le servís el desayuno a Kung Jiang

con tus largos, ancianos dedos.

Escribís cartas de amor

en escritura Minoica

y las dejás sobre la mesa de la cocina.



PEQUEÑA ORACIÓN


            para Yiannis Ritsos


 Te pedí que compartieras

 pan 

 y sal conmigo.

 Así los domingos yo ya no tendría miedo

 de la salobridad.


 Sin embargo cantaste solo*

 unas tonadas 

 oscuras e ininteligibles.


 Sólo te escuché decir

 el cuerpo

 el cuerpo

 (donde reside el alma).



 UNA NOCHE CON SEFERIS


 Vi a Seferis en mis sueños

 tenerme en sus brazos (en mi cama de una plaza).

 Su rostro me daba fuerza.

 Él estaba regordete y callado.

 Yo temía que se despertase mi padre

 y me pescara en el acto,

 durmiendo con él.

 Le susurré el primer verso de uno de sus poemas:

 "Estoy fumando sin parar desde la mañana."

 Me quejé con él acerca de mi apellido

 que es largo y feo.

 Él sólo dijo:

 "Él te ama un montón, has sido muy amada."



* No termino de entender porqué se ha quitado el acento

para una de las dos acepciones de "solo". Después de todo

sólo se trata de un acento. Estos versos de Marigo, al tradu-

cirse, muestran a las claras que hubiese sido mejor dejar

las cosas como estaban. A veces el idioma se las arregla

mejor solo, sólo hay que dejarlo en paz.



Marigo Alexopoulou nació en Atenas en 1976. Estudió fi-

losofía y filología griega clásica. Licenciada en la Univer-

sidad de Glasgow. Enseña griego en el Athens College y

teatro griego antiguo en la Universidad de Peloponeso.

Me gusta mucho cómo entremezcla su erudición con su

vívida sensibilidad poética. 


Versiones del griego al inglés: Roula Konsolaki

Versiones del inglés al castellano: Robert R. Rivas (c)


FUENTE


Wayne Miller and Kevin Prufer. New European Poets.

Graywolf Press, 2008.

 

lunes, 16 de enero de 2023

TRES POEMAS DE HARRY MARTINSON

  



 

 NOTICIAS


 Botella

 con la nota misma como pasajera

 meciéndose en el Atlántico Norte

 durante diecisiete años.

 Silenciosa y continuamente referida 

 a un inmenso vapor de Southhampton.

 Encalló y se congeló 

 en el hielo próximo a Labrador.



 LAS PICEAS UBICADAS TRONCO CONTRA TRONCO


 Las piceas ubicadas tronco contra tronco con las piceas

 Se envuelven todas juntas

 generando una visera sobre las campanillas dobles.

 El vuelo de la polilla-del-pasto es bajo y se agita

 con inaudibles batidos de alas.

 Aquí el bosque del norte susurra

 su canción mínima.




 EL VIENTO BUSCABA EN EL PASTO DEL BOSQUE...


 El viento buscaba en el pasto del bosque

 y encontró una palabra,

 que sonaba como la vida impronunciable

 pero era el nombre que la roca más grande le dio

 a la más pequeña mariposa del atardecer.

 Demasiado difícil de recordar dice la ola.

 Demasiado fina para ser dicha parpadea el viento.


 


HARRY MARTINSON (1904-1978)

Nació y creció en Jämshög, Blekinge, en el sudoeste de 

Suecia. Su padre murió cuando él tenía seis años y en ese 

momento su madre se fue a los Estados Unidos y lo dejó 

junto a sus hermanas como "huérfanos de parroquia", adop-

tados por varias familias. Su huida de esta situación consis-

tió en hacerse a la mar entre 1920 y 1927. Al regreso inició

su actividad como escritor. En 1949 fue elegido miembro de

la Academia Sueca, un evento que se interpretó como un

gesto hacia los escritores de la clase trabajadora. En 1974

compartió el Premio Nobel de Literatura con Eyvind John-

son. Al ser ambos miembros de la Academia Sueca, la pre-

miación produjo fuertes críticas por parte de la prensa sue-

ca. A lo cual Martinson respondió que jamás volvería a pu-.

blicar. Sus últimos años de vida fueron muy duros: el poe-

ta vivió una larga depresión.



FUENTE


Modern Poetry in Translation. Third Series- Number

Eight. Getting it Across, 2007.


"Noticias", proviene del libro Poemas de luz y oscuridad,

publicado en 1971.

"Piceas...", del libro Matas de hierba, de 1973.

"El viento", fue publicado póstumamente.


 Las versiones del sueco al inglés (y las notas agregadas)

son de Robin Fulton.

Las versiones del inglés al castellano: Robert R. Rivas (c)





 

domingo, 1 de enero de 2023

6 POEMAS DE ROLF JACOBSEN PARA CELEBRAR EL NUEVO AÑO

  Lo de la celebración del nuevo año corre por cuenta mía.

Es un acto precipitado, sin duda, si se piensa en la despro-

porción que cabe entre lo ya existente del nuevo año y cuán-

to le falta a este desarrollarse. Tampoco es exacto que los

poemas de Jacobsen hayan sido escritos con este propósito.

Su poesía es de celebración del mundo y de la vida humana.

En los tiempos que corren -y no hay muchas razones para

creer que son peores que los tiempos que corrían mientras

Rolf escribía estos poemas- cuesta montarse en la cinta ce-

lebratoria. Probablemente, con sus matices, todas las épocas

sean y hayan sido así. Casi me atrevo a pronosticar que las

que todavía yacen dormidas en el porvenir corran la misma

suerte. Me hace pensar el futuro como un tanto ingenuo.

Aunque, claro está, el verdadero ingenuo, ignorante y casi

patético 'pensante' soy yo. El porvenir, los porvenires, se las

arreglarán perfectamente. Tal vez no los humanos, la huma-

nidad, ni, desde luego, los animales y la vida en la Tierra,

pero sí el porvenir mismo. Él transcurrirá. O se cambiará de

universo si resultase necesario. 

 Es posible que haya otros universos paralelos, funcionando

al mismo tiempo que el único que percibimos. ¿Quién podría

adivinar cómo son las cosas allá, o en ese otro acá?


 A la aventura de un nuevo año.







EN PAÍSES DONDE LA LUZ TIENE OTRO COLOR


En países donde la luz tiene otro color

los rostros a lo largo de la calle al atardecer

pueden volverse perlas en un lento mar índigo.


Y tenés que preguntarte -¿qué reflejan

estas brillantes tiaras, y de quién son las manos

que las desparramaron a través de este oscuro océano?




 VEJEZ


 Mi corazón está con la gente anciana.

Se sientan mirándonos y no nos ven

y están conformes por las suyas,

como pescadores a lo largo de los grandes ríos,

quietos como rocas

en la noche de verano.

Me gustan mucho los pescadores a lo largo de los rios

y la gente vieja y aquellos que salen después de largas

                enfermedades.


Tienen algo en los ojos

que el mundo ya no percibe,

gente anciana- como convalescientes

que todavía no tienen la estabilidad suficiente en sus pies,

frentes pálidas, como después de la fiebre.


Gente anciana

que se convierten lentamente de nuevo en sí mismos

y son lentamente disueltos,

como una niebla, imperceptiblemente, se derriten

en sueño

y luz.




PEQUEÑAS LUCES EN EL MAR


Tu mano descansando en un bote volcado

arrastrado a medio camino sobre la playa,

y lleno de respiración como la cáscara de un caracol

espera que regreses.


Y alcanzo a ver que alguien todavía está allá

mar afuera cuando pronto estará completamente oscuro

-pescadores que encendieron la luz en los botes

que las crestas de las olas elevan con suavidad

y de nuevo suavemente abajo de nuevo como si estuviesen

          [buscando

con lámparas, pequeñas como jejenes ante un gran lienzo,

para entender la indescifrable firma

o iluminar un rostro,

un color que ofrezca esperanza. 




PARA VOS


El tiempo corre (a qué otra cosa podría dedicarse).

Un día lo oís golpear tu puerta.

Golpeó en nuestra casa,

pero no le abrí.

No por esta vez.


Sabés,

a menudo me detuve un ratito y te observé,

como a la mañana en frente del espejo ahí

donde te peinás el pelo, 

cruje, como la nieve en la montaña en Pascua

y vos te inclinás un poco hacia adelante (lo veo claramente)

-creo que es otra arruga.

-No lo es. Para mí 

vos sos joven.

Hay savia en vos; bosque. Un árbol


con pájaros en él. Aun cantan.

Tal vez un poco más bajo este otoño, pero no obstante.

-Ni un día sin una risa en la garganta

o el suave toque de una mano.


En algún punto

tendré que apretar un poco más,

porque, vos sabés, pronto estaremos viajando,

y no en el mismo bote.

Alguien ha golpeado nuestra puerta, pero se fue de nuevo.

Seguramente esta

es la única cosa de la que nunca

hemos querido hablar.




SIGNOS DEL INVIERNO


La escarcha aprieta sus puños e intenta hacer añicos los 

                   caminos.

Las hojas del álamo mueren con formaldehido en su aliento.

Los glaciares se arrastran paso a paso a través de los 

                    inicios de los valles,

fondo-pesado y jadeando - un metro cada mil años.

Las nubes están manchadas de cansancio, calientan sus dedos

en un sol rojo oscuro. Los pájaros

han dejado vacíos sus árboles y han partido derrotados. Tu

                       lengua

se curva sobre tu paladar.

Los pensamientos traban sus puertas.




LUZ DE GAS


Ahora las plantas de papas están floreciendo. 

Han encendido sus calles,

hileras de luces susurrantes cuyos sótanos están llenos

           de comida.

Remota, la luna se está volviendo más blanca en su voltereta,

y las colinas brillan débilmente

con este mar de luces, estos millones de parpadeantes

            lámparas de gas

en bulevares interminables, lejos

donde ningún reloj tañe y ningún tren corre

-en las verdes ciudades, sótanos repletos de comida.


FUENTE





Rolf Jacobsen. Did I Know You?

Gyldendal, Oslo, 1997.

Las versiones del noruego al inglés son de Roger Greenwald.

Del inglés al castellano: Robert R. Rivas (c)


Rolf Jacobsen nació en 1907, en Oslo y murió en 1994 en

la ciudad de Hamar, también en Noruega. Se ganó la vida

como periodista y editor de periódicos. Es reconocido como

uno de los mayores poetas noruegos y escandinavos. Sus

poemas han sido traducidos a más de 20 idiomas. Su primer

libro (Tierra y Hierro), de 1933, introdujo el verso libre en

Noruega. Miembro de la Academia Noruega de Lengua y Li-

teratura y ha ganado numerosos premios a lo largo de su ca-

rrera, incluyendo el Gran Premio Nórdico, también conocido

como el "Pequeño Nobel", en 1989.